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Medio Oriente :: 30/06/2007

La crisis de refugiados más vertiginosa del mundo

Dahr Jamail
[Traducido del inglés para La Haine por Felisa Sastre] Cuando se habla con gente en Iraq o que ha salido de allí, lo más habitual es oír: "Ahora, ¿quiénes son los terroristas? Nosotros somos los aterrorizados. Somos nosotros quienes tenemos que abandonar nuestros hogares. Vivimos en el terror gracias a la política estadounidense, así que, ¡díganos quiénes son los terroristas!"

Dahr Jamail es un periodista independiente cuyos informes anteriores [enviados] desde Iraq han suministrado una versión independiente (1) de la realidad sobre la ocupación estadounidense. A principios de este año, Dahr volvió a Oriente Próximo para informar de una de las tragedias menos difundidas de la guerra de Iraq: lo que Naciones Unidas califica como la crisis de refugiados más vertiginosa del planeta. En esta entrevista, habla con Eric Ruder de Socialist Worker sobre lo que ha visto.

Usted ha sido testigo de primera mano de la magnitud de la crisis de los refugiados iraquíes. ¿Puede hablarnos de ello?

En primer lugar, es importante que la gente conozca cifras para hacerse una idea de la magnitud de la crisis. La oficina del UNHCR [Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados] estima que entre un millón y un millón doscientos mil iraquíes están en Siria, pero Sybella Wilkes responsable regional de comunicación del UNHCR, dice que la cifra real está más cerca de la facilitada por el gobierno sirio, dado que el UNHCR no tiene ni dinero ni personal para situar a alguien en la frontera que lleve la cuenta.

Según las informaciones de la frontera siria, los iraquíes que se encuentran en Siria oscilan entre 1.400.000 y 1.500.000. Pero, incluso aunque tomemos las cifras más conservadoras, de lo que se trata es de que los iraquíes en estos momentos constituyen aproximadamente el 8 por ciento de la población siria.

En el interior de Iraq, hay otras 1.900.000 personas desplazadas, según el UNHCR. En Jordania, más de 800.000 en su estimación más moderada. Otros 150.000 están en Líbano, 150.000 más en Egipto y no sabemos cuántos habrá en Irán, ni en Kuwait ni en Arabia Saudí.

Cuando acabe el día, alrededor de uno de cada seis iraquíes habrá tenido que huir de su casa debido a la violencia sembrada por la ocupación. Se trata del mayor éxodo en Oriente Próximo desde la constitución del Estado de Israel en Palestina el año 1948, y crece día a día.

Naciones Unidas la considera la crisis de refugiados de más rápido crecimiento del planeta. Ciñéndonos exclusivamente a Siria, de lo que estamos hablando es de que aproximadamente 50.000 personas llegan semanalmente a la frontera.

Pero tan importante como las cifras es lo que significa para Siria. Siria es un país que tenía alrededor de un 25 % de paro antes de que empezara la crisis, y ahora se han incorporado a su economía entre un millón y un millón y medio de personas más. A los iraquíes no se les permite trabajar, si bien han sido bien acogidos en Siria y no van a ser expulsados, no se les permite trabajar.

De manera que los iraquíes inundan zonas ya muy empobrecidas y alquilan cualquier vivienda que puedan encontrar ( en la actualidad existe una gran escasez de vivienda), mientras los precios se han disparado debido a esta afluencia de gente. La gente llega desesperada, y precisa de un lugar para alojar a su familia, lo que da lugar a que los propietarios pidan precios exorbitantes por el alquiler de una vivienda, y ellos lo pagan. Es la típica situación en la que mucha gente se aprovecha de la desesperación de otros para ganar dinero.

La preocupación de los iraquíes, del gobierno de Siria y del UNHCR es cuánto tiempo podrá aguantar Siria una situación como ésta ya que se trata de un país pobre, pequeño y sin recursos.

El UNHCR ha conseguido en 2007 un aumento de aproximadamente 15 millones de dólares para abordar esta crisis, pero ello supone sólo 13 $ por refugiado iraquí, y sin incluir en el reparto los gastos generales del propio organismo.

En fin, que la gente hace cola ante las sedes del UNHCR para conseguir citas e intentar obtener ayuda y, en estos momentos, la espera es de seis meses. Ese es el plazo mínimo en la actualidad, plazo que se va incrementando mes a mes. Lo normal era que pudiesen conseguir la cita el mismo día, después se prolongó a un mes, a dos meses, a cuatro meses y ahora es de seis meses. Y, desde luego, va a seguir aumentando.

El UNCHR está completamente desbordado. No tienen suficiente dinero ni suficiente personal. Hacen todo lo que pueden pero se trata de una situación en la que, por supuesto, tienen un presupuesto escaso y la crisis se agudiza.

¿Qué dicen los iraquíes con los que ha hablado?

Entre los iraquíes con los que he hablado en Damasco, la mayoría está aterrorizada para dar sus verdaderos nombres o dejarse fotografiar. Gran parte de los que han escapado están completamente traumatizados. Se han marchado en situación desesperada, ya que muchos habían recibido amenazas directas de muerte.

Hablé con bastantes personas que todavía recibían amenazas, incluso después de haber abandonado el país. Recibían mensajes de texto en sus teléfonos móviles o correos electrónicos. Me entrevisté con una pareja de médicos sunníes que habían tenido que escapar simplemente porque su apellido es Omar, un apellido clásico entre los sunníes.

En particular, lo que más aterroriza a la gente es el ejército del Mahdi: que puedan alcanzarlos en Siria. ¿Quién sabe si sería posible? He investigado si ahora existía sectarismo en Siria y hasta el momento no he encontrado información alguna sobre el asunto, y ninguno de los refugiados con los que he hablado estaban preocupados por el asunto.

Se trata de una mezcolanza de gentes. Se podría pensar que deberían ser principalmente sunníes, pero en realidad están bastante mezclados. La mayoría es sunní pero mi cálculo aproximado es que el 60 por ciento son sunníes, probablemente el 20 ó 25 por ciento shiíes y entre el 15-20 por ciento, kurdos. En realidad, según el UNHCR, se ha producido una gran afluencia de kurdos, que escapan bien sea por motivos económicos bien sea por las amenazas de Turquía.

¿En qué condiciones vive la gente? ¿Hay campamentos [de refugiados]? ¿Hay gente viviendo en las calles?

Se dan todo tipo de situaciones. Quienes pueden permitírselo- por lo general la clase media-alta, que ha podido sacar a sus familias y tenía suficiente dinero en el exterior- compran casas o alquilan pisos, y pueden alojarse de forma relativamente confortable. Aunque ahora no tienen empleo, y es sólo cuestión de tiempo el que se acabe su dinero.

A continuación, si uno sigue bajando en la escala económica, quienes se encuentran en la parte más baja viven en alguna de las zonas bien conocidas por ser las más pobres. Esas gentes literalmente mendigan comida por la calle. No tienen nada. Escaparon de Iraq con lo puesto, con independencia de lo que tuvieran en sus carteras y en sus vidas. Hay una barriada de Damasco a donde van los refugiados pobres, y hay gente que va allí para contratar braceros. Existe prostitución. Es un panorama muy, muy descorazonador.

Además existen otras zonas, alrededor de la ciudad, y dependiendo de hacia dónde se vaya se puede encontrar gente en distinta situación económica: puede que algunos estén alojados con familiares, o alquilen pisos y puede haber 15 personas alojadas en una sola habitación.

Hay auténticos campamentos de refugiados, con las clásicas tiendas, aguas residuales al aire libre y condiciones de vida auténticamente horribles. Pero principalmente, la mayoría se dirige a los barrios más pobres.

Mucha gente se va al campamento de Yarmuk, la mayor zona palestina de Damasco. Se le llama campo [de refugiados] pero en realidad es un barrio de la ciudad, con altos edificios de pisos, agua y electricidad. Si uno se dirige allí, cree encontrarse en otro distrito distinto de la ciudad pero todavía es conocido como el campamento de Yarmuk. Hay montones de iraquíes viviendo allí, simplemente porque resulta más asequible.

En general, los ánimos están deprimidos porque nadie sabe qué le deparará el destino, adónde irán desde aquí. No pueden viajar. Si eres iraquí no puedes viajar más que a Siria, Jordania o Iraq [sic]: son los únicos tres países a los que puedes ir, hoy en día, con un pasaporte iraquí.

No saben qué van a hacer para trabajar y qué ocurrirá cuando su dinero se acabe. La gente está en estado de shock. Han hecho un gran esfuerzo para escapar a Siria y han llegado allí y se sienten aliviados. Pero, después, la realidad se impone: ¿Adónde iremos desde aquí? ¿Cómo voy a comer y cómo voy a alimentar a mi familia?

Volver a Iraq ni se plantea. No es una posibilidad en absoluto porque su país está completamente destruido. Nueve de cada diez personas con las que he hablado lo único que querían era abandonar la región. Están hartos de la guerra, del conflicto y de la inestabilidad y quieren ir a Europa occidental. Entonces, ¿qué repercusión va a tener todo esto para el futuro de Iraq?

¿Qué le han contado sobre la situación actual de Iraq?

Que no ha quedado nada en pie. Todos con quienes he hablado, tanto si acababan de llegar a Damasco desde Bagdad el día anterior como si ya llevaban seis, ocho o diez meses, dicen que nada funciona. No hay recogida de basuras, no hay trabajo, sólo hay violencia- bombas y tiroteos noche y día.

La gente dice que permanecían en casa, con la esperanza de que no ocurriera nada: ni bombas en las cercanías ni gente entrando en su hogar para buscar a alguien. Intentaban salir lo menos posible, únicamente para tratar de conseguir comida. Si no, se quedaban en casa e intentaban hacer planes para abandonar el país definitivamente.

No existe ninguna seguridad y los estadounidenses son incapaces de hacer algo para controlar la situación. Si hablaras de la intensificación del plan de seguridad de Bagdad, la gente lo único que haría es reírse, incluido el personal del UNCHR.

Estuve en el exterior de uno de los centros de gestión del UNCHR, y había, literalmente, miles de iraquíes esperando para entrar, y sólo para programar una cita para seis meses después.Uno de los jóvenes del UNCHR se volvió hacia mí para decir: sí, mira lo bien que está funcionando el plan de seguridad para Bagdad.

La gente vive en un auténtico infierno. UNHCR está entrevistando a todas esas personas, y su jefe de en Damasco, Agham Mardini, dice que se trata de las noticias más desoladoras que jamás haya oído, es decir, que de lo que la gente está huyendo es indescriptible. Y que quienes no han podido escapar tienen que quedarse e intentar sobrevivir en esas circunstancias.

La mayoría de la gente con la que hablado ha perdido a algún miembro de su familia o pariente, o cuando menos, a un amigo cercano. Todo el mundo conoce a alguien asesinado. El informe Lancet en el que se revela que se han producido 655.000 muertos desde la invasión, ahora tiene ya casi un año de retraso (el informe se publicó en octubre del año pasado y el estudio se llevó a cabo en julio).

La muerte y los asesinatos se hallan por doquier. Deberíamos preguntar a la gente si hubo un momento o un suceso concreto que les hizo comprender que había llegado la hora de marcharse, costara lo que costara.

Recuerdo a aquella pareja de Bagdad con la que hablé. La mujer era una profesora jubilada, creo que de unos 65 años y su marido tenía alrededor de 75. Les pregunté en qué momento decidieron huir y el hombre contestó: "Me desperté una mañana y miré hacia el exterior: en la parte delantera de nuestro jardín había otros tres cadáveres, y me harté de la situación. Sabíamos que probablemente sólo era cuestión de tiempo el que algo nos sucediera a nosotros, así que decidimos escapar."

¿Cómo sale la gente de Iraq?

Resulta muy costoso, la mayoría toma autobuses o alquila coches. El primer año de la ocupación, solíamos entrar y salir de Iraq -antes de que la situación fuera insostenible- en aquellas furgonetas, se alquilaba un asiento en ellas por unos 30 ó 40 dólares y le llevaban a uno y lo dejaban en cualquier zona de Bagdad.

Ahora estas furgonetas se alquilan a precios exorbitantes para llevar a la gente a Siria o a Jordania. Cuando vas a esos barrios de Damasco en cuyas calles se reúnen multitudes de refugiados, puedes ver hileras de ese tipo de furgonetas, con los equipajes atados al techo, que llegan y sueltan a la gente. La gente paga entre 250 y 300 dólares por una plaza para viajar a Siria.

El gobierno estadounidense afirma que reconoce la [existencia] de la crisis de los refugiados y que está ofreciendo a los iraquíes más oportunidades de ir a EE.UU. ¿Es cierto?

Es exclusivamente propaganda. Desde marzo de 2003 hasta la fecha, el gobierno Bush ha concedido 466 visados a ciudadanos iraquíes. Ante las presiones de la ONU hace unos meses, la administración Bush dijo que concedería 7.000 visados más pero nunca dijeron cuándo los darían ni qué criterios aplicarían para su concesión. Hasta el momento, no existen pruebas de que se hayan emitido más que los 466. Pero incluso si concedieran mañana todos esos 7.000 permisos, estaríamos hablando de 7.000 frente a 4 millones de personas desplazadas.

Actualmente, no hay nada que salvar en relación con el sentimiento generalizado hacia Estados Unidos. Mucho antes de que la mayoría de esas personas decidiera abandonar el país, no quedaba ni rastro de la idea de que EE.UU. tuviera alguna intención seria de ayudar al pueblo iraquí.. Estuvieron paralizados contemplando cómo su país ardía hasta que no quedó nada en pie, y entonces decidieron escapar.

De manera, que puede imaginar que el sentimiento hacia Estados Unidos era ya bastante anti-estadounidense mucho antes de que tuvieran que escapar. ¿Hay alguien que quiera abandonar su hogar y convertirse de forma voluntaria en refugiado? Sin garantía alguna de futuro, sin infraestructuras a las que acudir, y literalmente dejando atrás tu vida entera, toda tu historia, todos tus recuerdos.

La mayoría de la gente con la que hablé tuvo que dejarlo todo. No se puede decidir: bien, me voy a marchar así que voy a vender mi casa de Bagdad. No existe allí algo que se asemeje a un mercado inmobiliario. Se trata de un éxodo. La gente abandona sus hogares con todos sus enseres, con sus animales domésticos, dejan sus coches, abandonan la mayoría de sus pertenencias en casa.

Para llegar al punto de tomar voluntariamente la decisión de escapar, ellos habían perdido mucho antes la fe en que Estados Unidos fuera a hacer algo por su país.

Resulta desconcertante, porque cuando estuve anteriormente, incluso en Bagdad, cuando ya llevaban un par de años de ocupación, la gente todavía distinguía entre el gobierno estadounidense y el pueblo de Estados Unidos. Pero la gente ahora ya no hace distinciones . Han visto lo ocurrido en 2004. Lo que la mayoría de ellos sabe es que hubo allí unas elecciones legítimas y Bush resultó reelegido, de forma que la mayoría de la gente debió apoyarle. Eso, se ha agravado por lo sucedido en su país, y en la actualidad no existe sino un sentimiento anti-estadounidense generalizado.

Así que la idea de que EEUU está llevando a cabo la "guerra contra el terrorismo" está totalmente desacreditada.

Nadie en realidad creyó nunca eso. Más o menos, la gente en Oriente Próximo está más concienciada políticamente y es más sagaz que el ciudadano medio de aquí [Estados Unidos]. Han vivido durante décadas [sufriendo] las políticas estadounidenses e israelíes que han afectado miserablemente sus vidas.

Cuando se habla con gente en Iraq o que ha salido de allí, lo más habitual es oír: "Ahora, ¿quiénes son los terroristas? Nosotros somos los aterrorizados. Somos nosotros quienes tenemos que abandonar nuestros hogares. Vivimos en el terror gracias a la política estadounidense, así que, ¡díganos quiénes son los terroristas!"

Han estado sometidos a la propaganda, y lo saben muy bien. La han utilizado para justificar la invasión y la ocupación, y los iraquíes son muy rápidos para darle vuelta a los argumentos y preguntan quiénes son los auténticos terroristas

En su descripción de Oriente Próximo, parece haber dos tendencias encontradas : La de la gente que se une para oponerse al imperialismo estadounidense y a la violencia israelí, y la de la estrategia estadounidense del divide y vencerás, alimentando un guerra civil sectaria y dividiendo a la gente. ¿Hacia dónde cree que se inclina el péndulo ahora?

Cuando hablamos de sectarismo es importante recordar que la causa principal es la ocupación. Existen diferencias entre shiíes y sunníes, y en el pasado hubo tensiones entre ellos, pero nunca se produjo una guerra civil en Iraq. Jamás hubo casos en los que shiíes atacaran a sunníes o viceversa por el mero hecho de constituir corrientes diferentes en el Islam.

El conflicto lo han propagado, fomentado y patrocinado las fuerzas de ocupación. Está bien documentado que los escuadrones de la muerte se constituyeron durante el mandato del embajador estadounidense John Negroponte. Y la misma política se sigue hasta hoy, de forma que los soldados de la Brigada shií Badr o los miembros la milicia pesmerga kurda fueron enviados a Faluya para luchar contra la resistencia esencialmente sunní.

No podemos ignorar eso cuando hablamos de la guerra civil que se está produciendo en Iraq. Yo le aseguraría que si se excluyera el factor estadounidense de esa ecuación, se produciría derramamiento de sangre y caos en Iraq, pero los iraquíes tendrían la oportunidad legítima de arreglar sus asuntos y resolverlos políticamente.

Mientras Estados Unidos siga moviendo los hilos detrás de las bambalinas y apoyando a un gobierno títere que no representa al pueblo iraquí, no habrá paz.

Ahora, según hablamos, existen grupos que trabajan juntos y que representan a sunníes, shiíes, kurdos, turcomanos, cristianos y gentes de tendencia laica, hay grupos intentándolo. Pero esos intentos no tienen apoyo nacional en todo Iraq porque Estados Unidos no lo va a permitir. La ocupación depende de azuzar a unos grupos contra otros y del mantenimiento de las divisiones, de profundizarlas y extenderlas.

Esta es otra de las razones de peso que se pueden alegar para pedir que la ocupación acabe cuanto antes. Porque hasta que no termine, no habrá posibilidad de un Iraq unificado.


1. N.T.: En el original se utiliza el término "no empotrada" en las fuerzas de la Coalición

Socialistworker, 25 de mayo de 2007

 

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