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Euskal Herria :: 25/10/2011

La unilateralidad y la acumulación de fuerzas

EHK

La unilateralidad

Y mientras los sectores más ultras del Estado español intentan en vano mediatizar el nuevo proceso político iniciado, la unilateralidad de la Izquierda Abertzale sigue cosechando éxitos en el corto plazo.

La unilateralidad es la lógica consecuencia nacida al calor de los bloqueos que los estados imponían en los procesos políticos o acuerdos alcanzados en el pasado cercano. La unilateralidad a su vez, también impide que los estados opresores intenten instrumentalizar ese proceso a favor suyo.

En este sentido, los medios de comunicación tanto españoles como unionistas, han percibido la profundidad de la maniobra del Campo abertzale y socialista e intentan corregir las torpezas de los gobiernos español y francés.

Con más prisa que vergüenza, procuran inclinar, ahora y de manera urgente, la balanza a su favor mediatizando y manipulando la información que se envía a la “opinión pública” tras la situación creada por la Conferencia internacional de Donostia y el comunicado de la organización armada ETA.

Una vez más y como buenamente pueden, los medios adeptos al Régimen, recurriendo al rentable y manido asunto de las víctimas (de un solo lado por supuesto) y la inutilidad de la violencia (la de ETA y no la de ellos), buscan deslegitimar y despolitizar el nuevo proceso abierto, negando la existencia de un conflicto político ahondando en un mensaje de autoafirmación que de cara a la galeria se sostiene en ese argumento tan simplista sustanciado en que en democracia no cabe la existencia de zonas oscuras, zonas sin libertad, por lo tanto, todo lo sucedido durante estos últimos 50 años se reduciría y resumiría a un asunto de problemática delincuencial.
Y sin embargo, como si de un truco de magia se tratara, esos mismos medios sostienen a la vez que, lo acontecido en el Campo abertzale y socialista es fruto de la lucha antiterrorista y de una supuesta presión de la “sociedad vasca” de la que esperan, dicen, asuma vencedores y vencidos. La pregunta surge de inmediato: ¿Eso cómo es posible si no hay conflicto político?

Indudablemente, lo que los medios de difusión españoles y unionistas intentan mitigar es el golazo que les han metido a los estados español y francés con los cambios que el Campo abertzale y socialista ha sabido realizar sin que la política represiva haya conseguido ninguno de los objetivos pretendidos, entre ellos y el más importante, dividir y fraccionar al conjunto de la Izquierda Abertzale para a posteriori, liquidar los restos y terminar de una vez por todas con el proyecto estratégico de independencia y socialismo.

Coyunturalismos aparte, el conflicto político no se ha cerrado y lo saben. El ex-ministro de interior y candidato a la presidencia del Imperio español ya ha lanzado su primer desafío contra la Izquierda Abertzale proclamando a los cuatro vientos que: “les hemos quitado las bombas y ahora les quitaremos los votos”. La fanfarronería del ínclito Rubalcaba apesta a impotencia “democrática” y esconde, sobre todo, la amenaza de la guerra encubierta por un lado y los jueces acompañados de los antidisturbios por otro.

Por tanto y como conclusión, los límites de la unilateralidad se encuentran en los futuros planteamientos represivos que los estados asuman tras superar el descoloque al que están sometidos por el momento. Esta vez, los estados español y francés van a tener más difícil justificar la aplicación de la fuerza bruta para tapar sus carencias de democracia. En el terreno social es indudable que hace tiempo comenzaron su deslegitimación y no hay ninguna duda que seguirán por la línea del palo, según lo que marque el FMI y Angela Merkel.

La acumulación de fuerzas de ayer

La acumulación de fuerzas fue, desde mediados de los 70, el factor fundamental para avanzar posiciones político-sociales dentro de distintos procesos negociadores que ya ETA perfilaba en su enfrentamiento con los estados y sus marcos políticos impuestos.

Uno de los grandes peligros a los que esta acumulación de fuerzas (interclasista a todas luces pero con una columna vertebral obrera) se había vista sometida era el de la asimilación por parte de la Reforma.

Ciertamente, en el período de resistencia que discurrió en los años 80, hubo grandes esfuerzos por parte de los estados de “institucionalizar” y controlar el MLNV. Asimilar al Pueblo vasco dentro de los marcos constitucionales español y francés fue una constante que obtuvo pobres resultados. Si exceptuamos a la burguesía regionalista o autóctona, lo sucedido con Euskadiko Eskerra y los sectores liquidacionistas de ETA (pm) reflejaban el fracaso de aquella política.

Frente a los que piensan que la línea actual que inicia la Izquierda Abertzale es nueva les diremos que comenzados los años 90 y tras la ruptura de las conversciones de Argel, se percive el agotamiento del modelo resistente. La Construcción nacional iniciada por el MLNV intenta superar los límites anteriores. El Movimiento se debatía por entonces en cómo llevar de forma práctica la construcción de Euskal Herria. Este debate hace aflorar dos ejes de actuación:

1. Los intervencionistas
2. Los abstencionistas

La corriente del intervencionismo siempre ha defendido que existe una vía para construir Euskal Herria desde la participación en la política interna de los dos estados que oprimen a nuestro pueblo.
Por el contrario, la corriente abstencionista defiende que no hay ningún futuro de libertad dentro de los tejemanejes y tratos internos de ambos estados. En su opinión por esa vía sólo se obtendrían unas cadenas y unos vínculos cada vez más difíciles de romper. El problema de la segunda opción ha sido la falta de una alternativa práctica alcanzable. El rechazo al “intervencionismo” no ofrecía otra alternativa que volver a la fase de resistencia.

Sin olvidar en ningun momento la situaciones internacional, el MLNV opta por una salida intermedia. Decide participar de manera NO NORMALIZADA en las instituciones reformistas fijándose una condición previa, esto es, para no perder de vista el proceso de liberación, esa participación se plasmaría siempre y cuando ayudara a la transición desde el viejo marco jurídico-político hacia uno nuevo. Todo ello sin renunciar a una vertebración nacional y social propia representada por Udalbiltza.

Antes de las ilegalizaciones sufridas por el Campo abertzale y socialista tras la ruptura de las conversaciones de Loiola, se puede afirmar que la Izquierda Abertzale participaba en todas las instituciones surgidas de la Reforma y que esa participación fue uno de los cambios más significativos del momento y que no pocas veces, provocaron tensiones y problemas en el seno del MLNV.

Pero los límites de los procesos negociadores y sus marcos de acumulación se verificarán a finales de los 90, cuando el proceso de Loiola salta en pedazos, momento en el cual se aprecia con más claridad la necesidad de ampliar la acumulación más allá del Campo abertzale y socialista en una fase de construcción nacional, con el fin de crear una acumulación de fuerzas mayor en número y a la vez, cualitativamente, más poderosa, esto es, con una masa crítica ofensiva (m.c.o.) capaz de romper el marco costitucional español y francés.

La acumulación de fuerzas en el hoy

Los principios válidos para la acumulación de fuerzas de ayer son los mismos que los de hoy:

1. Amnistia
2. Autodeterminación
3. Y la que empuja a las dos anteriores, la lucha social.

Tres puntos enmarcados dentro de tres frentes muy definidos como son:

1. Frente institucional
2. Frente de masas
3. Frente sindical

Desaparecida de la ecuación la lucha armada hay quien piensa que el Campo abertzale y socialista puede ser asimilada más fácilmente por el reformismo y acabar fracasando como movimiento de liberación nacional y también social soslayando los tres ejes anteriores, ya que puede ser presionada por las fuerzas socialdemócratas que residen en BILDU y la conduzcan al electoralismo exclusivamente.

Desde EHK afirmamos que el frente institucional es el comienzo de la acumulación de fuerzas cuantitativa y que ésta, “per se”, no abre los caminos hacia la libertad del Pueblo vasco. Los plazos de esta acumulación en ascenso son limitados en el tiempo, los estados lo saben. Por el contrario, desde EHK nos centramos principalmente en la creación de la masa crítica ofensiva suficiente (m.c.o.) dentro de esa acumulación cuantitativa, para afrontar con garantías los pasos que se puedan dar en el futuro frente a los estados opresores por un lado y en el interior de nuestro País por otro.

Experiencias históricas anteriores basadas en procesos de acumulación esclarecen lo que el movimiento comunista aprendió con la lección de Chile y el Eurocomunismo: que el papel del Estado es siempre el de la defensa de las clases dirigentes y no de los intereses de los pueblos y sus clases trabajadoras. El Estado nunca, repetimos, nunca es neutral y por lo tanto la “democracia” que dice proteger y defender responderá a los intereses de sus élites y no a los de los trabajadores y sectores populares. Si la ruptura desborda losmarcos y los intereses de las clases dominantes, el Estado recurrirá a cualquier medio para acabar con las fuerzas políticas que demanden avances democráticos.

Sin duda pensamos que es necesario cubrir un frente más en el proceso iniciado. Si deseamos la creación de una masa crítica, la formación no puede dejarse de lado y, junto a ella, abordar un frente ideológico que abarque cuestiones como el enfrentamiento contra los medios de comunicación del Régimen y la lucha social y popular.

La necesidad de un “ala izquierda” en el Campo abertzale y socialista

El presente comunicado responde también al deseo de expresar nuestro pensamiento acerca de uno de los puntos más importantes a los que nos enfrentamos como comunistas y abertzales, respecto al momento que vivimos y la necesidad que apreciamos de conformar y consolidar “un ala izquierda ” dentro del Campo abertzale y socialista.

Ante todo tiene que quedar algo bien claro que, lo presentado aquí no trata de cuestionar lo que es BILDU-AMAIUR ni a su columna vertebral, la Izquierda Abertzale. Tampoco ponemos en cuestión a quien lidera la Izquierda Abertzale en estos momentos aunque si, sus posicionamientos ideológico-políticos y sociales.

En lo que a nosotros se refiere, nadie va a encontrar un solo motivo para la división del Campo abertzale y socialista. Nosotros y nosotras desde EHK, hablamos por tanto, de trabajar para re-construir y organizar el sector socialmente más avanzado dentro del MLNV que represente, más nítidamente, los intereses de la clase trabajadora y los sectores populares. Mientras esos intereses de clase sean defendidos en este proceso que se ha iniciado, EHK trabajará codo con codo junto a todos los compañeros y compañeras que luchan por la independencia y el socialismo.

No en vano, muchos camarad@s ven con preocupación o impotencia el camino que puede ir asumiendo progresivamente la Izquierda Abertzale dentro de BILDU sobre la cuestión nacional pero sobre todo social, algo con lo que ya contábamos desde la creación de EHK, esto es, convertir el reformismo y la socialdemocracia como la máxima expresión posible de la radicalidad obrera, justo ahora, cuando el neoliberalismo ha tocado límites y se perfilan los primeros golpes de la readecuación del sistema capitalista, que van a provocar sin duda, la radicalización de amplios sectores de trabajadores y sectores populares no sólo en Euskal Herria sino a nivel mundial.

Y cuando se afirma que hay peligro real en la Izquierda Abertzale de reformismo y socialdemocracia no se pretende desacreditar que, coyunturalmente, la Izquierda Abertzale realice y acepte por tanto, reformas del sistema capitalista, sino que la nueva línea adoptada por el Campo abertzale y socialista se desvie hacia la finiquitación de instrumentos de lucha tácticos y de elementos estratégicos que conformaron y conforman el pasado y el presente ideológico y político del MLNV. Recordemos, se busca la superación y no la derrota.

Mucho se especula sobre cómo conjurar el peligro reformista y socialdemócrata en la Izquierda Abertzale. Asunto este que, por la parte que nos toca, nos es imposible abordar en solitario pero que, buscando la creación de ese “ala izquierda” con otras fuerzas e individuos nos permite intervenir de manera decidida para bloquear o neutralizar al menos, el reformismo y la socialdemocracia desde posiciones siempre de respeto y debate.

No es ninguna novedad afirmar que los sectores más derechizados social y políticamente en la Izquierda Abertzale están dando pasos organizativos tendentes a afianzar la proyección política de sus posiciones de cara al futuro del conjunto del MLNV. La culminación y consolidación de los pasos organizativos dados en los sectores que apuestan por el Socialismo del Siglo XXI se verá materializado con la previsible legalización de SORTU dentro del marco burgués español.

Sin duda alguna, el Campo abertzale y socialista amplía indiscutiblemente su capacidad de acción con la creación y desarrollo de BILDU y neutraliza en gran medida la acción represiva de los estados español y francés. Por el contrario, la suma última de Aralar a BILDU, aumentará inevitablemente el fortalecimiento del “ala derecha” del Campo abertzale y socialista y de paso las de BILDU.

El comunismo es movimiento. El cambio de paradigma ideológico-político conlleva, profundas reformas organizativas en las estructuras del Campo abertzale y socialista.

Tenemos que volver a recordar en este punto tan delicado que de lo que aquí se trata no es de dividir al Campo abertzale y socialista sino de fortalecerlo y que invariablemente, mantenga el rumbo rupturista y no olvide su pasado, recogiendo en el imaginario revolucionario las pasadas experiencias a las que no se puede renunciar (aunque halla condenas…) pero sabiendo, por experiencia, qué nos aportan los acontecimientos del proceso político-militar y cuales eran las carencias que tenía, porque para los comunistas y esto nos tiene que quedar muy claro, el movimiento popular y la lucha obrera deben pasar a un primer plano para garantizar tres cosas:

1. “Controlar” el frente institucional
2. Mantener el rumbo hacia una posible ruptura democrática o
3. Procurar que un posible proceso negociador se desarrolle bajo condiciones favorables.

De ahora en adelante el proceso de liberación no será menos duro. La victoria está al alcance de la mano, no la dejemos escapar.

Euskal Herriko Komunistak (EHK)
Euskal Herria, 24 de Octubre del 2011

 

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