Papa Robert Francis Prevost, un León antiguo para nuevos puentes


Tras la elección del cardenal Robert Francis Prevost como papa n.º 267 con el nombre de León XIV, desde Perú llegó la inmediata reivindicación de su doble nacionalidad -estadounidense y peruana-, la segunda adquirida en 2015. Y, enseguida, también se desató la creatividad de la red sobre la elección de un papa "más latinoamericano que la deuda externa"; sobre la adición de un nuevo tipo de "papa" (patata) a las existentes, y con tanto de acercamiento periodístico entre Chicago (su ciudad de origen, en EEUU), y Chiclayo, la diócesis peruana de la que fue administrador apostólico. En Perú, donde vivió durante aproximadamente dos décadas, Prevost fue nombrado cardenal por su predecesor argentino, Jorge Bergoglio, y luego desempeñó importantes cargos en roles delicados y decisivos de la Curia.
Otro "meme" sintetizó así la elección del Vaticano, tomada en solo tres días de Cónclave, que llegó a la cuarta votación de los 133 cardenales y después de tres fumatas negras (y con más de 100 votos, se dice, totalizados): "El nuevo papa es yanqui, nacionalizado peruano y... anti Trump". Cuán distante estará realmente del "presidente más poderoso del mundo", el pastor de un "rebaño" de 1.400 millones de católicos en el mundo, y a la cabeza de un patrimonio estimado (en 2023) en 5.400 millones de euros solo en lo que respecta a la actividad del Instituto para las Obras de Religión (IOR), o sea, el Banco Vaticano, se verá en el curso de su pontificado, y en la evolución global de lo que Francisco definió "la Tercera guerra mundial en pedazos".
Mientras tanto, ha circulado con insistencia la noticia -no confirmada por el Vaticano- de una donación de 14 millones de dólares que Trump habría podido entregar, durante su visita a Roma para los funerales de Bergoglio, en caso de elección de un papa USA. Una oferta consistente, considerando el déficit de presupuesto de la Santa Sede, evaluado en más de 70 millones de euros. Una "donación" que habría podido aumentar, parece haber dejado entender la ochentena de súper-ricos que, dentro de una multitud de fieles (y turistas) acompañó a la delegación trumpista a las exequias bergoglianas: incluso hasta mil millones de euros.
Tras la difusión de la imagen de Trump con vestimentas papales, a pesar de que no pasó la línea cardenalicia más reaccionaria que a él se refiere en el Vaticano, encabezada por el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, y por el ultratradicionalista, Raymond Burke, que a menudo se enfrentó al papa argentino, el magnate se hizo sentir con nuevas declaraciones igualmente rimbombantes, pero con tonos inusuales, aparentemente "fuera de línea" respecto a sí mismo: se dijo muy emocionado y muy honrado por el nombramiento "del primer papa norteamericano", e igualmente deseoso de conocerlo. Para compensar sus tonos conciliadores, habían pensado, antes, sus cabezas de puente, capitaneadas por Steve Bannon, que había definido la elección cardenalicia como la peor para los católicos Maga. Y ya sus comentaristas y políticos habían puesto en el índice las posiciones progresistas expresadas por Prevost sobre el movimiento 'Black Lives Matters', o contra la ley 'Muslim Ban', impulsada por Trump contra la población de fe islámica.
Pero luego, en las palabras de Trump deben haber pesado los datos de los primeros 100 días de su gestión, precursores más de recesión e incertidumbre que de una nueva milagrosa "edad de oro" vaticinada por el magnate. De cara a las elecciones de medio término (el 3 de noviembre de 2026), el presidente estadounidense también debe haber considerado la consistencia del voto católico en varios colegios electorales, y la de un episcopado en su mayoría de orientación republicana, pero en conflicto interno.
Así, por ahora, el magnate no parece querer dirigir hacia este frente sus dardos más potentes, como había hecho contra el papa argentino durante su primer mandato, definiendo "vergonzosas" las posiciones del pontífice sobre los migrantes y la justicia social. Por otro lado, aun siendo buena norma no superponer de modo mecánico las dinámicas políticas a las de una institución vieja de siglos, como es el Vaticano, que responde a lógicas intrínsecas y a sus propias luchas de poder, se puede notar que el cónclave parece haber recogido la necesidad de un "papa justo", capaz de reajustar la sacudida: un progresista muy moderado que -se ha señalado, retomando las papeletas electorales de las primarias, que implican la indicación del partido por el que se vota- ha elegido alternativamente el partido Republicano o el Demócrata.
Una figura-puente (palabra repetida varias veces en el primer discurso como papa de Prevost), capaz de devolver la doctrina y las acciones de la iglesia a carriles menos accidentados: sobre todo respecto al tema de los "derechos civiles", un debate que divide, en Chicago como en Chiclayo, en EEUU, en Europa y en el Sur global. En Perú, el cuarto país del mundo por número de católicos, después de Brasil, México y Filipinas, incluso en el campo de quienes luchan por la justicia social, se señala con el dedo a la "gauche caviar", esa izquierda blanda que, según el modelo liberal europeo, mostraría más compromiso en apoyar las libertades civiles que los derechos elementales.
En el continente latinoamericano, el frente del "socialismo del siglo XXI" ha saludado con palabras de esperanza al nuevo papa, hijo de las dos Américas y con ascendencia europea. Muchos han puesto de relieve su polémica con el vicepresidente J. D. Vance, acerca de las deportaciones masivas decididas por Trump, para ver en ella una continuidad con el papa argentino. Vance, ex veterano que participó en la guerra de Irak, contrario al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo y al control de armas, además de ser considerado un héroe nacional, es también escritor, conocido sobre todo por su libro de memorias, Hillbilly Elegy.
Publicado en 2016, "Elegía norteamericana" cuenta la experiencia de Vance, criado en la clase obrera blanca de los Apalaches, una región que se extiende desde el sur de Nueva York hasta Alabama y el norte de Misisipi, golpeada por la pobreza y el desempleo como consecuencia del declive industrial. En esta clave, con una típica inversión de sentido, común a los trumpistas, para explicar las deportaciones de los migrantes Vance apeló al concepto cristiano de ordo amoris, el orden del amor, o del corazón.
Un concepto que, principalmente en la obra de San Agustín, La ciudad de Dios, indica la importancia de dar un orden prioritario a los afectos, y de dirigir el amor hacia Dios, el bien supremo, y no hacia "sentimientos desordenados", que llevan a la infelicidad y al pecado: para Vance, "[Norte]América primero", pues... Como agustino, el entonces cardenal Prevost replicó en las redes sociales, denunciando la profunda distorsión del mensaje de amor y acogida del Evangelio, operada por Vance para justificar "políticas inhumanas".
Y, en este sentido, entendiendo el concepto de "ordo amoris" también como prioridad a dar al amor por la "creación", por la comunidad y por el prójimo más vulnerable, el agustino Prevost puede alcanzar el espíritu de las encíclicas bergoglianas -sobre todo Laudato Si y Fratelli Tutti- que llevan a reflexionar sobre la existencia y el destino de la humanidad, puesto en peligro, para Bergoglio, "por la globalización de la indiferencia" y por la crisis ambiental.
Y si para declinar los temas de la doctrina social de la iglesia en las contradicciones del presente, armonizando sus diversas "filosofías", las Encíclicas de Francisco recuerdan el Concilio Vaticano II, el nombre elegido por el nuevo papa remite -lo ha declarado él mismo- a la encíclica Rerum Novarum de León XIII. Un documento que se considera un punto de inflexión en la doctrina social de la iglesia, con sus llamamientos a los derechos de los trabajadores y a la necesidad de una intervención del Estado en los conflictos entre capital y trabajo (respetando siempre la propiedad privada). El "puente" tendido hacia Trump, en suma, podría también estar minado...
Va, sin embargo, también considerado el contexto y el significado en el que se dio la Rerum Novarum, como respuesta al surgimiento de un nuevo sujeto histórico, la clase obrera, que se convertía en masa y construía un mundo nuevo. Una institución como la iglesia, consciente de su rol y de la necesidad de renovarse en el mundo, necesitaba acogerla, reconocerla y disciplinarla. La Rerum Novarum, a pesar de los entusiasmos dispersos en los artículos de los vaticanistas, era, por lo tanto, también un contraataque al socialismo.
No estaba en juego la drástica y temible "cruna del aguja" ("Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de Dios", dice Jesús en los Evangelios - Mateo, 19- 24). El llamamiento era más bien el de la carta de Pablo a Filemón (Fm 8-20): Pablo envía de vuelta a Onésimo, un esclavo fugitivo que había convertido, pidiéndole a Filemón, un cristiano adinerado, que lo perdonara y lo acogiera con amor, no ya como esclavo, sino como hermano en Cristo. Como decir: caridad, asistencia, sindicatos "amarillos" y contribución de los benefactores, no ruptura de las cadenas de la esclavitud del trabajo asalariado.
Cabe también recordar que León XIII subió al solio pontificio después de Pío IX, el último "papa Rey", ya que su pontificado estuvo marcado por el fin del poder temporal de los papas con la toma de Roma por parte del Reino de Italia, en 1870. Se debe a Pío IX el Syllabus Errorum, un documento en el que se condenaban todas las modernas corrientes de pensamiento que amenazaban, según la iglesia, los fundamentos de la fe y de la moral cristiana.
El primer discurso del papa Prevost a los cardenales, indica el mismo tipo de conciencia que la iglesia actual debe tener al afrontar "una nueva revolución industrial", representada por los desarrollos de la inteligencia artificial; los nuevos desafíos que la IA plantea a la defensa de la dignidad humana, de la justicia y del trabajo. La doctrina social de la iglesia, dice el papa, debe guiar en sentido ético la utilización de esta nueva tecnología, y para ello es necesario un diálogo con la comunidad científica y la sociedad civil. Prevost ha expresado por ello la voluntad de proseguir el camino de la iglesia tras las huellas del Concilio Vaticano II, para promover el diálogo con el mundo contemporáneo.
Un puente, por lo tanto, entre la encíclica Rerum Novarum y el Concilio Vaticano II en un momento de gran transición, que ha de ser tranquilizador: sin desplazar demasiado el acento sobre el "peligro de las riquezas" y sobre el Joven rico, el episodio del Evangelio en el que Jesús responde a tal, respetuoso de todos los mandamientos, que le pregunta qué debe hacer todavía para ganarse la vida eterna. "Entonces Jesús, fijándolo, lo amó y le dijo: 'Una sola cosa te falta: anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme'. Pero él, entristecido por aquellas palabras, se fue afligido, porque tenía muchos bienes". (Mc 10, 17-21).
La parte más radical del Concilio Vaticano II ha tratado de responder así, eligiendo la iglesia de los pobres y caminando junto a los marxistas. Y el papa Bergoglio, aun no siendo ni de lejos un teólogo de la Liberación, eligiendo la "opción por los pobres" se acercó a ello cuando les dijo que "fueran protagonistas de su propio rescate"; a los obreros que "siguieran adelante" y que "no se dejaran robar la esperanza" (aunque sí la salud o el salario), o a los campesinos peruanos que "no se dejaran robar las tierras".
Las instituciones -escribía Maquiavelo en un famoso pasaje de los "Discursos sobre la primera década de Tito Livio"-, necesitan renovarse y para ello deben volver a los principios. Son las "renovaciones" las que han mantenido y mantienen la religión, "la cual si no hubiera sido retirada hacia su principio por San Francisco y por Santo Domingo estaría completamente extinguida: porque estos, con la pobreza y con el ejemplo de la vida de Cristo, la redujeron a la mente de los hombres, que ya estaba extinguida".
Luego, sin embargo, es necesario enderezar el rumbo, tranquilizar al rebaño, al pastor y al perro pastor. Es pronto para hacer previsiones sobre las futuras elecciones de Prevost. En su compromiso pastoral en Perú, en un contexto de declarada injusticia social donde era difícil no elegir de qué lado estar, él aparentemente abrazó más la opción de los pobres que la de los poderosos. Por ello, se recuerdan sus posiciones a favor de los "últimos": tanto en ocasión de los desastres naturales, como en presencia de los políticos, provocados por la masiva represión de la usurpadora Dina Boluarte, que gobierna el país tras haber encarcelado al presidente legítimo Pedro Castillo, un maestro rural sin apoyos oligárquicos.
En cuanto segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana con facultad para nombrar obispos, Prevost se esforzó para que los obispos tuvieran un papel de denuncia de las masacres de cerca de 70 manifestantes cometidas entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 por Boluarte, aceptada en los círculos de poder internacional pero odiada por los peruanos, como demuestra el apoyo en mínimos históricos con el que se prepara para las elecciones de 2026.
Con un estilo "trumpista", Boluarte, sin embargo, saludó con entusiasmo la elección de Prevost. Y así lo hizo también Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori, silenciando la posición adoptada por Prevost contra la concesión del "indulto humanitario" a su padre, decidido en 2017 por el entonces presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. El dictador, había dicho Prevost, no se había arrepentido realmente por "las graves injusticias cometidas" y por las que había sido condenado: como por el asesinato de 25 personas, entre ellas un niño de 8 años.
Crímenes -secuestros, asesinatos, deportaciones y desapariciones forzadas- cometidos por los escuadrones de la muerte del grupo Colina, compuesto por agentes del ejército autorizados a actuar así por Fujimori para sofocar el conflicto de clases y la poderosa guerrilla maoísta de Sendero Luminoso. Prevost, que ejerció sus funciones en la provincia de Chiclayo, compuesta por 20 distritos urbanos y rurales con picos de pobreza superiores al 20%, durante la década entre 1988 y 1998 denunció a menudo esa sangrienta represión.
Ahora, como primer acto como pontífice, Prevost ha concedido la indulgencia plenaria. No parece, sin embargo, querer desviarse de la "línea dura" decidida por los tribunales eclesiásticos, por impulso de Bergoglio, contra los abusos cometidos contra menores: tanto dentro de la iglesia, como en sus márgenes. Prevost estuvo personalmente involucrado en la acción de "limpieza" iniciada por Bergoglio con la disolución de la organización religiosa y laica Sodalicio de Vida Cristiana, suscitando también polémicas.
Cuando era obispo de Chiclayo, en 2022, fue contactado por 3 mujeres que denunciaron a dos sacerdotes de su diócesis por abusos contra menores, perpetrados en 2007. Prevost inicialmente había alejado a los sacerdotes, aconsejando sin embargo a las mujeres que se dirigieran a los tribunales civiles, sin llevar a cabo una investigación exhaustiva.
Es cierto que la reforma del tribunal pontificio para permitir el castigo de los culpables de abusos y de quienes los han cubierto, fue promulgada en 2019. Introduce por primera vez una obligación universal para todos los clérigos y miembros de institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica de señalar a las autoridades eclesiásticas competentes, en un plazo de 30 días desde la noticia, cualquier acusación o sospecha de abusos sexuales o actos de violencia contra menores y personas vulnerables, así como los casos de encubrimiento de tales abusos.
Vale, sin embargo, recordar que las acusaciones contra la organización Sodalicio de Vida Cristiana y las empresas a ella vinculadas, no han afectado solo abusos pedófilos, sino también robos de tierras a los campesinos peruanos. En particular, la comunidad de Catacaos, en la región de Piura, ha emprendido acciones legales denunciando el despojo de casi 10.000 hectáreas de terreno por parte de empresas vinculadas al Sodalicio. Para defender sus derechos territoriales, los campesinos también han recurrido a la Corte Superior de Justicia de Piura, presentando una denuncia de amparo, una medida de protección de los derechos constitucionales, y han presentado pruebas sobre las amenazas y agresiones recibidas por los emisarios de dicha organización. El papa Bergoglio había exhortado a los campesinos a defender el derecho a la tierra, y Prevost, siguiendo sus indicaciones, los habría instado a no dejársela robar.
Pero, mientras tanto, volviendo a sonreír con los "memes": triunfa el de las gaviotas, aparecidas en la chimenea de la Capilla Sixtina un poco antes de la famosa fumata blanca; hay quien dibuja una con máscara antigás, asediada por el humo negro, quien celebra la llegada de un polluelo como signo de nueva vida para el nuevo pontificado, y están aquellos (pocos) que recuerdan la alarma que saltó durante el Covid por la creciente llegada de otras especies provenientes de ambientes marinos (las gaviotas) o boscosos (los jabalíes). En este plano, construir "puentes" con Trump y su pandilla de negacionistas, el puente entre Chicago y Chiclayo podría ser bastante problemático.
Mientras tanto, el primero de los puentes minados por la "paz desarmada y desarmante", de la que habló Prevost, lleva a Gaza: lleva al genocidio de los palestinos, para lo cual no bastan solo los enunciados.
Resumen Latinoamericano