El gobierno "decreta" el fin de la pandemia de coronavirus

Quienes, desde la derecha o la izquierda, consideran que lo que hemos sufrido en estos dos últimos años es tan sólo una "plandemia", con la que se ha pretendido infundir terror en las poblaciones para posibilitar el control social -como si antes del 2020 se vislumbrara algún tipo de revuelta popular- deben estar de enhorabuena (...).

Por  para .-

Quienes, desde la derecha o la izquierda, consideran que lo que hemos sufrido en estos dos últimos años es tan sólo una "plandemia", con la que se ha pretendido infundir terror en las poblaciones para posibilitar el control social -como si antes del 2020 se vislumbrara algún tipo de revuelta popular- deben estar de enhorabuena.

Y es que, por alguna razón, que a buen seguro tendrá que ver con ocultos designios de Bill Gates y George Soros, los mismos gobiernos que ya nos tenían "aterrados" con el coronavirus han decidido ahora decretar el fin de la pandemia y, en consecuencia, del propio "terror". Quizá porque ahora esperan aterrorizarnos con el malvado Vladimir Putin.

Sea como fuere, el gobierno de España ha decidido decretar la "gripalización" de la pandemia, a pesar de que el índice de contagios es en este momento más elevado que en diversos periodos de los años 2020 o 2021. Y ello, con el absoluto beneplácito de una población comprensiblemente agotada, pero incomprensiblemente incapaz de reaccionar ante esta temeraria incongruencia.

La última decisión en este sentido ha sido adoptada por el Ministerio de Sanidad encabezado por la canaria Carolina Darias, que acaba de imponer, sin la más mínima justificación ciéntífica, la eliminación de las cuarentenas a las personas positivas en Covid que presenten una "sintomatología leve". 

Ello significa que sin que nadie, salvo los propios enfermos de manera subjetiva, tenga que establecer hasta qué punto dicha sintomatología puede calificarse como "leve", los contagiados podrán continuar trabajando y haciendo una vida totalmente normal. A partir de este momento, usted podrá compartir el espacio en la oficina, el transporte público o cualquier otro local con personas contagiadas de Coronavirus y autorizadas por el Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos para -dejémonos de eufemismos- transmitir libremente dicho virus.

Las cuarentenas se mantendrán exclusivamente, por el momento, en las residencias de ancianos. Pero incluso en ellas, donde se encuentran las personas más vulnerables, se reducirán a tan solo cinco días, siempre que el quinto día haya transcurrido sin síntomas. El mismo tiempo de aislamiento habrá en los hospitales, siendo necesaria una prueba diagnóstica para finalizar la cuarentena.

En lo que el Ministerio de Sanidad califica como una "nueva estrategia de Salud Pública", simplemente se "recomendará" a las personas contagiadas que hagan reposo y, si es posible, que opten por el teletrabajo.  Y -en un alarde de "rigurosidad"- también que cuando salgan de sus casas "lleven mascarilla" y "eviten el contacto social con personas vulnerables".

En Canarias, el presidente regional , Ángel Víctor Torres, ha ido aún más allá, y anunció que "se eliminarán todas las restricciones por la pandemia este jueves".

Huelga decir que estas gravísimas decisiones irresponsables, que vienen a sumarse a otras muchas en una catastrófica gestión de la pandemia, se encuentran totalmente determinadas por un cálculo meramente económico que, a la postre, no sólo generará un exponencial incremento de los contagios y de las muertes por coronavirus, sino que también acabará teniendo consecuencias negativas en la propia economía. Y lo peor de todo es que la experiencia desde el 2020 nos permite saber, de antemano, que ninguno de los políticos que están imponiendo estas "medidas" tendrá que responder por las muertes y el sufrimiento que puedan ocasionar.

Si tras leer el contenido de esta noticia usted estima que el titular que la encabeza se puede calificar como exagerado, o incluso “amarillista”, quizá debería considerar también la posibilidad de que sus juicios sobre cómo actuar ante la pandemia estén más guiados por aquello que le impone el poder político a través de los grandes medios de comunicación que por la experiencia y el conocimiento adquiridos en los dos últimos años sobre el SARS COV2.

Aunque también es posible que, muy al contrario, quien le escribe estas líneas sea tan sólo un “borrego” que se ha dejado lobotomizar por los muñidores de la “plandemia”, mientras que otros más inteligentes ya han logrado desconectar de esta gran “Matrix” y son ciudadanos liberados del miedo y conscientes de que el virus no existe o, en cualquier caso, es muchísimo más inofensivo de lo que nos contaron para imponer una Doctrina del Shock.

Esperemos que se pueda convencer también al propio virus, y sus futuras variantes, de que él mismo no debería considerarse una realidad tan “objetiva” y relevante, sino un mero constructo que no podrá hacernos mal alguno si nosotros decidimos “decretar”, valientemente, que no nos puede afectar. Porque, de lo contrario, podemos acabar atrapados en un interminable y desolador Día de la Marmota pandémico y, a lo peor, hasta nos vamos para las Chacaritas.

canarias-semanal.org