En la profundidad de la insurgencia colombiana: un encuentro con el ELN
María es el nombre que escogí, por temor a olvidar el mío. Apenas el avión aterrizara en Calí, sería mi identidad por los próximos días; celulares apagados, solo memoria y una libreta para recordar estos días. Junto a María, tuve que recodar otros nombres nuevos, compañeros de viaje que observaba mientras repetía sus nombres mentalmente, obsesivamente. No quería ser yo quien arruinara el plan.
Cuando arribamos, una señora saludo con una sonrisa. Ella no estaba sola, la acompañaba otro señor, ambos se presentaron. Así como yo no era María, ella no era Yaneth; pero la sonrisa junto al abrazo creó un lazo de confianza. Sentí como si ella fuera un familiar, quien sabe una tía.