El oráculo de los dioses

No, no voy a hablar de religiones ni de esos dioses y diosas sobrenaturales creados por los humanos, para adorarlos y rendirles tributos y pleitesías, depositando en ellos las virtudes, dignidades y elevados códigos morales y de conducta, de las que los poderosos de la tierra se fueron despojando, mientras coaccionaban y amedrentaban, invocando a estos mismos dioses y exhortando al pueblo a ofrecer grandes sacrificios para contentarlos o, de no ser así serían castigadas/os con las peores iras caídas sobre él.

 Aunque el pueblo en su inmensa mayoría desconocía que no era más que un subterfugio para que las leyes y mandatos emanados desde las más altas instancias de gobierno fueran obedecidas y cumplidas sin ningún tipo de resistencia ni de respuesta que pudiera suponer que éste se sublevara contra el poder o poderes establecidos y así continuar su opresión y explotación imponiéndole condiciones de servidumbre o esclavitud.

Los diferentes y múltiples pueblos que han surgido, desarrollado y desaparecido a lo largo de los siglos y de las diferentes etapas de la historia, y que han vivido bajo la égida del poder del Dios o dioses, jamás han podido gozar de LIBERTAD, entendida ésta como la capacidad de pensar y actuar sin sujeción alguna, a ningún orden superior. En este caso un Dios o dioses, creados y alentados por estas mismas castas poderosas, que imponían un orden y jerarquía determinadas a las sociedades, justificada por las divinidades y religiones, politeístas en un primer momento y monoteístas más tarde que han llegado hasta hoy día.

 Éstas últimas, como el judaísmo, cristianismo, o el mismo islam, han llegado hasta nuestros días, y sobrevivido alentadas por las élites, ya que cumplen la función fundamental para la subsistencia del estatus impuesto, de anular las libertades de los pueblos y sus deseos de lucha para erradicar el sistema opresor y explotador que aún hoy día permanece vigente.

Cierto es, que las formas se han suavizado, en algunos casos, aunque en otros se han recrudecido, más aún, si cabe, mucho más agresivas que en tiempos pasados, porque las religiones continúan siendo un instrumento de las élites para amedrentar y acallar a las masas y justificar el orden social, económico y político impuesto.

 Pero aún así no quiero aquí hablar de dioses sobrenaturales ni de las religiones que los sustentan, sino de esos dioses humanos, a los que les hemos permitido encumbrarse sobre los demás mortales, ofreciéndoles nuestras dotes, no sólo las dotes materiales, aunque también, sino nuestra dote moral e intelectual, nuestra libre expresión de ideas y opiniones, nuestro actuar, nuestras potencialidades y capacidades, anulándonos como sujetos decisores de nuestro propio destino, de nuestro quehacer diario, empobreciéndo nuestras conciencias, degradándonos en todos los aspectos de nuestro ser, es decir, perdiendo nuestra dignidad ligada indefectiblemente siempre a la LIBERTAD.

 Por su parte, estos humanos endiosados han ido creando una serie de instrumentos y estrategias de poder, control y manipulación, con las que impedir cualquier tipo de respuesta crítica que genere una revuelta con el objetivo de revertir esta situación, entre ellos la religión que, como hemos dicho, continúa justificando el estatus social jerárquico clasista vigente en la actualidad, y por supuesto también el sistema económico capitalista y las políticas que se desarrollan supeditadas al marco económico y social.

 Otro de los instrumentos de control y manipulación de las masas serán los elementos coercitivos de diversa índole, dentro de estos elementos, los represivos estarán presentes de manera permanente, en mayor o menor medida y perfeccionados a lo largo del tiempo y por la experiencia, siempre teniendo en cuenta el mayor o menor grado de apaciguamiento de las diversas sociedades.

 Pero dentro de estos grupos de dioses humanos existen también grados de jerarquización, pues no todos poseen la misma categoría.

Existen unos dioses mayores y unos dioses menores. No es lo mismo el grupo de Dioses económicos y Financieros, lo que conocemos como oligarquías y que corresponde al grupo de Dioses Mayores, que atesoran el mayor número de riquezas, que el grupo de Dioses políticos que se corresponde con el grupo de Dioses menores, estos últimos como sabemos bajo supervisión directa y acatando las decisiones emanadas de los primeros.

Estas deidades humanas entronizadas deben ayudarse de una serie de instrumentos, unos de ellos son los denominados Oráculos. Estos Oráculos en época griega servían como lugares desde donde se realizaban consultas de las élites poderosas a los dioses en cuestiones tantos políticas como militares, de guerra, conquistas y para conocer con la “sabiduría” de estos dioses como se desarrollarían ciertos aspectos de gobierno durante un período de tiempo determinado.

 Pero los oráculos no sólo eran exclusivos del mundo griego, sino también en Roma y en otros pueblos europeos, americanos o africanos existían estos lugares de consulta de las deidades, aunque con distintas denominaciones.

Esto, si nos retrotraemos a períodos de la época antigua, aunque como tales han ido desapareciendo con tal denominación, en nuestros días podemos concretar que emergen aspectos o caracteres específicos que han subsistido y han llegado casi intactos al mundo actual, a la contemporaneidad en la que vivimos.

 No es posible ninguna toma de decisiones sin consultar el oráculo de los Dioses económicos y Financieros, es decir los Oráculos Oligárquicos, que se corresponde con los Dioses Mayores, son las deidades de la guerra, del expolio, del latrocinio, los dioses del crimen organizado, son los dioses de la muerte que cabalgan junto a los jinetes del apocalipsis.

 Sabemos que la política está subsumida en un sistema económico que es el capitalismo imperialista neo-liberal y es imposible desvincularla de éste. Y esto es así porque las Oligarquías económicas han sabido entretejer unas redes muy extensas y tupidas que impiden su desvinculación del marco económico que la rige para así proteger sus intereses de clase y sus lucros económicos.

Del mismo modo que la organización social, pues ésta está marcada por una jerarquización que supone una estratificación en clases: gran burguesía económica, de la que formarían parte los Dioses mayores y bajo su égida nos encontramos con los Dioses menores(mediana y pequeña burguesía) que como vasallos deberán consultar los oráculos de los deidades mayores si quieren planificar y desarrollar cualquier acción política y jamás podrán oponerse a sus dictados o serán condenados al ostracismo y apartados más o menos violentamente de cualquier aspecto de gobierno o de cualquier quehacer político.

 Esto ya lo conocemos porque sucedió en muchos países, en el Estado español en el 36 y más tarde en países como Chile en los años 70 y en los 80 en Argentina por poner algunos ejemplos. No podemos olvidar que siempre es el pueblo trabajador el más violentado, pues éste es el que tiene más posibilidad de sublevarse contra el poder establecido, con más furia, si cabe, porque sufre en sus carnes más duramente las políticas coercitivas, entre ellas la vía represiva, al evadir y rebelarse contra los mandatos de las élites que siempre imponen al pueblo duras condiciones de vida obstaculizando el camino para alcanzar la dignidad inherente a su propia LIBERTAD.

La política en este tiempo de precariedad en que vivimos es patrimonio de las burguesías, en ocasiones, el pueblo trabajador a través de la enajenación de las conciencias a la que está sometido, llega en muchas ocasiones a identificarse con esta burguesía, y creer en la posibilidad de participación en la acción política, al mismo nivel que éstas, con la intención de mejorar sus condiciones y calidad de vida. Pero, deberán situarse bajo las directrices emanadas por los Oráculos de los Dioses Mayores, entrando a formar parte del entramado de las “Democracias burguesas” a través del juego de los Oráculos Electorales, y siempre movidos los hilos por el engranaje de los Oráculos de las élites Oligárquicas con sus imperios y emporios mafiosos y criminales.

 Por todo esto será en vano su participación política y en procesos electorales, pues la primacía será siempre en primer lugar de élites burguesas, en segunda instancia de las burguesías medianas y pequeñas para llegar a la base de la jerarquía, el pueblo trabajador, que no tiene ninguna capacidad de decisión, más que acatar y cumplir todos los requisitos y mandatos de las deidades humanas.

 Estos Oráculos Electorales intentan ofrecer una imagen de consultas decisivas que no son tal. Unas consultas a lo que denominan "ciudadanía", un "totum revolutum" en donde burguesía y clase trabajadora se diluyen para ejercer el "derecho" a introducir una papeleta en una urna, mientras es manipulada la población, a través de los medios informativo-comunicativos que se convierten en un grave obstáculo para observar de manera sensata y coherente una realidad cada vez más degenerada, opresiva, explotadora, coercitiva y represiva que restringe a la mínima expresión los derechos de la inmensna mayoría de la población sin posibilidades de alcanzar el reconocimiento de los pueblos soberanos y de los derechos de todos sus habitantes a una vida digna teniendo como eje fundamental la diversidad de todos los seres humanos y pueblos como un enriquecimiento favorecedor de cualquier progreso en todos los órdenes.

 Mientras no comprendamos esto, seguiremos introduciendo en la urna semillas podridas que no darán más que frutos inservibles que contaminan los suelos y todo lo que está a su alrededor.

 Los Oráculos Electorales sólo tienen una función consultiva formal, todo está de antemano predispuesto, organizado y diseñado para que todo siga igual, que nada cambie y simplemente el pacto del turno pacífico entre las diversas formaciones con sus alianzas políticas de quita y pon y de juego de intereses pactados, con insulsos programas electorales vacíos de contenido, funcionará correctamente.

 Todo lo demás lo vemos año tras año y cada cuatro años, nada cambia, y si alguien intenta llevar a cabo un programa que beneficie a la inmensa mayoría del pueblo trabajador desde dentro de las  “Democracias burguesas”, o bien es cooptado por el sistema o bien criminalizado y apartado de cualquier acción política y como dije condenado al ostracismo o, en el peor de los casos, y como sucede cada vez más a menudo, a penas de cárcel por ejercer la libertad de expresión política en nuestras latitudes, y en latitudes más lejanas, el asesinato de líderes que intentan revertir el estatus quo vigente.

 Con lo cual los Oráculos Electorales no son más que juegos pactados de las "Democracias burguesas" para hacer creer a la población que se encuentra en plena posesión de todos sus derechos, de libre expresión de ideas y opiniones, de asociación, de participación en la vida pública, política y social... En definitiva, que disfrutamos de una LIBERTAD plena.

 Pero no es así, porque el proceso de enajenación de conciencias, de manipulación y control del pensamiento ha calado profundamente en las diversas sociedades, y en cada uno de sus miembros, de tal manera, que las conciencias han sido totalmente perturbadas y distorsionadas, y no nos percatamos que todo es una gran mentira e infamia originada por las élites poderosas, y que mientras plantemos semillas podridas en suelos contaminados, no crecerán buenas plantas sino tan sólo podredumbre mal oliente.

 Urge plantar semillas nuevas con suelos regenerados y limpios de cualquier polución, para lo que será imprescindible arrancar de cuajo todas las raíces que impiden el nacimiento de nuevas sociedades soberanas y libres, en donde el único oráculo que debemos consultar será el oráculo del pueblo trabajador, el oráculo de la dignidad y de la libertad  y no el de las deidades humanas, con sus burguesías entronizadas dominadoras, opresoras y explotadoras.