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Venezuela :: 18/12/2005

Venezuela: Contra el reformismo y el imperialismo, pueblo organizado

Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora
Estamos concretamente ubicados en la contradicción reforma- revolución, es decir entre fuerzas que están consolidándose con el control del viejo Estado burgués y el manejo de los recursos destinados a las políticas sociales en medio de la abundancia económica lograda por el incremento del precio del petróleo.

Hace un año, con el triunfo del oficialismo en las elecciones para alcaldes y gobernadores, se abrió un nuevo periodo en el país definido por la derrota de la derecha conspirativa interna, una creciente estabilidad institucional y caracterizado porque el Imperio pasaba a comandar directamente los planes para derrotar la revolución, pero al mismo tiempo se inicia un periodo en el que pasan a confrontarse dos tendencias en el proceso: una que tiende a la consolidación de una nueva elite política, con sus respectivos intereses creados y sus inevitables vínculos a los grupos de poder, y que pugna por su institucionalización en el poder, lo que no es otra cosa que su burocratización, buscan desarrollar aparentes cambios en el marco de una democracia participativa mediatizada, y su conversión en nuevas elites políticas que reemplazan a las adeco-copeyanas y reproducen sus modales como el oportunismo, la corrupción, impulsando formas de conciliación con los grupos de poder, a la vez que políticas de carácter populista hacia los sectores populares; y por otra parte, la que propugna la profundización del proceso en sus transformaciones sociales, en su carácter revolucionario y que es resultado de las fuerzas desatadas con el inicio de la "revolución bolivariana" y la llegada del comandante Chávez a la presidencia, esta expresada en algunas fuerzas dispersas de la izquierda y sectores del pueblo que se organizan en movimientos sociales con perspectivas mas bien autónomas y que son expresión de las contradicciones históricas del país y de las que se expresan en el propio proceso por el desarrollo mismo de la lucha de clases.

Estamos concretamente ubicados en la contradicción reforma- revolución, es decir entre fuerzas que están consolidándose con el control del viejo Estado burgués y el manejo de los recursos destinados a las políticas sociales en medio de la abundancia económica lograda por el incremento del precio del petróleo. Y, por otra parte, tímidos esfuerzos de algunos sectores organizados del pueblo que en medio de su fragmentación, su gran debilidad, su lucha contra la cooptación de la cada vez más aceitada maquinaria estatal controlada por los sectores reformistas que todo lo compran, intentan en la ciudad y el campo avanzar a través del ejercicio de la democracia directa, el control social, la cogestión en las fábricas y la guerra contra el latifundio, la organización y desarrollo de la conciencia del campo popular orientada hacia la profundización de las transformaciones estructurales y la construcción de su retaguardia estratégica. En ese mismo espíritu no podemos dejar de lado el papel fundamental del Presidente de la República quien por una parte radicaliza el discurso proponiendo la necesidad de construir un Socialismo para el siglo XXI, confrontando a nivel internacional con el imperialismo norteamericano, impulsando iniciativas de integración con los países latinoamericanos oponiéndose al ALCA, el sigue siendo el más avanzado, marcando la pauta en los temas estratégicos, pero cercado por el reformismo.
Por lo mismo creemos que el desenlace de este periodo radica mucho en lo que las fuerzas del campo popular puedan hacer. En el marco de lo planteado consideramos un deber fundamental como revolucionarios pronunciarnos respecto a la coyuntura abierta con las elecciones a la Asamblea Nacional y las elecciones presidenciales que ya se avecinan y la necesidad de construir un viraje radical-histórico en la gestión gubernamental y la reconstrucción de una nueva cultura política y una nueva institucionalidad con dialogo abierto y directo con el pueblo organizado.
Por eso decimos que para nadie es un secreto que el alto ausentismo electoral del domingo 4 no es solo producto de las políticas golpistas opositoras, o por lo mismo no podemos repetir, auto complacientemente, que es una simple tendencia histórica de la cuarta republica. Hay un desencanto real del pueblo, que se traslada a los partidos de la V republica, un distanciamiento por su practica cupular y populista que impuso candidatos , por su practica hegemónica y egoísta frente a los procesos autónomos de organización de la población, por su pésima gestión en alcaldías y gobernaciones; esa practica toco techo, no logro movilizar a la población, esa no es la revolución de las que nos habla el Presidente, esa no es la democracia participativa y protagónica. La crisis del sistema partidocratico toco a las formaciones políticas de la V republica y con ello la revolución corre el grave riesgo de aislarse de las masas hablando a nombre de ellas. Es necesario pues asumir humildemente las lecciones de las ultimas elecciones y tomar decisiones rápidamente si no corremos el riesgo de ir cavando nosotros mismo la tumba de la revolución.

DESENMASCARANDO AL REFORMISMO.

Una de las mayores evidencias del avance de los sectores reformistas burocráticos y de la debilidad de los sectores revolucionarios se muestra en el fracaso, mediatización, y hasta desvirtuación de los esfuerzos por impulsar las transformaciones sociales-estructurales que el Presidente y el pueblo demandan. Desde los grandes lineamientos que aparecen en el plan de desarrollo económico social 2001-2007, pasando por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 y sus mandatos, las diversas leyes para concretar la participación y decisión popular, las 10 líneas estratégicas del salto adelante, las Misiones, así como las candidaturas presentadas para las anteriores y últimas elecciones nos muestran cuan poco se ha avanzado y cómo estas potentes herramientas no han logrado sus propósitos. Así, tenemos un presidente con iniciativas y aliento profundamente transformador, y operadores políticos que no parecen obedecer más que a sus proyectos particulares y empeñados en hacer fracasar esas iniciativas.

Podríamos preguntarnos que fue del mapa rojo que políticamente se configuró en después de las elecciones para gobernadores y alcaldes? cuánto se ha avanzado en la implementación de la democracia participativa?, cuánto realmente se ha avanzado en lograr un auténtico protagonismo popular fundamental para la construcción del poder popular: hay que decir que el avance es muy poco, la corrupción e ineficiencia en una gran parte del gobierno se convierten en una amenaza real para la revolución.

Y esto ocurre en todas las instancias del Estado, pasando por las gobernaciones y los Municipios donde prácticamente no existe una legislación para la implementación de los instrumentos de participación y de control social de la gestión pública o simplemente esta es recortada y reducida a ser meramente un instrumento absolutamente controlado por las autoridades.

En cuanto a lo que nos corresponde, es decir la política agraria, la guerra contra el latifundismo, el desarrollo alternativo basado en una ocupación equilibrada del territorio, las formas de propiedad social, entre otras no se ha avanzado realmente mucho. Las metas propuestas por el alto gobierno están lejos de cumplirse y el estado ha mostrado ineficiencia en recuperar la soberanía total en sus propias tierras. La famosa Guerra al Latifundio se convirtió en los últimos meses en la mas descarada negociación entre el alto gobierno y los terratenientes legitimando no sólo territorios usurpados a la nación sino también iniciando un peligroso camino de conciliación de clases hipotecando a largo plazo los principios más fundamentales de la revolución, nosotros ante eso decimos que los intereses del estado y el gobierno no necesariamente son los intereses de la revolución y del pueblo pobre y marginado, nosotros no aceptamos ni estamos dispuestos a negociar con los verdugos de nuestros 150 compañeros asesinados, no podemos confiar ilusamente que con las negociaciones los terratenientes y la oligarquía rural bajarán la guardia y se sumara al proceso de transformaciones sociales. Para ellos este es sólo un momento en el cual no tienen otra opción que negociar y asegurar el máximo de ganancias a esperas de que la correlación de fuerzas cambie a su favor y para lo cual seguirán conspirando con bajo perfil pero con el mismo odio de clase.

La guerra al latifundio y el total incumplimiento por parte del alto gobierno de los acuerdos de la marcha Zamora Toma Caracas y del Gabinete de Seguridad Campesina en Miraflores, nos señalan claramente que una cosa es el discurso y otra la actitud concreta a la hora de pasar a la acción. Ante ello decimos que el único camino que nos queda es seguir dando la pelea para construir desde abajo un viraje en la revolución bolivariana y recuperarla para el pueblo y dando guerra a muerte a la burocracia y el reformismo traidor. No tenemos otra opción que desde la autonomía y la construcción de referentes de poder popular concretos ir prefigurando la nueva sociedad, nuevos liderazgos, nueva cultura política y nuevo estado. De nosotros y no de otros dependerá en lo fundamental lo que pueda ser nuestro futuro.

Para continuar la marcha!!!organizar, formar y movilizar!!!
¡Guerra total al latifundio! ¡tierra ocupada, tierra trabajada!
¡Guerra Total a la Corrupción, la Burocracia y el Reformismo¡
¡Zamora Vive y vive! ¡La lucha sigue y sigue!

 

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