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Mundo :: 31/12/2005

El pulso politico tras el tsunami

Txente Rekondo
Al cumplirse un año del terrible tsunami, la opinión pública mundial vuelve a fijarse en las desatendidas poblaciones de la región para poder maquillar, durante estos días «tan señalados», sus propias conciencias. Pero tras la resaca que dejaron las olas, las realidades sociales y políticas de la zona no se han detenido y, en algunos casos, se han reactivadolos choques entre algunos protagonistas regionales

Dos conflictos han estado marcados en cierta medida por los acontecimientos del tsunami, el que mantienen los independentistas de Aceh con el Gobierno indonesio, y el proceso de negociaciones establecido entre Sri Lanka y los representantes del pueblo tamil, los Tigres del LTTE. Y si en el primero de los casos, el tsunami, junto a otra conjunción de variables, propició un acuerdo de paz entre las partes;en el segundo ejemplo, las cosas se han ido torciendo según pasan los meses, y en estos momentos el gobierno cingalés de Sri Lanka y el LTTE mantienen un importante pulso político.

Sería de ingenuos, o de ignorantes, centrar los actuales acontecimientos en torno a la situación emanada de los efectos del tsunami. En Sri Lanka en los últimos años se han ido produciendo una serie de hechos que ayudan a comprender mejor los parámetros actuales de enfrentamiento entre las dos partes del conflicto.

Desde el acuerdo de alto el fuego entre el gobierno de Sri Lanka y el LTTE, en febrero del 2002, la situación ha pasado por diferentes crisis. La mediación noruega ha logrado en algunas ocasionas acercar posturas para evitar una ruptura definitiva del acuerdo, al tiempo que seguía apostando por la reanudación de las negociaciones entre ambos protagonistas.

CUARENTA SOLDADOS MUERTOS

En lo que va de año más de doscientas personas han muerto como consecuencia de la violencia política, y sólo en este mes más de cuarenta soldados cingaleses han perdido la vida.

Los trabajos de reconstrucción tras el tsunami enfrentaron a cingaleses y tamiles. Hay que recordar que la mayor parte de los afectados por esa tragedia eran ciudadanos tamiles y las zonas de Tamil Eelam fueron las más castigadas. El Gobierno central intentó sacar partido de la situación, enviando tropas en misiones mal llamadas humanitarias, lo que escondían intentos desesperados por recuperar zonas en poder del LTTE. Paralelamente el Gobierno cingalés quiso hacerse con el control de las ayudas económicas y marginar a las organizaciones tamiles que trabajaban sobre el terreno.

Sin embargo, otro acontecimiento anterior al tsunami marcará también la compleja relación entre esos protagonistas, al mismo tiempo que condicionará seriamente el devenir de los acontecimientos en trono al proceso de negociaciones emprendido meses atrás. En marzo del 2004, un importante dirigente del LTTE, su comandante en el este de la isla, abandona la formación y hace una declaración abierta contra la dirección política y militar de los Tigres.

Conocido como el coronel Karuna, esta pieza será parte de la estrategia cingalesa y de otros actores extranjeros para buscar un debilitamiento del LTTE. Desde el primer momento se suceden las lecturas que luego se mostrarán como erróneas, señalando que esa escisión podría culminar en una ruptura definitiva de los Tigres y, sobre todo, poner en entredicho el liderazgo del LTTE dentro de su pueblo. El tiempo no ha tardado en poner a cada uno en su sitio.

Desde el momento de la escisión, las fuentes tamiles y algunos observadores internacionales apuntaban a la imposibilidad de mantener el proyecto de Karuna sin el apoyo de un importante actor. Tanto EEUU, que mantiene al LTTE como «organización terrorista», como India, quien a través de sus servicios secretos RAW lleva décadas tomando parte en el conflicto contra los tamiles, o el propio Gobierno cingalés, serían los patrones de esa facción disidente.

MANIOBRAS PLANIFICADAS

En el caso de Sri Lanka, es evidente que en los últimos meses se ha reactivado con fuerza una conjunción de fuerzas que operan en la misma dirección. Una parte de la elite política del país, algunas organizaciones defensoras del chauvinismo reaccionario, el extremista clérigo budista y elementos del Ejército y la seguridad del país conforman una alianza táctica desde hace años para frenar las demandas de autodeterminación del pueblo tamil.

Estas maniobras han seguido las líneas planificadas de un guión, y el coronel Karuna se ha convertido en el tonto útil de la operación. Hacia él apuntan los dedos tamiles como responsable de la muerte del político y parlamentario tamil, Velupillai Pirapaharan.

Desde esas mismas fuentes se denuncia la pasividad de la comunidad internacional ante estos actos, algo que contrasta con las denuncias que se alzaron desde esa misma comunidad cuando el ministro de Defensa de Sri Lanka murió en atentado el pasado agosto. El aumento de los atentado en el este de la isla es la expresión de impotencia de los poderes fácticos cingaleses, incapaces de mantener el pulso militar en el norte, han decidido dirigir sus excesos y sus maniobras de terror a esta nueva zona, aprovechando la coyuntura del disidente Karuna.

No es casualidad que las provocaciones militares en el norte, acompañadas de atentados en el este busquen reventar las esperanzas surgidas tras el inicio del proceso. Y tampoco sorprende que éstas se incrementen en la actual coyuntura política. Tras las elecciones del pasado mes en Sri Lanka la situación política, si no se remedia pronto, puede desembocar en un vacío político que será aprovechado por las manos negras de siempre.

En esas elecciones, la postura abstencionista propuesta por el LTTE fue seguida mayoritariamente por los tamiles. Desde hace unas semanas, los representantes del LTTE se han venido reuniendo con otras organizaciones tamiles para impulsar un frente estratégico en defensa de su pueblo, al tiempo que la amenaza de divisiones dentro del LTTE no existen.

DEMANDAS TAMILES

Las dudas sobre la determinación del Gobierno de Sri Lanka, a la luz de estos acontecimientos, de apostar por el proceso de paz aumentan entre el pueblo de Tamil Eelam. La utilización de bandas paramilitares para atemorizar a la población y acabar físicamente con los representantes tamiles, unido a la presencia militar en zonas liberadas, seguirán encontrando una respuesta militar por parte del LTTE. Todo ello puede acabar en una peligrosa espiral de violencia que echaría por tierra todo lo avanzado hasta la fecha.

Mientras tanto, el pueblo tamil siguen demandando «la salida inmediata de las fuerzas de ocupación de nuestras tierras y costas; la creación de una coyuntura que permita a nuestro pueblo seguir avanzando en la consecución de su libertad; y el reconocimiento por parte de la comunidad internacional de nuestros derechos básicos, así como la libertad en paz, basado todo ello en nuestro irrenunciable derecho a nuestra tierra, nuestra nación y nuestra soberanía y autodeterminación».

Probablemente en esa línea se seguirá manteniendo el pulso político, no exento de crisis militares y políticas. Los mediadores noruegos, entretanto, siguen apostando por equilibrar la situación para que las condiciones que permitan avanzar hacia la paz se materialicen cuanto antes. -

Gabinete Vasco de Análisis Internacional (GAIN) - Gara

 

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