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Venezuela :: 09/03/2013

Chávez nos dejó pero la Revolución seguirá su camino. Aunque, ¡cuidado con oportunistas!

Anibal Garzón
Por eso, hoy día, pasando Chávez de su silla presidencial a su nicho eterno, el proceso revolucionario en Venezuela está más vivo que nunca

Trotskistas, Maoístas, Stalinistas, Castristas, Guevaristas, Socialistas, e incluso Anarquistas, y decenas de –istas progresistas se unían por primera vez bajo un nuevo –ismo que la misma derecha venezolana inventó en su momento aunque le salió mal la estrategia: el “Chavismo”.

Centenares de concentraciones en todos los países dicen “ADIOS” al reciente fallecido Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Acostumbrados en un modelo dominante capitalista a nivel internacional con gran consumismo a que la gente colectivamente solo llore por grandes estrellas de la industria artística mediática, como cuando falleció Michael Jackson en 2009 o Amy Winehouse en 2011 con sólo 27 años, que suceda lo mismo por un líder político cuando el neoliberalismo buscó la desideologización, no sólo en Venezuela, es de analizar.

Chávez no solamente dio vida a una gran masa de población venezolana excluida, sino que volvió a renacer en los pueblos de América Latina una identidad de lucha para su independencia económica antineoliberal y contra los saqueos del imperio norteamericano, conformando nuevas cooperaciones sur-sur como la naciente estructura del Petrocaribe o la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) iniciada a la par con la Revolución Cubana – un símbolo de la soberanía nacional – y donde también hace parte el Estado Plurinacional de Bolivia. Además consiguió construir un sentimiento unitario bolivariano continental a nivel institucional con la penetración de nuevas entidades como Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) o Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) haciendo frente a la asimétrica Organización de Estados Americanos (OEA) encabezada por los Estados Unidos. Pero sobre todo logró hacer renacer y unir a una izquierda fragmentada a nivel internacional que vivía un proceso de desmantelamiento desde la desaparición oficial de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) en 1991. Trotskistas, Maoístas, Stalinistas, Castristas, Guevaristas, Socialistas, e incluso Anarquistas, y decenas de –istas progresistas se unían por primera vez bajo un nuevo –ismo que la misma derecha venezolana inventó en su momento aunque le salió mal la estrategia: el “Chavismo”.

La táctica de la derecha fue mitificar negativamente a Chávez como único posible líder y populista del proceso bolivariano venezolano y de la izquierda internacional con el fin de que una oportuna derrota electoral presidencial – efecto que jamás ocurrió desde la victoria de Chávez en 1998 – o una estrategia de boicot o de injerencia – acción que no se consagró con el fallido golpe de estado de 2002 – o finalmente más allá de lo política y lo social, la ley de la naturaleza, la muerte de Chávez[1], generase una crisis en la izquierda. Aún así, la derecha no se dio cuenta que en Venezuela este líder, y nada de caudillista, generó despeje y esperanza de cambios a un pueblo venezolano empobrecido y desorientado políticamente, un líder que nació dando su vida en una insurrección militar en 1992, pero la meta no fue guiar al pueblo sino empoderarlo políticamente para ser pasar a ser esas clases populares urbanas y rurales de excluidos a sujetos del cambio.

Por eso, hoy día, pasando Chávez de su silla presidencial a su nicho eterno, el proceso revolucionario en Venezuela está más vivo que nunca. Venezuela está llena de estudiantes – la segunda de América Latina con más universitarios después de Cuba -, de una población que ganó mucha cultura cívica y política, de organizaciones sociales y comunitarias que llevan el timón con los Consejos Comunales, de buenos y decentes cuadros políticos, de mujeres combativas que antes sólo eran amas de casa, de militares en honor a la patria soberana, de periodistas comprometidos con el bien social colectivo, de viejitos que recuerdan y son escuchadas sus batallas como enseñanzas y honores de cambios,… y todo esto son indicadores de un proceso que ya no depende de Chávez, un proceso que el mismo pueblo lidera tras el cambio de una falsa democracia en la IV República a una representativa a una real democracia participativa en la República Bolivariana.

Un paso duro ahora tiene en agenda el nuevo Presidente en funciones Nicolás Maduro, hasta que se convoquen las nuevas elecciones presidenciales en menos de 30 días, pero no es por la batalla contra la derecha o contra el imperio que está más que identificada y se conocen muchos sus instrumentos desestabilizadores, sino los intentos de desestructuración entre la unión del pueblo con un líder, o la vanguardia, que buscarán muchos oportunistas que se subieron al –ismo de Chávez. Recordemos que en las revoluciones de China o Vietnam jamás sus líderes fueron desheredados y siguen como símbolos nacionales, tanto Mao Tse Tung como Ho Chi Ming, pero sus ideas si fueron tergiversadas por los oportunistas para desviar silenciosamente estas revoluciones.

[1] El mismo Vicepresidente Nicolás Maduro anunció que investigarán si el cáncer a Chávez le fue inoculado http://www.lanacion.com.ar/1560327-maduro-habla-sobre-la-salud-de-hugo-chavez-y-se-esperan-un-anuncio-clave
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