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México :: 19/12/2013

Darle en la torre a Pemex

John Saxe-Fernández
El amplio programa fiscal/administrativo impuesto por el FMI-Hacienda induce el debilitamiento de Pemex y el finiquito de toda actividad sustantiva

El 31 de enero 2013 hubo "un estallido seguido de una onda expansiva que se sintió como un temblor" que causó decenas de muertos, más de cien heridos y pánico"entre miles de trabajadores de los edificios de Pemex". Hoy la agresión a Pemex y sus más de 170 mil trabajador@s e ingenier@s contenida en la contra-reforma energética es una puñalada al corazón de México, seguida de una onda expansiva de indignación de más de 60 por ciento de la población, una resistencia civil y pacífica convocada por Morena, de cacerolas y cucharas contra escudos metálicos, que se escucha en las afueras del Senado día y noche, ante la consumación de lo que AMLO llama el robo de todos los tiempos. Es rechazo a la hazaña de Washington y Wall Street, perpetrada a través de Peña, PRI y PAN.

Las explicaciones del siniestro no fueron convincentes. Tampoco las contenidas en el dictamen del programa de ajuste estructural (PAE) para el sector energético con sus 21 transitorios, enviado al Senado a última hora en diciembre. Al respecto Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional independiente de Pemex, recordó que a Petrobras y a Slim les concedieron periodos de transición de tres y 20 años años para prepararse y competir con los gigantes petroleros o de telecomunicaciones, por lo que calificó de "impresionante y sorprendente" que a Pemex, cuyo aporte fiscal rebasa al de todas las firmas que cotizan en bolsa, se le dieran sólo 60 días para competir con firmas de gran peso político y económico (Exxon, Chevron, Shell etcétera) apoyadas en persuasivos y acaudalados cabildos, por el Departamento del Tesoro vía FMI-Banco Mundial-BID y el escudo diplomilitar de Estados Unidos metido hasta la cocina, luego de 12 años de panismo.

En el dictamen se detectan con diáfana claridad, múltiples huellas del Tesoro y el diktat imperial en los tiempos del techo petrolero. Se trata de un PAE con empréstitos por rama del BM/BID, al que se accede sólo bajo las condiciones macroeconómicas del FMI. Si a esta "condicionalidad cruzada" se agregan las comisiones de los altos cargos que manejan los PAE (con depósito legal en cuentas suizas, dice Stiglitz), no es difícil explicar la fluidez con que transita la desnacionalización del"proceso de toma de decisiones" en materia energética, ajustándolo a los intereses empresariales y de seguridad de Estados Unidos con las consecuentes mutilaciones constitucionales.

La supeditación de Hacienda al FMI está en la base de la brutal agresión fiscal a que se somete a Pemex para, por tres décadas, implantar la veda a más refinerías, debilitar la integración vertical de Pemex, abrir las puertas a los contratos de riesgo, aceptar inversión extranjera al 100 por ciento en petroquímica, abrir paso a la privatización total del sector,"permitiendo la competencia doméstica e internacional" ante Pemex, como se consignó en las Cartas de Política por Rama del BM, base del dictamen, sintetizadas en La reforma del monopolio petrolero de México, documento de 1992 de la Heritage Foundation, Washington DC.

Ya que FMI-Hacienda, vía diseño presupuestal, gravitan sobre lo que procede o no en Pemex, resulta relevante tener presente, como advirtió Fluvio Ruiz, que el dictamen no ofrezca un mecanismo bien definido "que garantice la autonomía presupuestal y de gestión de Pemex, ni quede claro en qué proporción habrá una disminución de la carga fiscal a Pemex" (La Jornada 8/12/13 p 5). Se corrobora, como afirma Benito Osorio, ex presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, que los dichos de Peña Nieto de fortalecer a Pemex fueron "una maniobra mediática", ya que el dictamen, además de"recuperar y restablecer una actividad como existía antes de la nacionalización petrolera"..."crea un esquema de competencia donde el más afectado será Pemex" (ibid).

Pese al amplio programa fiscal/administrativo impuesto por el FMI-Hacienda que induce el debilitamiento de Pemex y el finiquito de toda actividad sustantiva, la rentabilidad anual de la paraestatal es de más de 100 mil millones de dólares debido, en gran medida, al inusitado aumento en los precios del crudo. En los años 90 la canasta mexicana promedió 18 dólares por barril y hoy se cotiza en casi 100 dólares. En el tercer trimestre de 2013 la utilidad de Pemex antes de impuestos, derechos y aprovechamientos fue de 186 mil 885 millones de pesos (mmp) obligándosele a pagar más de 226 mmp, registrando una "pérdida" de 39 mmp, según estados financieros de la BMV recabados por Israel Rodríguez.

Coda: fuentes oficiales indican que pese al boom shale en Estados Unidos,"la producción de crudo en países fuera de OPEP no aumenta: la nueva producción apenas compensa la declinación de los yacimientos" (Bulletin of the Atomic Scientists, julio 2013). Por lo que se contemplan aumentos persistentes en los precios. Finiquitar a Pemex privatizando la jugada a favor de las Exxon/Chevron, los Ramírez Corzo y Reyes Heroles: he ahí uno de los ejes clave de la gran hazaña de los Santa Anna en turno.

La Jornada

 

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