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Chile :: 16/11/2019

Constituyente: ¿Nueva "transición pactada"? El Frente Amplio aprende a cocinar

Agencias / La Haine
El movimiento popular chileno rechaza la estratagema constituyente de la oligarquía

¿Nueva "transición pactada"? El Frente Amplio aprende a cocinar

Una nueva trampa se ha cocinado. ¿La "alegría 2.0"? ¿Cómo conquistamos una Asamblea Constituyente 100% libre y soberana ahora?

Pablo Torres, Dauno Tótoro 

Mientras en el Wallmapu se desató durante todo el día una brutal represión contra el pueblo mapuche y contra la juventud que resistían en las calles, y en todo el país se movilizaron decenas de miles a 1 año del asesinato impune del weichafe Camilo Catrillanca, en “palacio” parlamentario se negoció hasta altas horas de la noche una política de consenso desde la UDI hasta el Frente Amplio (sus principales partidos como RD, Partido Liberal, Comunes, y figuras como Gabriel Boric, de Convergencia Social, aunque sin la firma oficial de este partido), sin contar al PC, para acordar una “salida” a la crisis que vive el gobierno de Piñera y el viejo régimen, que busca defender con sus últimas trampas los pilares del “modelo”.

Para la historia quedarán las imágenes de los principales referentes del Frente Amplio, como Gabriel Boric y Giorgio Jackson, negociando en los pasillos parlamentarios con los personeros de la derecha como la UDI Jacqueline Van Rysselbergue, el RN Mario Desbordes, y el Evopoli Felipe Kast.

Justo, ironía, al cumplirse el primer aniversario del asesinato de Camilo Catrillanca, cuando el mismo senador Kast decía hace un año que el comunero “había fallecido en un enfrentamiento”, alimentando un montaje contra las comunidades mapuche que viven cotidianamente la militarización del racista Estado chileno.

La dirección y los principales partidos del Frente Amplio decidieron, con todo, hacerse parte de la “cocina” parlamentaria para “salvar” al gobierno y la crisis. Acordaron una salida institucional. Aprendiendo a cocinar entre las 4 paredes, codo a codo con la derecha, y con quienes ahora parecen ser sus mentores: los dirigentes de la ex Concertación, especialistas en acuerdos y negociados por arriba para que decidan los mismos de siempre. El camino de Boric, de Convergencia Social, y Jackson, de Revolución Democrática, es seguir los caminos de la vieja Concertación como falsos amigos del pueblo para sostener los pilares del “modelo” cuestionado en las calles.

Es imposible no rememorar y hacer historia: hace exactamente 30 años, frente a la enorme resistencia de masas a la dictadura de Pinochet, se preparaba un pacto similar: un acuerdo transversal por arriba, un plebiscito, ninguna salida de fondo favorable a las grandes mayorías trabajadoras y mantención de la impunidad. Ni siquiera se habla de asamblea constituyente, sino "convención constitucional" (sólo en caso que esta opción gane), y la derecha tendrá siempre el poder de veto con 1/3 asegurado), y el sistema electoral será el actual que beneficia a los partidos empresariales del régimen.

En este caso Piñera sigue en pie, libre de polvo y paja, junto a su gobierno y la policía dejando a su paso más de 20 muertos, 200 víctimas con pérdidas de al menos un ojo, víctimas de mutilación, 23 mil heridos, torturados, mujeres violadas, golpizas a niños de hasta 8 años de edad, a abuelas y abuelos, y casi 1.500 en prisión preventiva. Sin olvidar que pasará a la historia por haber puesto a los militares en las calles, que no dudan en disparar contra los pobres cuando abrieron la más importante intervención de las masas en la historia reciente del país.

Este acuerdo será en base a una nueva impunidad encubierta bajo un acuerdo orquestado por toda la clase empresarial y el viejo régimen, donde el Frente Amplio ha estampado su firma. Las pensiones, los salarios, la educación, la salud, vivienda, reivindicaciones del pueblo mapuche y las mujeres, no pueden esperar. Y este acuerdo que busca “cerrar la crisis” mantendrá las AFP, los salarios y pensiones de miseria de las abuelas y abuelos de la clase trabajadora, la precariedad laboral y de la vida, las viviendas indignas y el hacinamiento, las listas de espera con personas muriendo sin ser tratadas, el endeudamiento frente a los bancos que se enriquecen con la angustia de los préstamos, continuará la militarización y represión brutal contra el pueblo mapuche, sin otorgarle ni territorio ni autonomía ni derecho a su auto-determinación. Los recursos naturales como el cobre, el litio, el agua y la luz seguirán en manos de multinacionales y grandes familias.

Es que esta salida parte de una base: no saldrá Piñera, no se terminará con la herencia de la dictadura militar y controlarán el proceso los mismos viejos partidos que han administrado esta herencia por décadas. Quieren desesperadamente salvarle el pellejo al régimen y buscarán mantener todos los resortes del régimen y del “modelo”, teniendo a su favor la fuerza empresarial y militar. Y el Frente Amplio aporta con lo suyo para las auto-reformas.

Esa coalición de “nueva izquierda” que decía representar a la juventud que luchaba, que nacía con un discurso contra el “duopolio”, tan solo 2 años después decide hacerse parte de la cocina parlamentaria de ese viejo duopolio y se ubica como un pie izquierdo del régimen heredado de la dictadura militar. No se proponen tocar a los grandes poderes quienes manejan los resortes del viejo régimen.

El Frente Amplio decidió poner toda su fuerza para desviar la potencia de la movilización de masas hacia una negociación por arriba con la derecha y la ex Concertación, salvando a Piñera y su 9% de aprobación, cuando la fuerza de la lucha, a un mes de iniciada esta rebelión, puede ir por mucho más.

Y seguirá estando presente, aunque con este acuerdo intenten descomprimirla mientras la policía reprimirá más brutalmente contra quienes luchen.

El Frente Amplio ha pasado su primera gran prueba, con 21 parlamentarios, aportando en que el viejo régimen se salve y busque recomponerse con sus trampas. No es casual que los partidos de derecha y ex Concertación salgan a celebrar un “acuerdo histórico”, engañando. Así lo hicieron hace 30 años atrás. No es casual que Piñera a través de sus ministros celebrara en conferencia de prensa este “día histórico”.

Sin embargo, la juventud, la clase trabajadora, las mujeres y pobladoras/es, el pueblo mapuche, no se dejarán engañar fácilmente. No sacarán las calles de la escena, porque se ha abierto un proceso profundo en las masas que no nos resignaremos a acuerdos por arriba de este odiado Congreso y reclamarán e irán por sus reivindicaciones en múltiples formas. Ya lo hacen cotidianamente porque “Chile Despertó”, y no se frenará a la rápida, menos con estos acuerdos y trampas cupulares.

Por su parte, el Partido Comunista, que no obstante haber participado de las negociaciones se restó al final ante el impresentable intento de “veto” de una minoría, sin embargo, abandonó rápidamente el “Fuera Piñera” que se grita en las calles por un “diálogo sin exclusión” de la Mesa de Unidad Social- donde dirigen organizaciones como la CUT- con el asesino. ¿Qué se puede “dialogar” y “negociar” con un régimen manchado en sangre del pueblo?

La Izquierda diario

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El movimiento popular chileno rechaza la estratagema constituyente de la oligarquía

Durante la madrugada de este 15 de noviembre, los partidos políticos pinochetistas y su complemento, la llamada ‘oposición’ funcional de la Democracia Cristiana, PPD, Partido Socialista y buena parte del Frente Amplio, fraguaron en el Congreso una fórmula de ‘proceso constituyente’ que no hace más que fortalecer la institucionalidad oligárquica dominante.

De esta manera, el Congreso, la entidad que concentra el mayor rechazo de la población, consideró que el movimiento popular quedaría satisfecho y todo volvería a «la normalidad» de los cementerios que tanto precisa el capital para su reproducción, ampliación y utilidades. Desde el Congreso o desde arriba, la sociedad en lucha se ve como una masa ignorante, irracional, necesaria de ser conducida.

Tanto fue el optimismo de las clases dominantes que el valor del peso se fortaleció respecto del dólar, y el rostro del grupo económico más poderoso del país, Andrónico Luksic, festejó el ‘acuerdo’ cocinado entre cuatro paredes.

Sebastián Piñera terminaría su mandato firmando una nueva Constitución de modificaciones cosméticas en un par de años y tan antipopular como la actual, y se salvaría de pagar su responsabilidad política respecto de las innumerables violaciones de los DDHH cometidas durante su gobierno y, en particular, en el último mes.

Sin embargo, los pueblos son inteligentes, se organizan por sí solos y no precisan ser mandados. El resultado de la confabulación del sistema de partidos políticos institucional no respondió a ninguna de las demandas y derechos por los cuales ofrece batalla la sociedad despierta y popular desde el 18 de octubre pasado.

En Santiago, en la Plaza de la Dignidad (ex Plaza Italia), desde media tarde comenzaron ayer a reunirse decenas de miles de personas para protestar ante al nuevo engaño. Trampa que revela las relaciones profundas y los compromisos clave entre la derecha tradicional y la ex Concertación o ex Nueva Mayoría.

Uno de los efectos del arreglo por arriba fue, entre otros, la división durante la tarde del Frente Amplio. Por su parte, el Partido Comunista con el Humanista no participaron de la cocina politiquera, pese a que, efectivamente, el Presidente de la tienda de la hoz y el martillo afirmó que sí harán parte del proceso constituyente.

Abajo, el video de OPAL de la manifestación popular que, para variar, no estuvo exenta de una feroz represión policial.

OPAL / Resumen Latinoamericano

 

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