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Argentina, Anti Patriarcado :: 12/04/2013

El derecho al aborto es una cuestión de Derechos Humanos

Julia de Titto
Entrevista con Ruth Zurbriggen, de la Colectiva Feminista La Revuelta, en el marco de la reunión de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Todas las personas que tienen la fe católica tienen todo el derecho del mundo de tenerla, pero esa religión no puede imponerse como política de Estado. Ahí están transgrediendo otra vez derechos humanos.

El sábado pasado se realizó en la Ciudad de Buenos Aires la plenaria de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Más de 200 personas y con participantes de 16 provincias, se reunieron en el local de ATE Capital y discutieron, durante todo el día sábado la coyuntura actual y los desafíos de la lucha por el derecho al aborto en este 2013. El viernes se había realizado en el anexo del Congreso de la Nación un seminario de debate sobre el panorama en la región y las experiencias de las organizaciones de mujeres y feministas en nuestro país.

En ese contexto, Marcha entrevistó a Ruth Zurbriggen, integrante de la Colectiva Feminista La Revuelta, que forma parte de la Campaña desde sus orígenes, militante feminista de la provincia de Neuquén y referente en la lucha por este derecho.

- ¿Cuál es el balance que hacés de esta plenaria nacional de la Campaña?

Esta reunión siempre es muy importante porque es la única vez en el año que nos juntamos las compañeras de las distintas provincias. Vuelve a poner algo en evidencia que es la importancia de la federalidad y la diversidad de la Campaña. Como toda organización no es un ámbito donde la armonía reina, sin embargo las disputas y las diferencias políticas sobre todo, se ponen siempre en un lugar que no atente contra el acuerdo que tenemos que es lograr la despenalización y legalización del aborto en la Argentina. Hemos tomado resoluciones que van en el sentido de decir “acá estamos y no vamos a abandonar ese lugar que hemos conquistado a lo largo de estos años”.

Estamos fortalecidas porque hemos logrado, en estos ocho años de Campaña, que el tema del aborto esté dentro del escenario social, político, cultural. Que cada vez más mujeres se animen a contar sus experiencias de aborto sean mas cercanas o mas lejanas, las redes de médicos y médicas amigables, el fallo de la Corte Suprema de Justicia (que no vino a traer un derecho, pero vino a decir el artículo 86 del Código Penal debe interpretarse así). Y también decirles a los legisladores y las legisladoras “acá estamos”.

-¿Y la discusión en el Congreso cómo viene?

Sabemos que a nivel legislativo, desde el año 2012, hay un cerrazón política en la decisión de instalar el tema en el Congreso de la Nación. Si queremos una ley es de ahí que tiene que salir. Estamos dispuestas a seguir empujando. Hemos andado tanto y hemos conseguido un consenso que creo que no tiene vuelta atrás.

La responsabilidad de quienes deben discutir la ley y no lo hacen es una responsabilidad política y social que atenta contra los derechos humanos de las humanas, que atenta contra la democracia y contra la laicidad. Y tienen una responsabilidad como clase política con las mujeres. Yo remarco que esas responsabilidades no son iguales. Hoy el Frente para la Victoria tiene mayoría en el Congreso de la Nación y es evidente que la puerta que se ha cerrado para debatir, viene de ese lado.

- Aníbal Fernández [senador y ex-ministo de los Kirchner] la semana pasada declaró que ahora que Jorge Bergoglio era papa, dar despenalizar y legalizar e aborto era prácticamente imposible. ¿Qué opinión te merece esa afirmación?

El año pasado no había papa argentino y tampoco hubo debate. Creo que por supuesto impacta la designación de Bergoglio y por eso también esas declaraciones de Aníbal Fernández. Lo que debería reconocer es que el papa es argentino pero la Argentina no es del papa. Estamos en un Estado que debiera ser laico pero evidentemente no lo es. Todas las personas que tienen la fe católica tienen todo el derecho del mundo de tenerla, pero esa religión no puede imponerse como política de Estado. Ahí están transgrediendo otra vez derechos humanos. Es lamentable y repudiable que Aníbal Fernández diga eso. Desde su punto de vista pareciera que las políticas de Estado están determinadas por los acuerdos con las políticas del Vaticano. Evidentemente el Vaticano no funciona como una religión sino como una clase política más que impone agenda. Desde ese punto de vista es tremendo.

Decimos que es una cuestión de derechos humanos, y ojo, es muy importante lo que se está consiguiendo con los juicios a los genocidas, y hay que seguir avanzando por ahí y es reconocible todo eso. Pero los derechos humanos deben ser vividos en la cotidianeidad. Los derechos humanos son para vivirlos en esta vida presente y encarnarlos en este tiempo. Los derechos humanos de las humanas a decidir sobre los propios cuerpos, a que se nos reconozca la entidad ética que tenemos las mujeres para decidir cuándo un embarazo no buscado es viable o no con este momento de nuestras vidas, nos los deben reconocer. Pero las mujeres sabemos que tenemos esa entidad ética y lo asumimos cada vez que acompañamos y cada vez que las mujeres deciden abortar.

Pese a las declaraciones de Aníbal Fernández, las 500 mil mujeres que abortan por año en este país, seguirán abortando cada año. Lo que para él es imposible es una realidad que impacta contra las mujeres de los sectores más empobrecidos. Porque seguramente hay sectores que acceden al aborto seguro porque pagan muchísimo dinero, pero las que no tienen dinero para pagar un médico tienen que generarse una serie de artimañas para no morir en esta decisión. Ninguna mujer quiere morir en esa decisión. También, y esto es muy importante reconocerlo, por los avances que se han hecho a lo largo de estos años por la existencia del libro de la Línea “Más información menos riesgos”, por la existencia de las redes sociales que pasan información, las mujeres se están dotando de herramientas y cada vez están más acompañadas por mujeres que damos esa información, que les insistimos con que hagan sus controles post aborto, que hacemos redes con médicos, etc.

Todo eso, que es subterráneo, que nadie lo quiere ver, sigue existiendo mal que le pese a cualquier dirigente político de este país. Acá estamos. A los diputados y diputadas les vamos a seguir exigiendo. No somos inocentes políticamente, sabemos que se abre un año de muchos desafíos. Pero sabemos que a las feministas y a las mujeres en general, nada nos ha sido fácil. El tema está en, justamente, como generamos este tipo de movimientos para fortalecer estas luchas y seguir andando.

- ¿Qué implica en concreto para el feminismo hoy plantear la discusión sobre la necesidad de un Estado laico?

Básicamente que el Estado deje de subsidiar a la Iglesia católica, por ejemplo. Que en la reforma del código civil la Iglesia católica tenga otro status y no el que tiene. Que se deje de subsidiar a las escuelas privadas y a las universidades privadas que tiene la Iglesia católica. Insisto, tienen todo el derecho del mundo a tenerlas, pero no con fondos de un Estado en el que habemos pluralidad de creencias de ideologías. Es muy necesario insistir con esto de la laicidad del Estado. Que se saquen todas las cruces y los crucifijos de las oficinas públicas, de los despachos de los jueces y las juezas, de las escuelas. Esos son algunos ejemplos.

www.marcha.org.ar

 

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