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Pensamiento :: 13/08/2006

Mentalidad social corporativa

Alberto
En estos tiempos modernos, ya no vale ser buena persona, sino que hay que parecerlo. Y para parecerlo hay que llevar ropa de tal marca, usar un perfume de tal marca y ver en la televisión este programa de famosos o aquella serie de supermoda

Quizás nunca ha existido una sociedad realmente individualista, y quizás nunca exista en el futuro. Ni siquiera existe una sociedad individualista hoy, por mucho que algunos digan que el capitalismo promueve el individualismo.

En la sociedad existe una metalidad corporativa, donde se ve a ésta como un todo, en lugar de una suma de individualidades, que consigue que al final se provoquen problemas de exclusión social, marginación e incluso discriminaciones. Los homosexuales, las personas de otras razas o religiones que no son las comunes en ciertos sitios han experimentado históricamente este problema.

Pero con la sociedad capitalista de las relaciones públicas y el marketing, donde la clase dirigente que controla los medios de comunicación consigue hacer que la masa haga lo que a ellos se les antoje, y de una forma tan sutil que es como si fuera en realidad cosa de esa masa y no del palo y la zanahoria de la clase dirigente, la mentalidad corporativa de la sociedad ha llegado a un grado máximo. Sí, es cierto que de cara a la galería se habla mucho de que hay que respetar las diferencias y ser tolerantes, pero por otro lado la realidad es que en la sociedad actual casi todos tienen los mismos gustos (o parecidos), casi todos tienen los mismos pensamientos (o parecidos), a casi todos les parecen mal y bien las mismas clases de cosas (con matices).

Hay personas que por sus características no pasan por ese aro totalizador. Son independientes y anárquicas. Las personas que han visto anuladas sus propias mentalidades y han construido una mentalidad basada en esa mentalidad totalizadora, reaccionan contra todas aquellas mentalidades de esas otras personas que le son extrañas. A día de hoy, no es tan extraño que si por ejemplo no sabes quien ha sido el último nominado en el Gran Hermano, seas considerado una persona "rara".

Esto es una forma de totalitarismo y violencia no física. Totalitarismo porque muchas personas acaban asumiendo la sociedad como un todo y piensan que lo que se aparte de los estándares subjetivos de moda -que como he dicho antes realmente son inducidos a la masa a través de las relaciones públicas y el marketing por la clase dirigente que controla los medios de comunicación- son fenómenos extraños o incluso peligrosos. Y es violencia no física porque la exclusión y el rechazo que experimentan hacia los individuos diferentes puede provocar en éstos problemas más graves, profundos y duraderos que los que podría provocar la violencia física. El auge de psicólogos en las sociedades modernas no es una casualidad. Existen más problemas por los que preocuparse a la par que se dispone de menos tiempo para hablar con los amigos. La vida cada vez es más compleja.

En estos tiempos modernos, ya no vale ser buena persona, sino que hay que parecerlo. Y para parecerlo hay que llevar ropa de tal marca, usar un perfume de tal marca y ver en la televisión este programa de famosos o aquella serie de supermoda. Si no, se es una persona "rara" y por lo tanto se es "malo" y se es condenado al ostracismo social. El gran secreto del capitalismo es ese. El control social derivado de la mentalidad social corporativa. Así surgen modas, nuevas oportunidades de negocio, beneficios y plusvalías y el desarrollo no cesa, para que la masa viva feliz ignorando lo mucho que es controlada y dominada por unos pocos. Y, además, para más inri, los que se paran a pensar el sinsentido de todo ésto son tildados de "raros" por la masa. Probablemente, hoy más que nunca Max Stirner hace mucha falta.

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