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Asia :: 17/02/2007

Relaciones Corea del Norte/EEUU: Neoconservadores "derrotados"

Jim Lobe
Al acceder a los reclamos de desarme nuclear a cambio de concesiones políticas y económicas, Corea del Norte le anotó una victoria al sector "realista" del régimen estadounidense. En otras palabras, una derrota al ala neoconservadora.

El Gobierno de Kim Jong Il aceptó en Beijing tomar los primeros pasos concretos hacia el desarme nuclear a cambio de asistencia económica y normalización de relaciones diplomáticas. El acuerdo fue anunciado este martes, luego de varios días de negociaciones. Los neoconservadores que dominaron la política exterior estadounidense en la primera presidencia de George W. Bush (2001-2005) lo consideraron una derrota para el país.

Esa fue, al menos, la interpretación del ex embajador del régimen en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), John Bolton, figura cercana al vicepresidente Dick Cheney.

El acuerdo "envía exactamente la señal equivocada a los aspirantes a 'proliferadores' (de armas) de todo el mundo", dijo Bolton, entrevistado por la cadena televisiva CNN. "Contradice las premisas fundamentales de la política que ha seguido el presidente en los últimos seis años" y muestra "al gobierno muy débil en momentos" en que "necesita lucir fuerte" por la situación en Iraq, agregó.

El acuerdo detalla pasos que deberán tomar en los próximos 60 días todos los gobiernos que intervienen en las negociaciones desde 1994: Corea del Norte, Corea del Sur, China, Estados Unidos, Japón y Rusia.

Aún está por verse si esta última ronda de diálogo, iniciada la semana pasada, podría ser el precedente de negociaciones directas entre el régimen estadounidense y el Gobierno de Irán, el miembro supérstite del "eje del mal" enunciado en 2002 por Bush, que también incluía a Corea del Norte e Iraq.

Los neoconservadores intentaron impedir que el principal negociador estadounidense con Corea del Norte, el secretario de Estado adjunto Christopher Hill, se involucrara en negociaciones directas con su contraparte norcoreano, Kim Kye-gwan, fuera del marco de las negociaciones de seis partes.

Pero en los últimos ocho meses se sucedieron los ensayos con misiles balísticos de Corea del Norte -el 4 de julio, día de la independencia estadounidense- y una detonación nuclear subterránea a modo de prueba.

"Sólo ahora el gobierno de Bush está dispuesto a negociar con ellos en serio", evaluó Oberdofer, de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.

Por el acuerdo de este martes Corea del Norte acepta cerrar su reactor nuclear en Yongbyon, volver a recibir las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) para que fiscalicen el cumplimiento del pacto y preparar una lista "completa" de todos los restantes programas e instalaciones nucleares en dos meses.

Y en 30 días, el Departamento del Tesoro (ministerio de hacienda) del régimen estadounidense levantará las sanciones económicas impuestas a Corea del Norte a fines de 2005 por supuestas "actividades financieras ilícitas", entre ellas "falsificación". Washington también financiará un embarque inicial de 50.000 toneladas de combustible pesado a Pyongyang.

Además, las seis partes deberán crear cinco grupos de trabajo para atender las cuestiones pendientes con Corea del Norte. Entre ellas figuran la normalización de las relaciones diplomáticas con los regímenes japonés y estadounidense y un acuerdo de paz que ponga fin formalmente a la guerra de Corea de los años 50, en la que fue derrotado EE.UU., por lo que nunca firmó un armisticio.

En caso de que se hayan registrado avances satisfactorios para las partes en 60 días, se celebrará una reunión de cancilleres que lanzará la segunda fase del proceso, que incluiría un suministro continuo de combustible pesado a Corea del Norte a cambio del desmantelamiento total de sus instalaciones nucleares de plutonio.

Analistas tanto de derecha --como Bolton-- como socialdemócratas advierten similitudes entre el acuerdo de este martes y el Acuerdo Marco de 1994, propiciado por el entonces hombre fuerte estadounidense Bill Clinton.

Aquel convenio establecía el suministro de combustible pesado y otros mecanismos de asistencia en materia de energía, como la instalación de dos reactores nucleares de agua liviana a cargo de Japón y Corea del Sur, a condición del congelamiento permanente del programa de plutonio en Yongbyon.

Pero el régimen de Bush, buscando una venganza por su derrota en la guerra de Corea y hacer desaparecer el peligro que significa un estado socialista junto a su cachorro Corea del Sur, acusó en 2002 al Gobierno de Kim Jong Il de violar ese acuerdo al implementar un "programa secreto" (tan secreto que nunca se presentaron pruebas) que incluía el procesamiento de uranio altamente enriquecido con fines armamentísticos.

El acuerdo de este martes no especifica el destino del plutonio hasta ahora producido en Yongyon, suficiente, según fuentes de inteligencia estadounidenses, para producir hasta ocho bombas nucleares. Tampoco dice nada sobre el programa de misiles balísticos norcoreano.

Eso vuelve al convenio vulnerable a ataques, en particular por parte de los halcones que, si bien simpatizan y colaboran con el régimen de Bush, aseguran que Kim Jong Il no es un presidente confiable y que no tiene intenciones de renunciar a su arsenal, del cual, advierten, depende la supervivencia de su Gobierno.

Tienen toda la razón, el único motivo por el que EE.UU. no atacó hasta ahora a Corea del Norte es, justamente, por la posibilidad de que disponga de armas nucleares.

IPS / La Haine

 

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