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Argentina :: 29/10/2025

La extrema derecha y las razones de un triunfo

Daniel Campione
El hecho innegable es que Javier Milei ha instaurado un liderazgo. Que podría perder eficacia ante un descalabro económico mayor al actual en un futuro próximo, para nada descartable

La Libertad Avanza (LLA) se impuso con amplitud en las elecciones legislativas, acercándose al 7% de diferencia con Fuerza Patria y expresiones afines. Prevaleció en la mayor parte del país Con votos de distintas procedencias sociales. Hasta consiguió la hazaña de remontar la aciaga jornada del 7 de septiembre y arañar una victoria en la provincia de Buenos Aires. La composición del Congreso se modifica de manera considerable a su favor y abre la posibilidad de que no necesite tantos decretos de necesidad y urgencia y vetos.

Los motivos del voto (y de la abstención)

El estancamiento de la economía, las dificultades para llegar a fin de mes, el maltrato a personas con discapacidad y jubilades, los casos de corrupción, vínculos con el narcotráfico incluidos, no se erigieron en causales de una derrota o en todo caso un "empate" para LLA, como se evaluaba antes de los comicios

Fue gravitante el ausentismo, el más alto desde 1983. Una parte de los potenciales votantes de la oposición decidieron no salir de sus casas. Pueden estar descontentos, incluso furiosos, pero no encuentran alicientes en ninguna opción política de las existentes.

A la hora de preguntarse acerca de los motivos de quienes sufragaron por LLA pueden confluir un conjunto de factores. En extendidos sectores persiste la idea de que no hay nada menos auspicioso que un retorno del peronismo a posiciones de poder. En una parte de ellos porque siempre fueron antiperonistas. En otros porque no le perdonan el estruendoso fracaso del último gobierno de ese signo y no están dispuestos a insistir por ese camino.

El gobierno trabajó además sobre la idea de que las penurias económicas actuales deberían ser la antesala de una recuperación que traiga, si no prosperidad, al menos una situación más aliviada. No habría que abandonar el camino iniciado, aún a costa de sacrificios.

Quedó demostrado que muchas y muchos, aún en medio de la escasez y los apremios, mantienen expectativas. Y han preferido sostener esa apuesta. Con mayor o menor convicción votaron por el oficialismo.

Es probable que asimismo haya contribuido a esa decisión el descenso de la inflación. Un mínimo de previsibilidad, de orientación en la economía del día a día suele tener una valoración positiva por parte de ciudadanos y ciudadanas de a pie.

Otro elemento de la cotidianeidad económica que puede haber incidido es el aumento por arriba de la inflación de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que perciben millones de personas.

Mención aparte merece la "ayuda" de Trump, vista como un camino de supuesta salvación por un sector amplio del electorado. El chantaje de que el flujo de dólares se cortaba si Milei era derrotado parece que funcionó con una parte de la ciudadanía

El capitalismo estadounidense y sus estructuras políticas hicieron una apuesta fuerte. Fueron criticados duramente sus excesos escenográficos, como el destrato a la comitiva argentina en el salón oval y el desembarco de la convención del JP Morgan. Está visto que esas objeciones a la intervención del manejo económico nacional por la gran potencia en declive no hicieron mella. La larga tradición de sentimiento antiyanqui de una buena porción de la sociedad argentina ya no existe o al menos no se manifiesta de la misma manera que en otras épocas.

Frente al fracaso de la política cambiaria y la amenaza de desarticulación económica, el "salvataje" venido del norte fue visto como salvaguardia frente a un colapso total sin el horizonte a la vista. La interpretación interesada y sombría de los sucesos de 2001 puede operar como espantajo a conjurar.

Otro elemento para la discusión es cuánto hay en el voto a LLA de avance de la ideología neoliberal y cuanto de modificación de las relaciones de vida y de trabajo y consiguiente repliegue individualista. Los precarizados y "uberizados" sufren pérdida de vínculos con compañeros de trabajo y de referencias en la organización sindical o en otros tipos de encuadre colectivo.

Suele ir acompañado de un corte generacional, quienes no vivieron la modesta versión criolla del "Estado de bienestar" (los años del primer peronismo y del kirchnerismo) pueden tener una percepción diferente de variados aspectos de la existencia cotidiana y del modo de pensarla y sentirla. No ser receptivos hacia un conjunto de reivindicaciones y sentirse molestos ante el Estado que no da respuestas. El cuadro es apto para inducir afinidades con las propuestas "libertarias".

Algo más que queda de manifiesto es que la agenda desreguladora y privatizadora a ultranza del gobierno no genera por ahora un repudio mayoritario. Consignas del tipo "la patria no se vende" no han prendido más allá de los mejor predispuestos a recibirlas. Y las protestas persistentes pero limitadas en número no se han convertido en patrimonio de mayorías, por lo menos a la hora del sufragio. Los actos represivos cada vez más brutales no parecieron conmover a fondo.

Las carencias de la vereda de enfrente

La oposición peronista no estuvo a la altura. Se encerró en la consigna de "frenar a Milei", sin propuestas por la positiva. Le habló a los convencidos, no salió a la disputa. Prefirió persuadirse de que resultaba "natural" una repetición aproximada del resultado bonaerense de septiembre y tal vez su expansión al resto del país. En esa inercia tampoco se propuso atraer a los propensos a la abstención.

El gobernador bonaerense sí se tomó el trabajo de descalificar a las posiciones situadas más a la izquierda. Trató de infantiles a los cuestionamientos de la legitimidad de la deuda o a la propuesta de ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI)

De nuevo la insistencia en ambigüedades y timideces a la hora de sostener propuestas críticas con el poder real. Por lo menos no resulta evidente si se disputa por otro modelo de país o apenas se apunta a una administración ordenada del capitalismo.

El "tercerismo" que intentaron los gobernadores provinciales y algunos aliados devino rotundo fracaso. Entre el oficialismo vergonzante durante el primer tramo del actual gobierno y la oposición selectiva de los últimos meses no llegaron a definir un perfil creíble. Primó la polarización y vaya si favoreció a las fuerzas gubernamentales.

Los restos del radicalismo (derecha), la Coalición Cívica, algún intento de remozada centroizquierda no lograron el despegue y quedaron en la irrelevancia.

En otra línea, la izquierda recogió frutos de su talante independiente y honesto, del coherente antagonismo con todas las propuestas del oficialismo y su compromiso y presencia activa en todas las luchas. Consiguió una buena actuación en la provincia de Buenos Aires que le ha permitido la renovación de las dos bancas en juego allí.

En cuanto a ciudad de Buenos Aires corresponde un destaque especial. Myriam Bregman se acercó a los dos dígitos y parece afianzarse en su camino a tornarse una figura nacional. Muchísimos la quieren, aumentó el número de los que la votan.

El FIT-U (trotskista) tiene la oportunidad de prodigar su acción en las calles y en las bancas. Ha obtenido creciente respaldo de otras organizaciones y de independientes, como respuesta a una política de mayor apertura. Es de esperar que persevere en esa política y la amplíe. Quienes aguardan una auténtica alternativa sabrán valorarla y obrar en consecuencia.

A la hora de un balance

El hecho innegable es que Javier Milei ha instaurado un liderazgo. Que podría perder eficacia ante un descalabro económico mayor al actual en un futuro próximo, para nada descartable. Lo seguro es que ya dejó una huella, no ha sido un fenómeno pasajero ni un accidente de la historia sin mayor trascendencia.

Hoy emerge triunfador y dispuesto a acelerar en el camino de las reformas regresivas. Hasta se postula como heraldo de nuevos consensos, hasta con el tono solemne de la ampliación del "Pacto de Mayo".

Frente a esto se necesita pensar y actuar con un enfoque de mediano plazo. Y atento a la evolución del capitalismo local y mundial. LLA existe sobre todo porque enlaza bien con esa lógica y los intereses que se derivan de ella.

Es una oferta política que conecta con desamparos, broncas, descreimientos profundos, aislamientos penosos. Esas situaciones le han prodigado audiencias y votos que le acercan legitimación a una agenda de ultraliberalismo económico y regresión social generalizada muy conveniente para la constelación del poder real internacional y local.

Está del lado del agronegocio, de la producción energética para la exportación, de la explotación de minerales de alcance estratégico a escala mundial. Encarna la subordinación más completa a los dictados del empresariado estadounidense y a la política exterior de la reverenciada superpotencia.

El presidente argentino y sus colaboradores son rendidos admiradores de los magnates de la era digital y se encuentran a sus órdenes. Y cuentan con el respaldo personal de Trump, apoyo que tiene raíces que va bien más allá del actual presidente norteamericano y sus arbitrariedades.

El combate contra ese estado de cosas no deberá ser sólo contra los personajes más salientes o las tropelías más alevosas sino a favor de una alternativa que apunte a otro tipo de sociedad. Ha quedado demostrado que para nada alcanza con proponer "frenos".

Se necesitan las propuestas de acción colectiva y solidaria, de propiedad y gestión común, de autoorganización y autogobierno.Son los significados más relevantes y prometedores de la democracia y el socialismo.

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