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Pensamiento :: 22/05/2006

El timo de la memoria histórica

Editorial de ORTO
A raíz de la devolución de los documentos que los fascistas requisaron al terminar la contienda de 1936, pertenecientes a la Generalitat de Catalunya, hemos creído oportuno hablar de la Memoria Histórica. Como es de conocimiento público, hablar de memoria histórica en la actualidad es referirse a todo lo que supuso el período de la historia de España que va del 18 de Julio del 1936 al primero de Abril de 1939.

La primera gran falsedad, cuando se habla de este período, es la de hacer
ver que aquí hubo una Guerra Civil y que lo demás que ocurrió en esos tres
años tiene un valor secundario. La inmensa mayoría de los historiadores
han enfocado sus trabajos relacionados con el mencionado período cargando
las tintas en los aspectos políticos y de estrategias bélicas, pero -
salvo rarísimas y honrosas excepciones: Burnet Bolloten, por ejemplo - se
olvidan de que además de una guerra civil hubo una experiencia
revolucionaria de una envergadura, de una profundidad y de unos resultados
emancipadores sin parangón en la historia de Occidente.

Hablar de memoria histórica y olvidar intencionadamente todo lo que se
hizo de experiencia revolucionaria tanto en las ciudades como en el campo
es, sin paliativos, una aberración intelectual y una falsificación de la
memoria histórica de aquellos años. Ahora que los socialistas han
conseguido volver al poder, se han lanzado a recuperar la memoria
histórica del mencionado período. Pero, como su actuación antes, durante y
después de la guerra no fue todo lo acertada que requería las
circunstancias, tienen reparos en meterse a fondo en el tema. Es
importante que se devuelvan a las entidades políticas (Generalitat de
Catalunya, Partidos Políticos: Psoe, Esquerra Republicana de Catalunya,
PNV, Izquierda Republicana y ciudadanos afectados) su patrimonio, pero qué
pasa cuando se trata del movimiento libertario en general, y de la CNT en
particular. Aquí sucede lo que le decía Don Quijote a su fiel escudero
Sancho: "Amigo Sancho, con la iglesia hemos topado". Dicho con palabras
actuales sería así: "Amigos y amigas cenetistas, anarquistas y
libertarias, con los políticos de todo pelaje hemos topado".
Nos quieren hacer ver que la Transición de la dictadura franquista (cruel
y asesina) a la "democracia borbónica" fue plenamente ejemplar; falso y
mil veces falso, nada más lejos de la realidad política y social. Los
criminales de la dictadura se paseaban, se pasean impunes por las calles y
plazas de pueblos y ciudades como si nada hubiera ocurrido en la España
fascista y clerical del general Franco.

En la prensa burguesa acaba de aparecer un artículo firmado por Irene Zoe
Alameda, en el que dice estas certeras y significativas palabras sobre la
Transición y la Ley del Punto Final a la española: "En España se empieza a
vislumbrar cómo fue el verdadero mecanismo de la Ley de Punto Final: fue
como si unos individuos a cara descubierta te golpeasen y te tapasen la
boca durante varias horas, y después te dijeran que si te callas y no
dices quién te lo ha hecho, no volverán a tocarte. Impunidad por miedo: la
mitad de los españoles consiguió impunidad a cambio del miedo de la otra
mitad’.
Como ella misma afirma, aquí lo que de verdad ocurrió es que hubo una
auténtica dejadez de responsabilidad política por parte de los partidos
autollamados de izquierdas, dando lugar a un desenlace totalmente injusto,
a un abuso atroz que duró casi cuatro décadas.

Si, como dice la autora del artículo Memoria histórica: justicia o
fracaso, la ley que está elaborando el gobierno socialista (Ley por la
Recuperación de la Memoria Histórica) no es otra cosa que ese intento de
justicia intelectual que representa la restauración de la verdad en el
recuento de la Historia. Esperamos que esa recuperación sea en su
totalidad y se diga la verdad duela a quien duela. La Transición española
fue atípica, pues como dice la articulista, fueron los vencedores,
torturadores y asesinos post bellum, los que se otorgaron el derecho de
perdonar a los vencidos con una amnistía, cuando tenían que ser ellos los
perdonados y amnistiados. Si la Transición, tan "modélica" como ellos
pretenden, hubiera sido de verdad, los vencedores que habían cometido
atropellos y asesinatos tenían que haber pasado por el banquillo de los
acusados y no irse de rositas como ocurrió en realidad.

Es verdad que las generaciones actuales nos están pidiendo que le demos
explicación lógica al por qué de tan lastimoso silencio de más de tres
décadas desde la muerte del dictador. El movimiento libertario, en su
conjunto, no se siente ni aludido ni interpelado. Antes, durante la
Transición (no terminada hasta que no se haga verdadera justicia) hicimos
actos reivindicando nuestro pasado y el de los vencidos, en relación a lo
sucedido desde el 18 de Julio del 36 hasta el 20 de Noviembre de 1975. En
ese empeño nos quedamos solos, una vez más. Ahora los oportunistas de todo
tipo y color han salido de las madrigueras para añadirse al grupo de los
voceros y de los que se arriman al sol que más calienta.

Pero, ni nos pudieron callar antes ni lo conseguirán ahora. Pediremos lo
que nos pertenece tanto económica como moralmente. Y para quienes, como
nosotros y nosotras sufrieron los terribles zarpazos del fascismo
franquista y clerical, también nuestro apoyo y solidaridad. Pero, a
quienes se proponen falsificar o tergiversar la memoria histórica que les
quede, de una vez por todas, bien claro: ¡Ni perdonamos ni olvidamos¡ Y
ello por dos motivos: Primero, porque el perdón corresponde a quienes
sufrieron las atrocidades del fascismo español y europeo. Segundo, porque
todo lo que sufrieron e hicieron los luchadores contra tanta barbarie
clerical/fascista pervivirá en nosotros y nosotras mientras vivamos, y
mientras haya una mujer o un hombre con un mínimo de dignidad humana.

Para terminar, decir que no aceptaremos una Ley por la Recuperación de la
Memoria Histórica que sea una nueva y fraudulenta Ley de Punto Final.
¡Basta de timos con el tema de la memoria histórica¡ Mientras no se
reconozca lo que de verdad pasó, y se le dé a cada uno lo que le pertenece
en justicia (pero de la auténtica) no daremos por finiquitado el
contencioso con los tergiversadores de la Verdad y de los usurpadores de
nuestro legado libertario, es decir, nuestra historia y nuestro
patrimonio. Nada de ello se nos ha devuelto con equidad. Seguimos en el
tajo de la auténtica reivindicación. Recuperación de la memoria histórica,
sí, pero la de todos y con total equidad. Basta ya de negociar con la
memoria (prensa, radio y TV). Basta ya de tantas páginas de periódicos,
revistas y libros escribiendo verdades a medias, lo cual supone no decir
la verdad en toda su plenitud.

Editorial de ORTO (Revista Cultural de ideas ácratas) nº 140

ORTO ediciones, Apartado de Correos, 322- 08910 Badalona
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Fuente: http://www.ainfos.ca/ca/ainfos07576.html

 

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