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Medio Oriente :: 12/05/2006

El uranio empobrecido, mucho peor que el 11-S

Doug Westerman
Traducido para La Haine por Felisa Sastre :: Los residuos de uranio empobrecido constituyen un desastre sanitario para los pueblos de Iraq y Afganistán.

En 1979, se escaparon partículas de uranio empobrecido (DU, en sus siglas inglesas) del laboratorio de la National Lead Industries cercano a Albany, N.Y. en el que se fabricaban armas con DU para el ejército estadounidense. Las partículas recorrieron 26 millas y el Dr. Leonard Dietz, un físico nuclear, las descubrió en un filtro de su laboratorio. El descubrimiento obligó al cierre de la fábrica en 1980, por emitir a la atmósfera más de 0.85 libras de residuos de DU al mes, lo que obligó a una limpieza de las zonas contaminadas que costó más de 100 millones de dólares.

Imaginemos un escenario mucho peor. Unos terroristas se hacen con un millón de libras de polvo mortífero y los dispersan en áreas muy pobladas en todo Estados Unidos. Centenares de niños presentan síntomas. Muchos padecen cáncer y leucemia que les lleva a una muerte prematura y dolorosa. Se informa de un enorme aumento de las malformaciones congénitas en recién nacidos. Los oncólogos están abrumados. Los campos de fútbol, los parques y la arena, lugares tradicionales para disfrute de los niños, ya no son seguros. La gente ha perdido sus libertades básicas, la posibilidad de estar al aire libre y respirar seguros. ¿Suena peor que el 11-S? Pues, bienvenidos a Iraq y Afganistán.

El Dr. Jawad Al-Ali de 50 años, director del Servicio Oncológico en el mayor hospital de Basra, Iraq, expuso en una conferencia pronunciada en Japón en 2003:

"En Basra se han producido dos extraños fenómenos que yo no había visto con anterioridad. El primero: pacientes con dos o tres tipos de cáncer. Por ejemplo, leucemia y cáncer de estómago. Hemos tenido un paciente con dos tumores- uno en el estómago y otro en el riñón. Meses después, el cáncer primario se desarrolló en su otro riñón, de forma que tiene tres tipos de cáncer. El segundo es la proliferación de cáncer en familias enteras. Tenemos 58 familias con más de una persona afectada por el cáncer. El Dr. Yasin, cirujano general, tiene dos tíos, una hermana y un primo con cáncer. El Dr. Mazen, otro especialista, tiene seis miembros de su familia que sufren cáncer. Mi mujer tiene nueve."

±os en particular son más sensibles al envenenamiento por DU. Tienen una mayor capacidad de absorción ya que su sangre contribuye a la conformación y nutrición de sus huesos y tienen muchos tejidos débiles. El cáncer de huesos y la leucemia suelen ser las enfermedades que más les afectan, pero el cáncer del sistema linfático, que puede desarrollarse en cualquier lugar del cuerpo y que raramente veíamos en menores de 12 años, ahora también es muy frecuente."

"Se nos ha acusado de haber emitido propaganda a favor de Saddam antes de la guerra. Cuando he ido a dar conferencias ha habido gente que me ha acusado de ser partidario de Saddam. A veces he sentido miedo tan siquiera de hablar. La gente del régimen se ha estado apropiando de mis datos como si fueran suyos y los ha utilizado para sus propios fines. Los kuwaitíes me han prohibido la entrada en su país, y se nos ha acusado de ser partidarios de Saddam."

John Hanchette, profesor de periodismo en St. Bonaventure University, y uno de los editores fundadores de USA TODAY, ha contado lo siguiente sobre el investigador del DU, Leuren Moret. Informó de que había preparado reportajes impresionantes sobre los efectos del DU en los soldados de la Guerra del Golfo y en los ciudadanos iraquíes, pero cada vez que estaba a punto de publicarlos recibía una llamada telefónica del Pentágono pidiéndole que no lo hiciera. A partir de entonces, fue remplazado como editor del USA TODAY.

El Dr. Keith Baverstock, durante11 años especialista de la OMS sobre los efectos de la radiación en la salud y autor de un estudio sin publicar, ha denunciado que su informe sobre "los riesgos de cáncer para los civiles en Iraq por respirar polvo contaminado de uranio" había sido también deliberadamente censurado.

Según algunas fuentes, provenientes incluso del ejército, la información facilitada por el Departamento de Defensa estadounidense no es fiable.

En 1997, al Dr. Asaf Durakovic, entonces profesor de radiología y medicina nuclear en la Georgetown University de Washington, que aludió a experimentos en los que el 84 por ciento de los perros expuestos a la inhalación de uranio murieron de cáncer de pulmón, se le citaba literalmente,

"Veteranos del Gobierno de Estados Unidos me pidieron que mintiera sobre los riesgos de la absorción de uranio empobrecido en el cuerpo humano."

En aquella época, el Dr. Durakovic era cabo en el ejército estadounidense. Abandonó el ejército para fundar el Uranium Medical Research Center, una institución privada que tiene su sede en Canadá.

El soldado de primera, Stuart Grainger de la 23 División del ejército, pelotón 34 (el nombre y los datos se han cambiado) fue diagnosticado de varios tipos de cáncer tras su vuelta de Iraq. Otros hombres de su pelotón tuvieron también enfermedades malignas.

Doug Rokke, contratista del ejército estadounidense que dirigió una limpieza de uranio empobrecido después de la primera Guerra del Golfo, declaraba:

"El uranio empobrecido es un crimen contra Dios y contra la humanidad."

El propio equipo de Rokke, un centenar de hombres, fue devastado por la exposición al fino polvo:

"Cuando fuimos al Golfo todos estábamos completamente sanos"

Tras llevar a cabo las tareas de limpieza en el desierto (desgraciadamente sin equipos protectores), treinta miembros del equipo murieron, y la mayoría de los restantes "incluido el propio Rokke" desarrollaron graves problemas de salud. Rokke en la actualidad tiene una enfermedad reactiva de las vías respiratorias, daños neurológicos, cataratas, y problemas renales.

"Avisamos al Departamento de Defensa en 1991, al acabar la Guerra del Golfo, pero su arrogancia es incomprensible. Todavía el Departamento de Defensa insiste en que semejante absorción es " insuficiente, en la mayoría de los casos," para producir daños graves en las tropas."

¿Por qué, entonces, aquella limpieza, en casi todos los casos, produjo en el equipo enfermedades mortales o muy serias?

A Marion Falk, un físico jubilado que construyó bombas nucleares durante más de 20 años en el Laboratorio Lawrence Livermore, se le preguntó si creía que las armas de uranio empobrecido actuaban de forma similar a las bombas atómicas.

"Es exactamente lo que son. De cualquier manera responden a lo que es una bomba atómica."

Según Falk, más del 30 por ciento del DU disparado desde los cañones de los tanques estadounidenses queda reducido a partículas de una décima de micrón (una millonésima parte de un metro) o menos todavía al impactar. "Cuanto mayor es el disparo, mayor es la cantidad de uranio empobrecido que se dispersa en la atmósfera", afirma Falk. Con los misiles y bombas más grandes, cerca del 100 por ciento del DU queda reducido a partículas de un tamaño "micrón" o todavía más pequeñas, dice.

Preguntado si el principal objetivo para su utilización es el de destruir bienes y matar a la gente, Falk fue mucho más concreto:

"Yo diría que es el arma perfecta para matar a montones de personas."

Cuando una bomba de uranio empobrecido se estrella contra un objetivo duro, la mayoría de su energía cinética se convierte en calor, en suficiente calor para producir la ignición del DU. Entre el 40% y el 70% del uranio se convierte en partículas muy finas de polvo de óxido de uranio (primariamente dióxido, aunque también se producen otras composiciones). Más del 60% de esas partículas son menores de 5 micrones de diámetro, más o menos el mismo tamaño de las partículas de ceniza del humo de un cigarrillo, de ahí que sean respirables.

Debido a las caóticas circunstancias de Iraq, las infraestructuras médicas se han deteriorado mucho, y en lo relativo al cáncer y a las malformaciones congénitas en los recién nacidos producidos por el DU, sólo se informa de una parte muy pequeña de los casos.

Médicos del sur de Iraq están haciendo estudios comparativos con las malformaciones sufridas tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial. Disponen de muchas fotos de bebés nacidos sin masa encefálica, con sus órganos internos fuera del cuerpo, sin órganos sexuales, sin columna vertebral y una larga lista de deformidades. Semejantes malformaciones eran extremadamente raras en Iraq antes del uso a gran escala de armas con uranio empobrecido. Ahora son algo común. En los hospitales de Iraq, las madres ya no preguntan, "Doctor, ¿es niño o niña? sino "¿es normal?" Las fotografías son horrendas y pueden verse en www.xs4all.nl

Ross B. Mirkarimi, portavoz del Arms Control Research Centre declaraba:

"A los niños nonatos de la zona se les ha exigido pagar el precio más alto: la integridad de su ADN."

Antes de morir por leucemia en septiembre de 2004, Nuha Al Radi, excelente artista iraquí y autora de los "Bagdad Diaries", escribía:

"Todo el mundo parece estar muriendo de cáncer. Cada día se oye hablar de otro conocido o amigo que se está muriendo. ¿Cuántos más mueren en el hospital sin que nos enteremos? Aparentemente, más del treinta por ciento de los iraquíes tiene cáncer y hay montones de niños con leucemia."

io empobrecido diseminado por los bombardeos estadounidenses ha convertido Iraq en un país devastado por el cáncer. Durante centenares de años por venir el uranio continuará haciendo estragos en Iraq y sus alrededores."

Este extracto de su diario fue escrito en 1993, tras la Primera Guerra del Golfo (unas 300 toneladas de DU, la mayoría en zonas desérticas) pero antes de la operación Libertad para Iraq (en la que se estima que se han lanzado 1.700 toneladas y mucho más cerca de los principales centros de población). De manera que la situación ¡ahora es 5-6 veces peor que cuando ella escribió esa anotación en su diario! Las estimaciones del porcentaje de DU que ha sido "atomizado" en forma de polvo de óxido de uranio es de aproximadamente el 30%-40%. Lo que equivale a más de un millón de libras de polvo diseminadas por todo Iraq.

El Dr. Ahmad Hardan, en su calidad de consejero de la OMS, de la ONU y del ministerio iraquí de Sanidad, ha documentado los efectos del DU en Iraq entre 1991 y 2002.

"Las fuerzas estadounidenses han admitido haber utilizado más de 300 toneladas de armas con uranio empobrecido en 1991. La cantidad real es cercana a las 800 toneladas, lo que ha causado una crisis sanitaria que ha afectado a más de 300.000 personas. Por si ello no fuera suficiente, los estadounidenses han ido más allá y han lanzada otras 200 toneladas sólo en Bagdad durante la reciente invasión.

o que ha ocurrido en otras partes de Iraq, me llevaría años documentarlo.

En Basra, invertimos dos años en obtener pruebas concluyentes de los efectos del DU pero ahora sabemos qué investigar y los resultados son terroríficos."

Con mucho, los efectos más devastadores se producen en los niños no nacidos. Nada puede prepararle a uno para la contemplación de los centenares de fetos conservados, escasamente humanos en apariencia. En la actualidad en Iraq se ven bebés con extremidades terriblemente cortas, con los intestinos al aire, con enormes tumores donde deberían tener los ojos o con un sólo ojo como los cíclopes, o sin ojos, o sin piernas o brazos e incluso sin cabeza. Significativamente, algunas de estas malformaciones eran casi desconocidas salvo en los manuales que mostraban a bebés nacidos cerca de los lugares en donde se lanzaron bombas atómicas en el Pacífico.

El Dr. Hardan, asimismo, declaraba:

"Conseguí que una delegación del Hospital de Hiroshima en Japón viniera para compartir sus experiencias en las enfermedades producidas por radiación que probablemente tendríamos que afrontar con el tiempo. La delegación me contestó que los estadounidenses se habían opuesto y decidieron no venir. De forma similar, un famoso oncólogo alemán aceptó venir para después decir que no había conseguido permiso para entrar en Iraq."

No sólo estamos envenenando a los pueblos de Iraq y Afganistán sino que estamos haciendo todo lo posible para impedir que especialistas de otros países vayan a ayudarles. El ejército estadounidense no quiere que el resto del mundo se entere de lo que estamos haciendo.

Un crecimiento tan rápido del cáncer ya había sido denunciado por los médicos que trataron a civiles tras el bombardeo de la OTAN con uranio empobrecido, en Yugoslavia en 1998-1999, aunque en la invasión militar de Iraq el ejército estadounidense ya había utilizado por primera vez el DU en 1991. Especialistas médicos denunciaron que este fenómeno de múltiples malformaciones era desconocido hasta entonces y que se trataba de un síndrome nuevo asociado a la exposición al uranio empobrecido.

Sólo 467 estadounidenses resultaron heridos en las tres semanas que duró la Guerra del Gofo Pérsico en 1990-1991. De los 580.400 soldados que sirvieron en la primera Guerra del Golfo, 11.000 han muerto y en el año 2000 había 325.000 con secuelas médicas permanentes. Este número asombroso de veteranos con incapacidades significa que, una década después, el 56 por ciento de aquellos soldados que prestaron servicio en la Primera Guerra del Golfo tienen problemas médicos en la actualidad.

Aunque los principales periódicos estadounidenses no han informado de ello, un tribunal reunido recientemente en Tokio, aplicando la International Criminal Law y la International Humanitarian Law declaró al presidente George W. Bush culpable de crímenes de guerra. El 14 de marzo de 2004, Nao Shimoyachi informaba en The Japan Times que al presidente Bush se le declaró culpable por "atacar a civiles con armas indiscriminadas" y el "Tribunal, asimismo, hizo públicas recomendaciones para la prohibición de los proyectiles con uranio empobrecido y de otras armas que dañan indiscriminadamente a las gentes." Aunque se trataba de un" tribunal popular", sin autoridad legal, los participantes se declaraban convencidos en sus conclusiones de que se habían violado las leyes internacionales y se habían cometido crímenes de guerra.

La tropas implicadas en combates reales no son las únicas que presentan síntomas. Cuatro soldados que prestaron servicios en Iraq en la compañía de la Army National Guard de Nueva York se encuentran entre los varios miembros de la misma compañía, la 442 Military Police, que se enfrentan a dolencias físicas permanentes iniciadas el verano pasado en la ciudad iraquí de Samawah.

"Me sentí enfermo de repente en junio", afirmaba el sargento mayor Ray Ramos, policía de barrio de Brooklyn. "Mi saludo fue cada vez a peor, con dolores de cabeza diarios, entumecimiento permanente de las manos y sarpullidos en el estómago."

El Dr. Asaf Durakovic, fundador del UMRC, y especialista en medicina nuclear, examinó e hizo pruebas a nueve soldados de la compañía y afirmó que cuatro de ellos "casi con seguridad’ inhalaron polvo radioactivo proveniente de los proyectiles estadounidenses fabricados con uranio empobrecido. Los análisis de laboratorio detectaron en las muestras de orina de cuatro de los soldados restos de dos tipos de uranio artificial.

De ser así, los hombres: los sargentos Héctor Vega, Ray Ramos y Agustín Mato y el cabo Anthony Yonnone, serían los primeros casos confirmados de exposición a la inhalación de uranio empobrecido en el actual conflicto de Iraq.

La compañía 442, formada en su mayoría por policías de Nueva York, bomberos y funcionarios de reformatorios, tiene su sede en Orangeburg, en el condado de Rockland. Enviada a Iraq en la Pascua de 2003, los miembros de la Unidad han estado prestando protección a los convoyes, dirigiendo cárceles y entrenando a la policía iraquí. La compañía al completo va a volver a casa a finales de este mes.

"Son resultados sorprendentes, en especial porque esos soldados eran policías militares que no estaban expuestos al fragor de la batalla", afirma del Dr. Asaf Durakovic, quien examinó a los soldados y llevó a cabo los análisis.

En un grupo de ocho hombres, que prestaron servicio en la coalición dirigida por Estados Unidos, cuyos bebés nacieron sin ojos, de siete se sabe que estuvieron expuestos directamente al polvo del DU. En un grupo mucho mayor de 250 soldados, expuestos durante la Primera guerra del Golfo, el 67% de los niños concebidos tras la guerra tuvieron malformaciones al nacer.

El equipo de investigación del Dr. Durakovic en el UMRC llevó a cabo, asimismo, un viaje de tres semanas a Iraq en octubre de 2003. Recogió 100 muestras de sustancias orgánicas: tierra, orina de civiles y tejidos de cadáveres de soldados iraquíes en 10 ciudades, entre ellas Bagdad, Basra y Nayaf. Durakovic afirma que los análisis preliminares revelan que las muestras de la atmósfera, tierra, y agua contenían "entre cien y mil veces" niveles de radiación por encima de lo normal.

"Este alto nivel de contaminación se debe a que se ha usado mucho más uranio empobrecido este año que en (la Guerra del Golfo de) 1991.", declaró Durakovic a The Japan Times. "Ellos están poniendo obstáculos a los intentos de demostrar la relación entre el uranio empobrecido y las enfermedades", dijo Durakovic.

"No quieren admitir que han cometido crímenes de guerra" al utilizar armas que matan indiscriminadamente y que están prohibidas por las leyes internacionales."

(NOTA sobre el DR. DURAKOVIC: Al principio, se le advirtió de que interrumpiera su trabajo, después se le echó de su puesto, más tarde su casa fue saqueada y denunció que recibía amenazas de muerte. Es evidente que el Departamento de Defensa estadounidense actúa contundentemente contra los "chivatos".)

Los profesores de investigación, Patricia Horan y Leonard Dietz, del UMRC del Dr. Durakovic, publicaron un único estudio en el número de agosto de 2002 del Military Medicine Medical Journal. El estudio está considerado el primero en la investigación de inhalación de DU entre los veteranos de la Guerra del Golfo, por medio de la técnica ultrasensible de la espectrometría termal por ionización, que les permitió distinguir fácilmente entre el uranio natural y el DU. El estudio, que examinó a veteranos británicos, canadienses y estadounidenses que sufrían dolencias típicas del síndrome de la Guerra del Golfo, encontraron que, nueves años después de la guerra, 14 de los 27 veteranos estudiados tenían uranio empobrecido en la orina, que también se había encontrado en los pulmones y huesos del veterano fallecido. El que no se haya efectuado un estudio gubernamental sobre la inhalación de DU "revela una negligencia generalizada," declaró Dietz en una entrevista.

Los japoneses empezaron a estudiar los efectos del DU en el sur de Iraq en el verano de 2003. Tenían un contador Geiger en el que observaron que en muchas ocasiones superaba todos los niveles. Durante su visita, en el hospital local se trataba a más de 600 niños diariamente, la mayoría de los cuales presentaba síntomas de envenenamiento interno por radiación. ¿Seiscientos niños al día? ¿Cuántos de ellos tendrán cáncer y sufrirán una muerte dolorosa y temprana?

"Ingerir partículas de uranio empobrecido puede llegar a causar el mismo daño que la exposición 1.000 veces a los rayos X", afirma Mary Olson, especialista en residuos nucleares y bióloga en el Nuclear Information and Resource Service de Washington D.C.

La diferencia de tamaño de las partículas y la estructura cristalina del polvo es lo que hace tan peligrosa la presencia de DU en la atmósfera y lo que diferencia sus efectos de los producidos por el polvo de uranio natural que se encuentra por todas partes y al que estamos expuestos diariamente, que en raras ocasiones alcanza un tamaño tan pequeño. Esto es lo que se está recalcando ya que comparar las partículas del DU con las mucho mayores del uranio natural es un engaño.

El ejército estadounidense y sus partidarios citan con regularidad un estudio de la Rand Corp que analiza el uranio natural que inhalan los mineros.

Las partículas menores de 10 micrones pueden llegar a la parte interior del tejido pulmonar donde se quedan de forma permanente. Más aún, si la sustancia es relativamente insoluble, como la del polvo cerámico del óxido de DU, producido por la ignición del uranio empobrecido, permanecerá allí durante décadas, disolviéndose lentamente en los sistemas linfático y sanguíneo a lo largo del tiempo. Los estudios han identificado el DU en la orina de veteranos de la Guerra del Golfo nueve años después de terminado el conflicto, demostrando la permanencia del óxido del DU en los pulmones. Así que los efectos son muy diferentes de los que produce el polvo de uranio natural, cuyas gruesas partículas son excretadas casi en su totalidad por el organismo en 24 horas.

El ejército es consciente de los terribles efectos del DU en el código genético de los seres humanos. Un estudio del efecto del uranio empobrecido en el ADN, realizado por la Dra. Alexandra C. Miller para el Armed Forces Radiobiology Research Institute de Bethesda, Maryland, indica que la inestabilidad química del DU causa daños genéticos superiores en un millón de veces a lo que se podría esperar de su sólo efecto radiactivo.

Las investigaciones han demostrado que la inhalación de nano-partículas es mucho más tóxica que la de micro-partículas de la misma composición química. El tóxico- patólogo Vyvyan Howard ha puesto de manifiesto que el incremento de la toxicidad de las nano-partículas se debe a su tamaño.

Por ejemplo, cuando se expuso a ratones a partículas de Teflón de 0,13 micrones en un experimento en la Universidad de Rochester no se produjeron consecuencias malignas pero cuando se les expuso a nano-partículas del mismo producto durante 15 minutos casi todos los ratones murieron en cuatro horas.

La exposición al uranio empobrecido se puede introducir a través de la piel, por inhalación y por ingestión, escribía Laurent Moret, otra investigadora del DU. "Las nano-partículas tienen una alta movilidad y pueden introducirse con facilidad en el cuerpo. La inhalación de nano-partículas de uranio empobrecido es la exposición más peligrosa porque las partículas pasan a través de los pulmones directamente a la sangre.

"Cuando se inhalan a través de la nariz, las nano-partículas pueden atravesar el bulbo olfativo y llegar al cerebro directamente atravesando la barrera sanguínea desde donde se diseminan a través del cerebro", ha escrito. "Muchos soldados de la Guerra del Golfo expuestos al uranio empobrecido han sido diagnosticados de tumores en el cerebro, daños cerebrales y procesos mentales deteriorados. El uranio puede interferir en la mitocondria que suministra la energía proveniente del sistema nervioso y en la transmisión de los impulsos nerviosos a través de la sinapsis en el cerebro.

Basado en los índices de disolución y excreción, es posible aproximarse a la cantidad de DU que inhalaron inicialmente esos veteranos. La media para un grupo de ellos fue de 0,34 miligramos. El conocimiento de la actividad específica (el índice de radiación) del DU permite determinar que la radiación total (alfa, beta y gamma) derivada del uranio empobrecido y de sus productos derivados en sus cuerpos alcanza aproximadamente 26 impulsos radioactivos por segundo, es decir 800 millones al año. Con una dosis de 34 miligramos por exposición existen más de 10 billones de dosis en suspensión sobre Iraq y Afganistán.

¿De cuántas muertes adicionales estamos hablando? Después de la Primera Guerra del Golfo, la Atomic Energy Authority del Reino Unido llegó a unas estimaciones de los potenciales efectos de la contaminación por el DU diseminado durante el conflicto, que calcularon podría "causar 500.000 muertes". Se trataba de un "cifra teórica", recalcaron, que indicaba la existencia de "un problema importante".

Los cálculos de la AEA se realizaron en un memorando confidencial para la privatizada compañía de armamento Royal Ordnance, de fecha 30 de abril de 1991. El alto número de muertes potenciales fue rechazado por el ministro de Defensa británico, Lord Gilbert, como muy "alejado de la realidad’. "Habida cuenta de que las descargas se lanzaron en el desierto, a muchas millas de la población más cercana, es altamente improbable que la población local pudiera quedar expuesta a una cantidad significativa de óxido respirable," afirmó. Esas declaraciones se efectuaron antes de la recientes invasiones de Afganistán e Iraq, donde los proyectiles con DU se han utilizado a gran escala en y cerca de las zonas más pobladas. Si la cantidad de DU utilizado en la Primera Guerra del Golfo era suficiente para causar 500.000 muertes potenciales (si se hubiera lanzado cerca de zonas pobladas) entonces ¿Qué ocurre con las casi seis veces más de esa cantidad utilizada en la operación Iraqi Freedom en y cerca de las ciudades y pueblos principales? Extrapolando las estimaciones de la AEA británica, esta cantidad nos daría unas muertes potenciales de 3 millones más por la inhalación de polvo de uranio empobrecido sólo en Iraq, sin incluir Afganistán. Lo que supone aproximadamente el 11% del total de la población iraquí de 27 millones de personas. Dan Bishop, doctor en química del IDUST(1) considera que, si se tiene en cuenta la larga duración del polvo de DU, esta estimación podría ser baja. En Afganistán, la concentración en algunas zonas es mayor que en Iraq.

¿Qué otra cosa puede esperar una persona sana al inhalar el polvo letal? El capitán Terry Riordan formó parte de las Fuerzas Armadas Canadienses que prestaron servicio en la Primera Guerra del Golfo. Murió en abril de 1999 a los 45 años. Cuando salió de Canadá, Terry era un hombre en plena forma, que practicaba esquí de fondo y corría maratones. A su regreso, apenas podía caminar.

Volvió a Canadá en febrero de 1991 con falta de control motriz, fatiga crónica, dificultades respiratorias, dolor de pecho, problemas de sueño, perdida de la memoria inmediata, dolores en los testículos, en los huesos y en todo el cuerpo, diarreas y depresión. Tras su muerte, se descubrió en sus pulmones y huesos contaminación por uranio. Durante ocho años sufrió sus innumerables dolencias y luchó contra la burocracia militar y contra el sistema para conseguir un diagnóstico y tratamiento correctos. Decidió que tras su muerte, se donara su cuerpo al UMRC. Gracias a ello, el UMRC pudo obtener pruebas irrefutables de que la inhalación de las finas partículas de polvo de uranio empobrecido había destruido su salud por completo. ¿Cuántos Terry Riordan se encuentran entre las tropas expuestas, por no mencionar a los civiles iraquíes y afganos?

La inhalación del polvo no matará de inmediato a un gran número de iraquíes y afganos, como no lo hizo con el capitán Riordan. Por el contrario, lo que veremos será un enorme número de gentes con enfermedades crónicas y graves, con sus vidas útiles drásticamente acortadas, y muchas de ellas con cáncer.

Melissa Sterry, otra veterana enferma, prestó servicios durante seis meses en una base de intendencia en Kuwait durante el invierno de 1991-1992. Parte de su trabajo con la Compañía A de la National Guard’s Combat Equipment era la de limpiar tanques y otros vehículos blindados usados durante la guerra para prepararlos para el almacenaje.

Declaró que barría el interior de los vehículos armados, limpiaba el polvo, la arena y los desechos y en ocasiones se le ordenaba que ayudara a enterrar elementos contaminados. En una entrevista telefónica, declaró que tras las investigaciones sobre el uranio empobrecido decidió no hacerse las pruebas del ejército porque no confiaba en los resultados. Resulta alarmante que Melissa estuviera destinada en Kuwait y no en Iraq. Limpiar tanques con polvo de DU fue suficiente para que enfermara.

En 2003, el Christian Science Monitor envió periodistas a Iraq para investigar los efectos a largo plazo del uranio empobrecido. El periodista Scott Peterson vio a niños jugando en lo alto de un tanque quemado, cerca de un puesto de verduras, en las afueras de Bagdad. Se trataba de un tanque destruido por proyectiles anti tanque recubiertos de uranio empobrecido. Protegido por su máscara y traje, acercó su contador Geiger al tanque, donde detectó una radiación 1.000 veces superior a la radiación normal. Si los soldados estaban en una misión humanitaria para llevar la democracia a Iraq, ¿ su primera prioridad no debiera haber sido el mantener a los niños alejados de semejante peligro?

Las leyes de guerra prohíben el uso de armas que produzcan efectos mortales e inhumanos fuera del campo de batalla. Tampoco se puede legalmente desplegar armas en la guerra cuando se sabe que van a continuar en actividad o a causar daños una vez que la guerra termine. No es sorprendente, por ello, que el Tribunal japonés haya declarado al presidente Bush culpable de crímenes de guerra.

El Dr. Alim Yaqub de la Universidad de Basra ha dirigido un estudio epidemiológico sobre la incidencia de enfermedades en niños menores de quince años, en la región de Basra (una zona bombardeada con DU durante la Primera Guerra del Golfo). Los resultados han sido que durante el periodo comprendido entre 1990 y 1999, se produjo un aumento del 242%. Y ello antes de la reciente invasión.

En Kosovo, numerosos expertos internacionales han denunciado índices similares de cáncer y malformaciones en recién nacidos, aunque la cantidad de armas con uranio empobrecido fue sólo una pequeña parte de la utilizada en Iraq.

Resultados del Estudio de Campo en Afganistán

Las estadísticas fiables sobre Iraq seguirán siendo difíciles de conseguir pero extensos estudios de campo en Afganistán subrayan la existencia de un desastre sanitario a gran escala. En mayo de 2002, el UMRC (Uranium Medical Research Center) envió un equipo para entrevistar y examinar a los residentes y a gentes desplazadas en Afganistán. El equipo del UMRC comenzó por identificar a varios centenares de personas que sufrían enfermedades y situaciones médicas que presentaban síntomas clínicos considerados típicos de la exposición a las radiaciones. Para investigar las posibilidades de que los síntomas se debieran a enfermedades producidas por la radiación, el equipo del UMRC recogió muestras de orina y de tierra y las llevaron a un laboratorio independiente de investigación en Inglaterra.

El equipo de campo del UMRC encontró civiles afganos con síntomas agudos de envenenamiento radioactivo junto a síntomas crónicos de contaminación interna por uranio, entre ellos malformaciones congénitas en recién nacidos. Gentes de la localidad informaron de que hubo densas nubes de polvo y columnas de humo que se elevaban del lugar del impacto, un olor acre, seguido de quemazón en las fosas nasales, la garganta y las vías respiratorias altas. Hechos que en todos los lugares presentaban idénticos síntomas y cronología. Las víctimas informaron de síntomas como dolores en la zona cervical, hombros, parte inferior del cráneo, en la zona baja de la espalda y riñones, debilidad muscular y de las articulaciones, dificultades para dormir, dolores de cabeza, problemas de memoria y desorientación.

Se enviaron a Afganistán dos equipos científicos más. El primero llegó en junio de 2002, y se concentró en la región de Jalalabad. El segundo, llegó cuatro meses después, ampliando el estudio para incluir a la capital, Kabul, que tiene una población cercana a los tres millones y medio de habitantes. La propia ciudad sufrió el mayor número de impactos registrados durante la Operation Enduring Freedom (Operación Libertad Duradera). Para los propósitos del estudio, se examinó a la habitantes de los tres principales lugares bombardeados. Aunque se había previsto que durante la investigación se encontrarían en la orina y la tierra señales de uranio empobrecido o enriquecido, el equipo no estaba preparado para la conmoción que les produjo sus hallazgos que en Jalalabad y Kabul indicaban que el DU estaba causando altísimos niveles de enfermedad. Los análisis realizados a habitantes de Jalalabad mostraron concentraciones entre el 400% y el 2.000% por encima de los normales entre la población, cantidades que nunca se habían registrado con anterioridad en estudios civiles.

Aquellos que en Kabul quedaron expuestos directamente a los bombardeos de precisión estadounidenses y británicos mostraban señales extremas de contaminación, resultado de la exposición al uranio. Entre ellos, dolores en las articulaciones, espalda y riñones, debilidad muscular, problemas de memoria y confusión y desorientación. Los expuestos a los bombardeos informaron de síntomas de tipo gripal, hemorragias, destilación nasal y mucosidad sanguinolenta. ¿Cuántos de ellos sufrirán una muerte temprana y dolorosa por cáncer? El mismo equipo que realizaba el estudio se quejó de similares síntomas durante su estancia allí. La mayoría de estos síntomas duró desde unos días hasta meses.

En agosto de 2002, el UMRC terminó su análisis preliminar de los resultados de Nangarhar. Sin excepción alguna, todas las personas que donaron muestras de orina dieron positivo por contaminación de uranio. Los resultados específicos indicaron un asombrosamente alto nivel de contaminación, con concentraciones más altas, que iban de 100 a 400 veces, que las del los veteranos de la Guerra del Golfo examinados en 1999. Un investigador informó: "Tomamos muestras de tierra y biológicas y hallamos una considerable presencia de radioactividad en las muestras de orina; su enorme concentración nos asombró. Superaba en mucho nuestra más cruel imaginación."

En el otoño de 2002, el equipo de campo del UMRC volvió a Afganistán para un estudio más amplio que reveló una exposición potencialmente mayor a la prevista. Aproximadamente el 30% de los entrevistados en las zonas afectadas presentaban síntomas de enfermedades por radiación. Los recién nacidos se encontraban entre los que presentaban síntomas, con los viejos del lugar informando de que más del 25% de los niños estaban inexplicablemente enfermos.

¿Cuán extendida y extensiva es la exposición? En una cita del informe de campo del UMRC se lee:

"El equipo de campo del UMRC se sobresaltó ante la amplitud del impacto en la salud pública, coincidente con los bombardeos. Sin excepción, en todos los lugares bombardeados que se investigaron, la gente estaba enferma. Una parte significativa de la población civil presenta síntomas compatibles con contaminación interna por uranio."

En Afganistán, a diferencia de Iraq, los resultados del laboratorio del UMRC indicaban altas concentraciones de URANIO NO EMPOBRECIDO, y con concentraciones mucho más altas que las de las víctimas del DU en Iraq. Afganistán se utilizó como una prueba experimental para una nueva generación de "bombas contra búnker" que contenían altas concentraciones de otras aleaciones de uranio.

"¿Una parte significativa de la población civil"? Parece que para ir tras un puñado de terroristas en Afganistán hemos envenenado a un enorme número de civiles inocentes, entre ellos a un desproporcionado número de niños.

El ejército ha encontrado uranio empobrecido en la orina de algunos soldados pero afirma que no era suficiente para que enfermaran gravemente en la mayoría de los casos. Pero los críticos han exigido unos análisis más a fondo y costosos.


Según un despacho de octubre de 2004 del Italian Military Health Observatory, 109 soldados italianos habían muerto hasta entonces debido a la exposición al uranio empobrecido. Un portavoz del Observatorio Militar de la Salud, Domenico Leggiero, declaraba: "El total de las 109 víctimas supera al total de personas que mueren como consecuencia de accidentes de tráfico. Cualquiera que niegue lo significativo de estas cifras actúa simplemente de mala fe y lo cierto es que nuestros soldados están muriendo allí debido a la carencia de una adecuada protección contra el uranio empobrecido". Miembros del Observatorio han pedido una investigación urgente "para estudiar una prevención efectiva y medidas de seguridad dirigidas a reducir el alto peaje de muerte entre nuestros soldados".

Sólo se han enviado 3.000 soldados italianos a Iraq, y lo han sido por periodos cortos. La cifra de 109 supone el 3,6% del total. Si se diera el mismo porcentaje de iraquíes expuestos a similar situación podría alcanzar un total de 936.000. Pero como los iraquíes viven permanentemente en esa situación de contaminación medioambiental, su porcentaje será mucho más alto.

El Pentágono y el Departamento de Defensa han intervenido ante la posibilidad de que el UMRC publique sus estudios, poniendo en marcha una campaña de prensa progresiva y de desinformación contra el UMRC y, por medio de su control de las subvenciones para la investigación científica, refutar los hallazgos científicos del UMRC y destruir la reputación de su equipo científico, de médicos y laboratorios. El UMRC ha sido la primera institución independiente dedicada a la investigación que ha encontrado uranio empobrecido en los cuerpos de veteranos estadounidenses, británicos y canadienses de la Primera Guerra del Golfo y que con posterioridad, tras la Operación Iraqi Freedom, ha encontrado uranio empobrecido en el agua, tierra y atmósfera de Iraq y en las muestras biológicas donadas por civiles iraquíes. Sin embargo lo primero que aparece en las búsquedas en Internet son esos supuestos "estudios que repetidamente afirman que el DU es inofensivo". La técnica utilizada es presentar el asunto como un debate entre el Gobierno y los expertos independientes en el que el interés público se estimula mediante la polarización de los asuntos en lugar de hacer pública la verdad científica y médica. El Gobierno presenta los temas sistemáticamente de forma confusa y con información errónea así como las Agencias reguladoras de la ONU (Organización Mundial de la Salud, Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Agencia Internacional de la Energía Atómica, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Departamento de la Energía, etc.) y el sector de la Defensa ( el ejército y los fabricantes de armas).

El Dr. Yuko Fujita, profesor ayudante en la Universidad de Keio en Japón, que estudió los efectos de la radioactividad en Iraq desde mayo a junio de 2003, afirma: "Dudo de que Iraq esté recogiendo datos ya que de hecho hay muchos niños en los hospitales con leucemia" y añade: "a consecuencia de la guerra de Iraq la situación será desesperada en unos cinco o diez años."

El 14 de marzo de 2004, el Tribunal de Ciudadanos de Tokio que "declaró culpable" al presidente Bush hizo público el siguiente listado en relación con las armas con uranio empobrecido (Se trata de un Tribunal popular sin autoridad legal)

1. Su uso produce efectos indiscriminados.
2. Su utilización es desproporcionada con la consecución de objetivos militares.
3. Su uso afecta negativamente al medio ambiente de forma grave, extensiva y a largo plazo.
4. Su utilización produce daños y sufrimientos innecesarios.

Hace dos años, el presidente Bush retiró a Estados Unidos como signatario de la constitución del Tribunal Penal Internacional, ratificado por el resto de las democracias occidentales. La Casa Blanca busca en realidad la inmunidad de los líderes estadounidenses frente al procesamiento por crímenes de guerra y ha exigido asimismo la inmunidad expresa de todos los estadounidenses ante el TPI.

Conclusiones:

Si unos terrorista consiguieran diseminar en Estados Unidos una sustancia que causara centenares de miles de casos de cáncer y malformaciones en los recién nacidos durante un periodo de muchos años, serían culpables de crímenes contra la humanidad que superarían en mucho en amplitud y gravedad a los producidos por los atentados del 11-S. Aunque no sea de forma deliberada, con nuestras campañas en Iraq y Afganistán, eso es precisamente lo que hemos hecho. Si el entorno físico es tan insano e inseguro hasta el punto de que no se puede respirar de forma saludable, la parafernalia exterior de la democracia no tiene sentido. Al menos, con Saddam el pueblo iraquí podía estar sano y concebir niños normales. Pocos estadounidenses son conscientes de que al echar a Saddam hemos puesto algo mucho peor en su lugar.


Notas:
1. N.T. International Deplectec Uranium Study Team , ONG de investigadores sobre los efectos del uranio empobrecido


www.globalresearch.ca
Globalresearch, 3 de mayo de 2006

 

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