lahaine.org
Asia, Mundo, Pensamiento :: 15/12/2025

Del Occidente en crisis al modelo chino: el camino socialista en el siglo XXI

Giambattista Cadoppi
El capitalismo, con un enfoque puramente liberal y antiintervencionista, no existe como tal. La intervención estatal no es una anomalía, sino la condición sine qua non del sistema

El libro de Paulo Botta «¿Qué es el Estado?» analiza con lucidez la crisis estructural del capitalismo contemporáneo y la redefinición del Estado como actor central en la regulación de los procesos económicos, sociales y tecnológicos del siglo XXI. El autor desarrolla una perspectiva original que entrelaza la crítica marxista, el análisis geopolítico y las reflexiones sobre las nuevas formas de socialismo, con especial énfasis en la experiencia china como paradigma alternativo a la crisis occidental.

Este ensayo es una obra fundamental para comprender las dinámicas sociopolíticas contemporáneas. El autor no se limita a comentar la crisis actual del Estado-nación, sino que emprende una exploración teórica radical de los conceptos de Poder, Política y Estado.

El resultado es una tesis audaz y bien argumentada: el Estado no está en decadencia, sino que simplemente ha reconfigurado su soberanía y protagonismo, a menudo ocultados tras las narrativas ideológicas de la globalización y el neoliberalismo. Todo el marco lógico, que culmina en el análisis de la estrategia estatal, incluyendo la de las diversas formas de socialismo, es admirablemente riguroso y de una relevancia sin precedentes.

I. Deconstruccionismo metodológico: Superando falsos mitos. La incomprensión del Estado y el mito antiestatista.

El punto de partida es la crítica del mito antiestatista que ha dominado el debate occidental desde el Tratado de Maastricht.

El autor expone claramente cómo la narrativa neoliberal ha retratado al Estado como una entidad ineficiente y corrupta, responsable del fracaso del "compromiso keynesiano" (1945 - 1975), con el objetivo de proclamar la autonomía y la intocabilidad de la economía.

El ensayo rebate rotundamente esta perspectiva. El autor argumenta que no se trata de una «marginación real», sino de un «replanteamiento de su rol», un cambio estratégico en sus funciones. La supuesta impotencia del Estado se define como una mera «esperanza» ideológica, mientras que en el plano concreto su «prominencia» se ha mantenido imparable.

De la globalización como coartada a una visión panpolítica

La crítica se extiende al concepto de globalización, expuesto como una «justificación racional» (coartada) para imponer una reducción de la intervención pública y la adaptación de las políticas laborales a la «competencia internacional» basada en salarios bajos. La globalización, lejos de ser un movimiento espontáneo, se presenta como el resultado de una «señal» consciente de las potencias occidentales.

Para contrarrestar la insuficiencia de los enfoques científicos (monofactoriales y multifactoriales), el autor propone una visión panpolítica de la sociedad. Desde esta perspectiva, el Estado es una entidad estricta y objetivamente verificable y un fenómeno puramente político, distinto de la política popular (partidos, sindicatos, movimientos sociales).

Su centralidad deriva de su monopolio de la fuerza (según Weber) y de una soberanía que, según se argumenta, es distinta de la soberanía popular. Esta distinción no es un ejercicio abstracto, sino la clave para comprender su desempeño estratégico .

II. El Estado y la economía: el capitalismo como fenómeno político

Uno de los aspectos más destacables del análisis es la manera en que el ensayo desmonta la idea de un capitalismo unitario y autónomo que, en última instancia, determina las decisiones políticas. El autor argumenta que el capitalismo no puede considerarse un «sujeto político unitario» debido a su inestabilidad organizativa intrínseca y a sus conflictos internos.

Por el contrario, el Estado, en virtud de su fisonomía homogénea, ejerce una influencia muy fuerte en el modo de producción capitalista. La pregunta crucial que surge es: ¿adopta el capitalismo formas diferentes en los distintos contextos políticos (y, por lo tanto, estatales) en los que se ve obligado a operar?

La respuesta es afirmativa. El ensayo enfatiza que el capitalismo, con un enfoque puramente liberal y antiintervencionista, no existiría como tal. La intervención estatal no es una anomalía, sino la condición sine qua non del sistema.

El neoabsolutismo y la crisis de la democracia liberal

Como evidencia de la centralidad y autonomía del Estado, el autor introduce el concepto de «neoabsolutismo». Este describe un proceso de centralización del poder en los estados occidentales, donde la soberanía estatal prevalece sobre la soberanía popular, debilitando la política democrática y el estado constitucional.

El neoabsolutismo es una «condición permanente» de los estados occidentales, conceptualmente similar, pero más extendida, que el «estado de excepción» (Schmitt/Agamben). [1] Si bien profesa ideales democráticos y liberales, mantiene el control estratégico mediante aparatos y decisiones autónomas no rastreables en el debate parlamentario.

III. El análisis del socialismo: táctica y proyecto

La sección dedicada a la naturaleza de las políticas keynesianas y socialistas representa la cúspide de la originalidad del ensayo. El autor distingue claramente entre dos tipos de adopción del socialismo, basados en la lógica estratégica del Estado:

A. Socialismo provisional (o táctico)

El ensayo clasifica las políticas adoptadas por los estados occidentales (como el «compromiso keynesiano» de posguerra) como un pseudo «socialismo provisional». Esta etiqueta reconoce que estas políticas, si bien socialistas en su contenido (pleno empleo, crecimiento salarial, presencia masiva del Estado en sectores estratégicos), estaban destinadas a ser abandonadas.

El Estado los adoptó no por convicción ideológica, sino por necesidad estratégica. Respondieron a la necesidad de ganar apoyo popular tras la guerra. Además, proporcionaron un modelo alternativo al socialismo real en el contexto de la Guerra Fría (un factor geopolítico) y, finalmente, gestionaron la disidencia interna y las crisis sistémicas mediante una fuerte intervención pública.

El «socialismo provisional» es, por lo tanto, un instrumento político-monetario utilizado por el Estado para estabilizar el sistema; una vez desaparecida la necesidad (la competencia con el socialismo real), el Estado volvió a la lógica neoliberal, demostrando su plena autonomía en la toma de decisiones.

Además, el liberalismo «puro» ya se había derrumbado (Wall Street, 1929) antes del socialismo «puro». De hecho, algunos autores han hablado paradójicamente del siglo XX como el siglo de la victoria del socialismo. [2] Naturalmente, por «socialismo» se referían a lo que Botta llama «socialismo provisional».

B. Socialismo prospectivo (o estructural)

En marcado contraste, el autor identifica a países como China como un «socialismo prospectivo» (o «neosocialismo»). Esta opción no es táctica, sino estructural y definitiva, y está plenamente integrada en las luchas anticoloniales.

La adopción del socialismo en estos países fue una respuesta existencial y una necesidad histórica para salvaguardar la existencia y la seguridad del Estado frente a la colonización y la subyugación occidentales, asegurando al mismo tiempo un desarrollo rápido.

Botta desafía la narrativa dominante de que el capitalismo global representa el fin de la historia y la forma definitiva de organización humana. El autor rebate esta tesis: el Estado no está desapareciendo, sino que se está reconfigurando, y sus modelos emergentes ya no provienen de Occidente, sino de Oriente.

Botta identifica así la «vía socialista china» como una de las respuestas más innovadoras a la crisis del capitalismo neoliberal. Lejos de proponer un retorno a una economía planificada de estilo soviético, muestra cómo China ha articulado con éxito un modelo de economía mixta en el que el partido-Estado conserva la dirección estratégica de los procesos de producción, mientras que el mercado funciona como una herramienta, no como un fin.

El análisis del caso chino es sumamente loable. China se presenta como una «alternativa real al liberalismo político», donde la identificación del Estado y el Partido Comunista funciona como una «constitución viva».

Este modelo ha negado el dualismo Estado/sociedad civil típico de Occidente y ha dado lugar a un «nuevo tipo de democracia» con un «increíble desarrollo económico» y logros concretos (la abolición de la pobreza para 850 millones de personas).

La tesis central es que China representa una demostración concreta de la posibilidad de un socialismo del siglo XXI capaz de generar crecimiento, innovación y estabilidad, sin adoptar la lógica expropiatoria neoliberal típica de Occidente.

El autor demuestra claramente que el socialismo no es una nostalgia del pasado, sino una posibilidad viva y en evolución, capaz de incorporar la tecnología y la planificación como instrumentos de libertad colectiva.

En general, el texto ofrece una visión del socialismo como un proyecto histórico abierto, capaz de renovar sus instrumentos manteniendo su propósito emancipador. Esta lectura contradice las narrativas dominantes sobre el «fracaso del socialismo» y el «fin de la historia», y ofrece, en cambio, una reflexión rigurosa y concreta sobre el futuro del poder público, la soberanía económica y la justicia social.

Este enfoque no sólo aclara por qué diferentes estados adoptan políticas similares con resultados diferentes, sino que reitera el principio rector del ensayo: la elección entre liberalismo, keynesianismo y socialismo siempre está dictada por la estrategia geopolítica del Estado y no por el determinismo económico abstracto.

IV. Herramientas de gobierno y consenso: ingeniería social

El ensayo concluye con un análisis penetrante de los instrumentos a través de los cuales el Estado ejerce su poder, basado en una necesaria «mezcla de coerción y consentimiento».

La obtención del consentimiento se gestiona mediante ingeniería social que se manifiesta de dos maneras:

El consenso de Élargisseur se basa en concesiones materiales y mejoras en la calidad de vida (por ejemplo, el Estado de bienestar), funcionales para obtener una adhesión sistémica.

El consenso manipulador, como ya analizó Noam Chomsky, se logra mediante la transmisión de la ideología dominante (entendida en términos de Marx como falsa conciencia) transmitida por los medios de comunicación y las instituciones educativas (escuelas). Esta ideología impone una visión «fuertemente individualista» y «utilitaria» de la realidad social, fragmentando el pensamiento e impidiendo una comprensión sistémica de la realidad del poder.

En definitiva, este volumen no es tanto un estudio académico del Estado como un manual para descifrar la política moderna. Su marco teórico, su crítica bien fundamentada de la hegemonía neoliberal y, en particular, su esclarecedora distinción entre las formas de socialismo, lo convierten en una obra que resonará durante mucho tiempo en el debate académico y activista.

El libro combina claridad analítica y profundidad crítica, devolviendo al socialismo la dignidad de un pensamiento vivo, experimental y progresista. Es una invitación apremiante a ver el Estado como lo que realmente es: el centro del poder político y el arquitecto supremo de la estrategia social y económica.

----

* Escritor e historiador italiano.

Notas

1. Domenico Losurdo también utiliza el concepto, derivado de Schmitt, de «estado de excepción» en el contexto soviético de entreguerras, pero solo para describir la situación de la Unión Soviética entre ambas guerras. Véase mi libro «Los días del acero» (2025).

2. Véase mi artículo «Crisis, colapso y renacimiento del socialismo. El socialismo desde la «Primavera de Praga» hasta su caída en Europa del Este y su renacimiento en Asia» (2018).

www.observatoriocrisis.com

 

Contactar con La Haine

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal