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EE.UU. :: 24/05/2008

Nos pescan con red (y II)

Rosa Miriam Elizalde y Rogelio Polanco
La gran ofensiva del Comando Ciberespacial está cerca y no podremos construir una alternativa de futuro al margen de la red o desconociendo su lógica conceptual

3.-Movimientos sociales: pasar a la articulación horizontal

El Foro Social Mundial y las manifestaciones previas a la guerra de Iraq en el 2003, que incorporaron a millones de personas en todo el mundo, son ejemplos esperanzadores de las posibilidades de la conjunción de las redes técnicas con las redes sociales, desde el punto de vista que aquí analizamos. Pero habría que admitir que desde entonces no hemos vuelto a ver expresiones semejantes de resistencia política articulada.

Hasta el 2003, la falta de canales comunicativos estructurados resultó ser una fuerza y no una debilidad para las acciones de las redes contrahegemónicas, porque todos los movimientos podían ser inmediatamente eficaces y no esperaban ninguna clase de ayuda externa o extensión para garantizar su efectividad. Uno de los modelos más exitosos fue el de las movilizaciones contra la reunión de la OMC en Seattle, a finales de 1999.

Gracias a que todavía no estaban organizados los sistemas de vigilancia a través de la Red, desde múltiples puntos de Internet se articuló la movilización, incluida una complicada logística –por ejemplo, la mayoría de los miles de participantes que llegaron a la ciudad no se alojó en hoteles para no llamar la atención de las autoridades, sino en la casa de otros activistas. Cuando el gobierno estadounidense se dio cuenta, la acción era ya un hecho. La célula matriz de las protestas, los grupos de afinidad, eran unidades de 15 a 20 personas que funcionaban discrecionalmente y que tenían capacidad de tomar sus propias decisiones estratégicas. Algunos hicieron teatro callejero, otros se encadenaron, otros llevaban marionetas gigantes, algunos simplemente se agarraron de los brazos para impedir de manera no violenta el paso de los delegados. En cada grupo había gente dispuesta a ir a la cárcel, otros que serían el apoyo una vez que estuvieran en prisión y una persona calificada en primeros auxilios. La "descentralización coordinada", con el apoyo inestimable de Internet, hizo posible que se cumplieran los objetivos de la mayoría de los activistas, movilizados por todo el mundo.

Ya esto no se puede hacer sin desatar las alarmas. Se acabó el mito de que Internet era un espacio inmune a la regulación y como afirma Mike Davis, experto en ecología urbana y autor del libro Planet of Slums (Planeta de suburbios), “las mejores cabezas del Pentágono han aprendido la lección… Ahora tienen por blanco las ciudades salvajes, fracasadas del Tercer Mundo –especialmente sus suburbios marginados–, que serán el campo de batalla característico del siglo XXI. La doctrina bélica del Pentágono está siendo reformulada para apoyar una guerra mundial de baja intensidad de duración ilimitada contra segmentos criminalizados de los pobres urbanos.” [11]

Desde mucho antes del 11 de Septiembre, la maniobra estadounidense sigue la pauta de adelantarse a cualquier otro gobierno o emporio global para ordenar la Red y proveerla de la arquitectura tecnológica, legal y represiva que mejor convenga a Estados Unidos. Cuenta con una circunstancia altamente beneficiosa para sus objetivos: la influencia de las políticas neoliberales, que fragmentan y atomizan las sociedades, e impiden que los grupos que enfrentan estas políticas reconozcan al enemigo principal. Al proyecto neoliberal le interesa que los grupos permanezcan aislados, enfrentados entre sí, sin capacidad de encontrar objetivos y estrategias comunes. Esta primera dificultad ha puesto en jaque la creación de redes de solidaridad y de comunicación antagónicas a la globalización neoliberal, porque choca con sus principios y con sus lógicas de funcionamiento.

La prueba es que un movimiento de extraordinaria importancia para la soberanía en la Red como el de la lucha por mantener la neutralidad en Internet [12] , involucra casi exclusivamente a grupos por los derechos civiles en Estados Unidos. La ausencia de redes internacionales de solidaridad en torno a este tema y el desconocimiento de la ofensiva militar estadounidense en Internet, indican que las transnacionales de telecomunicaciones estadounidenses podrían alzarse con la victoria e imponer a todos más y más barreras para la libertad en Red. Sin ir demasiado lejos, en el discurso del 28 de enero último sobre el Estado de la Nación, el presidente Bush prácticamente amenazó a los legisladores para que aprobaran de inmediato un nuevo proyecto de ley de vigilancia que le otorgaría inmunidad a las empresas de telecomunicaciones que colaboraron con el espionaje sin órdenes judiciales. Literalmente dijo: “Eso significa que si no toman medidas para el viernes, nuestra capacidad de permanecer al tanto de las amenazas terroristas se debilitaría y nuestros ciudadanos estarían en mayor peligro. El Congreso debe asegurarse de que no se interrumpa el flujo de inteligencia vital. El Congreso debe aprobar protecciones de responsabilidad legal a favor de las empresas que se considera que contribuyeron a los esfuerzos por defender a Estados Unidos. Tuvimos suficiente tiempo para debatir. Es hora de actuar.” [13] Poco después la Ley se aprobó sin más dilación.

El otro gran desafío de nuestros movimientos es trascender los modelos organizativos que dificultan la participación de sus miembros y la creación de redes con otros grupos. Seguimos aferrados a un modelo que se caracteriza por sistemas de difusión, al estilo de la televisión y de la radio, con un punto de emisión y muchos receptores que generalmente no son tenidos en cuenta. Estamos muy retrasados en el uso del modelo que propicia Internet, horizontal y desterritorializado.

4.-El futuro: fuera de la red, no existe

El futuro, al margen de la Red, no existe. Jeremy Rifkin, autor de un libro paradigmático, La era del acceso [14], asegura que la brecha entre conectados y desconectados será aún mayor que la existente hoy entre ricos y pobres, hasta el punto de que quien no esté enlazado en red no existirá ni política, ni social, ni económicamente. Él, como otros investigadores de este tema, coinciden abrumadoramente en que, a medida que Internet se va convirtiendo en la infraestructura dominante en nuestras vidas, la propiedad y el control del acceso a estas tecnologías se convierten también en el principal caballo de batalla político de la sociedad contemporánea.

Debemos tener muy claro que la resistencia y la denuncia no serán suficientes. Las leyes, los tribunales, la opinión publica, los medios de comunicación, los organismos políticos y gobiernos progresistas son instancias fundamentales que deben contribuir a decidir otro futuro para la Red de Redes que no sea el diseñado por Washington. Es imposible controlar la Internet global, pero sí es posible controlar a la gente que la utiliza y, de hecho, estará cada vez más controlada, a no ser que se imponga un modelo que opte por la defensa de patrones solidarios y de transparencia de las instituciones, actuando desde las barricadas de los que exigen la libertad en el uso de Internet, pero yendo más allá de ellas en la confrontación con los mecanismos del poder político.

El otro gran reto que se nos avecina es vencer el miedo más antiguo de la humanidad: el miedo a los monstruos tecnológicos que podamos engendrar. Tal es el caso, especialmente, de la ingeniería genética, aunque dada la convergencia entre la microelectrónica y la biología, y el desarrollo potencial de sensores ubicuos y la nanotecnología, este temor biológico primario se extiende a todo el ámbito de los descubrimientos tecnológicos.

Las futuras sinergias entre las tecnologías informáticas, la nanotecnología, la biotecnología y las ciencias del conocimiento podrían mejorar drásticamente la condición humana por el crecimiento de la disponibilidad de alimentos, energía y agua, y por el mayor intercambio de información e interconexión entre las personas en todas partes. Sin embargo, las abismales diferencias entre los números que acompañan el presupuesto de guerra y el de los servicios elementales para garantizar la vida de la mayoría de los habitantes del planeta, indican que esos propósitos están lejos de hacerse realidad.

Como ha dicho Fidel, no puede llamarse ni medianamente humana una sociedad donde “se perpetúa el poder económico y el disfrute de las nuevas tecnologías en unas pocas manos. Resolver este dilema es tan trascendente para el destino de la humanidad como enfrentar la crisis del cambio climático en el planeta, problemas que están absolutamente interrelacionados.” [15]

No se vislumbra aún cuánto de la sabiduría, la buena voluntad y la inteligencia social serán empleados para el mejoramiento humano. A juzgar por el modelo imperial en franca ventaja, parece que estos esfuerzos viajan en sentido opuesto. Los gastos militares anuales en el mundo han alcanzado una cifra récord 1,2 millones de millones de dólares, mientras que el ingreso del crimen organizado sumó casi el doble. La sociedad de la vigilancia altamente tecnificada se lanza a la conquista de aún más sofisticadas computadoras, cada una con una inteligencia que eventualmente nos sobrepasará.

Kevin Warwick, profesor de Cibernética de la Universidad de Reading, en Inglaterra, cree que lo que realmente ocurrirá hacia el año 2030 es que “nos habremos convertido en víctimas de las máquinas. Su vigilancia nos controlará totalmente. Quizás habremos evitado un holocausto nuclear, porque no apareció alguien lo suficientemente loco para apretar el botón, pero para el año 2030 nos habremos puesto a nosotros mismos en el infierno. Las máquinas de inteligencia artificial nos observarán. Hacia el año 2030 aún estaremos tratando de razonar y negociar con las máquinas. ¿Por qué ellas deben atendernos cuando son mucho más inteligentes de lo que nosotros somos? Lo que deberíamos esperar es que nosotros, los humanos, seamos tratados por las máquinas de la misma manera que nosotros tratamos a los animales, como trabajadores esclavos y productores de energía”. [16]

Un visionario de las nuevas tecnologías y el desarrollo de las máquinas inteligentes como Ray Kurzweil presupone que “cuando tengamos software ejecutándose en nuestros cerebros y nuestros cuerpos, que controlen el sistema inmunológico de los nanobots, el impacto en el mundo será infinitamente mayor” [17]. Y adelanta que “los intentos por controlar estas tecnologías por la vía de programas gubernamentales secretos, conjuntamente con su desarrollo clandestino inevitable, fortalecería la naturaleza inestable en que sus aplicaciones peligrosas podrían convertirse en dominantes”. [18]

La realidad es que la evolución futura de la Red de Redes está sometida a las dinámicas contradictorias que oponen la dominación imperial a nuestros proyectos de justicia social y a nuestras esperanzas. El universo virtual es el espejo del universo tangible. Debemos situar nuestra acción en el contexto específico de dominación y liberación donde vivimos: en la sociedad red, construida en torno a las redes, y no al margen de ellas o creyendo ingenuamente que es el paraíso o el infierno, de acuerdo al prisma con que se mire.

Manuel Castells reproducía un diálogo, en el que lo desafían del siguiente modo: “‘¿Por qué no me deja usted en paz? ¡Yo no quiero saber nada de su Internet, de su civilización tecnológica, de su sociedad red! ¡Lo único que quiero es vivir mi vida!’ Muy bien –respondió Castells-, pues si ese fuera su caso tengo malas noticias: si usted no se relaciona con las redes, las redes sí se relacionan con usted. Mientras quiera seguir viviendo en sociedad, en este tiempo y en este lugar, tendremos que tratar con la sociedad red.”

La gran ofensiva del Comando Ciberespacial está cerca y no podremos construir una alternativa de futuro al margen de la red o desconociendo su lógica conceptual. Navegantes solidarios o peces en brasero ajeno: ese es el dilema.


Notas de la segunda parte:

[11] Davis, Mike: Planet of Slums. Verso, Londres, marzo de 2006.
[12] La neutralidad de la Red era un principio que establecía que todos los sitios deben ser tratados de igual manera por los proveedores de servicio de Internet. Se encontraba recogida en la Ley de Comunicaciones estadounidense (Communications Opportunity, Promotion and Enhancement Act). Los movimientos sociales norteamericanos han ido perdiendo, una tras otras, las batallas legales y políticas por la defensa de este principio que convertiría a la Red en una autopista de doble estándar: una para los ricos que puedan pagar servicios exclusivos de banda ancha, y otra para los pobres, con prestaciones lentas y precarias.
[13] Bush, George W., "Discurso del Presidente Sobre el Estado de Estados Unidos, 28 de enero de 2008. Se puede descargar en el sitio http://www.whitehouse.gov/news/releases/2008/01/20080128-13.es.html
14. Rifkin, Jeremy: La era del acceso. La Revolución de la Nueva Economía. Editorial Paidós. Barcelona, 2000.
15. Castro Ruz, Fidel: "Reflexiones del Comandante en Jefe: Robo de cerebros". Granma, 17 de julio de 2007. Se puede descargar en: http://www.cubadebate.cu/index.php?tpl=design/especiales.tpl.html&newsid_obj_id=9557
16. “Kevin Warwick, Professor of Cybernetics: Back to the future": BBC News, diciembre de 1999. El texto se puede leer en BBC
17. Kurzweil, Ray: The Singularity is Near, Penguin Group, 2005, p.414.
18. Kurzweil: Ob. cit, p.420.

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