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Cuba, EE.UU. :: 28/02/2014

Las Visiones de libertad de Piero Gleijeses o "Misiones en conflicto II"

Gloria León
Fueron los cubanos quienes hicieron retroceder a los sudafricanos en Angola en 1976; quienes empujaron a los soviéticos a ayudar a Angola

“Antes que se me olvide” es la frase que tomaré prestada a Rosa Miriam Elizalde para escribir estas notas, sin pretensión de reseña, sobre el último libro de Piero Gleijeses, 'Visions of Freedom' (University of North Carolina Press, Chapel Hill, 2013).

Piero Gleijeses, italo-norteamericano, es profesor de Política Exterior de los EEUU en SAIS, Universidad Johns Hopkins; es un acucioso investigador con una prolífera obra. Han sido traducidos y publicados en Cuba por la Editorial de Ciencias Sociales sus libros 'La esperanza destrozada' sobre la política de EEUU hacia la Guatemala de Arbenz, en 1954; 'La esperanza desgarrada', sobre la intervención de EEUU en República Dominicana en 1965; 'Misiones en Conflicto: La Habana, Washington y África 1959-1976' [sobre la intervención de EEUU y el aporte revolucionario cubano en las luchas de liberación de África] y acaba de publicar 'Visions of Freedom' ('Visiones de la Libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de África 1976-1991') que está siendo traducido y será publicado en Cuba. Este libro no es una historia militar, a pesar de que entrevista a protagonistas cubanos, militares de alto rango y proporciona información detallada sobre importantes controversias estratégicas. Desde una visión interdisciplinaria se centra de manera magistral en la dinámica política y diplomática entre Angola, Cuba, la Unión Soviética, EEUU y Sudáfrica.

Si bien no es su objetivo, tampoco soslaya como parte del contexto los temas difíciles internos de Angola y de Cuba y aborda esa zona incompleta por nuestra historiografía como son las complejas relaciones entre la URSS y Cuba, con las discrepancias estratégicas en Angola, que demuestran la independencia de la política exterior cubana en África.

Revelador es el seguimiento a través de documentos de la política exterior de EEUU en cada uno de los períodos, del proceso de formulación y toma de decisiones. Piero aporta no solo la información sino una metodología para el análisis de estos complejos temas y a través de los documentos pone al descubierto la brecha entre la retórica y ejecutoria de las diferentes administraciones de EEUU hacia África y su complicidad con el régimen del apartheid.

Piero lleva más de 20 años investigando la política exterior cubana hacia África. Años de paciente y tenaz batallar para conseguir que el gobierno cubano le desclasificara los documentos para sus dos libros, Misiones en Conflicto I que abarca el período de 1959-1976 y Visiones de la libertad, que en realidad es Misiones en Conflicto II y que cubre 1976-1991. Piero escribe para “un público hostil” ese es el reto que disfruta. Para escribir bien sobre Cuba- afirma- se necesitan muchos documentos que avalen lo que se dice, para hablar mal no hacen falta muchos documentos. En su experiencia, los documentos que ha logrado hacen que la política exterior cubana hacia África salga mejor parada, que cuando los cubanos guardan secretamente los documentos y los protagonistas no quieren dar entrevistas. Lástima que su lucha no alcanzó el éxito completo para conseguir los documentos restantes para escribir ese libro aún pendiente, de la historia de la política exterior cubana en general.

En la presentación en el Wilson Center en enero del 2014 Piero expresó algunas de las ideas fundamentales de su libro Visiones de la libertad:

“Visiones de la Libertad: La Habana, Washington, Pretoria y la lucha por el sur de África, se basa principalmente en un tríptico de documentación: desde Cuba, los EEUU y Sudáfrica.

“Los archivos cubanos para el período posterior a 1959 están cerrados. Yo soy el único académico extranjero a quien se le ha permitido consultarlos.

“Ha sido un largo proceso para conseguir los documentos, pero con el tiempo mi acceso ha mejorado, me han dado más en cantidad y en calidad. Reuní 3.500 páginas de documentos cubanos para Misiones en conflicto, y 15.000 para Visiones de la Libertad, que incluyen más de 3.500 páginas de conversaciones de Fidel Castro con sus colaboradores más cercanos o con líderes extranjeros, entre ellos Gorbachov. Tengo fotocopias de todos los documentos cubanos que uso en Visiones de la Libertad.”

Y más adelante precisó:

“Debido a la falta de tiempo, me centraré en lo que quizás es, mi más polémica conclusión: Cuba cambió el curso de la historia del sur de África a pesar de los esfuerzos de Washington para impedirlo:

“- Fueron los cubanos quienes hicieron retroceder a los sudafricanos en Angola en 1976; quienes empujaron a los soviéticos a ayudar a Angola.
“- Fueron ellos los guardianes en Angola entre 1976 y 1988 para evitar que los sudafricanos derrocaran su gobierno.
“- Fueron ellos los que en 1988 finalmente expulsaron al ejército sudafricano de Angola.
“- Ellos fueron los que forzaron a Pretoria en las negociaciones de Nueva York en diciembre de 1988 a que abandonara su intento de derrocar al gobierno de Angola y la celebración de elecciones libres en Namibia, que Sudáfrica había estado gobernando en desafío a la comunidad internacional.
“- La victoria de Cuba en Angola y la independencia de Namibia – fue posible gracias a la victoria cubana – y fue uno de los factores que cambiaron el equilibrio de poder en Sudáfrica y en última instancia condujo a la derrota del apartheid.
“- La motivación principal de Castro era la lucha contra el apartheid - Lo que Castro ha llamado “la causa más bonita de la Humanidad. “

A juicio de Piero, no pueden perdonarle a Fidel Castro las consecuencias de la presencia militar cubana en el sur de África durante la última etapa Guerra Fría y explicita las razones:

“Los soldados cubanos frustraron la operación encubierta de EE.UU. en Angola en 1975-76, infligiendo a los EEUU su peor humillación en África; a partir de entonces, Castro mantiene miles de tropas en Angola, en desafío a los Presidentes Jimmy Carter y Ronald Reagan, y, con Angola como base, que respaldó a los insurgentes de Namibia y Sudáfrica – a quienes Reagan considera “terroristas” – en su guerra contra el gobierno de Sudáfrica. Sobre los cubanos, Nelson Mandela dijo: ” han compartido las mismas trincheras con nosotros en la lucha contra el colonialismo, el subdesarrollo, y el apartheid. … Como africanos del sur les saludamos. Nos comprometemos a no olvidar nunca este ejemplo sin par del internacionalismo desinteresado”.

“Durante los siguientes quince años, decenas de miles de soldados cubanos permanecían en Angola. Su número alcanzó un máximo de 55.000 en 1988, el último soldado cubano salió en 1991.

“No hay otro ejemplo en la historia moderna en la que un país pequeño y subdesarrollado haya cambiado el curso de los acontecimientos en una región distante. Los que ganaron, no son blancos, y esa ventaja psicológica que el hombre blanco ha disfrutado y explotado por más de 300 años de colonialismo se les escapó. Fue una contribución de Cuba a la lucha contra el colonialismo y el racismo.

“En julio de 1991, Mandela visitó La Habana y expresó el colofón a la historia de la ayuda de Cuba a África durante la Guerra Fría. ” Hemos venido aquí con un sentido de la gran deuda que se le debe al pueblo de Cuba “, dijo Mandela. ” ¿Qué otro país ha mostrado mayor desinterés que Cuba en sus relaciones con África. “

“Miles de documentos cubanos, de Sudáfrica y de EE.UU. hacen ahora posible la reconstrucción de la lucha por el sur de África entre 1976 y 1991 que demuestran la interacción compleja e inevitable entre Angola, Namibia y Sudáfrica.

“Jimmy Carter se negó a establecer relaciones diplomáticas con Angola y mejorar las relaciones con Cuba a menos que las tropas cubanas dejaran Angola, a pesar de que Washington sabía que la salida de los cubanos expondría al gobierno angoleño a la ira de los sudafricanos. Ronald Reagan amplió esta política, le concedió ayuda militar a Savimbi, y protegía a Pretoria de sanciones de la ONU sobre la ocupación ilegal de Namibia.

“Sudáfrica fue derrotada. En diciembre de 1988, se acordaron elecciones en Namibia supervisadas por la ONU y se comprometió a poner fin a toda ayuda a Savimbi. En febrero de 1990, Sudáfrica levantó la prohibición de la ANC y liberó a Nelson Mandela de la cárcel, un mes después, el líder de la SWAPO, Sam Nujoma – a quien Reagan había calificado de ” terrorista ” – se convirtió en el primer presidente de una Namibia libre.

“La decisión de Fidel Castro de enviar y mantener tropas en Angola fue la iniciativa de política exterior más importante de la revolución cubana. Ilumina los objetivos y las motivaciones de la política exterior cubana.

“En palabras de Nelson Mandela, la victoria cubana sobre el ejército de Sudáfrica en 1988 “destruyó el mito de la invencibilidad del opresor blanco… [e] inspiró a las masas a luchar en Sudáfrica. “ Esta fue la contribución de Cuba a la lucha contra la opresión racial en el sur de África, que Fidel ha llamado” la causa más hermosa”. Cuba se enfrentó a la política de Washington y en varias ocasiones desafiando a Moscú, y es una verdad irrebatible de que Cuba cambió el curso de la historia en el sur de África.”

Piero contó que: “Siendo niño, en Italia, escuché a mi padre hablar de la esperanza que él y sus amigos tenían en diciembre de 1941 cuando escucharon las noticias por radio de que las tropas alemanas abandonaban la ciudad de Rostov (en la URSS). Fue la primera vez en dos años de guerra, que el superhombre alemán se vio obligado a retirarse. Me acordé de sus palabras al leer la prensa Sudafricana y lo que ocurría con Namibia en la primavera de 1988. Para los negros de Namibia y Sudáfrica, el avance de las columnas cubanas hacia la frontera de Namibia, haciendo retroceder a las tropas del apartheid, fue una campanada de esperanza”.

En 'Visiones de la libertad' Piero Gleijeses refleja que la esperanza no quedó destrozada como en Guatemala en 1954, ni fue desgarrada como en 1965 en República Dominicana, sino que en Angola, Namibia y Sudáfrica por el contrario la esperanza logró cabalgar sobre las crestas de las olas y saborear el espumoso vino de la victoria y la libertad.

En tiempos turbulentos en que la memoria de la lucha de los pueblos es secuestrada, Piero la rescata y con manos de pintor y cirujano experto, con pincel y bisturí profundiza y nos muestra los matices y el dolor que subyacen en los procesos históricos. Objetividad, pasión y una excelente escritura están presentes en este libro de un brillante investigador que desde la ética de un historiador comprometido con la verdad se vuelve un autor imprescindible para la historiografía no solo cubana.

Hoy, en que el pasado se mira no con lupa sino con microscopio electrónico y una tónica tiende a imponerse –quizás reacción al predominio de la apología- que es buscar los errores, los fracasos y se cuestiona si valía la pena o no tanto sacrificio cubano, es necesario leer detenidamente la obra de Piero, para dilucidar las motivaciones y significación del altruismo y no del aventurerismo de Cuba en África, que contribuyó a la independencia de Angola, de Namibia y a la derrota del apartheid en Sudáfrica. Piero deshace los prejuicios y la superioridad de los gigantes blancos, quienes en estos tiempos no renuncian en sus empeños. Es una fortuna contar con una clarísima visión de nuestra realidad más profunda. Y vale entonces la alerta de que los árboles no nos impidan ver el bosque.

Muchos podrán no estar de acuerdo con las conclusiones de Piero, pero difícilmente podrán refutarlo, como comentó privadamente un alto funcionario del gobierno de EEUU, refiriéndose a 'Misiones en Conflicto' I, libro que fue seleccionado el mejor del año 2003 por la prestigiosa Asociación de Estudiosos de la Política Exterior de los EEUU. Piero pone sus convicciones a un lado a la hora de presentarnos el cuadro con todos los matices. No se trata de buenos y malos, ni las cosas son en blanco y negro como en un tablero de ajedrez. Anda y desanda el tiempo. Las visiones, las misiones de los actores expresan motivaciones irreconciliables, en conflicto. Uno y otro conflicto se entrecruzan en una urdimbre compleja, tejida con increíble delicadeza. Va historiando el hecho, ubicándolo en el contexto interno e internacional y se apoya en los documentos a los que desnuda, interroga y utiliza la entrevista inquisidora hasta llegar a la imprudencia de poner al entrevistado en encrucijadas embarazosas utilizando los propios documentos u otras fuentes para cuestionar su versión; utiliza la prensa como fuente referencial, para seguir pistas que no siempre ofrecen los documentos.

Es capaz de encontrar al último jefe de la estación CIA en Angola en 1976, con solo su nombre, con una guía telefónica haciendo cientos de llamadas; o para comprobar la negativa de Jorge Risquet, acerca de la supuesta relación que Savimbi decía tener con el Che Guevara. Para ello siguió día a día a través de la prensa internacional y los documentos de la CIA los viajes del Che, hasta comprobar que en las fechas que decía Savimbi, el Che estaba océano por medio. Para Piero no hay verdades a priori. Es Cartesiano en cuanto a la duda. Honestidad intelectual me rectificaría él. No dice, no afirma, lo que no haya comprobado a través de los documentos.

Piero tiene una férrea disciplina de trabajo, las horas dedicadas a la investigación son ilimitadas, es una carrera contra el tiempo para realizar sus prioridades, inconforme siempre, escribe, reescribe decenas de veces un borrador, estilo incisivo, preciosista en el detalle, en la palabra precisa, en la prosa exquisita.

Piero es un hombre solitario, sin apenas vida social, pero su vida se llena compartiendo la creación con la artista Setsuko Ono (su esposa y principal crítica), los libros, los gatos y miles de documentos para el proyecto de algún libro. No se aburre porque se divierte trabajando y dice, no cansarse porque se divierte.

Piero es la persona más inteligente que he conocido, tímido en extremo, lo enerva hablar en público, sin embargo es devastador en la polémica con una memoria prodigiosa y el dominio de más de siete idiomas que le han permitido consultar directamente las fuentes, es irónico y tiene un fino sentido del humor que conjuga en sus análisis. Es un gran amigo, para mí el mejor, sencillo y sensible, un hombre bueno; aunque para los enemigos no cultiva rosas blancas.

El valor de la obra historiográfica de Piero trasciende a Cuba y a los tiempos actuales. Sus libros no son flores del cedro que solo viven un día, sino que son del tronco, de las raíces que hacen reverdecer la verdad que tributa a la esperanza.

CALPU

 

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