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Europa :: 09/03/2010

Grecia: Impresionante huelga general

Claudio Testa
Una vez en el gobierno, los ?socialistas panhelénicos? no sólo empeoraron las medidas, sino que continuaron con el método de moler a palos al que proteste

El 24 de febrero Grecia vivió una extraordinaria jornada de huelga general. No fue un paro “dominguero” de 24 horas, allí la cosa fue en serio. Más de tres millones de huelguistas, tanto del sector público como del privado, paralizaron totalmente la actividad de las empresas, bancos, oficinas y servicios. Es una cifra apabullante considerando que Grecia tiene 10 millones escasos de habitantes.

Pero la jornada de lucha no fue pasiva. En Atenas, con menos de tres millones y medio de habitantes, hubo manifestaciones estimados en más de 50.000 personas, que desafiaron la dura represión policial tradicional en Grecia. En proporción a sus habitantes, es como hacer en Buenos Aires una movilización de más de 200.000.

"La crisis, que la paguen los ricos" y "el pueblo es más importante que los mercados" fueron las consignas más repetidas por los manifestantes.

¿Después de la huelga general, qué?

Como se puede leer abajo, al realizar una huelga general, las masas obreras griegas han desbordado esa frontera, de allí la preocupación que ha cundido en la Unión Europea. Y sobre todo de los capitalistas germanos, ya que son los principales acreedores de Grecia, que está al borde del default de su deuda externa, como Argentina en el 2001. Es por eso que en la TV y la prensa europea, especialmente en Alemania, se ha desatado una campaña repugnante patriotera y racista contra los griegos, vagos que no quiere trabajar ni hacer sacrificios para recuperar su país de la crisis. ¡Como si los banqueros germanos y del resto de la UE hicieran “sacrificio” alguno, aparte de ir a cobrar los billones de euros que el BCE y los estados les han regalado para que no vayan a la quiebra!

Haber traspasado ese límite de no hacer huelgas generales, no es sin embargo un mérito de los burócratas de la Confederación General Griega del Trabajo (GSEE), que hicieron hasta lo imposible para eludir una huelga general. Intentaron dividir la medida de lucha haciéndola en dos días distintos, uno para el sector privado y otro para los trabajadores del sector público organizados en el sindicato ADEDY. (Un relato de estos chanchullos puede leerse en la anterior edición Socialismo o Barbarie.)

Por supuesto, los burócratas de la GSEE van a redoblar sus artimañas, para que el “desborde” del 24 de febrero sea contenido y las cosas vuelvan a “normalidad”. Para eso, lo primero es que esta huelga general de 24 horas no tenga continuidad alguna: que no sea el primer paso de un plan de lucha del conjunto del movimiento obrero y las masas estudiantiles y populares, con medidas cada vez más contundentes. Al mismo tiempo, en las manifestaciones de Atenas empezó a escucharse la consigna de huelga general indefinida. La brecha entre los burócratas, la vanguardia obrera y las masas trabajadoras no se cerrado sino ampliado con el paro de 24 horas.

Es que, además, es evidente que los trabajadores, tanto del sector público como del privado, no van a lograr nada si “paran la moto”. A los dos días de la huelga general, los amos y acreedores de Grecia –el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo– dieron su veredicto: el salvaje plan de austeridad del gobierno griego es “insuficiente” y exigen “medidas adicionales de reajuste presupuestario”.1 ¡Esa es su respuesta! ¡La crisis pone al rojo vivo las contradicciones de clase! ¡Y, en lo concreto, la necesidad de un plan de lucha, con medidas escalonadas y cada vez más duras!

Un desafío que no es “sindical” sino político

Los trabajadores griegos están frente a un desafío que no es “sindical” sino político. En Grecia, como en todo el mundo, la crisis ha hecho aun más ilusoria la distinción entre luchas “sindicales” y políticas, una “separación” con la cual se confunde interesadamente a millones de trabajadores.

En el caso de Grecia, el carácter político del combate emprendido por la clase trabajadora es aun más candente. Es que el partido que está en el gobierno –el PASOK (Movimiento Socialista Panhelénico)– es al mismo tiempo, el partido de la mayoría de los burócratas sindicales que dirigen la Confederación General Griega del Trabajo.

¡Si en Europa (y en todo el mundo) los burócratas suelen ser entregadores cualquiera sea el que gobierne, en Grecia tienen un doble motivo para traicionar! Esta es una contradicción inmensa para que los trabajadores puedan defenderse del ajuste salvaje. El combate contra los planes antiobreros del gobierno del PASOK no puede ser conducida... por el PASOK!

La gran mayoría de los trabajadores y los sectores populares votaron al PASOK en octubre del año pasado, hartos del corrupto y represivo gobierno de derecha, que ya había comenzado a aplicar los ajustes. Tenían esperanzas en el “reformismo” socialdemócrata. Pero, una vez en el gobierno, los “socialistas panhelénicos” no sólo empeoraron las medidas, sino que continuaron con el método de moler a palos al que proteste. Esto es lo que sucedió en diciembre pasado, al cumplirse el primer aniversario de la rebelión de Atenas por el asesinato del estudiante Alexandros Grigorópoulos: la policía del gobierno “socialista” se dedicó a apalear manifestantes.

Necesidad de una alternativa independiente

Según el corresponsal del Times de Londres, los manifestantes del 24 de febrero se unieron en un solo grito al pasar frente al parlamento: “¡traidores!”.

La desilusión con el PASOK quizás podría abrir en Grecia posibilidades distintas a la jaula de la alternancia bipartidista de tantos países europeos: una calesita donde los partidos de derecha (PP en España, conservadores en Gran Bretaña, etc.) se alternan con los de “izquierda” (PSOE, laboristas, etc.) para aplicar las mismas políticas dictadas por el capital financiero. Es decir, el desarrollo de alternativas políticas realmente independientes de la burguesía griega y el capital europeo.

Aunque no sea lo mismo, estrechamente ligada a este proceso político está igualmente la necesidad de que la vanguardia obrera griega vaya construyendo una dirección de alternativa a la burocracia, capaz de encabezar las luchas y desbordar los frenos y límites que desde la cúpula de la GSEE y los sindicatos se pretenden imponer para no ir más allá del 24 de febrero.

El hecho es que, a diferencia de otros países europeos, en Grecia parece haber más “materia prima” para avanzar en ambos procesos.

En primer lugar, el “bipartidismo” griego es más limitado y débil. A la izquierda del PASOK hay una franja política de significativas dimensiones, tanto electorales como en materia de militancia (lo que es más importante).

Es verdad que las dos principales corrientes de esa franja a la izquierda del PASOK, el KKE (Partido Comunista Griego) y la Synaspismós y su frente electoral SYRIZA, no son garantía alguna. El KKE ha evitado la bancarrota de otros PCs europeos que, después del Muro de Berlín, pensaron que su gran negocio sería hacerse socialdemócratas. El KKE dio marcha atrás a tiempo, pero para cultivar un “izquierdismo” y ultrasectarismo ridículo (una reedición del “tercer período” stalinista en el siglo XXI). Synaspismós (con su SYRIZA) es algo parecido a Die Linke de Alemania, pero más “rojo” (como corresponde al termómetro político helénico).

Pero el mismo peso electoral del KKE y Synaspismós-SYRIZA (que en octubre obtuvieron el 7,54% y el 4,60% respectivamente) indica un sector a la izquierda que no se asimila a la trampa bipartidista ni al cuento del “voto útil para que no gane la derecha”.

También, a los afectos de la lucha de clases, es un factor importante que el trotskismo –representado por una diversidad de corrientes– tenga un peso significativo en la vanguardia. En momentos en que las cosas no se están decidiendo en las trampas de las urnas sino en el terreno de las movilizaciones, este es un factor no menor para las perspectivas que se abren en Grecia.

Nota:

1.- “El FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea piden más ajuste - Afirman que el plan de austeridad no es suficiente”, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 28/02/10.


Los trabajadores griegos dicen: “¡No somos Irlanda!”

La importancia del 24 de febrero griego excede los límites del país. Grecia es simplemente uno de los estados en que (por ahora) ha pegado más duro la crisis. Está en bancarrota. Pero lo realmente serio, es que Grecia no es una excepción. Las cuentas públicas y los números de la economía no son cualitativamente distintos en el resto de la Unión Europea. Grecia es hoy el eslabón más débil de un desastre general.

Lógicamente, las burguesías europeas vienen haciendo todo lo posible para cargar los costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y los sectores populares. Pero, en una situación en que la crisis es generalizada en Europa, tanto en los países de la UE y la “zona euro” como fuera de ellas, también podrían generalizarle las protestas y las luchas.

Este es un peligro potencialmente muy serio, porque las burguesías europeas nunca pudieron imponer un grado de derrota del movimiento obrero como la lograda por sus primos, los capitalistas de EEUU. A pesar de los serios aunque desiguales retrocesos del movimiento obrero europeo en las últimas décadas del siglo pasado, de la monumental confusión ideológica que significó el derrumbe del falso “socialismo” burocrático en la Unión Soviética, del control y las traiciones de las burocracias sindicales y de los socialdemócratas, estalinistas y laboristas, y del veneno racista, islamófobo y antiinmigrante que han inyectado en las masas “blancas”, la burguesía teme con toda razón que se pueda llegar a estallidos sociales generalizados.

Por eso, la preocupación Nº 1 es mantener fragmentadas todas las luchas y protestas de los trabajadores. Por intermedio de las burocracias sindicales, se hace todo lo posible para aislar y compartimentar los conflictos, no sea que la cosa derive en luchas y huelgas generales. Los burócratas, después de establecer “cordones sanitarios” alrededor de cada conflicto, terminan negociando su entrega y derrota.

Cuando el descontento general se hace ya insostenible, entonces las burocracias convocan a una “jornada” de marchas aunque sin paros, para que la gente “descargue la bronca”. Pero estas “movilizaciones” no tienen continuidad alguna, nunca son parte de un plan de lucha que vaya en ascenso...

Pero como el límite de las burocracias es no hacer bajo ningún concepto un paro general, ni siquiera de 24 horas. ¡De allí la inmensa importancia de que las masas trabajadoras griegas hayan traspasado esa “frontera”!

La burocracia francesa es la maestra europea de este tipo de maniobras. Pero quizás el ejemplo más escandaloso lo dieron recientemente los burócratas de Irlanda. En febrero del 2009 convocaron a las manifestaciones “de protesta” más grandes de la historia de ese país. “No estamos dispuestos a vivir en una sociedad así", vociferaban los burócratas irlandeses.1 Al poco tiempo, una vez “descomprimida” la situación, la burocracia firmó aceptando el plan de ajuste más salvaje, que incluye rebajas de salarios del 20%!

Es por eso que otra de las consignas más coreadas en las movilizaciones de la huelga general griega fue: “¡No somos Irlanda!”

Grecia tampoco es España. En la misma semana de la huelga general de Grecia, la burocracia sindical del Estado Español hacía la misma maniobra de sus “compañeros” irlandeses, llamando a un día de manifestaciones sin continuidad. Al mismo tiempo, los burócratas “socialistas” de la UGT y los “comunistas” de Comisiones Obreras juraban que jamás cometerían el pecado de convocar a un paro general,2 ni siquiera por 24 horas!

Notas:

1.- “Masivas marchas de trabajadores en Irlanda”, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 01/03/09.

2.- “Los sindicatos anuncian que la huelga general no está en sus previsiones”, en www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 28/02/10.

Socialismo o Barbarie

 

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