El regreso de la derecha al Parlamento y el desafío de "El Pueblo legislador"

Un nuevo escenario político se abrió en Venezuela (al menos en el aspecto institucional) al asumir la nueva Asamblea Nacional, que renovó sus 165 diputados y diputadas elegidos el pasado 26 de septiembre. El regreso de la derecha al Parlamento marca un reto para el avance de una legislación progresiva; aún así, el mayor desafío para las fuerzas bolivarianas será materializar, plasmar en lo concreto y cotidiano, la consigna “El Pueblo Legislador”, idea fuerza insistentemente promocionada de cara a esta nueva etapa.

La flamante Asamblea Nacional, correspondiente al período legislativo 2011-2016, está integrada por 98 diputados y diputadas bolivarianos (97 del Partido Socialista Unido de Venezuela y uno del Partido Comunista), 65 de la Mesa de la Unidad Democrática (rejunte de una decena de partidos de derecha) y dos de Patria Para Todos, partido antes aliado al chavismo y hoy opositor.

Tras cinco años de ausencia, la derecha venezolana retorna al Parlamento, del que se negó a formar parte al no participar en los comicios legislativos anteriores, en un patético y fallido intento de boicot. En sus primeras intervenciones ya comenzaron a mostrar la hilacha, por ejemplo proponiendo para la primera vicepresidencia del parlamento a José Sánchez “Mazuco”, diputado electo por el estado Zulia y condenado a 19 años de prisión por homicidio.

Un pueblo legislando

“Juro ante el Libertador Simón Bolívar y ante mi pueblo: trabajaré duro, sin descanso, para que esta Asamblea Nacional se transforme en asamblea popular; para que el pueblo, ayer oprimido y dominado, se transforme en pueblo legislador y participe en forma directa y efectiva en la gestión pública nacional”. Así juramentaba Fernando Soto Rojas como nuevo presidente de la AN. Minutos antes, en su discurso, el diputado más veterano del PSUV reivindicaba orgulloso su pasado como guerrillero en los ´60.

En sintonía con el tipo de democracia consagrada en la Constitución Bolivariana, participativa y protagónica, se inscribe esta figura de “El pueblo legislador” como nuevo mecanismo para el empoderamiento popular y la transformación del parlamentarismo actual por uno construido y ejercido desde las instancias de poder comunal.

¿Cómo darle vida a esta consigna? ¿De qué manera evitar que se transforme en un slogan vacío de contenido? El nuevo Reglamento Interior y de Debates establece que la Asamblea Nacional sesionará una vez por semana en Caracas. El resto de los días, los diputados y diputadas deberán estar en sus comunidades, participando en instancias de funcionamiento regular, en el circuito donde fueron elegidos/as: allí deberían informar sobre la gestión de la Asamblea Nacional, promover el debate, recibir propuestas de anteproyectos de leyes y someter a consideración las decisiones que se discutirán. De concretarse esta dinámica, los legisladores se irán transformando en voceros y voceras del poder popular.