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Pensamiento :: 05/11/2013

Las Syrizas

Andoni Baserrigorri
Syriza no era ninguna novedad. No es sino una versión moderna y en griego de Euskadiko Ezkerra, experiencia vasca de los 70-80 y que desembocó en el PSE-PSOE

Ante la muerte de dos militantes neonazis griegos en un enfrentamiento armado con militantes de izquierda, Syriza, no ha tenido otra ocurrencia que calificar el hecho como que “apunta a la democracia”.

Sin querer entrar a valorar la acción y el desenlace el cual, efectivamente saldó con la muerte de los dos fascistas griegos, la reacción de Syriza, llama y mucho la atención. Y lo hace precisamente porque el supuesto grupo “antisistema” y “anticapitalista” de la “izquierda plural” griega, se ha terminado de desnudar en términos ideológicos.

Quizás haya que hacer un poco de memoria y recordar como desde la prensa de los estados europeos nos han querido mostrar a Syriza, como una izquierda radical, que pretende terminar con el capitalismo y que busca una ruptura en Grecia. Esa fue la puesta en escena y así nos la mostraron.

Dice un viejo refrán castellano que el diablo para engañar siempre mienta las sagradas escrituras. Syriza las ha mentado hasta la saciedad, y ha seguido ese juego, sin duda propagandístico, con la intención de captar el voto de amplios sectores de la sociedad griega que están ya hartas de un sistema, el capitalista que les esta llevando a una situación limite y a una miseria creciente.

No tardaron en salirle imitadores a Syriza. Tanto en el estado español, como en algunos otros lugares, enseguida hubo quienes nos señalaron a Syriza como la esperanza no ya de Grecia sino de Europa y que su estrategia de acumular fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia, era el camino para tomar el poder por parte de los sectores populares y empezar a cambiar las cosas en la vieja Europa.

Quizás en el estado español, la primera experiencia en ese sentido se dio en Galiza donde una variopinta amalgama de grupos de izquierda crearon Anova y en seguida se le apodó la “Syriza galega”. Pronto Anova pactó con el izquierdismo reformista de IU, con su sucursal galega, sin importarles demasiado ni a Beiras o la cada vez más reformista FPG. Cuantos más mejor parecía, solo importaba que hubiese un montón de siglas de cara a lograr un buen resultado electoral. Como si acudir al parlamento burgués de Galiza o de cualquier otro lugar del mundo fuese la manera de solucionar los problemas de la clase obrera y demás sectores populares. Y no solo eso, se atrevieron a proclamar que el problema nacional, debería pasar a un segundo plano ante la situación general. Si pactas con españolistas, aunque sean de izquierdas…

Pasados varios meses, ni han hecho una política anticapitalista consecuente ni soberanista. Y no solo eso, hace bien poco, han dado un espectáculo lamentable, montando una monumental gresca entre los grupos integrantes de la “Syriza” galega por conseguir el escaño de uno de sus miembros que debía dejar el parlamento por razones laborales. Como se puede ver, ni anticapitalismo, ni rupturismo ni nada. Izquierdismo reformista y oportunista del siglo XXI.

Se puede decir que la “experiencia Syriza-galega” ha imitado perfectamente a la Syriza original griega. Pasada la euforia inicial, en Grecia, y logrado un digno resultado electoral, Syriza no ha aportado nada nuevo a la vieja política del país heleno. Es más, es evidente que cada día que pasa se asientan más en ocupar el lugar del PSOK socialdemócrata. Es ya la referencia de la izquierda “razonable” que todo país capitalista desea para sí. Una izquierda que se limite a una pose radical, pero que no toque sus intereses en ninguna de las patas que lo sostiene.

Una izquierda que pueda absorber el voto revolucionario y conducirlo hacia posiciones moderadas. Una izquierda que desilusione, para que la clase obrera llegue al convencimiento que no es posible derrotar al capitalismo. Una izquierda que asuma que el parlamentarismo burgués es la única forma de organización política de la sociedad.

Una izquierda en fin que renuncie al socialismo y a liberar al pueblo de las cadenas del capitalismo.

En ese sentido Syriza no era ninguna novedad. No es sino una versión moderna y en griego de Euskadiko Ezkerra, experiencia vasca de los 70-80 y que desembocó en el PSE-PSOE. El reformismo y el revisionismo es mas viejo que mear contra la pared.

Por eso ante los hechos ocurridos en Atenas Syriza ha dicho públicamente que tales hechos atentan “contra la democracia”. Y es que para Syriza la actual situación de Grecia, con ricos cada vez más ricos y la población cada vez más en la miseria, con una amenaza fascista evidente, con unas agresiones crecientes de la oligarquía contra los derechos de los trabajadores…es una situación “democrática”. Esa es la idea de democracia que tiene Syriza, el sistema burgués-parlamentario y de economía de mercado. O sea, capitalista.

Si un partido o organización política no tiene claro, que el sistema burgués no es democrático y que es preciso y urgente crear uno alternativo, llamado democracia popular, que es urgente nacionalizar la banca y los medios de producción, que se debe situar en el centro de la acción política la derrota de la burguesía, que es preciso el reparto de la tierra…por mucha batucada que toque, es una farsa y un engaño para la clase obrera y los sectores populares.

Syriza podrá seguir mentando las sagradas escrituras para engañar, pero se le acaba el tiempo de la farsa. Ya enseño la patita y esa patita…es una más del sistema capitalista. La izquierda guay del Paraguay.

 

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