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Estado español :: 06/06/2014

Después del 25m dónde queda el “no nos representan”

Alberto Dávila
Podemos como tal no se identifica con el 22M, pues esto supondría un compromiso político que no esta dispuesto a tener. Prefieren nadar en las aguas mediáticas

Mediaticamente y en la calle, los resultados electorales de Podemos, han provocado una algarabía y un ruido importante. Esto hace necesario posicionarse para bien o para mal sobre este fenómeno, cualquier persona que esta implicada en la lucha social y política tiene que tener una aposición más o menos razonada al respecto, dentro de sus posibilidades de información, sus ideas políticas y capacidades analíticas.

Parece ser que todo el arco de opinadores oficiales y no oficiales, perciben al fenómeno Podemos como peligroso unos y como esperanzador otros. Creo que los dos están algo equivocados.

Un detalle importante es el que todos relacionan a Podemos con el 15M pero no dicen nada de la posible relación de Podemos con el 22M, gran parte de sus votos parten de este proceso donde el 15M y el 22M pasando por el 25S son partes necesaria del proceso de concienciación e indignación social. Proceso que el sistema invisibiliza de forma contundente, y sin embargo con Podemos no lo hacen y algunos ahora se llevan las manos a la cabeza por la cancha dada en los medios. Quizás no conocían a Iglesias, no habían visto sus programas, sus tertulias, o consideraron la opción menos mala para el sistema.

Las diferencias con este proceso, aunque son muchos los que participan en Podemos y son miembros activos del movimiento de indignación. Son evidentes, mientras que el 15M rechaza explícitamente el marco representativo electoral.”No nos representan”, por ser un fraude, un nido de corrupción y haber demostrado que no funciona para la clase obrera pero sí para la burguesía. Pero si se identifica con el 15M en sus posiciones más ciudadanistas, como no somos de derecha ni de izquierda, cabemos todos, En palabras de la segunda de la lista, Teresa Rodriguez, hablando sobre el 15M.

En el proceso de avance en la concienciación social, el 22M introduce unas
reivindicaciones políticas que se pueden considerar un programa político de mínimos se debe de articular en torno a él una unidad amplia para conseguir el cambio social. Entre estas reivindicaciones, esta el “No pago de la deuda”, que supone una ruptura total con todo el régimen del 78 y todos los planes neoliberales del capitalismo financiero.

Y a diferencia del 15M el 22M reivindica la lucha de clases e identifica a los verdaderos culpables de la crisis y a sus marionetas, y eleva a la política al lugar que le corresponde, a la apropiación de esta por el pueblo.

El interés de relacionarlo con el 15M por tanto esta encaminado más a que este movimiento abandone su parte más antisistema y conseguir que solo figure esa parte que no preocupa al sistema, su parte ciudadanista que no pone en entre dicho las relaciones de poder.

Por lo tanto Podemos ofrece una opción electoral mientras que el 15M la rechazaba, el 15M saca la política a la calle y Podemos la vuelve a meter en las instituciones, el 15M no quería lideres Podemos apuesta por personas conocidas mediaticamente. Estos son ejemplos de sus diferencias, seguro que habrá más.

Podemos como tal no se identifica con el 22M, pues esto supondría un compromiso político que no esta dispuesto a tener. Prefieren nadar en las aguas mediáticas, donde se desenvuelven bien, y no en las políticas, donde tendrían que explicar cuales son sus formulas para conseguir el derecho a la vivienda, el trabajo digno, la salida de la OTAN, el no pago de la deuda, y esto sin modificar la constitución y sin enfrentarse al sistema. Su mensaje hasta ahora es asumible por cualquier dirigente de UpyD.

La directiva de derechos humanos y control ciudadano de Jiménez Villarejo, solamente son buenas intenciones sin concreción, y aporta pocas novedades y en campaña electoral cualquiera puede estar de acuerdo con ella.

Por lo tanto Podemos no supone ninguna revolución social, es solamente un proyecto reformista, de ahí su gran similitud con el de IU y su participación en el mismo grupo en el Parlamento Europeo. Tendrían que ser sinceros y decir que no es posible reformar la UE desde el parlamento pues este no tiene ningún poder efectivo sobre las políticas sociales o económicas, igual que no es posible reformar el régimen de 78 en el Estado Español desde el parlamento, con una leyes y una constitución pensadas para no poder hacerlo. Esto los haría más creíbles.

¿Podemos suponer entonces que Podemos se enfrente a la Troika, en el caso de que en algún momento el poder político acumulado por esta formación, le permitiera alcanzar el Gobierno del Estado, que no el poder?. Con estos mimbres no. La ambigüedad de su mensaje no me permite pensar que esta oferta electoral sean posiciones políticas contundentes y que tengan líneas rojas que no van a traspasar. Aunque cualquier cosa que se haga en estos momentos pueda parecer mucho, la realidad es que seria pan para hoy y hambre para mañana, nunca mejor dicho. Acaso el exfiscal anticorrupción Jiménez Villarejo, hombre de leyes, va a estar dispuesto a incumplir las leyes para beneficiar por ejemplo a los desahuciados, dirán que hay que obtener la mayoría suficiente para derogarla o modificarla, y ya estaríamos en la misma noria, donde nunca tendríamos la mayoría suficiente.

Lo que el proceso de concienciación de los trabajadores reclama, no es unas pequeñas reformas o un lavado de cara, reivindicamos y con contundencia, una transformación social, donde el sujeto sea la persona trabajadora, y el objeto sea la sociedad igualitaria. Lo que reivindicamos es que las instituciones sean nuestras, que los recursos sean nuestros, que todo este enfocado hacia una sociedad solidaria, no solo con los de aquí sino también con los de fuera. Recuperar el humanismo, pero no ese humanismo sensiblero religioso, sino el que posibilita el desarrollo de la persona como tal y en la sociedad, donde dejemos de ser considerados productores.

El efecto Podemos es muy parecido a lo que paso en Portugal y en Alemania con el Bloque de izquierdas y La Izquierda, organizaciones ambas que a día de hoy no han servido para mucho en la acumulación de poder por parte del pueblo. Podemos es una desviación del proceso abierto a partir de 15M seguido del 25S y del 22M, que continuará hacia un verdadero cambio social .Pero la desviación de Podemos, no nos lleva necesariamente hacia ese cambio social. Estos nos proponen, volver a encauzar el descontento y la indignación, hacia posiciones parlamentarias y representativas, invertir el camino andado de un empoderamiento social hacia el modelo representativo. Modelo utilizable siempre y cuando, la necesidad de utilizarlo sea fruto de un movimiento popular en lucha hacia ese cambio social.

Podemos a conseguido 1.200.000 votos, fruto de la necesidad de cambio demostrada entre otras en la manifestación del 22M, pero estos votos solamente suponen una demostración electoral, no un movimiento organizado, son fruto de una necesidad pero no representan a ningún movimiento, aun habiendo muchos votos concientes, salen en su mayoría del voto cansado, defraudado y que se resiste a no votar, es el voto a algo nuevo que no sabemos como va a funcionar y se espera que funcione. Es un voto fetichista, que cree en el proceso electoral y que en su mayoría no piensa en la ruptura democrática, es un voto progresista pero no revolucionario.

Las criticas de la derechona y no tan derechona, recubre a Podemos de una imagen revolucionaria que no tiene. En este sentido puede estar tranquilo Felipe González, pues Podemos no supone un proceso de revolución Bolivariana.¿ Quizás lo sabe y no se refiriera a Podemos y se refiriera al proceso del 22M, y la cita habría que tomarla en otro sentido? Sus votantes esperan que sean capaces de parar el proyecto neoliberal, pero de lo que se trata es de revertirlo.

Cualquier proyecto unitario que se pretenda, con objetivos claros de transformación, debe contar con este proyecto social de concienciación y empoderamiento, de lucha en la calle que es donde tenemos la fuerza, decía un dirigente del PP “Prefiero que voten a Podemos a que tiren piedras en la calle”.

Bien esta es la solución, pelear en la calle para conseguir el cambio social.

El 22M ha roto el cerco de control social que nos impusieron en la transición. La prensa, los sindicatos amaestrados, los partidos institucionales de izquierda, las elecciones cada cuatro años, todo esto forma parte de este cerco, se rompió con esfuerzo y con mucha indignación, no podemos desandar el camino hay que seguir adelante, tenemos que hablar de la Monarquía, de la Republica, de la autodeterminación de los pueblos, de una nueva constitución, del poder popular.

Pues la solución no es cambiar el Gobierno, la solución es cambiar la clase social en el poder

Alberto Dávila

 

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