Haaretz: A los soldados israelíes les ordenan disparar contra gazatíes que piden ayuda humanitaria

Integrantes de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon al periódico israelí Haaretz que han recibido órdenes directas de disparar contra los palestinos desarmados que llegan a los puntos de distribución humanitaria de alimentos en la Franja de Gaza, incluso sin que medie amenaza alguna.

El medio de comunicación habló con oficiales y soldados del régimen sionista que afirmaron que los mandos les han ordenado en repetidas ocasiones disparar contra las multitudes de civiles de Gaza que se aglomeran cerca de los puntos de distribución de ayuda.

Se trata de un crimen de guerra que viola todas las normas éticas y el derecho humanitario internacional. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, más de 550 personas han sido asesinadas y más de 4.000 resultaron heridas, desde el 27 de mayo, cerca de centros de ayuda humanitaria y en zonas donde los residentes esperaban camiones de alimentos de la ONU.

Campo de muerte

Un soldado describió lo que estaba ocurriendo como un "campo de muerte". Dijo que entre una y cinco personas morían cada día sólo en el punto donde él servía.

"Son civiles a los que se les trata como a una fuerza hostil. Sin medidas antidisturbios, sin gases lacrimógenos, sólo fuego real de todo lo imaginable: ametralladoras de gran calibre, lanzagranadas, morteros [...] Nuestra forma de comunicación son los disparos", afirmó, añadiendo que los gazatíes no suponen ningún peligro para los soldados.

Militares israelíes dijeron que la vida humana ha perdido todo valor en Gaza, y relataron el uso de armas contra una multitud completamente pacífica que procuraba conseguir los alimentos.

"Un día dejamos de disparar los morteros y vimos que la gente empezaba a acercarse. Así que reanudamos los disparos para dejar claro que no podían hacerlo. Inmediatamente uno de los proyectiles mató a un grupo de personas", contó un oficial de rango medio. Añadió que en otras ocasiones, ametralladoras y tanques dispararon contra civiles y los soldados lanzaron granadas contra ellos, sin ninguna provocación por parte de los civiles.

En otro incidente que tuvo lugar esta semana, soldados de la 252 División abrieron fuego contra una intersección en la que había civiles esperando camiones de ayuda, después que su comandante, Yehuda Vach, les ordenara disparar directamente al centro del cruce. Un misil antitanque mató a ocho personas, entre ellas adolescentes.

Uno de los oficiales dijo que la política de Vach era dispersar inmediatamente y para siempre a los palestinos "sospechosos de portar armas". En realidad lo que portaban eran ollas y cacerolas.

Palestinos cargan sacos y cajas con alimentos y ayuda humanitaria antes de que lleguen los soldados sionistas, Franja de Gaza, el 16 de junio de 2025.

Ataques inadmisibles

Los militares que hablaron con Haaretz resaltaron la inadmisibilidad de tales ataques contra la población. Así, un oficial que laboró en el servicio de seguridad del centro de distribución de ayuda humanitaria manifestó que "no es ni ética ni moralmente aceptable que la gente llegue, o realmente no llegue [a la zona humanitaria], bajo el fuego de tanques, francotiradores y granadas de mortero".

"¿Por qué se mata a la gente que recoge alimentos solo porque se ha salido de la fila, o porque a algún comandante no le gusta que se metan en la cola que él vigila? ¿Por qué hemos llegado a un punto en el que un adolescente está dispuesto a arriesgar su vida por sacar un saco de arroz de un camión? Y es a él a quien disparamos la artillería", manifestó un alto oficial veterano en los combates en la Franja de Gaza, señalando que matar a civiles "va en contra de todo aquello por lo que el ejército debería luchar".

Otro de los militares afirmó que la matanza de civiles se convirtió en rutina. "Sabes que no está bien. Sientes que no está bien, que los comandantes se están tomando la justicia por su mano. Pero Gaza es un universo paralelo. Sigues adelante rápidamente. La verdad es que la mayoría de los soldados ni siquiera se detienen a pensarlo", sostuvo. Y los colonos supremacistas aplauden.