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Estado español :: 19/06/2013

Aportación al debate político

Luis Ocampo
Las III Jornadas Constituyentes deberían de ser una buena oportunidad para avanzar en la construcción del Proceso Destituyente-Constituyente

Documento presentado a la Coordinadora 25S para su debate en el marco de las III Jornadas Constituyentes.:


Aportación al debate político.

Las III Jornadas Constituyentes deberían de ser una buena oportunidad para avanzar de forma significativa en la construcción del Proceso Destituyente-Constituyente. Ello pasa por ser capaces de conseguir al menos tres metas:

Clarificación teórica sobre el Proceso Destituyente – Constituyente. Para ello necesitamos profundizar en el análisis de la actual situación política y las posibilidades reales de impulsar tal proceso.

Perfilar mejor los contenidos mínimos que consideramos que hemos de aportar desde la Coordinadora 25S al Proceso Destituyente – Constituyente.

Concretar lo más posible la hoja de ruta del Proceso para los próximos meses, al menos hasta las movilizaciones de la última semana de septiembre. Y en este capítulo reflexionar sobre las alianzas posibles, tanto a nivel estatal como internacional.

Introducción:

El escenario político, en apariencia , se torna más complejo por la gran cantidad de iniciativas con aspiraciones políticas que se lanzan, ya sea desde los movimientos sociales, que a veces se acercan peligrosamente a lo que podría ser una instrumentalización de éstos, o directamente en forma de iniciativas políticas con envoltorios más o menos atractivos o sugerentes. Pero realmente las opciones con capacidad de influencia estratégica, es decir, de auténtico cambio o no del sistema, siguen siendo las de aquellos que están por el mantenimiento del Régimen, con o sin algunos cambios menores, y las que estamos por un Proceso Destituyente – Constituyente, es decir los/as que consideramos que la solución a los problemas de la mayoría de la sociedad sólo son viables con un cambio de Régimen político y de modelo económico.

Es necesario analizar como se han movido en los últimos meses los defensores del Régimen y como nos hemos movido nosotros/as, por que en realidad ese es el análisis de la situación política que realmente nos interesa.

Situación política

La crisis económica es profunda y real, no es un invento del poder actual, a nivel estatal o internacional; incluso a nivel estatal la estuvieron negando hasta última hora, cuando ya era una evidencia. Pero ellos, el Poder, ven a la crisis económica como una gran oportunidad para hacer una remodelación global de la sociedad, que les permita mantener, incluso aumentar, su tasa de ganancia a pesar de la crisis, y sobre todo para reforzar su papel dominante -política e ideológicamente hablando- sobre el conjunto social. Todas las medidas de remodelación del modelo socio-político van encaminadas en esa doble dirección.

La fracción dominante del bloque de poder en el Estado Español y a nivel internacional no se sitúa en el escenario de la crisis a la defensiva, como ocurrió con el último gobierno de Zapatero (especialmente en la segunda parte de su segunda legislatura), sino que el actual Gobierno presidido por Mariano Rajoy está claramente en lo que podríamos llamar una ofensiva estratégica, porque si analizamos de conjunto las políticas que está implementando veremos que conducen a una transformación profunda del actual sistema, en línea con los cambios estratégicos que está impulsando el capitalismo especulativo y el imperialismo a nivel internacional.

A pesar de tener muchos elementos en su contra -que por cierto, siguen sin resolver en lo fundamental-, hay que reconocer que la implementación del programa real del gobierno español-Troika ha avanzado en los últimos meses de forma considerable y ello por varios factores. Mariano Rajoy ha conseguido resolver, al menos de momento, una buena parte de las contradicciones internas que tenía y por tanto imponer su hegemonía en el Gobierno y en bastante medida en el partido.

El principal partido de la oposición institucional, el PSOE, ha ido estructurando una línea de acción que pasa esencialmente por reivindicar, idealizándolo, el estatus político-económico existente antes de la crisis, con la pretensión de darle el rango de carácter constitucional, como si con ello mágicamente se consiguiera la recuperación de los derechos perdidos. Ésta línea de acción les va desvinculando del amago que hicieron hace unos meses de incorporarse a los movimientos sociales, para replegarse de nuevo exclusivamente en el trabajo institucional. Con ello consiguen un doble objetivo: frenar su caída electoral al recuperar un cierto perfil político de oposición a costa de abandonar totalmente la calle y replegarse a la actividad institucional.

Esa estrategia incorpora, sin embargo, y aunque sea para descafeinarlo totalmente, un proyecto de reforma de la Constitución, lo cual nos indica que el propio PSOE asume el actual desgaste social de la llamada “Carta Magna” y del Régimen que representa.

IU se encuentra en una situación complicada por diversas razones: primero porque sectores importantes de esa coalición se han creído, como en su momento ocurrió con Anguita y El Mundo, los cantos de sirena lanzados desde el Grupo Prisa, especialmente desde El País, en el sentido de que podían ponerse prácticamente a la par con el PSOE, electoralmente hablando. Ello abrió unas expectativas lejos de la realidad, que ya están empezando a desinflarse. Estas cosas pasan factura. IU tiene que resolver la contradicción estratégica en la que están envueltos: si su estrategia está en contribuir a agrupar fuerzas para un cambio de verdad o bien en acumular fuerzas para mejorar sus expectativas electorales, incorporando a sectores de los movimientos sociales a sus candidaturas.

Lucha electoral y lucha política no son necesariamente antagónicas, pero hay que tener muy claro en cada momento en dónde están las prioridades.

Decíamos que el gobierno ha avanzado en la implementación de su programa en los últimos tiempos ¿Pero cual es realmente el programa del Gobierno del Estado y de la Troika? Es muy importante que los árboles nos dejen ver el bosque. Nos venimos centrando en la denuncia de los recortes en tal o cual sector, en la sanidad pública, en la educación, en la legislación laboral, en los derechos de las mujeres... y eso no hay que abandonarlo, pero hay que incorporar un elemento clave que debería de ser el eje de nuestra agitación, ya que además es el que dota de mayor coherencia a nuestra demanda del Proceso Destituyente – Constituyente: el cambio de modelo.

El actual gobierno mano a mano con la Troika, sobre la base del mantenimiento del actual Régimen, está planteando un auténtico cambio de modelo económico y social, pero también en buena medida político. Esa es la clave del asunto.

Para el bloque dominante, la crisis realmente existente es una gran oportunidad para llevar adelante no sólo recortes en todos los frentes sino un auténtico cambio de modelo socio-político.

Por lo que respecta a los/as que estamos por un cambio de régimen, pero justo en la dirección contraria a la que nos están llevando, hemos de reconocer que nuestra visibilidad ha decaído en los últimos meses. El 25A tuvo una gran importancia, porque con todas sus dificultades esta visibilidad se recuperó, al menos momentáneamente. Las III Jornadas, la movilización de la última semana de septiembre y su propia puesta en marcha y organización tiene que servir para incrementar nuestra visibilización.

El actual Régimen tiene diversos puntos de debilidad y fragilidad que conviene conocer bien:

- El primero de ellos es que no tienen el grado de soberanía suficiente para elaborar una estrategia propia, están condicionados en lo fundamental a las imposiciones externas, especialmente las de Berlin-Frankfurt y Bruselas, sin despreciar las de EE.UU.

- La segunda debilidad y fragilidad, es que toda la estructura jurídico – política a través de la cual se sostiene el actual Régimen, tiene un alto grado de deslegitimación social.

- El tercer punto de debilidad y fragilidad, son los propios desacuerdos dentro del bloque dominante en como afrontar el proceso, aunque como decíamos, en este terreno hay que reconocer que están avanzando significativamente en los últimos tiempos.

- El cuarto elemento de debilidad, es que el Estado Español por razones políticas, económicas y geográficas es el eslabón débil del capitalismo occidental. Si hay algún sitio en Europa occidental en que potencialmente hay condiciones para conseguir a medio plazo un cambio político, ese es el Estado Español.

En síntesis tenemos muchos elementos a nuestro favor. A pesar de la bruma circunstancial o de la gran cantidad de iniciativas que están sobre el tapete, podemos estar convencidos/as de que no hay otro camino real, con todas las dificultades que éste pueda implicar, que la acumulación de fuerzas -de poder popular- suficientes para impulsar un proceso Destituyente-Constituyente.

os básicos del Proceso Destituyente-Constituyente.

Obviamente el resultado final de un Proceso Destituyente-Constituyente será el que la mayoría de la gente decida, pero desde la Coordinadora-25S y desde las III Jornadas Constituyentes deberíamos de aportar unos ejes mínimos o básicos que den contenido inicial a ese proceso y que sirvan además para visualizar que ese proceso no tiene otro objetivo que el de crear un marco desde el que se pueda dar solución a los problemas de la mayoría de la sociedad. Esos ejes mínimos podrían ser los siguientes:

1.- El Proceso Constituyente como el proceso idóneo para la construcción de una democracia participativa.

2.- El Proceso Constituyente como único instrumento real para la construcción de un modelo económico alternativo, en el que el sector público sea hegemónico, incluyendo el financiero, como única garantía para el mantenimiento de servicios públicos, universales y de calidad. Lo mismo se puede afirmar sobre los servicios sociales. Un modelo económico en el que el sector privado -especialmente el especulativo- sea hegemónico es absolutamente incompatible con servicios públicos universales y de calidad.

3.- El Proceso Constituyente como instrumento para la reubicación del Estado Español en el marco internacional, para romper la dependencia de la Troika y construir una autentica situación de soberanía. No se trata de dar saltos en el vacío, pero sí de saber recolocarse en las mejores opciones dentro de las posibles, que por supuesto las hay.

4.- El Proceso Constituyente como marco más adecuado para la resolución del “Derecho de los Pueblos a Decidir”. Con los procesos puestos en marcha en esa dirección, con los que haya afinidad, deberíamos impulsar una alianza estratégica.

5.- El Proceso Constituyente como garantía de los derechos civiles en su sentido más amplio, también en claro proceso de involución. Es un dato de gran importancia el conjunto de reformas legales que afectan a leyes tan significativas para la vida cotidiana cómo el Código Penal, Ley de Enjuiciamiento Criminal, Ley del Aborto...

6.- El Proceso Constituyente como único instrumento que puede garantizar una lucha eficaz contra la corrupción sistémica de este Régimen y de los abusos generalizados del poder en general y de una parte del poder institucional en particular, que va desde las “transferencias” sistémicas de dinero público a las personas o empresas privadas de forma ilegal, empezando por la familia real, hasta otros claros abusos como el maltrato y la tortura policial y otras formas de represión.

7.- Sólo avanzando en la lucha contra la dominación de género en todas sus expresiones y muy particularmente contra algunas de las más brutales tal cómo es el caso de la violencia de género o la negación del derecho a decidir sobre la propia maternidad, podremos avanzar en la construcción de una auténtica sociedad democrática y de igualdad.

Sólo con una regeneración ética colectiva asociada a un proceso de ruptura política con el actual Régimen, podremos dejar atrás esta situación.

El Régimen actual puede ser derrotado por el movimiento popular o éste puede ser derrotado por el Régimen. El resultado final dependerá en lo esencial de nosotr@s.

La potencialidad estratégica, está sin duda de nuestra parte, aunque en el momento actual ellos estén mejor situados. Provocar el cambio en la correlación de fuerzas, tomar la iniciativa y construir la propia agenda, cuestión esencial para el movimiento Destituyente – Constituyente, es nuestra responsabilidad. Depende exclusivamente de nuestras capacidades.

No despreciemos esta coyuntura histórica, porque en el mejor de los casos tardaremos décadas en encontrarnos ante una oportunidad similar.

Al margen de la posición de cada cual, para aquellos que tuvieron la oportunidad de hacerlo, ante el proceso de transición en los años setenta y ochenta, hoy es evidente que éste Régimen ya no tiene nada positivo que ofrecer a la mayoría de la sociedad. Lo único que nos ofrecen es más sufrimiento y más embrutecimiento, es por ello que ha llegado el momento de plantearse de verdad la construcción de uno nuevo.

Luis Ocampo

 

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