lahaine.org
Estado español :: 09/10/2019

Pedro Sánchez y la autoaniquilación de la izquierda

Barrios al Poder

Pedro Sánchez le echó bemoles convocando nuevas elecciones. Nadie pensó que se la jugaría, pero lo hizo. A riesgo de que gane la derecha, a riesgo de bajar en escaños debido al cansancio del electorado, a riesgo de dar la imagen decepcionante de que la unidad de la izquierda parlamentaria es imposible.

Se dice que no se le puede recriminar a la gente que haya "votado mal", sino que son los políticos quienes deben ponerse de acuerdo y traducir los resultados electorales en pactos. Sin embargo Pedro Sanchez, hoy por hoy el político español más inteligente (tiene lo que todos quieren, la presidencia), ha devuelto la pelota al tejado de la gente. Les dice simbólicamente "asuman su responsabilidad, votantes, saben que cada partido barre para su casa por lo tanto eso de la pluralidad democrática no funciona, si quieren dejar de ir a votar cada 6 meses y tener un gobierno estable voten mayoritariamente a un solo partido, es lo que hay".

Razón no le falta. El pueblo es soberano hasta para eso.

La pena es que la izquierda revolucionaria esté en sus horas más bajas y no existan alternativas de masas. Hay chispazos de lucha en la calle más que dignos, jóvenes que siguen okupando centros sociales, feministas que siguen construyendo desde abajo, obreros que siguen haciendo huelga, pensionistas que siguen alzando la voz, antifascistas que siguen en pie, y un largo etcétera. Pero la vertebración de todas esas luchas en un movimiento cohesionado está tan lejos.

La pena, también, es que Podemos esté esforzándose tanto en ir marcha atrás, en dirección contraria, en estado de autodestrucción. No sabemos quién tiene la razón a nivel interno, y sinceramente no nos importa, lo que vemos es que para construir un partido de masas hace falta un liderazgo eficaz. Y a la izquierda, sea revolucionaria o socialdemócrata, le cuesta horrores encontrarlo o construirlo o como lo queramos llamar.

Errejón hace ahora el enésimo intento de levantar un liderazgo que funcione, sin embargo pocos le han visto como líder en los últimos años. Más bien ha crecido siempre a la sombra de otros líderes, primero Pablo Iglesias y después Manuela Carmena, nunca ha emergido como líder por sí mismo. Permítannos predecir que la trayectoria de Más País no será fácil.

El fenómeno Podemos, que fue un muy digno intento de la socialdemocrácia extra-parlamentaria (recuerden que nació del 15M) por elaborar un proyecto de masas y con aspiraciones de gobierno, está ante su última derrota.

Comenzaron los Tutte Bianche italianos allá por el año 2000 criticando al Bloque Negro, porque los primeros se defendían con monos blancos y escudos de plástico y los segundos con capuchas negras y adoquines. En el estado español los pacifistas iban ganando batallas, intentando hegemonizar la calle llamando al fin de las guerras y a la desobediencia no-violenta, frente a los movimientos autónomos revolucionarios, comunistas y anarquistas, que todavía eran muy fuertes en Euskal Herria, Catalunya, Galiza, Andalucía y Castilla.

La juventud antifascista y okupa a lo ancho y largo de la península demostró un pundonor y una capacidad organizativa memorable durante la primera década del 2000, al grito de "Carlos, hermano, nosotros no olvidamos", anulando el falso debate de violencia si o no y reivindicando la construcción de poder pular y el derecho de autodefensa en todos los ámbitos de la vida, ya fuera política, económica, social o cultural.

Sin embargo sus propias disputas internas acabaron por debilitar todos estos movimientos combativos hasta relegarlos a un muy segundo plano en muchos casos.

La socialdemocracia extra-parlamentaria, una amalgama de colectivos sociales, ONGs y partidos políticos que no superaban los 25.000 votos, levantando la bandera de "convencer en vez de confrontar" celebró quedarse sola en el escenario popular y tomó la iniciativa con un exitoso 15M que tomó las calles y plazas de todo el estado español, reivindicando que los políticos nos deben tener en cuenta. Podemos fue la cristalización política de una apuesta de grandes dimensiones y que, se puede decir, les salió bastante bien. Mejor que bien. La han liado parda. Sin embargo ahora empiezan las viejas costumbres de dividirse internamente y las quejas de que no pueden avanzar porque las cloacas del estado no se lo permiten. Y así comienza la autodesintegración.

Hay que cambiar el lema: Convencer y confrontar. Quizá el Bloque Negro tenía razón después de todo. Aunque tener razón no es suficiente. Además, hay que evitar autoaniquilarse en disputas internas.

Especial para La Haine

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal