La larga (y cara) "luna de miel" de la monarquía con la corrupción

Nuevamente The Telegraph ha destapado un caso de corrupción que salpica a la Familia Real española. El diario británico, que ya destapó hace unos meses la presencia de Felipe VI como segundo beneficiario de la empresa “offshore” donde se ingresó la supuesta donación de 100 millones para su padre por parte de Arabia Saudí, ha vuelto a sacar a la luz parte del entresijo de relaciones, negocios y corruptelas entre la monarquía y la “nobleza” española.

En este caso se trata de Josep Cusí, propietario de la empresa Navilot, pagó la mitad de la luna de miel de Felipe VI y Letizia. Y si tenemos en cuenta como se las gastan desde Zarzuela ya podemos intuir que barata, la factura, no fue.

El viaje de recién casados llevó a los borbones por Jordania, Camboya, Fiji, Samoa, EEUU y México, dejando tras de sí una factura de cerca de 467.000 dólares. De este montante, Cusí, a través de Navilot, pagó nada más y nada menos que facturas por valor de 269.000.

La relación de Cusí con los Borbones no se ciñe simplemente al pago de estas facturas en 2004, sino que viene de mucho más atrás. Cusí, de 86 años, es amigo íntimo del Rey emérito Juan Carlos I desde los años 70. Ambos mantienen una relación que les ha llevado a ganar incluso varias regatas internacionales.

Además la confianza es tal, que el empresario catalán también se ha encargado de la compra y venta de yates para el rey emérito, a quien ha acompañado en cacerías o viajes privados.

Como es costumbre, la Casa Real ha rechazado hacer declaraciones sobre esta noticia aparecida en el tabloide británico, a pesar de las evidencias aportadas por el diario, que ha sacado a la luz incluso las reservas realizadas de los entonces príncipes. Por cierto, realizadas bajo el apodo de Sr. y Sra. Smith.

La carcoma imparable de la Casa Real

El goteo de casos de corrupción pone cada vez en el foco sobre la Zarzuela. En un momento de crisis social, económica y sanitaria, con las dramáticas imágenes de la situación de los hospitales durante los picos del Covid19 gravados aún en la retina, la institución monárquica con sus sueldos millonarios y sus corruptelas en la sombra, es aún más un insulto a la clase trabajadora y los sectores populares.

Josep Cusí es solo un apellido más de ese séquito de empresarios, banqueros y periodistas mantiene alrededor para protegerse. Pero los últimos casos, especialmente el relacionado con la posible comisión recibida desde Arabia Saudí por realizar de intermediario en la adjudicación de las obras del AVE a la Meca, hacen difícil la protección de la Casa Real.

Incluso la acción de Felipe VI de rechazar la herencia de su padre y retirarle la asignación pública, en un intento de actuar de cortafuego para evitar que los casos más flagrantes de corrupción del Rey emérito no salpicaran a los actuales reyes, no ha causado el efecto deseado en Zarzuela.

Aún le quedan muros que les defiendan, políticos y judiciales para ser precisos. Ahora la Fiscalía del Tribunal Supremo quiere investigar al Rey emérito por el caso del Ave a la Meca, aunque parece que lo que ocurra con la investigación del Tribunal Supremo depende en gran parte de hasta dónde llegue la investigación de la Fiscalía de Suiza.

En el Congreso PSOE, PP y VOX han rechazado la apertura de una comisión que investigue todo el entramado de finanzas de Juan Carlos I. Por su parte desde el Ejecutivo parecen adoptar la misma fórmula que con el caso GAL y Felipe Gonzaléz, “esto no interesa”.

Desde Unidas Podemos e Izquierda Unida solicita una comisión de investigación, ciñendo la corrupción a la figura de Juan Carlos I. Hace tiempo, como ya aseguró Pablo Iglesias, que la cuestión de la monarquía “está fuera de la agenda”.

Más allá de la solicitud de la comisión de investigación, ¿de qué sirve este gesto mientras Pablo Iglesias saluda la constitución que asegura la continuidad de la monarquía y su inviolabilidad, mientras acatan cada una de las instituciones del régimen del 78 que obviamente van a cerrar filas para proteger a su majestad?

Por si acaso parece que Juan Carlos ya tiene preparada su nueva residencia en instalaciones de lujo en República Dominicana, un paraíso para ricos como él y sus amigos, grandes empresarios de todo el mundo. El cierre del cerco judicial sobre el ex Jefe del Estado podría haber acelerado la decisión de salir de España.

Hoy más que nunca, ante la integración del neorreformismo al régimen monárquico en el gobierno neoliberal “progre”, hace falta una alternativa política que se plante frente a este régimen y su monarquía.

Una alternativa que luche por la apertura de procesos constituyentes libres y soberanos sobre las ruinas de este régimen decadente para “decidirlo todo”, como parte de la lucha por el gobierno de las y los trabajadores. Para que esta crisis la paguen los capitalistas y la corrupta monarquía borbónica.