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Colombia :: 26/02/2007

La vía del canje sigue abierta

Iván Márquez
La liberación de Ingrid Betancur y de todos los prisioneros en poder de las FARC y del Gobierno pudo ser historia hoy, si Uribe hubiese accedido a desmilitarizar los municipios de Florida y Pradera.

Sólo su obstinación sin sentido los mantiene en cautiverio.

Se trataba de un despeje por 45 días para facilitar el acuerdo de canje humanitario y disponer de un escenario seguro para entregar y recibir. La necesaria presencia guerrillera, garante de la seguridad de los voceros insurgentes, fue convertida por Uribe en insalvable obstáculo artificial. Con toda certeza, no le habría ocurrido nada al país, y hasta se habría avanzado en la exploración de salidas políticas a un conflicto social y armado de medio siglo.

Pero Uribe no está programado por los gringos para gestos de humanidad. Contra el canje está atrincherado tras los más absurdos pretextos: que afectaría su política de seguridad, como si su descrédito fuer! a poco. Que los guerrilleros liberados no deben regresar a la montaña. Que no intercambia terroristas y bandidos por ciudadanos de bien... en fin, la soberbia hirsuta que enceguece.

A finales de año pasado se había comprometido a despejar sin condiciones a Florida y Pradera, pero cuando la guerrilla le "cogió la caña", retrocedió. El infame pretexto fue la detonación de una bomba en la Escuela Superior de Guerra del ejército en el Cantón Norte de Bogotá. Infame porque el ejército nunca ha dejado de atacar y bombardear a la guerrilla, y porque tampoco existía un compromiso de cese al fuego o tregua que obligara a las FARC y al Estado colombiano.

A pesar de todo, por parte de las FARC la vía del canje sigue abierta. Sólo se requiere el despeje en los términos expuestos y que el país muy bien conoce.

Los engaños y cortinas de humo de Palacio han empezado a fatigar a todo el mundo. No tiene pies ni cabeza el reciente cuento de Uribe a Le Figaro de Francia, según el cual Ingrid Betancur estaría retenida en un país vecino. Y el rescate militar es sencillamente una irresponsabilidad. Lo del señor de Chambacú, actual Ministro de Relaciones, fue sólo una suerte entre mil. Eso está claro y por eso la mayoría de los analistas lo entiende así. En lugar de rehuirle, debiera Uribe mirar de frente al canje.


"Don" Uribe y Pacho Panza

Muy divertido el Vicepresidente de Colombia, señor Francisco Santos. Para regocijo de las graderías se acaba de proclamar reencarnación del mismísimo Sancho Panza, el simpático escudero, no de caballeros andantes, sino de una vergüenza nacional: "Don" Uribe, el Presidente de los narco-paramilitares.

La discusión en las horas culturales de los campamentos era si estábamos ante "Pacho Panza" o ante "Santos Panza". Aunque para los efectos de su trabajo da igual, por mayoría se aprobó que sonaba mejor "Pacho Panza", al tiempo que evitábamos así equipararlo con el noble personaje cervantino.

Con aire resuelto, dice "Pacho Panza", horqueteado en su jumento: como el Congreso no defiende a "Don" Uribe, me declaro su escudero fiel, a partir del momento.

Difícil misión. Los senadores y representantes uribistas no lo defienden porque están ocupados defendiéndose ante la Corte Suprema de Justicia, que los involucra en la narco-para-política. Ni el diario El Tiempo de la casa de "Pacho Panza", ni el gobierno Bush, ni Julio Mario Santodomingo cabecilla empresarial, podrán defender lo indefendible ante el veredicto del pueblo y la opinión internacional.

Qué clase de gobierno es ése que hay en Colombia, se pregunta la bancada demócrata del Congreso de los Estados Unidos ante el escándalo de la narco-para-política que sacude al país suramericano.

Otro gobierno en las mismas circunstancias, en cualquier lugar del planeta, ya habría caído. Aquí lo sostiene el cinismo. El cinismo del mismo Uribe, del gobierno de Washington, del diario de los Santos que tiene como cuota en el gobierno la vicepresidencia y el Ministerio de Defensa... y las cortinas de humo.

El mundo debe abrir bien los ojos. Uribe no es el presidente de los colombianos, sino de los narco-paramilitares. Ellos lo eli! gieron, le financiaron la campaña, obligaron a votar por él a punta de fusil, hicieron fraude electoral a su favor...

El de Uribe es un gobierno ilegítimo e ilegal. Los pueblos del mundo y los gobiernos verdaderamente democráticos deben apoyar las justas movilizaciones del pueblo de Colombia que empiezan a activarse para exigir la renuncia del señor Uribe.

La presidencia de Uribe está erigida sobre miles de cadáveres, de fosas comunes, de descuartizados con motosierra, sobre las lágrimas del desplazamiento forzoso de la población y del apoyo criminal del gobierno de la Casa Blanca.

¡Que renuncie ahora! Debe ser el grito de las paredes, el grito de los pueblos, la exigencia de los gobiernos del mundo. Que esa mafia que se ha tomado el Palacio de Nariño y el Congreso de la República, salga del gobierno y permita la edificación de un nuevo país.

*Integrante del Secretariado de las FARC-EP
Montañas de Colombia, febrero 23 de 2007

 

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