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Cuba :: 20/04/2013

El papel de la cultura en la sociedad cubana

Alfredo Guevara
Acaba de morir uno de los mayores intelectuales cubanos, compañero de Fidel en el 26 de Julio de los años '50 y defensor de la libertad de expresión revolucionaria

Texto escrito por el destacado intelectual Alfredo Guevara en el foro de Cubarte: Medio siglo de Revolución en la Cultura Cubana. Con su publicación, Cubarte le rinde postrer tributo.

En el siglo XVIII, a finales, pensadores españoles que no se sabían cubanos, comenzaron a estudiar nuestra realidad con tanto amor que prefundaron la patria; otros ya en el siglo XIX, y no debo ser exhaustivo hicieron culminar sus reflexiones en una figura, el padre Félix Varela que todo simboliza. El Vaticano no sabe si canonizarlo porque según se dice falta en su vida un milagro. No acaban de comprender que el maravilloso milagro del padre Félix Varela fue descubrir que Cuba era Cuba, ese es su milagro: pensar por primera vez la identidad cubana y de pensarla como nadie porque subrayó que solo la nación sería cuando blancos y negros sin diferencias pudieran saberse ciudadanos.

Ese sueño lo echó andar otro intelectual, otro pensador, otro combatiente, Carlos Manuel de Céspedes, que desencadenó la guerra de independencia proclamando, al mismo tiempo, la independencia y la abolición de la esclavitud. Realizaba el sueño pero marcaba, al mismo tiempo, que una revolución nacional lo era también social. La historia ha demostrado, en todos los países y regiones, que cuando lo nacional y lo social entran en simbiosis, el resultado se llama pólvora.

En los años de la República, la obra de los intelectuales más destacados en todos los campos fue diseñando nuestra imagen, esa imagen de muchos rasgos, diversa y una. Claro que hablo de los intelectuales más directamente relacionados con las expresiones literarias y artísticas y, en algunos casos, de orden filosófico y por ende político.

En los años casi inmediatos al proceso que condujo al triunfo revolucionario, esos años de los que puedo hablar en protagonista, tuve la suerte de tener por profesores a algunas de esas figuras que seguían forjando la imagen de la patria, su densidad espiritual recuerdo a Elías Entralgo, a Jorge Mañach, a Rafael Gracía Bársena, a Luis de Soto, a Rosario Novoa, a Camila Enrique Ureña, a Vicentina Antuña, a Fernando Ortiz a Emilio Roig de Leuchsenring y ect., etc., ect. En esa época Orbón, Harold Gramach, Lezama Lima, Cintio Vitier, José Ardevur, Wilfredo Lam, Amelia Peláez, Portocarrero, ect., ect., ect., iban enriqueciendo este mundo que era Cuba, pero menciono solo algunos, no puedo ser exhaustivo pero me atrevo a decir que ellos los que alcanzo a citar, vivían sus vidas con conciencia plena de que teníamos que barrer de este país el carácter neocolonial entronizado desde la ocupación múltiple por las fuerzas armadas norteamericanas y la imposición de la Enmienda Platt.

Faltaba mucho por hacer y ellos educaban a nuestra generación para esa tarea, no es por eso nada extraño que Fidel afirmara que quien había pensado realmente el Moncada, la inspiración de aquel instante inicial, había sido José Martí.

En nuestros días, quiero decir, en los primeros años de la Revolución, mantuvo muy productivamente su trabajo en el grupo Orígenes con algunas de sus figuras más notables: Lezama Lima, Fina García Marruz, Cintio Vitier, el padre Gastelo y otros, la generación que se agrupó en lunes de Revolución y otra parte emergente en el ICAIC. Fue un período de presencias, surgimientos y tormentas y sus protagonistas, unos y otros, continúan su obra hasta hoy y ha dado aquella generación figuras que hoy tienen los más altos reconocimientos: Pablo Armando Fernández, Antón Arrufat, Reinaldo González y en otro marco Roberto Fernández Retamar.

La generación que encontró su medio de expresión en el cine nos ha dado por citar unos pocos: a Tomás Gutiérrez Alea, Santiago Álvarez, Manuel Octavio Gómez, Julio García Espinosa, Humberto Solás que cito como símbolos. La nueva trova nos ha dado cantautores que son verdaderos poetas. Como poetas fueron los representantes de la trova que llamamos vieja. Las generaciones mucho más jóvenes, en gran medida resultado del trabajo del ISA, han dado sobre todo artistas que en la plástica, en la música y el teatro alcanzan niveles en Cuba y en el extranjero que con aquellas primeras figuras cubren toda esta época.

La danza ha mantenido su impronta en el marco de la cultura cubana, enriquecida permanentemente con nuevas figuras, tanto en la interpretación como en la figuras. Y no seguiré, pues todo cuánto anoto va dirigido a subrayar que se trata de artistas, de creadores, revolucionarios y listos a revolucionar en cada instante su arte, es decir, a enriquecer de este modo la Revolución.

Es que ser artista verdadero es ser revolucionario todo el que transforma la realidad lo es casi que por definición. Y ahora una observación personal aprecio, y te digo, que han surgido en Cuba muy jóvenes investigadores y ensayistas que son como un nuevo matiz de nuestra literatura, lo cierto es que espero todavía a un Carpentier o un Lezama en la literatura. No es el caso de la música, del teatro, de la danza, de las artes plásticas, esa ascensión de la montaña en esas expresiones artísticas parecen logradas. Ahora descubro en la cercanía de la generación más joven, tantos escritores y más escritoras aun, que esa esperanza anotada tal vez tenga respuesta.

Cubarte

 

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