Hamás ofrece importantes concesiones en la nueva propuesta de alto el fuego en Gaza


Tras una serie de reuniones con diversos líderes políticos, partidos y facciones palestinos, Hamás aceptó formalmente la semana pasada una serie de concesiones importantes en las negociaciones para el alto el fuego en Gaza, según una copia del acuerdo obtenida por Drop Site News. Israel no ha respondido al acuerdo propuesto para un alto el fuego inicial de 60 días redactado por Egipto y Catar. En cambio, ha seguido adelante con la movilización de 60.000 soldados de reserva en lo que el primer ministro del régimen, Benjamin Netanyahu, ha prometido que será una invasión terrestre masiva de la ciudad de Gaza con el objetivo de llevar a cabo una limpieza étnica de casi un millón de palestinos del norte del enclave.
«El desprecio de Netanyahu por la propuesta de los mediadores y su falta de respuesta confirman que él es el verdadero obstáculo para cualquier acuerdo y que no le importan las vidas de sus cautivos ni se toma en serio su rescate», afirmó Hamás en un comunicado emitido el miércoles por la noche. «El régimen terrorista sionista insiste en continuar su brutal guerra contra civiles inocentes intensificando sus operaciones criminales en la ciudad de Gaza, con el objetivo de destruirla y desplazar por la fuerza a su población, lo que constituye un auténtico crimen de guerra».
El jueves por la tarde, Netanyahu se reunió con las fuerzas israelíes cerca de Gaza. «Nos encontramos en una etapa decisiva. He venido hoy a la División de Gaza para aprobar los planes que me han presentado el ministro de Defensa y las Fuerzas de Defensa de Israel para la toma de la ciudad de Gaza y la derrota de Hamás», declaró. Sin indicar la posición de Israel sobre los últimos términos del alto el fuego aceptados por Hamás, afirmó que había dado instrucciones a los oficiales israelíes «para que iniciaran negociaciones inmediatas para la liberación de todos nuestros rehenes y el fin de la guerra en condiciones aceptables para Israel. Estas dos cosas --derrotar a Hamás y liberar a todos nuestros rehenes-- van de la mano».
Entre las concesiones que hizo Hamás se encuentra la de abandonar su exigencia de que Israel se retire por completo del corredor Filadelfia, que discurre a lo largo de la frontera con Egipto, en el sur de Gaza. Hamás también aceptó eliminar el texto que habría impedido que el plan de «ayuda» impuesto por EEUU e Israel y gestionado por la empresa de mercenarios denominada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés) permaneciera en Gaza tras la entrada en vigor del alto el fuego. Más de 2.000 palestinos han muerto buscando ayuda desde que la GHF se hizo cargo de la distribución en mayo.
Además, en contra de sus condiciones anteriores, Hamás consintió en las «zonas de amortiguación» israelíes propuestas, que ya rodean Gaza y se extenderían más profundamente en el enclave, aceptando en algunos casos puntos que se extienden 1.500 metros dentro del territorio.
En julio, Hamás aceptó en su totalidad diez de las trece condiciones establecidas en lo que Trump calificó como la propuesta definitiva para un acuerdo de alto el fuego. El borrador fue redactado por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, y el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer. Según el acuerdo, Hamás aceptaría liberar a un total de diez prisioneros israelíes vivos y 18 fallecidos en un periodo de dos meses. Se cree que quedan aproximadamente 50 prisioneros israelíes en Gaza, 20 de los cuales Israel cree que están vivos. A cambio, Israel liberaría a un gran número de palestinos recluidos en prisiones israelíes, centros de detención militar y otras instalaciones. En su última oferta, Hamás aceptó una fórmula que liberaría a 500 palestinos menos de Gaza secuestrados por Israel después del 7 de octubre de lo que exigía inicialmente.
«Las facciones de la resistencia palestina han aceptado la propuesta presentada por los mediadores egipcios y cataríes, que es básicamente la propuesta de Witkoff con pequeñas modificaciones, y es, en esencia, una propuesta israelí elaborada entre Witkoff y Dermer», dijo el Dr. Mohammed Al-Hindi, negociador político jefe de la Yihad Islámica Palestina, la segundo organización de resistencia armada más grande de Gaza, en una entrevista con Drop Site. «Si el régimen israelí se niega ahora a aceptar la propuesta de los mediadores --que es fundamentalmente la suya propia--, queda al descubierto la verdadera naturaleza de la postura israelí, protegida por EEUU, con respecto a la totalidad del proceso de negociación: utilizarlo para ganar tiempo y cometer más crímenes. Ya no hay margen para más concesiones ni negociaciones inútiles».
Al-Hindi reconoció que los negociadores palestinos se encuentran en una posición difícil, en gran parte debido al hecho de que Israel tiene un largo historial de violaciones de los acuerdos de alto el fuego y la única fuerza capaz de frenar a Netanyahu es Trump. «La única parte a la que [Israel] realmente responde es al Gobierno de EEUU, que sigue cubriéndole las espaldas en todos sus crímenes. Por lo tanto, la garantía más importante en estas condiciones es que la resistencia siga estando plenamente preparada para hacer frente a cualquier engaño», afirmó Al-Hindi. «La resistencia ha mostrado flexibilidad y ha aceptado la propuesta de los mediadores, porque su prioridad es detener las masacres contra la población civil y poner fin a la matanza por inanición».
Desde que Israel reanudó el ataque militar contra Gaza el 18 de marzo, tras abandonar unilateralmente el acuerdo de alto el fuego de enero de 2025, una parte de la población de Gaza ha aumentado la presión sobre Hamás para que llegue a un acuerdo que ponga fin a la campaña de hambre forzada de Israel y a los implacables bombardeos terroristas. Aunque Netanyahu se ha enfrentado a una creciente indignación interna por su negativa a llegar a un acuerdo que libere a los cautivos israelíes, ha saboteado repetidamente los acuerdos de alto el fuego en los últimos meses.
«Si va a haber un acuerdo, entonces es este. Y si no hay acuerdo, entonces nunca lo habría habido», afirmó Sami Al-Arian, destacado académico y activista palestino y director del Centro para el Islam y los Asuntos Globales de la Universidad Zaim de Estambul. «No ha habido una presión real sobre los israelíes, desde luego no por parte de los estadounidenses, ni de los europeos, ni de las Naciones Unidas ni de otras naciones de la región. Así que [los israelíes] básicamente están haciendo lo que los elementos más extremistas del régimen sionista exigen que hagan debido a la falta de cualquier tipo de presión», afirmó Al-Arian en una entrevista con Drop Site. «Mientras tanto, los palestinos están pagando con su sangre. Y la resistencia no está dispuesta a rendirse. Si tiene que luchar, seguirá luchando como lo ha hecho desde el primer día».
En una llamada con Witkoff el miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Badr Abdelatty, declaró que «había destacado la suma importancia de que Israel responda positivamente a la propuesta y aplique sus elementos para abordar la crisis actual, salvaguardar la vida de los cautivos, aliviar el sufrimiento de los palestinos en Gaza y garantizar que entren cantidades suficientes de ayuda para satisfacer las necesidades del pueblo palestino, que está siendo sometido a una política deliberada de inanición». Le dijo a Witkoff que «aprovechara la oportunidad actual, ahora que Hamás ha aceptado la propuesta de EEUU».
En una entrevista emitida el miércoles en la televisión australiana, Netanyahu dijo que Israel no pondría fin a la guerra hasta que Hamás fuera completamente desmantelado, se firmara o no un acuerdo. «Vamos a hacerlo de todos modos. Nunca ha habido ninguna duda: no vamos a dejar a Hamás allí», afirmó. «Creo que el presidente Trump lo expresó muy bien cuando dijo que Hamás tiene que desaparecer de Gaza. Es como dejar a las SS en Alemania».
El lunes, Trump escribió en su sitio web TruthSocial: «¡Sólo veremos el regreso de los rehenes restantes cuando Hamás sea confrontado y destruido! Cuanto antes ocurra esto, mayores serán las posibilidades de éxito», y añadió: «¡Juega para GANAR o no juegues!».
Dermer, el hombre de confianza de Netanyahu en las negociaciones con Hamás, se reunió el miércoles en París con funcionarios cataríes y reiteró las exigencias maximalistas de Israel de que la guerra sólo terminará con la liberación de todos los cautivos, el desarme total de Hamás, la desmilitarización completa de Gaza, el control continuo de la seguridad israelí sobre el territorio y la transferencia de la administración civil a un organismo que no sea Hamás ni la Autoridad Palestina.
En una entrevista con Drop Site la semana pasada, el alto funcionario de Hamás Basem Naim afirmó que el movimiento de resistencia islámico estaba dispuesto a llegar a un acuerdo justo. «Creo que hoy existe una gran oportunidad política», declaró. «Si Trump se toma en serio las promesas que hizo durante la campaña, tiene la oportunidad de hacerlo de una vez por todas». Sin embargo, Naim mantuvo que las organizaciones de resistencia en Gaza no aceptarían deponer las armas y sólo lo harían como parte de la constitución de un ejército palestino capaz de defender su integridad territorial. Añadió que Hamás seguía abierto a un acuerdo global «todo por todo» que contemplara la liberación de todos los cautivos israelíes, vivos y muertos, a cambio de una tregua a largo plazo garantizada por EEUU y las naciones de la región.
Ante la continua campaña de desinformación llevada a cabo por EEUU e Israel con el objetivo de presentar falsamente a Hamás como una organización que rechaza las demandas de abandonar el poder en Gaza como parte de un acuerdo, Naim reiteró el compromiso de Hamás de ceder la autoridad gubernamental a un comité tecnocrático de 15 miembros compuesto por expertos palestinos independientes. «Lo fundamental es poner fin a la guerra, la retirada total de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza, un alto el fuego acordado, la apertura de las fronteras, permitir la entrada de ayuda en la Franja de Gaza y el inicio de una operación de reconstrucción», dijo Naim. «Desde el primer día hemos dicho que estamos dispuestos a entregar el gobierno o el control de la Franja de Gaza».
El 2 de julio, Trump anunció lo que denominó la «propuesta definitiva» para un alto el fuego en Gaza y al día siguiente escribió en TruthSocial: «Israel ha aceptado las condiciones necesarias para finalizar el ALTO EL FUEGO de 60 días, durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra». El 6 de julio comenzaron en Doha, Catar, las conversaciones de proximidad, negociaciones indirectas a través de mediadores regionales entre Israel y Hamás. Las conversaciones se centraron en tres cuestiones fundamentales: cuánta ayuda entraría en Gaza y quién la distribuiría; dónde se retirarían las fuerzas israelíes durante el alto el fuego y el tamaño de una zona de amortiguación mutuamente acordada que rodease Gaza; y cuántos prisioneros palestinos serían liberados a cambio de aproximadamente la mitad de los israelíes que aún permanecen retenidos en Gaza. Tanto Hamás como Israel propusieron diversas enmiendas al borrador y comenzaron las discusiones técnicas.
Ese proceso se detuvo después de que Hamás presentara una serie de enmiendas cuidadosamente elaboradas el 23 de julio. Hamás redactó las enmiendas al marco original promovido por EEUU en consulta con mediadores de Catar y Egipto. Los mediadores regionales calificaron las enmiendas de Hamás de razonables y expresaron su esperanza de que pronto se pudiera llegar a un acuerdo. Pero Israel respondió retirando su equipo negociador de Doha y EEUU denunció a Hamás, alegando falsamente que había saboteado un acuerdo. «Hamás no quería realmente llegar a un acuerdo. Creo que quieren morir, y eso es muy, muy malo. Se ha llegado a un punto en el que hay que terminar el trabajo», declaró Trump. Dijo que Israel «va a tener que luchar y va a tener que limpiarlo todo. Va a tener que deshacerse de ellos».
Un Netanyahu envalentonado, que ha dejado clara su intención de «conquistar» toda Gaza, anunció entonces sus planes de sitiar por completo la ciudad de Gaza y otros centros de población en una operación que el régimen de apartheid denominó Carros de Gedeón II. El plan prevé una invasión terrestre masiva y la expulsión forzosa de casi un millón de palestinos del norte de Gaza. El miércoles, la oficina de Netanyahu anunció los plazos para «conquistar» la ciudad de Gaza, afirmando que la misión de «derrotar a Hamás» se acortaría. Esta semana, Israel emitió formalmente órdenes de movilización para 60.000 reservistas que participarían en una invasión que, según algunos analistas, podría involucrar a 130.000 soldados israelíes. «Hemos comenzado las operaciones preliminares y las etapas iniciales del ataque a la ciudad de Gaza», dijo el miércoles el portavoz del ejército israelí, Effie Defrin.
«La amenaza de lanzar una invasión a gran escala de la ciudad de Gaza y los campamentos centrales no será un paseo para un ejército fatigado y una sociedad fracturada», afirmó Al-Hindi. «Y la fantasía de que la resistencia va a rendirse, independientemente de las artimañas o los titulares, es más descabellada que Satanás soñando con el paraíso».
En El Cairo, Hamás y la Yihad Islámica consultaron con diversos líderes y grupos palestinos antes de aceptar una propuesta actualizada de alto el fuego. 14 de agosto de 2025.
La propuesta de mínimos final de Hamás
El 18 de agosto, Hamás informó a Catar y Egipto de que aceptaría los términos revisados del alto el fuego basados en el marco propuesto por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff. La estructura se materializó tras varios días de reuniones entre una delegación de Hamás encabezada por su líder político Khalil Al-Hayya, el director de la inteligencia egipcia y los mediadores regionales. Hacia el final de las discusiones, Egipto también acogió a una serie de figuras políticas palestinas y representantes de diversas organizaciones para alcanzar un consenso antes de presentar la propuesta a Israel.
«Estamos esperando la respuesta del enemigo sionista a la nueva propuesta de los mediadores, después de que el movimiento presentara su respuesta con su aprobación, basada en una evaluación nacional y teniendo en cuenta las graves condiciones humanitarias a las que se enfrenta nuestro pueblo», dijo Naim un día después de que se presentara la propuesta. «Cualquiera que apueste por quebrantar a nuestro pueblo palestino para que renuncie a sus derechos legítimos, sobre todo el derecho a resistir la ocupación por todos los medios disponibles, está delirando».
Al igual que en borradores anteriores, la propuesta pide un aumento masivo de la ayuda humanitaria, incluyendo alimentos, medicinas y otros productos básicos para la vida, de acuerdo con las cantidades esbozadas en el acuerdo original del 19 de enero que Israel abandonó unilateralmente en marzo. Se permitiría la entrada en Gaza de la maquinaria de construcción necesaria para reconstruir hospitales y panaderías, así como para retirar los escombros y reabrir las carreteras. También se reabriría el paso fronterizo de Rafah, la única puerta de Gaza al mundo fuera del control israelí.
En las negociaciones, Israel ha tratado de impedir que la ONU se encargue de la distribución y entrega de la ayuda, aunque los mediadores han indicado que Israel aceptaría un texto que permitiera la participación de la ONU. En el documento original presentado por Witkoff el 3 de julio con el apoyo de Israel, ni siquiera se mencionaba a la ONU. En cambio, el borrador decía que la distribución se haría «siguiendo un acuerdo que se alcanzaría en relación con la ayuda a la población civil».
En la última ronda de enmiendas propuestas por Hamás el 23 de julio, sus negociadores añadieron una cláusula que decía que sólo se permitirían las agencias internacionales que operaban en Gaza antes del 2 de marzo, cuando Israel impuso un bloqueo total sobre Gaza. «Los centros establecidos por el ejército israelí en la Franja de Gaza, que eran utilizados por la Fundación Humanitaria de Gaza, serán desmantelados», decía.
El texto del nuevo borrador acordado por Hamás simplemente establece que «la ayuda se recibirá y distribuirá en la Franja de Gaza a través de las Naciones Unidas, sus agencias y la Media Luna Roja, además de las organizaciones internacionales que operan en la Franja». Se eliminó el término que prohibía explícitamente la GHF.
«Se trata de otro intento de la resistencia para que la otra parte no sabotee el acuerdo», afirmó Al-Arian. «El principio de que las organizaciones de ayuda internacional regresen y se encarguen de la ayuda masiva que se necesita es el punto más importante».
Quizás la concesión más sustancial realizada en esta ronda fue que Hamás abandonara sus demandas específicas sobre la presencia de las fuerzas de ocupación israelíes a lo largo del corredor Filadelfia. En su propuesta del 23 de julio, los negociadores de Hamás escribieron: «La ocupación se retirará gradualmente a un ritmo de 50 metros por semana de la ruta Filadelfia, y al cabo de 50 días se retirará de toda la ruta Filadelfia». En la nueva versión, no se menciona en absoluto Filadelfia.
Un alto funcionario de Hamás y otra fuente cercana al equipo negociador palestino dijeron a Drop Site que los funcionarios egipcios habían pedido a Hamás que retirara esta exigencia de su propuesta, afirmando que Egipto garantizaría la retirada israelí del corredor mediante conversaciones bilaterales. Egipto tiene un tratado de paz con Israel que incluye restricciones a la concentración de fuerzas israelíes en la frontera con Egipto.
«Los egipcios han asegurado a la resistencia que es en interés nacional de Egipto, y también en interés de la seguridad nacional, que obliguen a los israelíes a retirarse. Según los mediadores, el corredor Filadelfia formaría parte de las negociaciones», afirmó Al-Arian. Añadió: «Creo que, en este momento, lo que la resistencia ha demostrado es que está dispuesta a ceder, de modo que, ante su pueblo, ha hecho todo lo posible para poner fin a esta situación. El peligro aquí es que los israelíes interpreten esto como una capitulación bajo presión militar y, por lo tanto, necesiten aumentar esa presión militar hasta que se cumplan todas sus condiciones».
Israel propuso inicialmente crear un cordón alrededor de Gaza que se apoderaría efectivamente del 40% del territorio existente. También anunció su intención de construir un campo de concentración sobre las ruinas de la ciudad de Rafah y obligar a unos 600.000 palestinos a permanecer dentro de sus muros a la espera de su eventual deportación.
Después de que, según se informa, Witkoff y Trump intervinieran en julio para advertir a Israel de que no insistiera en esto como condición para el acuerdo de alto el fuego, Israel propuso mapas revisados y Hamás respondió con sus propias posiciones, y la diferencia entre ambas posiciones se redujo.
En la propuesta actual, el movimiento Hamás ha aceptado permitir que Israel amplie la «zona de amortiguación» propuesta más profundamente en el territorio palestino de Gaza que los mapas propuestos por Hamás el 23 de julio. Aunque las distancias reales a menudo suponen una diferencia de sólo entre 50 y 200 metros en los respectivos mapas propuestos por Israel y Hamás, esta cuestión ha sido muy controvertida. Hamás ha intentado impedir que Israel se apropie de más territorio, especialmente cerca de zonas residenciales, y garantizar que se puedan reconstruir las principales carreteras.
Condiciones para el intercambio de prisioneros
Desde principios de julio, Hamás ha dicho que aceptaría liberar a 10 cautivos israelíes vivos, junto con los cuerpos de 18 fallecidos. Se cree que hay 20 israelíes vivos retenidos en Gaza y aproximadamente 30 cuerpos. Según los términos del acuerdo marco, ocho israelíes vivos serían liberados el primer día del acuerdo y los otros dos el día 50. Los cuerpos de los cautivos fallecidos se entregarían de forma escalonada a lo largo de dos meses.
A cambio de los diez israelíes vivos, Hamás dijo que aceptaría una fórmula por la que Israel liberaría a 140 palestinos condenados a cadena perpetua en Israel, junto con 60 que cumplen condenas de 15 años o más. Israel también estaría obligado a liberar a 1.500 palestinos de Gaza capturados por Israel después del 7 de octubre. Los términos también establecen que Israel liberaría a «todas las mujeres y niños» que tiene actualmente en su poder. Por cada cadáver de un israelí fallecido que sea devuelto a Israel, se liberarán diez cadáveres palestinos.
Este marco reduce el número de palestinos que Hamás dijo que quería liberar en sus enmiendas del 23 de julio. Esa propuesta pedía la liberación de 200 palestinos que cumplen cadena perpetua y que los liberados fueran seleccionados por Hamás. Esos términos ya no aparecen.
Esto podría afectar al destino de Marwan Barghuti, un alto dirigente de Fatah y considerado por muchos como una de las figuras políticas palestinas más populares y un posible futuro presidente de una Palestina independiente. Barghuti lleva recluido en prisiones israelíes desde 2002. Fue condenado a cinco cadenas perpetuas por un tribunal israelí durante la Segunda Intifada, un periodo de revuelta popular masiva contra la ocupación israelí. En una reciente provocación, el ministro de Seguridad Nacional de extrema derecha de Israel, Itamar Ben Gvir, irrumpió en la celda de aislamiento de Barghuti en la prisión de Ganot, amenazándolo y declarando que Israel «aniquilará» a sus enemigos.
Hamás ha dado prioridad a la liberación de Barghuti en todos los acuerdos de intercambio de prisioneros desde el 7 de octubre, a pesar de que representa a una organización rival. En enero, Hamás luchó entre bastidores para conseguir la libertad de Barghuti como parte del acuerdo de alto el fuego. Algunos informes afirman que altos funcionarios del círculo íntimo del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, comunicaron a los mediadores regionales ya a mediados de 2024 que se oponían a su inclusión en la lista de prisioneros palestinos que iban a ser liberados.
Hamas quería inicialmente la liberación de 2.000 palestinos secuestrados por Israel después del 7 de octubre, 500 cautivos palestinos más de lo estipulado en la nueva propuesta respaldada por Hamas. Además de los cuerpos de diez palestinos que aún están en poder de Israel y que se entregarán a cambio de cada cadáver israelí en Gaza, Hamas había pedido anteriormente la liberación de otros 50 palestinos vivos de Gaza que están en poder de Israel. Ahora ha retirado esa demanda.
Hamas, con el respaldo de la mayoría de las facciones políticas palestinas, ha reducido al mínimo sus condiciones para un alto el fuego en Gaza. Desde su perspectiva, la mayoría de sus «líneas rojas» implican cuestiones que van más allá de un alto el fuego temporal. Ha dicho que no aceptará la desmilitarización de Gaza y que Israel debe retirar completamente sus fuerzas. Las nuevas concesiones de Hamas representan un cambio de estrategia, afirma Al-Arian.
«Lo que los acuerdos anteriores intentaban hacer era garantizar que al régimen israelí le resultara muy difícil incumplir sus compromisos futuros. Así que lo que ha hecho la resistencia en este acuerdo ha sido renunciar a algunos de esos compromisos», afirmó. «Los egipcios y los cataríes lograron que la resistencia aceptara ese acuerdo. Y han dado garantías por su parte de que esto iría seguido de negociaciones serias que conducirían a la retirada total, el fin de la guerra, el intercambio de prisioneros en una proporción que sería justa y también la ayuda distribuida por las Naciones Unidas. Así que algunas de estas preocupaciones no se han disipado, pero confían en el compromiso de los mediadores para garantizar que se alcance el fin de la guerra al término de este proceso».
«Francamente», añadió Al-Arian, «no tengo mucha confianza, ni en la posición estadounidense e israelí, ni en los mediadores».
Si EEUU no obliga a Israel a aceptar la actual oferta de Hamás, que está llena de concesiones, Al-Arian no cree que se llegue a un acuerdo en un futuro próximo. «Esto demuestra que los israelíes nunca quisieron realmente llegar a un acuerdo o que lo que querían era que la resistencia se rindiera y que la guerra continuara», afirmó. «El verdadero objetivo de este proceso nunca ha sido la liberación de los cautivos ni poner fin a los asesinatos y las masacres del genocidio. Desde el principio, el objetivo ha sido ocupar y expulsar a tantos palestinos de Gaza como sea posible».
Al-Hindi, un experimentado negociador político que lleva décadas participando en los procesos de toma de decisiones de Israel con respecto a Palestina, afirmó que, independientemente de si Israel acepta un acuerdo o no, la lucha por la liberación continuará.
«Mientras persistan la ocupación y la agresión, el espíritu de resistencia no hará más que profundizarse entre el pueblo palestino, especialmente al haber sido testigos de las consecuencias de los Acuerdos de Oslo en Cisjordania y Jerusalén, la política de asentamientos y el entierro de la solución de dos Estados mucho antes del 7 de octubre. En cuanto a la amenaza de una invasión a gran escala de Gaza, esto conduciría a una guerra de desgaste prolongada», afirmó. «Es cierto que nuestras opciones son difíciles, pero también lo son todas las de Israel. Cuando Israel entierra el sueño de un Estado palestino, también entierra el sueño de un Estado judío. Y mientras se nieguen los derechos al pueblo palestino, todos los acuerdos seguirán siendo temporales y la región seguirá enfrentándose a una mayor inestabilidad».
Drop Site News