Paisajes de la izquierda

La administración de la pobreza es la principal propuesta política capitalista para el siglo XXI. Por lo tanto, los mercados habrán corrido en medio del caos social, teniendo en cunta que ellos serán protegidos militarmente hasta el número de pobres hubiere sido reducido y así haya una distensión de las contradicciones insolubles del capital. Con menos personas, eventualmente la explotación del planeta podrá ser traducida en planes más sostenibles de dominación sobre la Naturaleza y la Humanidad, racionalizada entonces para sustraer los factores de inestabilidad, en particular, la presión del odio de los explotados.

De hecho, los capitalistas esperan que los pobres sean suprimidos por sí solos a través de controversias locales, de la violencia urbana, de los conflictos agrarios, etc., además de la redución por hambre y enfermedades causados por la guerra económica. Abarcando tres sectores científicamente articulados (político, económico y cultural-ideológico) el capital desea que mil millones de abusados, hambrientos y enfermos desaparezcan ahora, mientras el mundo parezcase a un campo de concentración nazista. Por consiguiente, en 100 años, quizá existirán en la visión burguesa condiciones sociales adecuadas para la creación de otro modo de produción tecnológicamente más eficiente en términos de saqueo y destrucción, sin preocuparse con los motines, los sabotejes, los disturbios y las revueltas.

Por un lado, el sistema de terror mundial masacra aldeas enteras, los estados garantizan, en el otro, la eliminación de todos los sectores económicos desposeídos de los medios de producción. La cohesión social es manipulada ideológicamente y siempre recordada por la policía, por los escuadrones de la muerte, por las bandas fascistas, por los paramilitares y por la escoria que sirve a los explotadores, como iglesias, escuelas, universidades, periódicos, cadenas de TV, etc. Ellos tratan de adiestrarnos con las mentiras más sucias, no obstante, nuestro cuerpo alimenta la rebelión del nuestro espíritu, revelandonos contra quien luchar.

Las situaciones revolucionarias propuestas por la juventud anarquista griega destacan el impulso solvente de los espacios libertarios. La creación de espacios libertarios materializa las liberdades individuales y colectivas en negación antagónica con el sometimiento y el embrutecimiento defendidos por la decrépita sociedad burguesa. Los espacios libertarios apuntan también a otros elementos de la lucha por la emancipación humana que no están contemplados por el antiguo modelo sindical de organización.

Nadie camina a la libertad mirando solamente a las necesidades. Los espacios libertarios propagan la vida y, en cualquier lugar del mundo, aseguran la nuestra salud física y mental a fomentar la solidaridad de clase, el conocimiento y la educación clasista. Los grupos sociales reprimidos son reunidos en ellos para socializar los aspectos humanos más altos a medida que nutren lazos fraternales para allá de la competición y la dominación capitalistas. Hay una historia de los espacios libertarios desde las comunas inmortalizadas por el gran pintor de Flandres Pieter Brueghel hasta las comunidades hippies. Hoy, saludamos a otros paisajes de la izquierda en los barrios anarquistas de Atenas.

¡Salud, camaradas!

La Haine