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Estado español :: 10/11/2013

Se busca trasero

Tribuna Comunista de Canarias
Andan algunos conversos buscando su madriguera en pos de la zanahoria prometida, algún puestito mínimamente decentito

Como el conejito de Duracell con pilas nuevas, andan algunos conversos buscando su madriguera en pos de la zanahoria prometida, algún puestito mínimamente decentito, acogedor eso sí, no cualquier cosa oiga, un escaño, una consejería, una concejalía o en su defecto una triste dirección territorial que también da para mucho.

La mercadotecnia, las encuestas están haciendo que determinados personajes de estos páramos por otrora ya habituales en estas artes, la trilería política, artistas del lustre, que de tanto llevar las “herramientas” (hoz y martillo) al orfebre entre lides electorales para que estas parezcan impolutas, han debido perderlas por el camino.

Y es que para algunos, que no aguantarían la prueba del algodón de unas elecciones en su propia comunidad de vecinos, a los que el arroz se les pasa inexorablemente, decimos para algunos; fuera, hace mucho frío.

Las impaciencias que estos demuestran por un acuerdo que les permita tocar sillón, hacen que tengan que virarse constantemente, con graves riesgos para sus cervicales, y poder visualizar si su trasero aún permanece ahí, en su sitio.

Estos personajes para los que el proceso revolucionario se ha estancado y constreñido a la lucha y participación institucional, que parten convencidos e instalados en la autoderrota ideológica y orgánica, que creen que los cambios sociales solo pueden producirse en los países de economía desarrollada por la vía electoralista.

No imprimen, ni rodean a su discurso de un análisis dialéctico marxista del desarrollo de la lucha de clases en pleno proceso no ya de expansión, sino de implantación y asentamiento en las sociedades desarrolladas del fenómeno imperialista; hablar de una vuelta al PCE/IU, Pensar que el reagrupamiento de los comunistas, se puede analizar como un todo, en clave de… los comunistas “españoles” es desconocer las realidades sociales y plurinacionales que conforman los distintos pueblos que componen el Estado español, bordear el problema de la cuestión nacional y pasar de puntillas sobre el derecho inalienable de los pueblos a la autodeterminación; pensar en el PCE desde la nostalgia de unas siglas y una historia de la que muchos comunistas nos sentimos orgullosos, el PCE de Julián Grimau, José Díaz, Jesús Larrañaga, Dolores Ibárruri y de cientos de miles de honestos comunistas que dieron lo mejor de su vida e incluso ésta. Y ver en éste actual PCE a su heredero es tener muy poco respeto hacia estos, su memoria y a las premisas político/ideológicas por las cuales se regía ese egregio Partido.

Saludar a la dirección de un Congreso, cuyas tesis descansan aún en el revisionismo ideológico más puro y duro, cofundador de las líneas programáticas del eurocomunismo, liquidador de todo vestigio del marxismo leninismo; saludar a una comisión ideológica que no ha corregido una sola línea en cuanto al abandono de preceptos tan elementales en un partido comunista como la concepción marxista del Estado, clases sociales y lucha de clases; la lucha revolucionaria y el abandono como concepto de los trabajadores a su derecho a defenderse como clase de la violencia ejercida por el capital; del internacionalismo; de la estructura partidaria inherente a un Partido Comunista, la célula y el centralismo democrático; en definitiva del abandono del marxismo leninismo.

Como osar saludar a un informe político que en nada contradice las políticas desarrolladas en estos últimos 40 años de expulsiones, purgas y vendettas a militantes por el mero hecho de confirmar lo que de por si es consustancial a un comunista, su ideología.

Como saludar a un congreso que antepone política a ideología supeditando la segunda a la primera como si ésta, la política, no dimanase de la ideología, de su sentido de clase.

Como saludar a un congreso cuya dirección fumiga constantemente cualquier vestigio de brote revolucionario en su organización, adormece y apesebra la praxis revolucionaria, encorsetando ésta a la mera lucha y representación institucional.

Estamos locos o qué el Partido a diferencia de las salas de té, clubes sociales, sociedades lucrativas, gastronómicas, etc. no se constituyen ni por amigos, ni para hacerlos, ni por colegas de profesión, ni por afinidad gremial, sino por un sentimiento, una afinidad de clase, una condición de pertenencia a una clase social determinada, elevada a compromiso tras un proceso de formación dual praxis/ideología dos carriles de una misma vía. Abrazar la unidad como si ésta fuese un todo, un fin, un objetivo en sí mismo indica que no se ha comprendido nada, La Unidad sí, pero para qué, con quien, en torno a qué, y desde luego nunca con liquidacionistas anti leninistas que sólo conciben los cambios sociales a base de sufragios y participación institucional, cuyo único objetivo final es la cogestión del Sistema actual y no su transformación en una sociedad socialista, y a los que términos como revolución, lucha armada, autodeterminación, independencia ya forman parte del museo particular de su historia.

Curiosos comunistas estos cuya relación con las prácticas revolucionarias es de púlpito y algo de pálpito a su vez.

Pulpito como el de aquel docente que creyendo estar en posesión de una extraordinaria visión angular de las cosas, y una cabeza privilegiadamente amueblada se dirige a sus pupilos una y otra vez enseñando donde se encuentran los procesos y como alcanzarlos, pero que en la traca final de su discurso se dirige a ellos con el consabido Camaradas!! Ahí está el camino ¡¡vayan!! en tercera persona. Deben creer, honradamente yo así lo pienso, que la revolución, el Partido, debe deberles algo, que estos no pueden articularse sin sus doctas ocurrencias, y su lenguaje alambicado; actúan como faros en una bruma, por ellos mismos tres décadas atrás creada, y pretenden 40 años después ser ellos mismos los creadores de esa espesa niebla, sus propios disipadores, es decir el mal y la cura, de algo que ayudaron a generar años atrás, reiterando en el tiempo modelos y arquetipos fracasados.

Pálpito por su parte de que esta vez sí toca, como en las ferias de abril; ¡¡siempre toca señores, si no es un pito es una pelota!!

Algunos, no todos, de estos expertos zapadores electorales intentan por un lado, tejer una tupida estrategia discursiva/paliativa que les permita su travestismo político ideológico con el menor daño colateral posible a su ya de por si tocada credibilidad, cómo entender si no, el alejamiento de las tesis que nos llevaron al abandono o expulsión del PCE y el posterior y fallido intento de reagrupamiento de los comunistas en el año 84; que cambios cualitativos se ha producido en el PCE para que esto se vea con tal clarividencia.

Por otro lado está someter, cuales expertos sumilleres, las “necesidades del mercado” a una cata que les permita presentarse ante estos como los únicos capacitados para llevar a la clase trabajadora a cotas inimaginables de poder, una suerte de despotismo ilustrado, todo para el pueblo pero sin el pueblo.

Basta conocer el “intenso” volumen de trabajo al que se han sometido en estos años a pie de urna, perdón, a pie de calle recorriendo los humildes barrios obreros periféricos de la ciudad, conversando, palpando las necesidades, creando organización, tejido social, tejido combativo, creando escuela de formación, gestando comités de apoyo y los correspondientes nodos entre estos, y entre estos y la izquierda alternativa transformadora.

Huelga decir que esto último sería lo deseable, el trabajo desde la base crear las condiciones, y no desde un ente ajeno a la realidad, pero como decía Goytisolo:

Todas estas cosas había una vez, cuando yo soñaba un mundo al revés.

Tribuna Comunista de Canarias

 

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