Con pérfida nocturnidad

Como en las luchas campesinas de principios del siglo pasado, los dirigentillos locales de la localidad sevillana de El Coronil ordenaron a la Guardia Civil que tomara el pueblo ¿No podemos romper la huelga? Pues llamamos a la Benemérita. A eso le dicen "democracia"...

Más de cien guardias civiles desplazados de Sevilla tomaron El Coronil (cinco mil habitantes) para que los empleados de la empresa pública Tragsa pudieran entrar al pueblo a retirar 150 toneladas de basura acumuladas tras 34 días de huelga, convocada por el SAT que exige que los puestos de la lista de peones de limpieza sigan rotando con contratos de un mes.

Según la Subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panero, el operativo se desplegó, de manera intencionada, en la madrugada del domingo al lunes (4 de la mañana) para evitar que, como ocurrió el viernes, "piquetes" del SAT, formados por gente tan peligrosa como mujeres, niños y ancianos, se colocaran a la entrada del pueblo y los camiones tuvieran que darse la vuelta. Finalmente, lograron su propósito aprovechando que el pueblo dormía.

Lo que no dijo la Subdelegada es que, según los vecinos, los guardias estuvieron "pidiendo el carné en las calles cortadas, exigían que se identificaran personas que iban a sus casas, las escoltaban hasta que abrían su puerta; los niños han entrado en el colegio asustados, pensando que les iban a hacer algo".

Al respecto, Mercedes Cañamero, hermana del dirigente campesino del SAT, Diego Cañamero, ha declarado "¿Esto cuánto vale, quién lo paga, por qué no se usa ese dinero para que la lista siga?"