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Mundo :: 03/10/2008

Honduras: Mi enemigo tuyo

Alejandro Haddad
Lxs docentes de todo el país llevan nueve días movilizados reclamando el pago de 6 meses de sueldos a 6 mil de sus compañerxs

Hay enemigos que no se ven. Algunos, porque se hacen invisibles por las miradas incrédulas, otros, porque se visten de solidaridad y pasan desapercibidos; otros, sencillamente, porque ponen la cara de otros.

En Honduras, las y los docentes de todo el país llevan nueve días reclamando el pago atrasado de sueldos a 6 mil de sus compañeros y compañeras. El gobierno dice no poder cubrir los 150 millones de Lempiras que se precisan para saldar los 6 meses que adeuda, en cambio, ofreció pagar 60 millones. ¿Y el resto? Para los gremios magisteriales no hay resto porque no hay después. Se paga ahora, todo junto y ya.

Docentes de los dieciocho departamentos están concentrados en la explanada del Congreso Nacional. Miles de ellos marcharon hasta la casa presidencial el lunes. Al no recibir respuesta, en el día de ayer bloquearon durante dos horas los principales puentes de acceso a la capital. Al no recibir respuesta, bloquearon hasta la madrugada las entradas (que también son salidas) del Congreso. Hasta el momento, no hay respuesta.

Entre tanto, los análistas hablan del mágico TPS, y se preguntan que pasa con el dinero obtenido a través de él. Claro, la pregunta es ¿qué es el TPS? El TPS, es una sigla, que,traducida al castellano, significa Estatus de Protección Permanente. Ese "estatus" es otorgado por el gobierno de los Estados Unidos a personas pertenecientes a países que han sido declarados en disturbios permanentes. Es decir, a países inseguros. Estos países son Burundi, El Salvador, Liberia, Somalia y Sudan. En los últimos tiempos, se han añadido Honduras y Nicaragua.

Este estatus es una elemento legal que tienen los ilegales para permanecer en los EE.UU durante un tiempo determinado. En ese tiempo, los migrantes envían remesas a sus países de origen. De este modo, esos países con disturbios permanentes, incrementan su Producto Bruto Interno sin instalar una sola fábrica ni cultivar una sola hectárea.

El TPS está emparentado con la concesión de refugios y asilos. En este caso, se hace por mera caridad a quienes sufren inclemencias económicas. Con estos tres rótulos, EE.UU cubre sus tres armas de destrucción cotidiana: las guerras, la intromisión económica, la intervención política. Pero el estatus de protección permanente, solo es permanente mientras lo decida el gobierno del norte. Ese estatus no da derecho a ciudadanía. Para ello, será necesario, como vía rápida y segura, enrolarse en el ejército. Quizás no sea mucho el dinero que los soldados puedan enviarles a sus familias, pero, si logran la ciudadanía, podrán hacerlo de por vida.

El presidente mexicano Felipe Calderón está aterrado porque los números de su economía no le cierran. Espera que para este año, las remesas provenientes de su vecino norteño, sea 26 mil millones de dólares y no de 27 mil millones como en el año pasado. Calderón jugaba a seguir sumando récords de recaudación gracias a sus compatriotas ilegales. Calderón, como muchos otros presidentes de Centro América, viven de la ayuda encubierta de EE.UU.

Claro que la ayuda no es gratuita. En Centro América hay unos 3500 migrantes desaparecidos. Solamente Honduras cuenta con 600. De los que salen vivos de la travesía, algunos pocos logran empezar su sueño americano, mientras que otros son deportados, encarcelados o quedan mutilados en distintos accidentes. Pero el desastre no termina ahí. Muchas familias quedan desmembradas al irse algunos de sus componentes. Niñas mayores que cuidan a las niñas menores. Abuelas que vuelven a ser madres y madres que se quedan sin hijos.

Edith Zavala, del Foro Nacional para las Migraciones de Honduras, declaró que el año pasado ingresaron al país unos 2400 menores deportados. Luego del triunfo del domingo, el presidente ecuatoriana Rafael Correa, en declaraciones hechas a la CNN, advirtió sobre el desguace de las familias ecuatorianas por quienes migran hacia los EE.UU. Es aquí, como se muestra que, no solo Cuba, padece de la enfermedad de querer cumplir un sueño inventado en los estudios de Holliwood.

Mientras en Bolivia, los blancos intentan convencerse que son mayoría, y por lo tanto su palabra xenófoba es legítima, los gobiernos se siguen redimiendo a las leyes del mercado financiero. Ese mismo mercado que no entiende de pobres porque la vía financiera es abstracta, mientras que los pobres son concretos. Los concretos del mundo duelen su hambre del mismo modo. Un hambre generado por la misma abstracción.

Estados Unidos subsidia a países como México y Colombia en su lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Y subsidia también a países caratulándolos en situación de disturbios permanentes. Es que hay muchas formas de decirle a un país que es "bananero". De sur a norte de Centro América el liberalismo sigue imponiendo su ley. Más allá de los nombres de las gentes que gobiernan, los gobiernos aceptan ser los operarios enajenados que, todos los días de su vida política, se levantan temprano a la mañana, para apretar el botón que de marcha a la maquinaria sangrienta del capitalismo. Esos gobiernos aceptaron mandar tropas a Irak o a Haití en su defecto. Quizás porque los gastos de envío son más económicos, o quizás porque no se nota tanto la intervención.

De uno u otro modo los pueblos sufren los antojos de los gobiernos. Así es que las y los docentes hondureños soportan desde hace meses que el presidente Zelaya, a través de su ministro de Educación, les diga el presupuesto educativo está sobrepasado. Lo que no dice es cómo pudo suceder.

Las y los docentes, junto a las y los estudiantes dan la respuesta: es que hay cargos magisteriales que se crearon, que sus beneficiarios cobran el sueldo, pero no trabajan. Otra de las estafas son los centro educativos que fueron construidos y no están en funcionamiento. Ahora, los parlamentarios evalúan endeudarse por dos años para saldar la deuda. Otra alternativa, esta vez analizada por el presidente, es sumarse inmediatamente a la Alternativa Bolivariana para las Américas. Es que, la mediocridad política, por derecha o por izquierda, busca salvarse como pueda.

En el medio, los pueblos. Entre una mentira y otra, los pobres migrando para hacer sobrevivir a quienes los empujaron a otros suelos. El enemigo es el mismo. A veces disfrazado de otro, pero el mismo. Así dicen las voces que hablan por aquí: "mi enemigo tuyo".

Agencia Walsh

 

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