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Medio Oriente :: 10/10/2022

La Tercera Intifada comenzó en todo menos en el nombre

Roberto Inlakesh
Para los palestinos de las generaciones más jóvenes que viven en Cisjordania, esto supuso la motivación perfecta para una rebelión armada propia

Desde mayo de 2021, tanto los partidos políticos como los analistas palestinos han estado discutiendo la cuestión de cuándo, no si, estallará una Tercera Intifada y cómo será. Sin embargo, la realidad es que la nueva Intifada ya ha comenzado y es una Intifada en todo menos en el nombre, con algunas distinciones importantes.

En lo que va de año, casi 170 palestinos han sido asesinados por las fuerzas de ocupación israelíes. A pesar de que esta estadística no parece demasiado extrema si se compara con los 319 palestinos asesinados en 2021, la distinción clave aquí es que la mayoría de los asesinatos se han cometido dentro de la Cisjordania ocupada. Estadísticamente, en Cisjordania, este año se ha producido la segunda mayor demolición de viviendas como forma de castigo colectivo desde 2004. Estos dos indicadores de lo que está ocurriendo hoy en día dentro de los territorios ocupados pueden decirnos mucho sobre la naturaleza de las tensiones actuales, no sólo describiendo el nivel de violencia letal utilizado, sino también la resistencia armada.

En las estadísticas de muertes palestinas que vemos registradas dentro de Cisjordania este año, se encuentran mujeres, niños, periodistas y ancianos. Los tres casos siguientes demuestran la absoluta brutalidad con la que los soldados de ocupación israelíes utilizan la fuerza armada contra los civiles palestinos: 

Caso 1. El asesinato selectivo de la veterana periodista palestino-estadounidense Shireen Abu Akleh, asesinada en el campo de refugiados de Yenín. Shireen no sólo fue objeto de un ataque por ser una periodista claramente señalada, sino que la falta de consideración de Israel por su ciudadanía y estatus nacional estadounidenses, yendo a por su familia tras el asesinato y atacando a los portadores del féretro en su funeral, dice mucho sobre el modo en que el régimen israelí considera su nueva política con respecto a Cisjordania.

Caso 2. El 30 de septiembre, un niño palestino de siete años, Rayan Suleiman, sufrió una parada cardíaca después de que los soldados israelíes asaltaran la casa de su familia en la localidad de Tequa. Testigos presenciales afirman que las fuerzas de ocupación persiguieron a Rayan y lo acusaron de lanzar piedras, amenazando con arrestarlo, momentos después se dice que el pequeño sufrió un paro cardíaco debido al miedo. Aunque las redadas son habituales en Cisjordania, estas campañas de redadas desenfrenadas, que no se veían desde la Segunda Intifada, han dado lugar a incidentes espeluznantes, como éste, ya que las fuerzas israelíes están claramente más enfadadas por las circunstancias actuales.

Caso 3. En abril, las fuerzas de ocupación israelíes abrieron fuego contra Ghada Sabateen, de 44 años, madre de seis hijos y parcialmente ciega de ambos ojos, dejándola morir desangrada. Tras alegar inicialmente que tenía un cuchillo, los militares israelíes admitieron más tarde que estaba desarmada, pero que se había acercado "sospechosamente" a los soldados en un puesto de control cerca de Belén. Ese mismo día otros tres palestinos fueron asesinados y la matanza demostró lo fácil que es el gatillo fácil y la paranoia de las fuerzas israelíes dentro de Cisjordania. Está claro que no se tiene en cuenta a los palestinos, como seres humanos que son, sino que todos son objetivos potenciales.

El comienzo de una nueva Intifada

Mayo de 2021 representó un punto de inflexión en el conflicto entre los palestinos y el régimen sionista, aunque se produjo una nueva masacre en la Franja de Gaza, los movimientos de resistencia armada consiguieron burlar estratégicamente al ejército israelí. Al mismo tiempo, el conflicto armado entre Gaza e Israel no se habría producido si no fuera por un levantamiento popular en el interior de la parte oriental de Al Quds ocupada, los territorios ocupados de 1948, y Cisjordania. Saif Al-Quds (la espada de Jerusalén) fue una ofensiva militar de un frente unificado de todos los grupos armados palestinos que operaban dentro de la asediada Franja de Gaza, reunió a marxistas, nacionalistas laicos e islamistas por igual, todos para responder a la súplica de las masas palestinas de defenderlas. 

Para los palestinos de las generaciones más jóvenes que viven dentro de Cisjordania, esto proporcionó la motivación perfecta para una rebelión armada propia. A pesar de estar aislados de la resistencia armada en Gaza geográficamente, rodeados por todos lados por el aparato de seguridad de la Autoridad Palestina (AP) y el ejército israelí, los bastiones históricos de la lucha armada en Cisjordania se levantaron de nuevo. En septiembre de 2021, las Brigadas de Yenín declararon su existencia y marcaron un nuevo punto de inflexión en el conflicto de Cisjordania. Las Brigadas de Yenín es un nombre declarado para una agrupación de varios cuadros, vinculados al movimiento de la Yihad Islámica Palestina (PIJ), sin embargo, la organización paraguas de las Brigadas de Yenín incluye activamente a miembros que están alineados con las alas armadas de Hamás, el FPLP, el FDLP y la milicia armada no oficial de Fatah conocida como las brigadas de los Mártires de al-Aqsa.

Hay algunas cosas clave que hay que tener en cuenta sobre los nuevos movimientos armados, todas las cuales apuntan a la conclusión de que estamos viviendo las primeras etapas de la tercera Intifada. Hay que tener en cuenta todos los puntos siguientes para entender la realidad actual:

1.- Los grupos armados están formados por palestinos, principalmente de entre 18 y 25 años.

2.- Los grupos armados están situados principalmente en el norte de Cisjordania y en los campos de refugiados.

3.- Los grupos no están bajo ninguna estructura de mando y control conocida o coherente.

4.- Los combatientes no están bien entrenados, pero poseen una valentía extrema y les gusta el martirio.

5.- No parece haber ningún tipo de faccionalismo y en sus filas se aceptan todas las tendencias políticas.

La generación más joven de palestinos, especialmente los que viven en los campamentos, no han visto más que violencia y la mayoría no recuerdan la situación política durante la Segunda Intifada ni las implicaciones morales de las medidas represivas de Israel. La generación más antigua de palestinos recuerda que las facciones de la resistencia armada fueron aplastadas brutalmente, incluyendo todo lo que les rodeaba, y que las que no fueron oficialmente destruidas tuvieron que establecerse para unirse a las fuerzas de seguridad de la AP que habían sido completamente reconstruidas para servir a Israel. La derrota infligida a la resistencia de Cisjordania durante la Segunda Intifada no fue sólo física, sino sobre todo psicológica. Aquellos que creían en su resistencia con un sentimiento de orgullo, no sólo sufrieron en la esfera material y con sus vidas, sino que también quedaron tan paralizados mentalmente que el deseo popular de la lucha armada se vio afectado masivamente.

La asesina "Operación Escudo Defensivo" de Israel, entre el 1 de marzo y el 7 de mayo de 2002, se convirtió en un infierno para los palestinos; 497 muertos, mil 447 heridos, se aplicó el toque de queda las 24 horas del día, lo que provocó la falta de alimentos y suministros médicos, 17 mil personas se quedaron sin hogar y se registraron 361 millones de dólares estadounidenses en daños a la infraestructura civil, según las Naciones Unidas. La generación más joven no recuerda esto de la misma manera que sus padres, para ellos, se inscribe en una larga historia de opresión y disparidad socioeconómica en sus vidas. Sin embargo, para los que vivieron esa época, fue una represión de estilo maquiavélico en toda regla; es decir, nunca se hace simplemente un mártir, se destruye al enemigo por completo o se le compra, esto es lo que implementó Israel y sin ningún remordimiento.

En la actualidad, la resistencia palestina en Cisjordania se encuentra en sus primeras etapas, creciendo desde los campos de refugiados de Balata y Yenín y extendiéndose por todo el territorio lentamente. En Cisjordania se producen ahora todos los días tiroteos, a menudo sin causar heridos, contra emplazamientos militares y asentamientos israelíes. Esto ha provocado que los colonos israelíes, por miedo, pidan otra Operación Escudo Defensivo, sin embargo, Israel no puede hacer lo que hizo en el pasado ya que habrá consecuencias nefastas. La Autoridad Palestina cuenta con una fuerza de seguridad que se cuenta por decenas de miles y que, a diferencia de los grupos de resistencia armada, está bien entrenada y equipada para asestar importantes golpes al ejército israelí.

Tel Aviv puede optar por reprimir a los grupos armados palestinos, pero no puede lanzar un ataque a gran escala por temor a que las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina cambien de bando y se unan a la resistencia, incluso es posible que a partir de ahí la AP se derrumbe. En este punto, el régimen sionista se verá enfrentado a hacer la guerra y/o evacuar varios asentamientos. A diferencia de la primera Intifada, la segunda tuvo una influencia mucho mayor de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). La OLP, ahora absorbida por la AP que administra parcialmente segmentos de Cisjordania, no está de acuerdo con una Intifada y no ha puesto su poder detrás del pueblo, pero a nivel de base el pueblo está creando una Intifada con sus propias manos. Al final, la AP se verá obligada a aceptar la Intifada e intentar controlarla, o será víctima de ella. 

La política de fuego abierto de Israel ya ha sido modificada, a partir de finales de 2021, bajo su antiguo primer ministro, Naftali Bennett, permitiendo a sus soldados disparar a los palestinos que no supongan una amenaza inmediata para los israelíes. Israel está llevando a cabo campañas masivas de redadas y detenciones y comenzó a utilizar misiles antitanque dentro de Cisjordania a principios de este año, ahora incluso se ha hablado de autorizar ataques con vehículos aéreos no tripulados, asesinatos desde el aire.

Y por otro lado, la resistencia palestina crece día a día, los colonos israelíes empiezan a temer de nuevo las consecuencias de su agresión y las formas de lucha populares no violentas reciben un apoyo aún mayor de la juventud. Los estudiantes universitarios, como los de la Universidad de Birzeit, donde a menudo se dice que comenzó la Segunda Intifada, se están volviendo más revolucionarios y el apoyo a la lucha armada, independientemente del grupo político que tome las armas, está recibiendo un apoyo masivo de la juventud. La Intifada está aquí, los medios de comunicación sólo dudan en llamarla así porque no parece lo mismo que en 2000, o en 1987. Pronto se intensificará y se declarará oficialmente.

Al Mayadeen

 

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