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Mundo :: 19/01/2006

El 2006 que nos viene

Txente Rekondo - La Haine
El proyecto de Unión Europea seguirá haciendo aguas por doquier en todos sus dossieres, los pueblos de buena parte del mundo identificarán las políticas imperiales de esos actores como una verdadera agresión contra ellos, y puede que lleguen a extender sus rechazos al corazón del mismo imperio

Persisten las preocupaciones e incógnitas con las que se despidió el año 2005. Ya se ha abierto la veda para que sesudos analistas de salón lancen a los cuatro vientos sus predicciones, basadas en las revelaciones de sus particulares y limitadas bolas de cristal. Ya han comenzado a bombardearnos con las expectativas que nos depara este 2006, pero los acontecimientos son tercos y se quedan en meros deseos, que la realidad del mundo se encarga de desmentir.

La figura imperial que representa EEUU en el nuevo orden mundial seguirá ostentando esa posición. Sin embargo, se atisban las primeras grietas en la estructura elaborada por el círculo neoconservador. La política unilateral y hegemónica de Washington puede verse relativamente acosada por el surgimiento de nuevas potencias, en algunos casos con clara intención regional (India, Brasil, Sudáfrica o incluso Irán), pero en otros no es descartable su irrupción en la escena mundial (la UE, Rusia, China o Japón).

Bush intentará mantener a toda costa su política imperial, y no dudará en seguir maniobrando y conspirando en todo el mundo. Su política pasa por asegurar un nuevo Siglo Americano y mantener su «misión civilizadora», y en esa línea a las agresiones de Afganistán o Irak se le podrían sumar otros países, teniendo en cuenta que no siempre utiliza los mismos parámetros agresores íen ocasiones será militar, en otras se usarán otros mecanismos coercitivosí. Algunos tienen puestas sus esperanzas en las importantes elecciones de noviembre, donde se renuevan una parte importante de los congresistas norteamericanos, pero si nos atenemos a la experiencia, los cambios suelen ser pequeños, logrando su reelección la mayor parte de los actuales congresistas.

Otros protagonistas

El proyecto de Unión Europea seguirá inmerso en un mar de contradicciones entre los intereses de algunos estados por afianzar su poder y el de otros que desean una mayor parte del pastel, vía subvenciones y ayudas. El primer semestre de presidencia austriaca será aprovechado por el eje del antiguo imperio austrohúngaro (Croacia, Bulgaria, Rumania, Austria y Hungria) para asentar posiciones, lo mismo que espera hacer el Gobierno turco. La segunda mitad del año, la presidencia de la UE está en manos finlandesas, lo que puede suponer un giro al noreste e incluso un mayor protagonismo de las relaciones con Rusia.

Rusia merece una mención aparte. Putin seguirá manteniendo su criminal política contra el pueblo checheno, al tiempo que sigue afianzando el papel de Rusia en la comunidad internacional. Tras asegurar su esfera cercana de influencia, utilizando su potencial energético como arma condicionante, profundizará en sus movimientos pragmáticos para aumentar su protagonismo.

El continente africano seguirá sumido en su actual grave situación. Tras el sonoro fracaso de las iniciativas del G8 o de los conciertos de las estrellas mediáticas (uno de cuyos protagonistas, Bob Geldof, se ha convertido en asesor de los conservadores británicos) queda en evidencia que la verdadera transformación de África vendrá de la mano del pueblo africano y no desde Washington, Bruselas o Londres. Este año se cumple el cuarenta aniversario del genocidio contra el pueblo Igbo en Nigeria, donde algunos sitúan el inicio de la política de guerras genocidas que han asolado el continente. Los avances en el sur de Sudán, Sierra Leona o la República Democrática del Congo no son suficientes para equilibrar el déficit en Africa. Las enfermedades, las guerras, la poscolonización y explotación de sus recursos impiden un desarrollo integral y libre al pueblo africano y las figuras candidatas a premios y halagos, con sus iniciativas de marketing, se han mostrado más como obstáculo que como solución.

Latinoamérica afronta 2006 como el año de las presidenciales en Chile, Haití, Costa Rica, Perú, Colombia, Venezuela, México y Nicaragua. Parlamentarias en la mayoría de las citadas y en El Salvador, República Dominicana. No se esperan grandes sorpresas en las citas presidenciales, y algunos analistas destacan otros aspectos colaterales, como la presencia de candidatas en Chile y Perú, o la victoria de Evo Morales en Bolivia, que puede ser el comienzo de una alternativa etnicista si se produce la victoria del populista Humala en Perú. Otros apuntan al giro en los gobiernos latinoamericanos con las victorias de Lula, Chávez, Kirchner, Tabaré o Morales, y que podría acrecentarse con el triunfo del PDR en México, presentando esta coyuntura como un avance de la izquierda. Es demasiado optimista o ingenuo definir a esos gobernantes como de izquierdas, a pesar de los posibles pasos en esa dirección. Lo que si es cierto es que EEUU se ha encontrado con un foco importante de oposición en lo que siempre ha considerado su patio trasero.

El mundo árabe y su zona de influencia asistirán a la escenificación manifiesta de una de las grandes contradicciones de Occidente, que mientras dice avalar la instauración de la democracia con su peculiar label de calidad, no duda en demonizar y perseguir las alternativas electorales en torno a los movimientos islamistas. Las poblaciones de la región se muestran cada vez más enojadas con unos gobiernos autocráticos mantenidos con el apoyo de Occidente (Egipto, Túnez, Arabia Saudí, Jordania, Marruecos...) y vuelven sus miradas hacia alternativas islamistas (Líbano, Palestina, Egipto, Yemen, Jordania, Iraq, Marruecos...). Los cambios no son suficientes para unos pueblos cansados de ser los eternos derrotados de la historia y de ahí que busquen alternativas locales a la ingerencia extranjera y a la creciente corrupción de unas elites superadas por los acontecimientos.

También las citas electorales tendrán su importancia en Oriente Medio. En marzo Israel afronta el test post-Sharon, y enfrente, Palestina asistirá al fortalecimiento de Hamas en el ámbito electoral y tal vez al comienzo del fin de al Fatah como lo entendíamos hasta ahora. Irán seguirá manteniendo su pulso para defender su derecho a establecer y desarrollar su propio programa nuclear.

Daños colaterales

La dinámica impuesta por los arquitectos del nuevo orden mundial ha tenido sus propios daños colaterales en forma de un sin fin de realidades y conflictos oscurecidos por el protagonismo mediático y coyuntural de Irak. Si la importancia de este país para el devenir del proyecto neoconservador e imperial es fundamental, no lo son menos otras realidades en otras partes del mundo.

Los procesos de paz u otro tipo de luchas también van a tener su protagonismo. En Sri Lanka y en Aceh, los acontecimientos posteriores al tsunami condicionaron el devenir político. En el primer caso, la paciencia de los tamiles parece haberse agotado y los enfrentamientos han puesto en tela de juicio los avances tras el alto el fuego de hace unos años. En Aceh la coyuntura permitió una negociación que ha permitido al movimiento independentista articularse como alternativa política para la consecución de sus objetivos.

Más cerca, el proceso de paz irlandés puede afrontar un año clave de cara a la adopción de un camino irreversible en la resolución del conflicto, mientras que el pueblo corso sigue sometido a la política chovinista de París, y el Principat catalán asistirá a los movimientos en torno al estatut y a la configuración de una alternativa real a las demandas de autodeterminación de su pueblo.

Movimientos maoistas

En el subcontinente indio la lucha de los movimientos maoístas se ha extendido desde Nepal, y en estos momentos en India se está configurando como una alternativa a tener en cuenta. En la vecina Cachemira, malparada tras el terremoto y abandonada a su suerte, el movimiento independentista también busca vías que posibiliten mantener y avanzar en una lucha que cumple más de veinte años. En otras partes los protagonistas seguirán manteniendo alta la bandera de sus reivindicaciones, a pesar del silencio o manipulación informativa. Los moros de Filipinas, las guerrillas de Colombia, Kurdistán, Chechenia, Afganistán y tantas otras levantando la voz de sus reivindicaciones.

En 2006 sigue en vigor el lema «pedir es libre», en espera de que las cosas mejoren, pero tampoco se puede descartar que nos encontremos con un año todavía peor. Si Bush y Blair siguen afianzando su alianza, tendremos la primera piedra de atención en Irak.

Un triunfo del Likud en Israel cerrará las pocas esperanzas de resolución del conflicto en la región, el proyecto de Unión Europea seguirá haciendo aguas por doquier en todos sus dossieres, los pueblos de buena parte del mundo identificarán las políticas imperiales de esos actores como una verdadera agresión contra ellos, y puede que lleguen a extender sus rechazos al corazón del mismo imperio. Paralelamente, este tipo de políticas seguirá alimentando a las hidras tipo al Qaeda al tiempo que busca asentar un proyecto incompatible con la mayoría de los pueblos y gentes del mundo.

En definitiva, que en 2006 podremos encontrarnos más de lo mismo. ¿O no?

(*) Txente REKONDO: Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN). Gara

 

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