Cuba frente a sí misma. ¿En pos del socialismo o hacia su negación?

Resulta recurrente la idea que el Proyecto Socialista Cubano ha tenido siempre sus días contados. Que a pesar de su resistencia su propuesta de organización socioeconómica y de estado se mueve en el espacio de un conteo histórico regresivo. No debiera extrañar que dicho convencimiento viniera desde afuera.

Desde personas y círculos políticos que más que creer en las realidades capitalistas en que viven, rechazan que cualquier éxito de la alternativa de desarrollo cubana les venga a derrotar definitivamente no tanto las ideologías, sino las apuestas maximalistas acerca del equívoco histórico de la Revolución cubana, de la herejía per se de un proceso social liberador en el cual nunca han podido creer por predisposición de clase o intereses privados y contra el cual han sentido la obligación "política" de militar.

Pero cuando sobre el supuesto de una reversibilidad por causas internas de ese mismo Proyecto se discute en el seno de la propia sociedad cubana - más allá de las voces nihilistas de oficio - el asunto refleja un problema real. Es decir, aquello que no sólo suscita preocupación sino que amerita soluciones de fondo. Todo ocultamiento siempre artificioso de la complejidad de la realidad social será una forma de hacer lo contrario.

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