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Argentina, Venezuela :: 02/06/2009

Techint no es argentina, es una multinacional de origen italiano con sede en Berna, Suiza

Carlos Dilitio
Los intentos de la burguesía argentina de satanizar las estatizaciones de Chávez con el cuento del "nacionalismo"

El legítimo derecho de nacionalizar empresas en manos de capitales privados extranjeros que practica el presidente Chávez, es previsiblemente criticado por los defensores de la expoliación nacional por parte de grandes grupos económicos.

Sin embargo estas medidas son los más genuinos pasos hacia un país soberano, que está salvando a Venezuela de las garras del Grupo Techint. El Gobierno argentino, amigo de ambos polos, intenta mantener sus relaciones estratégicas tanto internas como externas.

A propósito de los recientes anuncios del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, sobre la próxima estatización de varias empresas metalúrgicas, algunas de ellas de capital transnacional italiano - argentino; los medios privados de comunicación no dudaron un segundo en salir a fustigar dichas medidas. Se hace preciso indagar, aunque sea brevemente, sobre el origen de estas decisiones y conocer a los implicados en ellas.

El Gobierno venezolano tomó esta decisión por dos cuestiones principales e interrelacionadas. Por un lado tiene que ver con el camino hacia el socialismo que el pueblo venezolano, de la mano de Chávez, decidió emprender hace varios años. Para andar por estos senderos, los pasos hacia la soberanía nacional en todas las esferas de la vida (económica, alimentaria, política, cultural, etc.) se hacen indispensables.

En este sentido se hace necesario dar marcha atrás con mecanismos neoliberales que tienden hacia el sometimiento al imperio y a la desnacionalización de toda la nación. A grandes rasgos, las políticas neoliberales que prevalecieron en el mundo durante sus años de apogeos en la década del 90 y principalmente que hicieron pie en Latinoamérica de la mano de presidentes arrodillados antes Estados Unidos, abogaron principalmente por un mercado desregulado, a partir de la no intervención estatal en la economía.

Así se abrió las puertas al capital extranjero quienes asumieron el control de empresas estratégicas en cada uno de los países, llegando a casos extremos como que empresas privadas europeas tengan el control de los servicios públicos de naciones latinoamericanas.

El pasado Jueves el Presidente Chávez anunció la nacionalización de las empresas Tavsa, Matesi y Comsigua, propiedad del grupo siderúrgico italiano-argentino Techint.

Esta decisión se toma, en general porque Venezuela hace 10 años decidió tomar las riendas de su destino, y en particular porque de acuerdo con los sindicatos de dichas empresas, los empleados no han cobrado en seis meses por lo que desde el año pasado han solicitado la intervención del Gobierno por ser constante los retrasos.

Se trata de una necesidad del país en general y de los trabajadores de esas empresas en particular. "Estas empresas tienen que estar bajo control obrero; así tiene que ser" expresó Chávez el jueves pasado.

Desde ese momento la prensa mas rancia y reaccionaria salio a criticar la decisión. En Venezuela ya la conocemos, primero que no importa que haga Chávez siempre lo criticarán, y segundo que lo harán más cuando se trate de medidas que tiendan a la radicalización del proceso revolucionario, que afecta directamente sus intereses personales, los cuales siempre se mantuvieron en detrimento de los intereses del pueblo.

Por otro lado la prensa derechista argentina, que últimamente viene copiando mecanismos de la venezolana, la cual sin duda es la peor prensa derechista de toda Latinoamérica; se apresuró en salir a fustigar la decisión del Gobierno Bolivariano y en tratar de marcar las diferencias que podrían generar con el Gobierno argentino, especialmente remarcando la reciente visita de Chávez al país sureño, durante la cual no habló de este tema.

El sábado el diario digital argentino infobae.com, perteneciente a Daniel Hadad, uno de los medios más recalcitrantes del país, publicó una nota intitulada "Unánime rechazo de empresarios y banqueros a las nacionalizaciones de Chávez". En ella explica como la Unión Industrial Argentina (UIA), Asociación Empresaria Argentina (AEA) y otras asociaciones y particulares ligados al empresariado nacional, se ven preocupados por la ola de nacionalizaciones que lleva acabo el presidente de Venezuela, y ven en ellas un peligro para las relacione comerciales entre ambos países.

Hay que aclarar que el grupo Techint mantiene una relación estrecha con el Gobierno argentino. El gobierno Kirchner, desde los tiempos de Néstor, hasta los de la actual Cristina, tiene en Techint su aliado poderoso para encarar su proyecto de reconstrucción de una burguesía nacional.

Objetivo que asumió en su discurso desde que llegaron al poder en 2003. Paolo Rocca, presidente de Techint, estuvo presente en varios actos kirchneristas, aplaudió sus medidas económicas, y el grupo económico tiene un trato preferencial con el matrimonio presidencial. Sin embargo veremos como este grupo económico no responde a una burguesía nacional digna de ser llamada así.

*¿Que hay en las entrañas de Techint?*

Resulta interesante conocer un poco más en profundidad al Grupo Techint, su rol en la historia industrial argentina y su papel adaptativo al modelo de turno, siempre manteniéndose cercanos al poder. Conozcamos quienes son estos personajes que Chávez está sacando poco a poco de Venezuela.

La familia Rocca siempre se mantuvo cerca del poder político. Agostino, el fundador del imperio, trajo de Italia al terminar la Segunda Guerra Mundial su título de ingeniero y el sello de una empresa embrionaria, la Compagnia Tecnica Internazionale.

En 1954 Techint abrió en la afueras de Buenos Aires su primera fábrica de tubos de acero sin costura, que prosperó al calor de la promoción estatal.

El gran salto del grupo se dio en los años 70 y principios de los 80 (años de la más sangrienta y genocida dictadura militar, que no solo desapareció a toda una generación de luchadores sino que desguazó a un estado que supo contar con una industria nacional fuerte). La dictadura militar los ayudó, como a la mayoría de las empresas nacionales y multinacionales, a disciplinar a sus obreros. La UOM (Unión Obrera Metalúrgica) denunció la desaparición de decenas de afiliados y hasta la presencia de escuadrones militares armados en sus asambleas.

Cuando el ministro de economía Domingo Cavallo estatizó la deuda externa privada antes de la vuelta de la democracia, cerca de un tercio del total pertenecía a los Rocca. Así el pueblo pagó y sigue pagando las deudas privadas de esta familia.

En 1992, años del neoliberalismo más acérrimo de la mano de Menem quien privatizó la mitad del país vendiéndolo a precios irrisorios, los Rocca se alzaron con la privatización de Somisa.

El desmantelamiento de la industria siderúrgica estatal de esos años les permitió concentrar gran parte de la producción y convertirse en una empresa de nivel internacional. Así comenzó su expansión en el exterior y se consolidaron sus exportaciones. Forman entonces el grupo Tenaris que constituye la principal productora mundial de tubos sin costura.

Ya con Kirchner en el poder Techint expandió sus negocios en la obra pública y se consolidó como un gigante siderúrgico en el mundo. Techint ha pasado a ser un Holding internacional con base en Luxemburgo. El Centro de decisión de sus negocios ha dejado de ser Buenos Aires. Basta con entrar en el sitio de Techint Group para conocer por ejemplo, las inversiones del grupo en lugares tan distantes como Taschkent en la Federación Rusa, en la India, en Egipto, o en los Estados Unidos.

El Techint Group ha sido absorbido en gran parte por el grupo financiero y bancario que otorgó los créditos y el grupo monopólico que controla el acero en Europa. Sus accionistas de nacionalidad argentina se reducen a los descendientes de la familia Rocca original.

Además se trata de una empresa que creció a costa del estado argentino y no con él, pero siempre con la avenencia de sus gobiernos de turno. Esta empresa acumuló su capital captando el ahorro nacional y mediante inversiones del Estado argentino.

Techint ganó hasta ahora todo lo que Argentina perdió de ganar desde que desguazó el Estado, desde que privatizó Somisa y desde que las empresas siderúrgicas privadas cayeron al final bajo el control de ella.

www.insurrectasypunto.org

 

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