Robert Fisk: "Occidente debe admitir que Al-Asad ha ganado la guerra de Siria"

"Lo que siempre ha sido impensable en Occidente está sucediendo: las fuerzas de Bashar al-Asad estan ganando la guerra", escribe este jueves Robert Fisk, corresponsal del diario británico The Independent.

Y no es solo que lo "parezca", asegura el periodista, quien relata cómo el Ejército sirio está liberando una a una todas las zonas que aún están ocupadas por terroristas.

En estos momentos, el Ejército sirio y sus aliados han logrado romper el cerco impuesto durante tres años a Deir al-Zur. El general Hasan Saleh, conocido como 'el Tigre' (“el oficial favorito del país”), se ha abierto paso hacia el complejo de la 137ª Brigada del Ejército sirio en Deir al-Zur, mientras Mohamad Jadur, su oficial de mando, prepara sus fuerzas para liberar la base aérea de la ciudad.

Las repetidas victorias del Ejército sirio significan que esta fuerza sea ahora una de los más experimentadas en el campo de batalla de la región: sus soldados han luchado por sus vidas y ahora han recibido entrenamiento ruso en coordinación de tropas y en el uso de información a partir de un solo centro de mando, indica Fisk.

Frente a este panorama, el corresponsal recuerda el fracaso de los bombardeos estadounidenses que mataron a más de 60 militares sirios cerca de la base aérea que va a liberar el general Jadur. Los sirios, asegura el periodista, nunca han creído que se tratara de un "error", como afirman los estadounidenses.

El Reino Unido ha retirado sus tropas de la base de Al-Tanf en Siria, deteniendo, en silencio, su asistencia militar a los terroristas.

Los británicos, observa Fisk, ya parecen haber recibido el mensaje. La semana pasada retiraron sus instructores militares, que pretendían preparar a "70.000 rebeldes" para supuestamente derrocar al Gobierno de Al-Asad.

¿Y qué hay de Israel?, se pregunta el periodista. El régimen de ocupación de Palestina contaba verdaderamente con el fin de Al-Asad, llegando incluso a bombardear a tropas propias para acabar con las sirias y las de sus aliados, mientras financiaba y daba ayuda médica a los extremistas en Siria.

Claramente el régimen de Tel Aviv —al igual que el expresidente estadounidense Barack Obama, el actual, Donald Trump, el expremier británico David Cameron, la actual premier, Theresa May, y otros miembros de las élites políticas occidentales—, nunca imaginó que Al-Asad pudiera ganar y que de los escombros de Mosul podía emerger un Ejército iraquí poderoso, afirma el analista.

Así pues, "los israelíes, tan acostumbrados a pedir ayuda a Washington, tendrán que recurrir (al presidente ruso Vladimir) Putin para salir del lío en el que se encuentran", sentencia Fisk, que advierte a todos los políticos israelíes que abiertamente hablaron de derrocar o incluso asesinarlo, de que Al-Asad no se va a ir a ningún sitio. Se queda donde su pueblo lo puso.