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Venezuela, Mundo :: 14/08/2023

El turbio negocio de la Cruz Roja Internacional

Misión Verdad
El reordenamiento de una ONG como la Cruz Roja en Venezuela les quitará de las manos a intereses foráneos una herramienta de injerencia y financiamiento

El pasado viernes 4 de agosto el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela emitió una sentencia en la que se ordena el cese de los cargos directivos de la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja. La decisión respondió a la apertura de una investigación del Ministerio Público sobre el presunto acoso y maltrato cometido contra voluntarios y trabajadores de la Cruz Roja nacional por parte de su presidente, Mario Villaroel.

La institución confirmó el proceso de reconfiguración con el nombramiento de la nueva Junta Reestructuradora que se enfocaría en "la actualización de estatutos, la creación de mecanismos de transparencia, la integridad de los voluntarios y la realización de elecciones democráticas en un plazo de 12 meses". Dicha instancia está integrada por miembros de la sociedad civil, sectores académicos y empresariales, bajo el liderazgo del empresario Ricardo Cusanno.

Para su renovación, la junta solicitará acompañamiento a la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC) y el Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC).

Orígenes corporativos

Durante la experiencia de Unificación Italiana se realizó la batalla de Solferino, en junio de 1859, y el empresario suizo Jean-Henri Dunant, quien se encontraba en un viaje de negocios, organizó servicios de ayuda de emergencia para los heridos austriacos y franceses. Su visión fue que el alivio debía llegar a todo el mundo, de cara a lo cual propuso la formación de sociedades de socorro voluntarias en todos los países.

En 1863 Dunant ideó el Comité Internacional y Permanente de Socorro a los Militares Heridos en Tiempos de Guerra y al año siguiente, el 22 de agosto, se llevó a cabo la Convención de Ginebra como primer acuerdo multilateral sobre dichas sociedades, que comprometió a los gobiernos signatarios a atender a los heridos de guerra, fueran enemigos o amigos.

En 1876 se oficializó su nombre como Comité Internacional de la Cruz Roja. Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz en 1901 y la convención fue revisada y ampliada para proteger a las víctimas de la guerra en el mar (1907), los prisioneros de guerra (1929) y los civiles en tiempo de guerra (1949).

Las sociedades de más de 30 naciones islámicas utilizan la media luna roja, sus programas y servicios abordan las necesidades tanto inmediatas como a largo plazo, tales como: respuesta de emergencia, preparación para desastres, atención y salud comunitaria, capacitación y actividades de primeros auxilios, restablecimiento del contacto familiar para las víctimas de desastres y actividades de jóvenes y voluntarios.

La Cruz Roja también prepara a las familias para el servicio militar y envía especialistas a trabajar con los sobrevivientes del desastre. Ha ganado el Premio Nobel de la Paz otras tres veces, en 1917, 1944 y 1963.

En tiempos del gobierno del general Joaquín Crespo, en 1895, llegó a Venezuela su primer presidente, otro empresario, Sir Vincent Kennett Barrington. Además de ser el promotor en Venezuela de la fundación de la Cámara de Comercio, fundó la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja. Su actual sede era el Hospital de Niños en Caracas y hoy lleva el nombre del médico Carlos J. Bello (1886-1933), quien fue su mayor impulsor en el país.

Desde sus inicios, la Cruz Roja ha estado vinculada a intereses corporativos.

En EEUU, el Congreso incorporó la actuación de la organización benéfica bajo la "supervisión del gobierno". Ocho de los cincuenta miembros de su junta de gobernadores son designados por el presidente de ese país, quien actúa como su presidente honorario. Actualmente los Secretarios de Estado y Seguridad Nacional son miembros de la junta de gobernadores.

Una historia opaca

El llamativo emblema rojo de esta ONG internacional está impreso en los costados de los vehículos que aparecen en devastaciones naturales, tormentas o incendios, para cuidar a los sobrevivientes. Sin embargo, se reportan detalles de su modo de proceder que incluyen en su historia algunas políticas racistas hacia los afroamericanos, o mentalidades corporativistas hacia los seres humanos.

John Barry documenta en su libro Rising Tide cómo, durante la Gran Inundación de 1927, los propietarios de las plantaciones se negaron a evacuar a los trabajadores agrícolas y aparceros negros del delta del Mississippi y Louisiana por temor a que la mayoría no regresara a sus miserables condiciones de esclavitud.

La Cruz Roja llamó "vivienda temporal" a unos campamentos similares a prisiones donde los miembros de la Guardia Nacional, blancos y racistas, golpeaban a los negros rutinariamente. Además, la "ayuda alimentaria" se entregaba primero a los blancos y, si quedaba algo, se dosificaba a los sobrevivientes negros.

El científico afroamericano Dr. Charles Drew fue director del Banco de Sangre de la institución en 1941 y desarrolló técnicas para almacenar grandes cantidades de sangre antes de la Segunda Guerra Mundial. Renunció a su cargo después de que el Departamento de Guerra estadounidense ordenara segregar la sangre de los donantes blancos y negros.

Aunque no se negaba a aceptar sus donaciones en efectivo, el organismo se negó inicialmente a aceptar la donación de sangre de los afroamericanos. A lo largo de la guerra, la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) investigó las quejas de los militares negros sobre su trato racista. Finalmente eliminó la segregación del suministro de sangre a escala nacional después de la guerra, pero permitió que sus capítulos del sur lo siguieran haciendo durante la década de 1960.

Un ejemplo mortífero de su historia fue la respuesta a las primeras etapas de la epidemia del SIDA en la década de 1980. Siendo el banco de sangre más grande de algunos países del Norte Global, como EEUU y Canadá, no colaboró en la contención del brote al realizar transfusiones de plasma infectado.

Sus bancos de sangre se opusieron a las pruebas nacionales para detectar el VIH debido al "costo financiero". En 2005, la Cruz Roja canadiense se declaró culpable de distribuir plasma contaminado que infectó a miles de canadienses con ese virus y hepatitis C en los años ochenta, lo que motivó su retiro del suministro a fines de la década de 1990. Pero no a la Cruz Roja estadounidense, cuyos principales administradores y funcionarios casi siempre provienen de las juntas directivas de grandes corporaciones o del alto mando militar.

Desastres, críticas y acusaciones

Se han documentado varios casos recientes que muestran cómo su eficiencia en la recaudación es mayor que la optimidad operativa de sus respuestas humanitarias. Si bien la Cruz Roja, sin duda, ha ayudado durante los desastres modernos, cada respuesta también arroja docenas de críticas y acusaciones de publicar pocos detalles sobre cómo gasta el dinero después de dichos sucesos.

Según NBC News, tras el 11 de septiembre de 2001, la propia directora general de la Cruz Roja estadounidense denunció que las personas traumatizadas fueron inicialmente tratadas cruelmente en sus "centros de compasión" y los voluntarios se quedaron sin hacer nada, sin consolar a nadie. A pesar de tener suficiente sangre disponible, la Cruz Roja solicitó donaciones durante una semana. De las más de 475 mil unidades que se entregaron generosamente, solo se usaron 258; el resto fue destruido.

La Cruz Roja Estadounidense es acusada de publicar pocos detalles sobre cómo gasta el dinero después de desastres naturales.

  • Según el New York Timesno habían abierto ningún refugio en las áreas más afectadas hasta dos días después del paso del huracán Katrina (2005). Además hubo denuncias de insensibilidad racial y ayudas "inexistentes".
  • El medio NPR informó que, después del terremoto de Haití de 2010, la organización gastó 125 millones de dólares --25% de las donaciones-- en gastos internos, y luego mintió al público y a los investigadores del Congreso al respecto. El informe gubernamental resultante decía: "Existen preocupaciones sustanciales y fundamentales sobre [la Cruz Roja] como organización".
  • Cinco años después del terremoto era imposible saber adónde habían ido a parar los 500 millones de dólares recaudados. Por ejemplo, en todo ese tiempo solo habían construido seis casas permanentes.
  • ProPublica, una web de información abierta, develó memorandos internos que pedían que durante las operaciones posteriores a los huracanes Isaac y Sandy (2012) los fondos se desviaran desde las actividades de socorro hacia "fines de relaciones públicas". Además, los supervisores hicieron circular docenas de camiones de socorro vacíos "solo para ser vistos" y los sacaron del servicio activo para usarlos como telón de fondo durante las conferencias de prensa de la Cruz Roja.
  • En 2013 ayudó a su exejecutivo, Gerald Anderson, a conseguir un trabajo en la ONG Save the Children después de expulsarlo por acosar a una subordinada y por haber sido acusado de violar a otra.
  • En 2014, la Cruz Roja estadounidense se negó a revelar cómo recaudó y gastó más de 300 millones de dólares después del huracán Sandy ocurrido en 2012. En cambio contrató a un poderoso bufete de abogados que argumentó que algunos detalles de los gastos debían ser redactados como "secretos comerciales". No especificaron quiénes eran sus competidores.
  • En 2019 la Cruz Roja de Chile, bajo la coordinación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), participó durante el intento de ingreso de material bélico disfrazado de ayuda humanitaria a territorio venezolano. Esta operación fue dirigida por el entonces diputado Juan Guaidó en un plan de cambio de régimen.

Volviendo a Venezuela, continúa la investigación en contra de Mario Villarroel, quien había ocupado la presidencia de la Cruz Roja venezolana durante más de cuatro décadas. Las acusaciones en su contra van más allá de lo laboral. Recientemente el diputado Diosdado Cabello lo señaló, por irregularidades en la organización, de conspirar contra la Revolución Bolivariana y de vincularse con una presunta mafia judicial.

El despliegue de dicha ONG durante el "proyecto Guaidó" (2019-2022) se enmarcó en la narrativa de "crisis humanitaria" en Venezuela, y despierta curiosidad acerca del destino de los fondos e insumos captados. Informes de la Usaid reportan "colaboración estrecha" entre el Departamento de Estado, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para atender a "desplazados" venezolanos. Se trata de recursos millonarios distribuidos en 17 países, incluidos Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.

Visto el historial, el reordenamiento del funcionamiento de una ONG como la Cruz Roja les quitará de las manos a intereses foráneos una herramienta de injerencia y financiamiento a factores nacionales y extranjeros que viven del golpe y de la desestabilización permanente.

 

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