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Venezuela :: 01/02/2018

Venezuela: Implicaciones del llamado a elecciones anticipadas por la ANC

Gokai Moreno
Lo cierto es que por ahora, se refuerza la ventaja de Maduro frente a sus oponentes nacionales. Basta no subestimar las recomposiciones políticas

Dice una frase muy citada que “Del apuro sólo queda el cansancio”. ¿Será aplicable esta frase a la más reciente decisión de la ANC de adelantar para antes del 30 de abril del presente año las elecciones presidenciales? ¿O será una jugada estelar para asegurarse la victoria anticipada y derrotar los planes de Washington para derrocar al gobierno popular de Nicolas Maduro?

El principal argumento pro-gubernamental para adelantar las elecciones es que unas elecciones “garantizarán la tranquilidad de nuestro pueblo” (Delcy Rodríguez). La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) aprobó por unanimidad la propuesta de Decreto Constituyente que propuso el constituyente Diosdado Cabello.

La decisión contrasta y se contrapone al intento de la Unión Europea de imponer sanciones contra siete altos funcionarios del Gobierno venezolano como un medio de condicionar el diálogo y la negociación en República Dominicana.

Como en la vieja teoría conductista, estamos frente a la premisa de quiénes imponen condiciones a quién en la lucha política (¿Quién tiene la iniciativa política? ¿Quién dirige a quién?), quién administra sanciones y recompensas, y quién obtiene los mayores beneficios y los menores costes políticos.

Diosdado Cabello señaló en su discurso ante la ANC: “Que quede muy claro, esto no es una sanción personal, es una sanción a Venezuela”. También acusó a Bruselas de ponerle “una bomba al diálogo” con la oposición, a la que acusó de estar detrás de esta medida:

“Creo que estas sanciones a quien le hacen daño es a la oposición venezolana, porque dentro de nuestro pueblo se levanta una reacción inmediata. Aquí puede haber gente que no sea chavista pero que es nacionalista que no acepta que nadie se meta en los asuntos internos de Venezuela.

Si el primer aspecto es la estabilidad y la tranquilidad públicas (la paz, dirán otros voceros), el segundo aspecto que emerge en el discurso oficial es una oposición entre patria/anti-patria. La patria se defendería con elecciones a las arremetidas diplomáticas de los adversarios del gobierno de Maduro, pero como lo planteó el mismo discurso de Maduro, se reserva acciones de distinta naturaleza dependiendo del carácter de las agresiones.

De este modo, las elecciones anticipadas son una respuesta asimétrica a las recientes sanciones impuestas por EEUU y Europa: “Si el mundo quiere aplicar sanciones, nosotros aplicaremos elecciones”, dijo Diosdado Cabello.

Otra de las razones que se han puesto en la balanza para adelantar las elecciones anticipadas es la intención de atajar un escenario de mayor crisis económica, recuperando la unidad y la auto-confianza dentro de las filas progubernamentales.

Adicionalmente, la convocatoria a elecciones anticipadas ha sido un torpedo lanzado a la línea de flotación del malogrado buque de la oposición, que actualmente luce desmoralizada y dividida.

En seis (6) meses se han convocado tres comicios en el país que han favorecido a las filas gubernamentales: ¿Por qué no intentar un cuarto intento para poner a la oposición en derrota y retirada definitiva?

En 2017 se celebraron las elecciones de gobernaciones que correspondían a diciembre de 2016, y el gobierno conquistó una apreciable mayoría. El resultado fue catalogado de fraude por la oposición.

El pasado 10 de diciembre de 2017, hubo elecciones municipales en las que no participaron 3 de los 4 grandes partidos de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD). El triunfo gubernamental permitió además a Maduro exigir al CNE que los partidos que no se presentaron a la Constituyente y a las municipales tuvieran que validar su nómina de militantes.

Este hecho permitió adelantar la jugada de invalidación de la tarjeta MUD que permitió en el 2015 una táctica opositora victoriosa en las elecciones parlamentarias.

La conclusión es que el gobierno está jugando sus cartas más fuertes para lograr la reelección de Maduro a corto plazo.

Por otro lado, tal accionar se ha hecho pasando por encima de lo dispuesto en la Ley electoral que establece que la convocatoria debe provenir del Consejo Nacional Electoral como mínimo seis meses antes de celebrarse el proceso.

Hasta ahora, ha sido la ANC quien ha dictado el tiempo (antes del 30 de abril, lo cual supone 90 días y no 180 días como fecha tope para la realización de los comicios), hecho que bloquearía cualquier acción en favor de la realización de operativos especiales para la inscripción y actualización de datos del Registro Electoral, y de la actualización de registro de votantes en el exterior. Desde el año 2015 el REP está estancado en 19 millones de personas.

Por otra parte, sólo con una convocatoria formal por parte del CNE es que podrá publicarse todo lo conforme al cronograma electoral con la especificación de los lapsos para todas las etapas, como la inscripción de los candidatos.

En la arena internacional, la convocatoria desató una reacción negativa desde el Grupo de Lima: “Exigimos que las elecciones presidenciales sean convocadas con una adecuada anticipación, con la participación de todos los actores políticos venezolanos y con todas las garantías que corresponda”.

El Grupo de Lima, conformado por Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Brasil, Costa Rica y Guyana mostró su rechazo a la convocatoria ya que consideran que la Asamblea Nacional Constituyente, “profundizará el conflicto social y el menoscabo de las libertades en Venezuela”.

También el comunicado reza: “Unas elecciones que no cumplan estas condiciones, carecerán de legitimidad y credibilidad”.

La amenaza de no reconocimiento de resultados también fue ya formalmente concretada por EE.UU y Colombia:

EE.UU: “Nuestra posición y la posición de la comunidad internacional es muy clara. Estas elecciones serán ilegítimas, los resultados no serán reconocidos”.

Colombia: “Nadie reconocerá resultados de elecciones presidenciales de Venezuela” (Presidente Santos).

El presidente Colombiano adelantó en el Foro de Davos en Suiza que: “Hasta que no haya garantías suficientes para una elección transparente, creo que nadie va a reconocer el resultado de unas elecciones en Venezuela”.

De modo que varios gobiernos del continente y voceros de la oposición venezolana, que consideró que la negociación con el Gobierno de Maduro “está moribunda” tras el llamado adelantado a las urnas.

Uno de los temas más álgidos de las más recientes negociaciones en República Dominicana fueron las condiciones electorales, pues para la oposición venezolana se requieren reformas significativas de las condiciones electorales que permitan unos “comicios verdaderamente libres, transparentes y creíbles bajo la observación internacional”.

En tres días consecutivos hubo tres pronunciamientos del Departamento de Estado de EEUU contra la exclusión de la MUD y la decisión de adelantar los comicios antes del 30 de abril: “La decisión de la ilegítima Asamblea Constituyente de convocar elecciones anticipadas, incluso con las negociaciones en marcha entre la oposición y el régimen de Maduro, mina esas conversaciones y mina la capacidad del pueblo venezolano de participar significativamente en abordar las múltiples crisis que ha causado el régimen de Maduro”.

En este contexto, Estados Unidos promete usar todas sus herramientas “diplomáticas, políticas y económicas”, incluidas nuevas sanciones, para “que el régimen de Maduro rinda cuentas por sus prácticas corruptas, represivas y antidemocráticas”.

El Grupo de Lima también declaró que la presencia de “observadores internacionales independientes” es un requisito básico para la realización de elecciones en Venezuela.

El bloque reiteró su respaldo a la Asamblea Nacional (AN), elegida en 2015 y controlada por la oposición, y resaltó la “carencia de legitimidad y legalidad” de los actos emanados de la ANC, compuesta solamente por miembros del Gobierno.

El presidente Nicolás Maduro no tardó en reaccionar ante tales amenazas de orden internacional. “Soy un humilde trabajador, un humilde hombre de pueblo. Si el Partido Socialista Unido de Venezuela cree que debo ser el candidato presidencial de los sectores revolucionarios, yo estoy a la orden”.

Maduro le pidió al CNE que fijara la fecha concreta cuanto antes: “Le pido al Poder Electoral que fije la fecha más cercana para salir de esto, ganar las elecciones y empezar a hacer una gran revolución necesaria del 2018. Vamos a salir de esto de una buena vez… Si estuviera en mis manos haría las elecciones este domingo que viene y punto”.

Como ya mencionábamos, la oposición venezolana atraviesa uno de sus más catastróficos momentos. Débil, dividida, no cuenta con un candidato único con arrastre popular suficiente para hacer frente al PSUV, no ha llegado ni siquiera a un consenso sobre el método de selección de la candidatura, y ni siquiera se sabe si participará. Así mismo, dos de los líderes opositores, Henrique Capriles y Leopoldo López, se encuentran inhabilitados políticamente, siendo López el que tiene más respaldo en las encuestas.

Por otra parte el secretario general de Acción Democrática Ramos Allup aseguró que la oposición está “en capacidad de elegir en primarias un candidato en cuatro o cinco semanas”.

En la acera gubernamental Cabello volvió a recordar las palabras de Chávez aquel 8 de diciembre de 2012: “Lo dijo el comandante Chávez: si algo me ocurre, elijan a Nicolás Maduro como presidente. Nosotros no vamos a tener problema, nosotros tenemos un solo candidato para continuar con la revolución bolivariana, con un proyecto de patria”.

Lo cierto es que adelantar las elecciones presidenciales no deberían considerarse una sorpresa, pues era vox populi que mientras más rápido ocurran, menos costos para el gobierno, pues debe afrontar el paso de un tiempo que podría ser demoledor en materia económica, y por ende de la corrosión del respaldo popular.

Más allá de la oposición articulada en la MUD, saldrán al ruedo candidatos independientes de oposición que representarán su propia oferta electoral, por lo que se duda mucho de la eficacia de un “llamado unitario a la abstención”.

El llamado anticipado a elecciones le ha dado una ventaja (contra-ofensiva) al gobierno en el plano nacional, aunque lo ha colocado en una posición de blanco de ataque en el plano internacional, lo cual podría llevarlo a un mayor  aislamiento y endurecimiento de las sanciones en su contra.

Sin embargo, el gobierno podría estar perdiendo una importante oportunidad de que sectores significativos de la oposición reconozcan a la ANC y logren debilitar una estrategia de escalamiento de sanciones y de cerco económico-financiero internacional.

Por ahora el peor escenario para el gobierno es una división y/o abstencionismo significativo del chavismo popular y de fuerzas políticas históricamente aliadas por tres condiciones: malestar económico, rechazo a la corrupción, críticas a la dirección política; lo cual podría desatar escenarios de apoyo de un segmento del chavismo al voto antimaduro (oposición + chavismo antimaduro) o una combinación de abstencionismo con el escenario anterior, lo cual maximizaría las oportunidades para un voto antimaduro de carácter plebiscitario.

Sin embargo, la oposición radical ha sido una de las mejores aliadas de Maduro al poner como blanco de sus críticas a Chávez y su legado, lo cual tributa a recoger apoyos de defensa del legado de Chávez en la candidatura de Maduro.

Para el Gobierno, el manejo de las fronteras semánticas sobre lo que es o no una “elección competitiva” en la arena internacional o las disquisiciones sobre el autoritarismo en el mundo académico, sin necesidad de sufrir grandes cambios en las condiciones electorales y con un acompañamiento electoral de carácter eminentemente técnico, le ha reportado más beneficios que costos.

De modo que el casi único enemigo a vencer electoralmente se encuentra en las profundidades de los territorios existenciales de los sectores populares y las capas medias, en sus condiciones de vida atravesadas por toda la sintomatología de las disfunciones económicas. El asunto allí es animar a movilizarse a votar masivamente por la reelección de Maduro.

Aquí no subestimamos, sin embargo, las sorpresas, lo incalculable de la fluidez de las situaciones políticas ni los azares.

Lo cierto es que por ahora, se refuerza la ventaja de Maduro frente a sus oponentes nacionales. Basta no subestimar las recomposiciones políticas y menos aún la “telaraña imperial” con toda la capacidad tentacular de construir zonas de estrangulamiento.

SupuestoNegado.com

 

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