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Chile :: 07/05/2007

La desconocida historia de la comisión de inteligencia del PC chileno

Nación Domingo / La Haine
Hubo una decisión que la dirección del PC maduró en silencio, con la cautela de los años duros de la dictadura. ¿Cómo enfrentar a aquellos grupos que en cada acto o marcha no cesan de entonar esa incómoda y poco grata consigna, "¡los pacos [policías] de rojo son los peligrosos!"?

La molotov lanzada contra La Moneda durante la romería al Cementerio General del 10 de septiembre del año pasado dio para todo. Al estupor que recorrió al Gobierno y a los partidos se sumó un homogéneo discurso televisivo que no cesó de comparar el hecho con el bombardeo de los Hawker Hunter que destruyó el palacio en 1973.

El ataque y amago de incendio derivó en una batahola similar a las que años antes se habían observado en los actos del Primero de Mayo. Antes de que la policía interviniera, grupos de militantes comunistas se enfrentaron con encapuchados que respondieron a palos la acción de los "comunistas". Muchas fotos e imágenes captadas por policías de civil y camarógrafos profesionales y aficionados dieron cuenta del hecho. Suficientes imágenes que servirían luego para "identificar" al supuesto autor del ataque incendiario contra palacio.

Tras ese episodio, la dirección del PC encomendó al encargado militar, Iván Rodríguez, crear una comisión de trabajo, que entre otras tareas tendría la misión de acopiar información sobre grupos y organizaciones sociales a los que el partido identifica como radicalizados y anarquistas. Disciplinado, a los pocos días, Rodríguez se reunió en el centro de Santiago con el secretario general de las JJCC, Sergio Sepúlveda. La conversación fue amena, distendida, pero profundamente política. Sepúlveda no sabría ni supo de la creación de la llamada "comisión", pero sí de una de sus primeras tareas: enviar una fuerte señal al Gobierno. Y así se hizo. Al día siguiente de ese encuentro, el dirigente de la "Jota" afirmó en conferencia de prensa que "el partido tendrá que aprender a autodefenderse en la calle, no sólo de la represión de Carabineros, sino también de estos grupos".

Rodríguez, o "El Húngaro", como le llama Lautaro Carmona, formó un equipo de elite que trabajaría en absoluto hermetismo para determinar quiénes son los anarquistas que causan disturbios en cada marcha. El campo de acción a abordar serían los espacios donde el PC tiene presencia y probados propósitos hegemónicos.

"Su blanco inicial fueron los "ultrones"", confiesa una fuente. Luego, aquellos "nuevos" activistas definidos como los globafóbicos y que, además, ven al PC "como un partido reformista y claudicante".

Lo que se gestaba allí, advierten fuentes consultadas por este diario, fue una decisión que la dirección del PC maduró en silencio, con la cautela de los años duros de la dictadura. ¿Cómo enfrentar a aquellos grupos que en cada acto o marcha no cesan de entonar esa incómoda y poco grata consigna, "¡los pacos [policías] de rojo son los peligrosos!"?

Se asegura que esta instancia fue el resultado de la necesidad del PC de "blanquear" su quehacer político de masas, ad portas de una reforma al sistema electoral que podría poner fin a más de 30 años de exclusión. En ese salto, considerado desde ya histórico, el PC ha hecho todo lo que está a su alcance para dar prueba de buena conducta, asumiendo un papel "responsable", advierten en el Gobierno.

"La idea de fondo es desmarcarse de esa imagen de partido violentista que aún le achaca la derecha. El PC necesita ingresar a la escena parlamentaria con los papeles limpios", dice un militante desencantado.

"NO HACEMOS TRABAJO POLICIAL"

Aunque negó tajantemente la existencia de la "comisión", el presidente del PC, Guillermo Teillier, reconoció diferencias históricas con los radicalizados. Aclaró que las normas éticas que rigen al partido hacen imposible un propósito de esa naturaleza.

"Tenemos muchas preocupaciones para andar en eso. Si yo supiera de alguien, me preocuparía. Hay normas éticas. ¡Eso me parece absurdo! Estamos tan cercanos de esos grupos, nos conocemos, que por qué estaríamos en una cosa así. Podremos tener diferencias, pero de ahí a estar realizando un trabajo policial, de ninguna manera", afirmó.

A las puertas del Primero de Mayo y a la posibilidad de que ocurran escaramuzas, en el PC no descartan un plan de contingencia para "neutralizar" a los grupos violentos como resultado de un trabajo de inteligencia.

"La responsabilidad principal de que estas manifestaciones se realicen pacíficamente es del Gobierno. Y en relación a los que provocan la violencia, las fuerzas policiales tienen que aprender a manejarse. Nosotros no somos quienes para estar investigando. Ahora, si nos acosan mucho, tenemos derecho a defendernos", afirmó Teillier.

En cuanto al "blanqueamiento" en que estaría sumergido el PC para entrar al establishment, su presidente aseguró que no están empeñados en ser pacifistas. "La dictadura hizo todo tipo de caricaturas para destruirnos. Seguimos siendo los mismos, planteamos las mismas formas de lucha, según las condiciones, pero no es que nos estemos desmarcando, ni haciendo un esfuerzo por ser los más pacíficos del mundo".

Conscientes de estar expuestos a ser blanco de los ataques de los "ultristas", Rodríguez niega la existencia de un equipo dedicado a investigar a los radicalizados, pues eso "acarrearía una cacería de brujas". Reconoce, sí, que están investigando el tema de la defensa, pero "en el ámbito de las ciencias".

 

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