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Medio Oriente :: 16/07/2006

Vierta su furia sobre la gente de Líbano y Gaza

Gilad Atzmon
Hace dos semanas eran los militantes palestinos los que tomaron por rehén un legítimo objetivo militar: un soldado israelí. Hace unos días fue un ataque similar, heroica y abrumadoramente orquestado por los combatientes de la guerrilla de Hezbollah. Ambos ataques están ahí para enviar un mensaje de resistencia: Israel nunca tendrá éxito en imponer su repulsiva noción unilateral "de paz".

De hecho, la desconexión unilateral puede haber tenido un efecto mágico en los votantes israelíes así como en algunos líderes occidentales como Bush, Blair y Merkel. No obstante, los habitantes de Gaza y los lugareños del Sur del Líbano están ligeramente menos impresionados con la inclinación israelí hacia la paz. En Gaza y en el Sur del Líbano está bastante claro que las fuerzas de resistencia árabes se opondrán al programa unilateral israelí hasta el fin de los tiempos. Todos ellos saben que hacen falta dos para bailar el tango, la voluntad de paz nunca prevalecerá a menos que la causa palestina sea adecuadamente tratada.

En resumen, las diferentes formas de desconexión unilateral de Líbano, Gaza e incluso de Cisjordania (por llegar) no van a proporcionarle la paz a Israel. Realmente lo contrario; los árabes no son, en absoluto, ningunos necios, ellos saben muy bien que Israel escapó del Líbano después de ser humillado militarmente durante dos décadas. También saben que Sharon no huyó exactamente de Gaza porque estuviera buscando la paz. Los palestinos también saben que es sólo una cuestión de tiempo que eso pase en Cisjordania.

Sí, para ser precisos, desde 1973 el poder de disuasión de Israel se está reduciendo. Desde 1973 Israel no se las ha arreglado para derrotar a cualquiera de sus enemigos. Al contrario, una vez tras otra son los enemigos de Israel quienes son capaces de dictar las maniobras políticas y las tácticas israelíes. En las últimas dos semanas han sido dos organizaciones paramilitares relativamente pequeñas las que usando técnicas de guerrilla han logrado llevar a Israel a desatar todo su poderío militar contra civiles inocentes tanto en Gaza como en el Líbano.

No obstante, la reacción israelí a los ataques de los militantes palestinos y de Hezbollah es bastante rara. Aunque, los militantes palestinos y Hezbollah eran originalmente clasificados como objetivos militares legítimos, la venganza israelí apunta claramente contra objetivos civiles, infraestructuras civiles y masivas matanzas dirigidas contra una población inocente. No hace falta ser un genio para comprender que ésta, realmente, no es la manera de ganar una guerra o de enfrentarse a esa particular clase de lucha conocida como guerra de guerrillas.

Sostendría que una vez más el gobierno israelí nos despacha con un atisbo de fascinación en el conjunto de la psique colectiva israelí. Voy a intentar dar más explicaciones sobre este asunto.

Debido a algunas circunstancias históricas claras, el ejército israelí fue formado originalmente para combatir a los ejércitos árabes. Fue diseñado para ganar la guerra convencional en el campo de batalla. También fue dispuesto para agotar a los vecinos de Israel. Luchará ejerciendo cierta superioridad aérea aplastante y políticas nucleares amenazantes. Desde el final de la guerra fría, las cosas cambiaron. Israel ya no es amenazado por sus estados vecinos. Es más, en años recientes ha quedado claro que realmente es el pueblo palestino el que en el futuro hará añicos el sueño de un estado nacional judío.

Por más raro que parezca, Israel nunca ha adoptado o revisado su doctrina militar para adaptarse a las nuevas condiciones emergentes. Cierto es que volvió a entrenar a grandes partes de sus unidades de combate como fuerzas policiales, transformando algunos de sus tanques en vehículos de vigilancia. Pese a ello, nunca ha pasado por un gran cambio de la doctrina militar. Muy parecido a la Wehrmacht en el momento de la Segunda Guerra Mundial, las IDF todavía son un seguidor clásico de la doctrina militar ofensiva. Hasta ahora, más que ganar en el campo de batalla, las IDF están agotándose desesperadamente en dos frentes en los que combaten a organizaciones paramilitares relativamente pequeñas.

Pero la situación puede empeorar, es bastante posible que el entusiasmo heroico palestino se extienda a Cisjordania. Como esto suceda, el ejército israelí va a hallarse inmerso en una guerra total a tan sólo unos kilómetros de centros densamente poblados de Israel. Aparentemente el llamado "ejército más fuerte del Próximo Oriente" está luchando una guerra desesperada que nunca puede ganar, ni táctica ni moralmente.

Tácticamente, tenemos suficientes referencias históricas para concluir que ningún ejército colonial ha ganado jamás contra la guerra de guerrillas. La razón es simple, cuanta más destrucción un ejército colonial extiende, más populares se vuelven los combatientes guerrilleros entre su población partidaria que les rodea. Éste es, ciertamente, el caso hoy en Gaza y en Beirut. Cuanta más carnicería hay en Gaza, más fuerte se vuelve Hamas. Cuantas más bombas dejan caer sobre el Aeropuerto de Beirut, más hombres jóvenes tienen la voluntad de unirse a Hezbollah.

Pero va más allá; tanto los militantes palestinos como los de Hezbollah han sido muy diestros escogiendo puros objetivos militares. Mientras que en el pasado, los grupos paramilitares palestinos estaban típicamente asociados a ataques suicidas contra civiles israelíes, esta vez el objetivo han sido soldados israelíes y puestos exclusivamente militares. En otras palabras, es imposible negar el hecho de que los militantes palestinos y de Hezbollah realmente estaban operando como grupos paramilitares de resistencia legítima que combaten a un ejército colonial y a las fuerzas de ocupación.

Sin embargo, leyendo las noticias del Próximo Oriente, es bastante obvio que el gobierno israelí no tiene ningún programa claro para oponerse a las presentes atrevidas operaciones militares contra su ejército, para oponerse a tales ataques de la guerrilla. Los despiadados daños colaterales de estos días, tanto en Beirut como en Gaza, demuestran que, por lo menos militarmente, Israel está en la desesperación total. No tiene ni la respuesta política ni la respuesta militar para oponerse a la resistencia árabe. Pero aquí está el truco; Israel no necesita una respuesta como tal, ni siquiera ha buscado una.

Israel es una democracia orientada racialmente. Sus líderes sólo están ocupados en una sola cosa, es decir, en el mantenimiento de su poder político. Hasta donde el juego político israelí está interesado, la regla es muy simple: cuanta más sangre árabe tengas en las manos más adecuado eres para seguir en tu trabajo de gobernante. Esta regla estuvo obviamente a favor de Rabin, Sharon, Barak y Netanyahu. Olmert y Peretz todavía quedan bastante por detrás. Tanto al primer ministro como a su ministro de defensa les falta cierta experiencia real en asuntos militares y de seguridad. Por lo tanto tienen mucho en lo que ponerse al corriente.

En otras palabras, Peretz y Olmert tienen que proporcionarle al pueblo israelí un espectáculo glorioso de venganza implacable. Tienen que demostrar a sus perspicaces votantes que han interiorizado el auténtico significado bíblico del "ojo por ojo". Mirando la carnicería de hoy en Beirut parece como si intentaran dar al viejo dicho hebraico un nuevo significado. Tan devastador como pueda parecer, esto es exactamente lo que los israelíes quieren que ellos hagan. Dentro del Israel democrático el llamamiento bíblico "vierte tu furia sobre el goyim" es traducido a una pragmática política seglar judía . Esto no es triste. Esto es realmente una tragedia.

Fuente: PeacePalestine. Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Carlos Sanchis.

 

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