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Estado español :: 29/07/2009

Poemario sobre la religión crisitiana

CNT-Zamora
Este primer texto recogen el escrito de un compañero anarquista de Zamora ya fallecido: José Durán González.

Ahora, que cada vez más se habla de la Recuperación de la Memoria Histórica,
vemos apropiado no olvidarla recordando las ideas de aquell@s compañer@s que
lucharon por ellas, que soñaron y buscaron ese mundo nuevo que llevaban en sus
corazones. Un mundo: más justo, fraternal, solidario, libre, feliz, armonioso, cordial, igualitario y más humano.

Este texto, redactado hace décadas, trata sobre un tema que hoy como
ayer sigue candente: la religión.

Sirvan para reflexionar, e igualmente, como bien indica Corrêa: “El anarquismo no debe ser sólo una forma de estilo de vida, o simplemente como observación crítica del mundo, sino también debe ser la herramienta de lucha para el cambio social”.

Salud, Anarquía y Alegría a tod@s.

Poemario: LA RELIGIÓN CRISTIANA. PENSADA Y CONTRASTADA
por Dionisio José Durán González

Meditando
Si Dios me da inteligencia,
dejándome en libertad,
si la aplico para el mal
¿por qué, después, me aprecia?.

¿No hubiera sido mejor
que Él, que tiene poder,
llevado, hubiera, el control
evitándome el caer?.

Pues un padre, a mi entender,
si en peligro ve a su hijo,
si está a su alcance, de fijo,
amoroso, ha de coger.

Y no concibo, en mi mente,
que, según la Iglesia, Él,
me ame paternalmente
y vea, impasiblemente,
como damos el traspié.

LOS CRISTIANOS TIENEN DIOS

¡Oh! El Dios de los cristianos,
que, sólo con su palabra,
un Universo se labra,
para admiración de humanos.

Seis días invirtió,
no sé como contaría,
el día aun no existía
por que no existía el Sol.

Más sigamos adelante
sin forzarnos más el mento,
sería el día un momento,
un espacio o un instante.

La luz, el primero, hacía;
más con o vio que era buena versículo
ahuyentó de si la pena (13)
demostrando su alegría. (14)

Y aquí vuelvo yo a insistir,
como aún no estaba el Sol,
tal vez lo que alumbró
fuese una tea o un candil.

Quizás tampoco esto sea,
pues, no existiendo animales
ni tampoco vegetales,
no habría ni aceite ni tea.

Luego, en el segundo día,
aun con gran contento, (16)
el inmenso Firmamento, (17)
con su verbo construía.

La gran bóveda formada,
a la que llamara Cielo
y aún no tenemos suelo,
pues la tierra está enfangada.

Y así llegó el tercer día
y el Dios Poderoso habló,
la Tierra, en trozos, alzó,
Aguas ,en hoyos reunía.

Y parándome a pensar,
si mi memoria no yerra,
la mezcla del agua y tierra
¿cuando se pudo crear?.

En su comienzo Moisés
dice cual corriendo un velo,
que en principio Tierra y Cielo (11)
fueron creados por Él.

Y, por si alguno lo duda,
para evitarnos porfía,
la Tierra nuestra vacía (12)
y por completo desnuda.

También descubre, asimismo,
lo que a la Tierra la puebla,
una profunda tiniebla (12)
que invade no sé que abismo.

Las Aguas, luego, presenta,
cual humilde transportista,
llevando al Supremo Artista, (12)
a “quince, treinta o sesenta”.

Y aquí, de nuevo, un inciso,
exento de solución
al Espíritu de Dios
llevarlo no era preciso.

Nadie en tal hora mandaba,
ningún mandatario había,
nadie, en principio, existía,
sólo su Espíritu estaba.

La luz primera era poca
para todo lo creado
y en el firmamento, amado,
faltaba un algo “una toca”.

Por eso, en el cuarto día,
cual un obrero a destajo,
ejecutó tal trabajo,
que al humano asombraría.

Como una araña, muy bella,
puso un movible gran Sol, (114)
que, en espacios, alternó, (115)
con Luna y muchas estrellas. (116)

Hubo, escriben, gran creyente,
que aseguró que era Dios,
el que trasladaba el Sol
desde el Oriente a Occidente.

Y un generalconductor,
a quien llamaban Josué,
también pidió fuera Él.

Quien le detuviera el Sol;
pues una de sus batallas,
ya finalizaba el día,
y si no lo detenía,
la noche sería muralla.

Y, escriben, se lo detuvo
empalmando al día la noche
y acuchillo a “troche y moche”
y así la victoria obtuvo.

Pero muchos años más
de escribirse lo que leo,
hubo un hombre, Galileo,
que hizo cual Santo Tomás.

A lo escrito dijo: “nones”,
que ese Sol no era movible,
y con prueba muy tangible
demostró sus opiniones.

Y tenemos, pues, el Cielo,
el Sol, la Luna y estrellas
como el arroz en paellas,
las Aguas y el duro suelo.

Y el tocan ya las veces
al quinto de la creación.
aves crea a discreción (120)
y en las aguas muchos peces. (121)

Existen ya en abundancia
los prados y cereales, (111)
gran variedad de frutales (112)
al ambiente dan fragancia.

Sería, pues, conveniente
trabajar un sexto día,
(supongo que pensaría
el Gran Dios Omnipotente).

Y habló, de nuevo, creando,
varias series de animales,
unos comen cereales,
otros, la hierba pastando;
otros, en fin, de los frutos,
hacen su predilección,
su escasa imaginación
les clasifica de brutos.

Por ello, a su semejanza,
quiso crear cosa buena,
que merecía la pena
como final de crianza.

Y cual un sucio gabarro
o simple alfarero humano,
ensució sus puras manos,
haciendo al hombre con barro.

Y, después, haciendo alarde
de grandioso cirujano,
sin el bisturí en la mano
se comprometió a operarle.

Aunque anestesia no había,
Él no cesó en el empeño:
le infundió un profundo sueño (221)
y una costilla extraía.

Y la convirtió en mujer, (222)
Eva le puso por nombre, (320)
y desde entonces el hombre
“tuvo hueso que roer”.

Obra aquella tan perfecta,
al mismo Dios “salió rana”,
se comieron la manzana
contraviniendo receta.

Y ya el “melón empezado”,
¿a qué seguir sus consejos?
¿no son libres de reflejos
que el mismo Dios ha otorgado?.

Si el torcido y no el derecho,
escogemos por camino,
¿por qué ha de ser nuestro sino
sufrir de Dios el despecho?.

¿Dónde tiene su bondad?
¿dónde su Sabia pericia?
¿cómo administrará Justicia,
y cómo su Potestad?.

Si de antemano sabía,
que el hombre se desviaba,
¿por qué su Poder no usaba
sirviéndose de buen guía?.

No demuestra ser tan bueno
ya que, conociendo, el paño,
deja al hijo darse un baño
en un lodazar de cieno.

Y cuando lo ve manchado
de los pies a la cabeza,
hace honor a su Justeza,
castigando su pecado.

Si al hablar de esta manera,
yo pecara mortalmente,
la culpa evidentemente
del Dios Poderoso fuera.

Pues la Iglesia siempre dijo
que, sin voluntad de Dios,
hoja alguna se movió
ni nació arbusto ni mijo.

¿LA RESURRECIÓN DE LA CARNE? ¡OTRO MITO!

¡ Oh mísero antropófago,
que haces pasar carne humana,
con gran deleite y con gana,
por tu tráquea y por esófago!.

Crees te sirve de alimento
y, en realidad, así es,
puesto que tu mismo ves,
tu volumen va en aumento.

Sabes que vas a morir,
más tu religión ignora,
que, a determinada hora,
volverás a resurgir.

Y como en tu cuerpo hay carnes
que a otros cuerpos pertenecen,
y que adquirieron con panes
y verduras que se cuecen,

Llegado el fin de la espera,
tu cuerpo, indudablemente,
será cono regadera
cuando ante Dios se presente.

EL DIOS DE LOS CATÓLICOS

El padre más bueno que humano merece,
aunque haga excepciones en cuanto a crianza,
llenando, con creces, a unos la panza,
negándole a otros lo que le apetece.

Los brazos y dedos a manos adhiere
que el hijo maneja más fácil amaño,
pero hace excepciones, porque así lo quiere,
y los mancos sufren por castigo extraño.

También, de la mano, con amor les guía
sobre el duro suelo, desde pequeñitos
por castigo ajeno, excepción haría
al dejar inútil, por siempre a cojitos.

En sus balbuceos, ¡es Padre tan bueno!
Que al hijo le enseña a bien pronunciar,
aunque haga excepciones, por castigo ajeno,
y a algunos les niegue hablar y escuchar.

Para recrearnos, muy bueno paisajes
en el mundo entero, puso el Gran Artista,
tal vez por castigo a nuestros ultrajes
a muchos, sin culpa, les negó la vista.

Al hombre lo hizo a su semejanza,
y erguido se exhibe junto a “su costilla”,
par castigarlo, por las malas andanzas,
a otros expone a rastras o en silla.

Y yo, meditando, en tanto disgusto
que sufren hermanos por mis fechorías,
pregunto a la Iglesia o a su Jerarquía:
¿donde está el Dios Bueno? ¿donde está el Dios Justo?.

¿QUÉ ES LA FÉ TEÓLOGA?

Fe, es una palabra vana, hueca, vacía, pero Mágica. Lo mismo que el
aceite cubre la superficie de los metales, para evitar que la humedad
del aire los corroa; la Fe, envuelve la masa encefálica del ser humano,
anulando su capacidad de pensar.

Con la Fe como blasón,
desde mis siete a doce años,
ignorante en el engaño
milité en congregación.

“El que enjuaga, siempre, traga”
y yo, que lo fui rumiando,
llegué, al final, adorando,
la imagen de Luis Gonzaga.

A don Pedro, el asesor,
aquella recua bisoña,
haciéndole carantoñas,
le hacen les seque al sol.

Y en cierto lugar de altura,
denominado El Calvario,
o bien rezaba el rosario
o de un santo la lectura.

Y en los ratos de expansión,
trepando a los eucaliptos,
suaves, resbaladizos,
salía yo de campeón.

Mi mente también suscita
que, por aquellos contornos.
Se exhibían otros tronos
en una pequeña ermita.

Sobresale del montón,
el “médico” de animales,
el que los libra de males:
la imagen de San Antón.

El diecisiete de enero
aquel lugar se poblaba
y, en bloque, el pueblo adoraba
aquel trozo de madero.

Yo formo en el bloque humano,
pues, igual que San Francisco,
animal de boca o pico,
par mí, somos hermanos.

De aquel pueblo yo salí
y en los pueblos que moraba,
también, allí, se adoraba,
a un santo con frenesí.

Allá de adora a San Roque,
acullá a la Magdalena,
tallado en piedra o arena,
en tronco o en palitroque.

Y sigo corriendo España,
y tanta imagen conozco
que, ya, en mi cerebro tosco,
las ideas se enmarañan.

En los libros yo me inmerso,
libros que son de la Iglesia,
y la Fe, que me anestesia
la esparcí por el Universo.

Meditando la lectura,
el Génesis devoré,
con el Éxodo mi incultura,
pagándome la factura
de los años de inocencia.

Metido, a fondo, en la ciencia,
en el 204
hallé,
que todo lo que adoro,
el Dios, Jehová, lo desprecia.

 

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