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Colombia :: 17/09/2012

Colombia: Se reúnen y organizan trabajadores y sindicatos de clase

Horacio Duque Giraldo
Colombia ha sido convertida en un paraíso laboral para las multinacionales, afirmaron en la reunión convocada por la Marcha Patriótica y la Federación Sindical Mundial

Un Encuentro Nacional de trabajadores y sindicatos de clase se realizó en Bogotá los días 14 y 15 de septiembre del año en curso, convocado por la Marcha Patriótica y la Federación Sindical Mundial/Colombia. Dicho certamen contó con la participación de 400 personas y 140 organizaciones obreras y de otras agremiaciones de trabajadores. Se trato de un evento con altísimo nivel de organización, disciplina, debate ordenado y profundo sobre diversos aspectos del mundo laboral y sindical colombiano.

La reunión se llevó a efecto en el Auditorio Luis A. Morales del Barrio Policarpa Salavarrieta y deliberó en los salones de la Asociación Distrital de Educadores y del Sindicato de los obreros de la construcción, donde se reunieron varias comisiones, entre las que cabe destacar la de los trabajadores del sector minero/energetico y agrario.

El objetivo político de tal escenario se orientó a ordenar un "programa de acción" que permita recuperar y fortalecer la esencia de clase del movimiento obrero nacional y de sus organizaciones sindicales afectadas por el oportunismo, la corrupción y la manipulación de la clase dominante.

La reflexión, el análisis y el debate se ocuparon de aspectos como la actual situación laboral, la organización de los pensionados, las reformas gubernamentales en curso y la crisis que afecta la Central Unitaria de Trabajadores/CUT.

La implementación de las recetas del "Consenso de Washington" y la aplicación del modelo neoliberal en los últimos 20 años, iniciado con la Apertura económica del ex presidente Cesar Gaviria en 1990 y ampliado con los procesos de la globalización que conllevan la firma de varios TLCs, ha tenido terribles consecuencias en la situación de la clase trabajadora y en el empleo de millones de seres humanos. En las últimas décadas ha caido verticalmente el trabajo remunerado tanto agrario como citadino, a consecuencia de la exclusión absoluta de los trabajadores estables y del aumento descomunal del trabajo gratuito y de la denominada ocupación temporaria y rotativa (trabajadores vinculados por breves jornadas, por resultados o contratados por horas al día).

Hoy, millones de trabajadores están inmersos en la desocupación sin poder encontrar actividades con salarios dignos para su supervivencia, lo que hace que se conviertan en vendedores callejeros o en "profesionales del rebusque". El 55% de la población está en la informalidad laboral. Al ejército del paro se unen de manera permanente cientos de campesinos y mineros expulsados por los megaproyectos y cesantes por la bancarrota de empresas multinacionales con ocasión de la crisis financiera global.

De igual manera, los términos de contratación son aberrantes: las jornadas son bestiales y el trato inhumano; el potencial despido obliga al pago individual de los seguros de salud por el que reciben un servicio precario; el pago no continuado de pensión impide acceder a la jubilación; y los frecuentes accidentes son un riesgo biológico vital.

Como no hay organización sindical independiente, los obreros a destajo están sometidos a la dictadura de inspectores y supervisores implacables; la generalización del "teletrabajo" ha transformado los sitios de habitación del obrero en lugares de ocupación laboral y explotación total con inspección electrónica y ahorros en las infraestructuras correspondientes.

Característica particular presentan los "contratos de trabajo" promovidos por las instancias gubernamentales. En un tiempo fueron los de las Cooperativas de Trabajo Asociado que hoy han sido sustituidos por otros más onerosos conocidos como Sociedades Anonimas Simplificadas/SAS y el "contractualismo sindical" que transforma a los sindicatos en actores de mediación y gestión laboral, sin respeto por los derechos y las garantías básicas.

Este factico laboral imperante está acompañado por desarrollos neoinstitucionales regresivos que incorporan leyes, decretos, resoluciones, gestiones administrativas y pronunciamientos judiciales contra los obreros. Por ejemplo, la "Ley del primer empleo" es un absoluto fiasco propiciado por el actual gobierno; en igual situación están los proyectos de reforma a las pensiones, de regulación neoliberal de la salud y los que pretenden ampliar la base gravable de los salarios, incluyendo la retención del 50% de las cesantias.

Todo este cuadro ha sido complicado aun más para los trabajadores por los procesos de globalización neoliberal que conllevan los TLCs firmados por el gobierno colombiano con Estados Unidos, Corea del Sur y otras naciones.

Las relocalizaciones factoriales de las multinacionales, hambrientas de trabajo precario, se reflejan en el incremento de zonas francas, puertos secos, zonas económicas especiales de exportación, parques tecnológicos, fabricas en altamar y otros sistemas de trabajo esclavo. Modalidades que son verdaderos "encuadres penitenciarios laborales", ubicados en los alrededores de las grandes urbes o puertos maritimos, organizados como maquilas que ensamblan productos para el comercio internacional, con total desconocimiento de los derechos laborales, pensionales y sindicales. Es el imperio de la flexibilización laboral llevada a los extremos de un capitalismo salvaje.

Colombia ha sido convertida en un paraíso laboral para las multinacionales. Más cuando los cambios legales implementados por el régimen oligarquico imperante han significado un duro golpe a las pensiones y prestaciones sociales adquiridas tras largos años de lucha.

A lo que ha contribuido el colaboracionismo y la conciliación de connotados esquiroles que hacen su labor para favorecer a los patronos y su Estado. Es el caso de Julio Roberto Gomez, el jefe de la CGT y de otros reconocidos miembros de la CUT, cooptados por la narrativa fantasiosa postmoderna del capital.

Hechos que gravitan en la crisis de la CUT, la principal organización de los trabajadores, bajo el control de elementos oportunistas que actuan menos como representantes del movimiento obrero y más como esquiroles al servicio de los empresarios y el capital.

La actual dirigencia de la CUT, verdadera camarilla antiobrera, quiere la liquidación de la misma. Sus pasos son nefastos, como la afiliación a la Confederacion Sindical Mundial/CSI, que unifica la Confederación Sindical Internacional de Organizaciones Sindicales Libres/CIOSL y la retrograda y clerical Confederación Mundial del Trabajo/CMT. Un verdadero retroceso.

Es lo que explica la acción consecuente de la Federación Sindical Mundial/FSM Colombia que conjuntamente con la recien organizada Marcha Patriótica, se proponen animar la movilización clasista de los trabajadores en base a principios fundamentales del movimiento obrero como la independencia de clase, la democracia obrera y sindical, la conciencia política, la solidaridad de clase, el internacionalismo proletario, la acción colectiva y organizada y la permanente indignación de clase contra la explotación capitalista y la arbitrariedad política.

El Plan aprobado por la plenaria determinó la realización de una jornada de indignación y un paro de trabajadores para los primeros días del mes de octubre. Se espera que el 12 de octubre, fecha emblemática de Colombia, millones de trabajadores desarrollen diversas acciones reclamando sus derechos y la solución de sus peores problemas, entre otros el desempleo y las precarias condiciones de trabajo.

Además la mayoría de los participantes expresaron su apoyo a la Mesa de Diálogo por la paz entre la insurgencia y el gobierno del señor Santos que se instalará el 8 de Octubre en Oslo, exigiendo el cese inmediato y bilateral del fuego y las hostilidades para potenciar la solución del conflicto armado nacional. Para el efecto se desarrollaran actos en la Plaza de Bolivar de Bogota y de todos los municipios del país.

Esta movilización mostrará la fuerza del movimiento obrero clasista colombiano, que reclama, adicionalmente, la realización inmediata del Congreso Nacional de la CUT. Actividad que incluye plantones y protestas frente a las sedes oficiales de la actual burocracia aburguesada y cooptada de la Central.

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