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Condenan a dos años de prisión a un Guardia Civil por golpear a un joven en el centro de Pamplona
Un agente de la Guardia Civil destinado en Pamplona ha sido condenado a dos años de prisión por golpear a un joven en el centro de Pamplona en unos sucesos ocurridos el 17 de septiembre de 2004. Se le condena también a pagar una indemnización de 4.494 euros.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona falla así en favor del joven, que denunció que fue arrojado al suelo por los agentes, que se encontraban fuera de servicio y en estado de embriaguez, y recibió varias patadas y golpes en diversas partes del cuerpo. Además, antes de ser golpeado, uno de los agentes apuntó a la víctima en la cabeza con su pistola reglamentaria.
Este guardia ha sido condenado a la pena de dos años de prisión por un delito de lesiones, aunque se le ha absuelto de una falta de amenazas. También ha sido condenado a una multa de 1.080 euros por un delito contra la seguridad del tráfico, ya que abandonó el lugar de los hechos conduciendo ebrio.
Al otro agente se le ha absuelto de un delito de lesiones. La defensa de los acusados pedía que sólo se les condenara a las faltas por lesiones.
Dos tiros al aire
Según se recoge en la sentencia, los hechos tuvieron lugar a las 20 horas del 17 de septiembre de 2004, cuando la víctima paseaba por las inmediaciones de la plaza de San José y oyó dos detonaciones, similares a petardos, que en realidad fueron dos tiros al aire de los agentes, que procedían de la calle que va desde el Caballo Blanco hasta la citada plaza.
La víctima pudo ver a los dos acusados en el lugar y observó que estaban hablando con síntomas de embriaguez. Uno de los agentes, al sentirse observado, preguntó «¿Qué pasa?», a lo que el joven replicó «¿Qué pasa pues?». Entonces, el guardia civil se dirigió corriendo a la víctima y le puso su pistola reglamentaria en la frente, tras lo que le dijo «¿Ahora qué? Ahora qué pasa aquí?».
La víctima forcejeó con el agente y logró arrojar la pistola al suelo, pero el otro guardia civil lo arrojó al suelo y ambos comenzaron a golpearle, hasta que huyeron ante los gritos de auxilio del joven, que sufrió lesiones en el rostro, en el pecho y en el codo izquierdo, y padeció una crisis de ansiedad.
Los dos guardias civiles fueron interceptados por agentes de la Policía Municipal cuando abandonaban el lugar en un vehículo. Los efectivos del cuerpo local confirmaron en la prueba de alcoholemia el estado de embriaguez de los dos agentes.
El juez rechaza en la sentencia la versión que ofreció el guardia civil que encañó al joven al alegar que había sido víctima de un «ataque por parte de un numeroso grupo de ciudadano», dice la sentencia, aludiendo a las «particularidades de este territorio».
La sentencia señala, en cambio, que la declaración de la víctima fue «clara, constante y contundente, y tiene pleno valor probatorio». Además, a esta declaración añade el juez la versión que ofrecieron otros testigos, en la misma línea del joven, al corroborar que el joven fue encañonado con la pistola y que después recibió una paliza.
El juez no aprecia sin embargo un «abuso de superioridad» por el uso de la pistola, y explica que este hecho se califica dentro del delito de lesiones, dado que esto fue lo que provocó a la víctima una crisis ansiedad, contemplada como lesión. El agente es absuelto así del delito de amenazas.
