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Asia :: 07/01/2018

El régimen de EEUU reconoce su derrota en Afganistán, pero ahora encontró a un culpable

Sputnik / La Haine
Opiniones de dos analistas, uno estadounidense y el otro ruso, sobre las cusas de la derrota de EEUU en Afganistán

Zalmay Khalilzad analiza para el bimensual derechista 'The National Interest' que desde el 11 de septiembre de 2001 Pakistán está llevando un doble juego. Por un lado, Islamabad ayuda en la caza de los terroristas de Al Qaeda, mientras que por el otro da cobijo, entrena y socorre al movimiento Talibán y a la Red Haqqani, culpables de la muerte de miles de soldados (estadounidenses y afganos) y civiles (afganos y pakistaníes).

En la búsqueda desesperada de un culpable, Khalilzad elabora su teoría: "La astuta política de Islamabad fue el factor clave que impidió [a los soldados invasores estadounidenses] alcanzar el éxito en Afganistán. El final del apoyo brindado a los extremistas y a los insurgentes por parte de Pakistán es esencial si esperamos reducir la amenaza terrorista, contener la violencia y solucionar el conflicto".

Este análisis y otros similares que han aparecido en los últimos meses, cuando empezó a quedar definitivamente claro que la derrota estadounidense en Afganistán era imparable, están detrás de la decisión del régimen trumpista de recortar la ayuda a Pakistán por su supuesta ayuda o pasividad ante el terrorismo.

Por su parte, el periodista ruso Dmitri Seróv analiza con más seriedad, en un artículo publicado por el portal 'Fondo de Cultura Estratégica', que tras 16 años de invasión de EEUU en Afganistán parece que en Washington "decidieron encontrar a un culpable (externo, claro) de su fracaso y este es Pakistán".

La decisión de Trump de aumentar el contingente militar de EEUU desplegado en Afganistán apenas podrá compensar la pérdida de control que tiene sobre el país el Gobierno afgano dirigido por EEUU y el encierro de las tropas invasoras en unas pocas fortalezas rodeadas de talibanes, de las que cada vez que intentan salir, sufren muertos y heridos.

Según varios expertos, el movimiento Talibán y la Red Haqqani controlan la mayor parte de Afganistán, incluida la frontera con Pakistán. La presencia de Daesh, que después de su derrota en Siria habría recibido dinero y armas de EEUU para trasladarse a Afganistán y ayudar a los invasores a sacarse de encima a los talibán, no ha mejorado la situación.

Lo más importante es que EEUU, que con su prepotencia ha empeorado una crisis creada por sus propias fuerzas, no tiene ni idea de cómo resolverla. Los soldados que participaron en la Operación "Libertad" Duradera se ganaron el odio de los civiles, que solo ven en ellos a unos ocupantes (lo que efectivamente son). "Por eso la retirada de las fuerzas de la coalición encabezada por EEUU de Afganistán planeada por Barack Obama fue tal vez el mal menor de todas las desgracias que ha experimentado este desafortunado país", recalca el periodista ruso.

Seróv opina que es posible que Trump haya puesto sus ojos en Pakistán para tratar de encontrar un culpable ante la lamentable situación de sus fuerzas en el vecino Afganistán, sobre todo de cara a los medios y a su propio pueblo. Recientemente, la agencia ABC informó que el Departamento de Estado de EEUU suspendió el pago de 225 millones de dólares a Islamabad en calidad de ayuda hasta que el país no lanze una operación contra el "grupo terrorista" Red Haqqani en las zonas fronterizas con Afganistán.

Pero las maniqueas simplificaciones típicas del régimen estadounidense no permiten analizar seriamente la situación. Los tuits con críticas de Trump y las políticas aplicadas por su Administración en relación a Pakistán no pueden calificarse de obras maestras de la geoestrategia, opina Sérov.

El periodista destaca que la Red Haqqani es una agrupación de pastunes muy influyente que no reconoce la frontera afgano-paquistaní, llamada también la línea Durand. Esta delimitación dividió por la fuerza al pueblo pastún y hoy en día la Red Haqqani está muy bien implantada en ambos lados de la frontera y lleva a cabo distintas actividades.

Su líder puede influir en la toma de decisiones por parte del Talibán. Su gente se dedica al pastoreo, a la agricultura, al comercio, al contrabando… "y mantiene distintos intereses comunes con los talibanes. (…) Ver solo a terroristas en la Red Haqqani significa simplificar la realidad de forma inadmisible. Declararles la guerra implica abrir la caja de Pandora. Si los estadounidenses quieren que Islamabad empiece una guerra en su propio territorio contra los pastunes, esta idea confirma una vez más que no han sacado ninguna lección de su fracaso en Afganistán", asegura.

 

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