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Estado español :: 09/01/2016

“Si se calla el cantor... “

Leira Livre
La verdadera canción, la más importante, debe ser escrita por el pueblo en su camino constante de lucha

“Si se calla el cantor calla la vida porque la vida misma es todo un canto” dice Horacio Guarany, su autor, cantada asimismo por Facundo Cabral, Mercedes Sosa entre otras...

 Cierto que la vida misma es toda un canto y, me atrevería a decir, que este canto es un canto de lucha y de esperanza, la lucha del pueblo día a día por construir un mundo nuevo en el que los únicos vientos que soplen sean vientos de libertad, pero para ello es imprescindible alcanzar la victoria y no hay victoria sin lucha, ni lucha sin trabajo constante, activo y organizado del pueblo para rebelarse contra las injusticias y eliminar de raíz los cimientos que sustentan este criminal sistema capitalista.

 Por supuesto, el cantor, debe animar al pueblo a que su lucha continúe, debe enaltecer las luchas cuando el poder intente reprimirlas y anularlas y el desánimo cunda entre las gentes, debe escribir la verdad de todo lo que está sucediendo y denunciar desde las tribunas con sus sonidos de guitarra y sus letras contestatarias, la extorsión, la opresión, explotación y dominación a la que estamos siendo sometidas y sometidos, con la que pretenden los poderosos acallar a los de abajo para imponer sus dictados. Pero, la verdadera canción, la más importante, debe ser escrita por el pueblo en su camino constante de lucha y, debe ser, ciertamente, el cantor principal que salga a escena y cante con valentía sus hazañas de guerra que destruyan definitivamente al opresor.

 Si sólo son utilizadas las tribunas con sus aforos llenos de oídos que no escuchan, o bien, cuando escuchan, su única intención es ignorar sus palabras, pisotear derechos y, como no, criminalizar a las gentes de bien que proclaman su verdad, la verdad de las injusticias, o incluso, miran y no ven, porque sus miradas y sus ojos se dirigen atentamente vigilantes a sus cofres deslumbrantes de codicia impidiendo que el pueblo pueda arrebatárselos para repartir entre las y los humildes lo que les ha sido robado, serán en vano, pues, todos los cánticos, todas las palabras que quieran iluminar el camino de las y los que construyen vida día a día, como decía el cantor, “de las/los de abajo”.

 A pesar de que creamos que “la verdad nos hará libres”, es estéril ésta si, todas las voces que se alzan en la noche, todos los gritos que proclaman la dignidad e igualdad de todos los seres humanos, todas las letras y sonidos de guitarra que el cantor hace sonar en las tribunas para defender los derechos inalienables de las/los humildes, no se acompañan de acontecimientos que marquen una línea de confrontación directa con el enemigo, para hacer valer esa verdad y que sean el embrión de una lucha más importante, la lucha revolucionaria de las y los humildes por el poder y hacia la verdadera libertad.

 Las élites burguesas con sus “democracias” adaptadas a sus intereses de clase y que conculcan reiteradamente los derechos de la inmensa mayoría de la población, del pueblo trabajador, farfullan palabras como “diálogo y consenso”, “constitución y parlamentarismo” “monarquía y unidad de España” como únicos principios válidos que permiten una convivencia en paz en este Estado español, pero nunca un Estado podrá vivir en paz si sus cimientos se encuentran sobre un cementerio de cadáveres, en el que el olor a putrefacción es tan intenso que contamina el ambiente, y el dolor y sufrimiento que han causado y causan no ha sido ni será jamás redimido porque sus engaños, sus mentiras, sus fraudes, sus extorsiones y sus elementos coercitivos se ensañan con las y los de siempre, con las y los más desfavorecidos. Pretenden que sumisa y obedientemente cumplamos todos sus dictados para mantener su poder burgués intacto a costa de sacrificar nuestras vidas por ellos.

 Si aceptamos sus códigos de conducta y entramos en su juego, no seremos más que monigotes movidos los hilos a su antojo y nos tendrán prestos a cumplir todos sus mandatos. Si acaso, como agradecimiento, nos serán repartidas algunas migajas mientras desde sus tronos elevados observan nuestros comportamientos y de qué manera las picoteamos, analizando y programando nuestra futura supervivencia, si así lo deciden.

 Quizás algunos advenedizos/as les hayan tocado unas migajas más grandes o un buen pedazo de pan. Es, por eso, que agradecidas y agradecidos traicionan a sus compañeras/os de viaje y piensan que simplemente que eliminando letras y poniendo otras más idóneas, o añadiendo algunas estrofas nuevas o un párrafo completo, o bien, modificando su título ya tenemos la mejor canción para convivir en paz y en un armónico consenso.

 Pero, a pesar de que, desde nuestros sillones acomodaticios queremos creer que esta armonía y consenso son posibles y que ya llegarán tiempos mejores para combatir, y que mientras, será mejor escribir poesía, cantar, escribir textos como éste u otros de mucha más calidad crítica y reivindicativos, tener nuestro puesto de trabajo asegurado en la “disfunción pública capitalista”, acudir a los parlamentos burgueses para exponer nuestra verdad con fuerza y saña batiendo los púlpitos con zapatos o rompiendo sus constituciones, reclamar derechos inalienables, utilizar los nuevos medios de comunicación social, como facebook, twitter, etc... la verdadera lucha siempre estará en la confrontación directa con el enemigo, en la lucha constante y diaria para hacer valer la verdad del pueblo que es la única que nos hará libres para construir sociedades justas, equitativas y solidarias y, por supuesto, patrias socialistas. Todo lo demás es humo que se diluye en el inmenso cielo de la madrugada sin esperanza.

 

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