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Venezuela, Venezuela :: 29/07/2018

La recuperación de Venezuela pasa en gran parte por la recuperación de PDVSA

Mario Hernández
Entrevista con Norberto Bacher, militante internacionalista argentino vinculado a los trabajadores petroleros venezolanos

M.H.: La idea de la entrevista con Norberto tiene que ver con su militancia en el movimiento bolivariano durante muchos años, específicamente en el movimiento vinculado a los trabajadores petroleros. PDVSA la empresa estatal petrolera venezolana está pasando por una situación difícil, el Presidente Nicolás Maduro indicó que solo la clase obrera petrolera organizada puede reimpulsar la productividad de PDVSA. "Tenemos que hacer una revolución dentro de PDVSA. Y esa revolución solo la pueden hacer los trabajadores, la clase obrera, los profesionales. Les entrego el poder en sus manos para que hagan la revolución productiva y hagan la transformación socialista de PDVSA", manifestó durante un encuentro con los trabajadores de la estatal petrolera. La última vez que nos encontramos en estos micrófonos hablamos sobre uno de los directores de PDVSA, pero aquí nos encontramos frente a un problema importante, porque hay una caída muy grande de la producción de esa empresa insignia de Venezuela que está atravesada por la corrupción, de una burocracia parásita, corrupta, estatal y militar que hace negocios con la burguesía nativa, pro imperialista en detrimento de la petrolera. Y tenemos esta alocución reciente del Presidente Nicolás Maduro: "falta inversión, se han denunciado mafias, vicios que han operado en PDVSA". Seguramente vos has seguido de cerca y en contacto con los trabajadores esta situación y me gustaría que nos aclararas cuáles son tus puntos de vista al respecto.

N.B.: Para ponernos en contexto, no es sencillo porque PDVSA es un monstruo en extensión territorial, en complejidad estructural, en realidad PDVSA es un holding de muchas empresas, no es sólo una, donde operan muchísimos intereses y no en todos los lugares ocurre de la misma manera.
Tener una visión general de los trabajadores es muy difícil, entre otras cosas porque el movimiento de trabajadores nunca, ni en el mejor momento de auge del chavismo, ni en el mejor momento de Chávez, si bien se unificó políticamente en su mayoría apoyando al proceso bolivariano, nunca hubo una unidad auténtica en el sentido de estructurar una sola organización de clase, siempre hubo pujas internas, grupalismos que tienen que ver con una vieja herencia del movimiento sindical heredado por Venezuela, copiado del sistema americano que se distingue bastante al que conocemos en Argentina donde hay una mayor centralidad. Por ejemplo, en el momento del intento de sabotaje petrolero, a fines de 2002, principios de 2003, que permitió la recuperación por el gobierno de Chávez de la vieja meritocracia que dirigió PDVSA siempre y por sus vínculos con las empresas imperialistas. En ese momento había cinco federaciones petroleras, entonces al no haber una unidad y mucho menos progr
 amática, que tenga independencia del movimiento obrero, es difícil tener una visión de totalidad.
Para poner en contexto hay que decir que en el momento del golpe petrolero, la producción de PDVSA se aproximaba a los 3 millones de barriles diarios, el plan de desarrollo que había propuesto Chávez, el llamado "Plan de la Patria" para su última relección, en 2012, tenía como meta producir para el año siguiente aproximadamente 6 millones de barriles diarios y sentaba gran parte del desarrollo del país en esa producción.
La realidad actual es que en este momento la producción real está en  1.700.000 barriles aproximadamente, depende de la fuente, pero está por debajo de los 2 millones seguro. Es decir, que desde el punto de vista estructural es un desastre para la economía venezolana. Es un doble desastre porque hubo una fuerte caída de los precios petroleros en el mercado mundial, entre 2013 y 2014; pero en los últimos meses hay una recuperación de los precios petroleros, están rondando los U$S 65 el barril según el tipo de crudo que sea. Lo que significó una recuperación a lo que fue un fuerte golpe al gobierno de Maduro, porque se combinó la caída de la producción y una brutal caída de los precios, y ahora que empezó la recuperación no puede aprovecharlo porque los saldos exportables son pocos, hay consumo interno, hay compromisos internacionales  con China, por ejemplo, en base a apoyos financieros que ha dado este país, y retribuirlo con petróleo, entonces ya los volúmenes de producción están comprometidos, por lo que los saldos exportables disminuyen.
Esto explica la asfixia de divisas que existe en el país, por supuesto en un contexto mayor de una guerra económica implacable del imperialismo. Se une esta situación interna. La pregunta que hay que hacerse es por qué cayó esa producción.
Después del golpe hubo un ascenso de los trabajadores aunque no en forma unánime, pero sí en forma ascendente intentaron tener un protagonismo. De alguna manera se reconstituyó una nueva burocracia esta vez dirigida por el equipo de Rafael Ramírez, que hoy está enfrentado con el gobierno de Maduro, pero que durante muchísimo tiempo tuvo el manejo total del negocio petrolero que en base a lo que suministraba, era la caja de todos los emprendimientos sociales del gobierno de Chávez.
Ha habido intentos de recuperación pero hubo muchas frustraciones. Por ejemplo, antes del golpe de Estado, el primer paso antes de la prospectiva geológica y de su proyección, lo primero que hay que hacer es la perforación; la antigua PDVSA no tenía un solo taladro de perforación, todo era concesionado a las multinacionales que se dedican a ese negocio. Es decir, que una de las petroleras más importantes del mundo, no tenía la maquinaria para llevar adelante el proceso primigenio del rubro.
Hubo un intento de reconstituir los taladros y se hizo en base al apoyo de China, se iba a armar una fábrica de taladros que nunca se llegó a concretar, se llegaron a ensamblar algunos taladros. Como muchos otros proyectos, quedó en el aire. Así como los proyectos gasíferos, fundamentalmente alrededor del Estado Sucre, sobre el Mar Caribe, en el lado oriental del país.
Eran mega proyectos que figuraban y seguramente se los vendieron a Chávez, pero hubo una malversación, donde se mezclaron corrupción e ineficiencia y dejadez. De parte de la inmensa mayoría de los trabajadores hubo un espíritu enorme, se presentaron proyectos y aún en esta época, en pleno desarrollo de la crisis luego de 2014.
Yo regresé a fines de 2016 y los trabajadores con uñas y dientes trataron de mantener la producción en todos los niveles. Presentaron proyectos, inventaron cosas para fabricar piezas, para ahorrar elementos que se importaban, muchas veces esos proyectos quedaron encajonados. Se hizo todo un programa que se llamó PES, un Programa de Estrategia Socialista en el cual se convocó a los trabajadores y ellos hicieron jornadas, debates, presentaron proyectos por áreas, etc. Pero ese PES no se concretó.
Eso es una muestra que explica la persistencia del chavismo, a pesar de las dificilísimas condiciones de vida que tiene hoy el pueblo venezolano. Pero como toda la confianza se pierde y la moral se desgasta, hoy en la amplia franja de los trabajadores hay un escepticismo, entonces esta convocatoria que hace hoy Maduro, repite en alguna medida la convocatoria que les hizo Chávez pero en pleno auge del chavismo cuando nacionalizó PDVSA. Tomó el manejo del principal complejo siderúrgico en el Estado Bolívar que estaba en manos del grupo Techint-Rocca y les dijo a los trabajadores en una asamblea memorable "me la juego con ustedes".
Pero los ecos del discurso de Chávez en aquella época y los de Maduro ahora, van a tener distinto eco porque son otras las montañas que los rodean. Hay desmoralización, pero seguramente también ahora hay un núcleo duro de trabajadores con un sentimiento patriótico, no solo de pertenencia empresarial sino que saben que en gran parte la independencia nacional pasa por la recuperación del petróleo.

M.H.: Tengo en mis manos una declaración del Frente de trabajadores y trabajadoras socialistas de PDVSA que señala: "Esta PDVSA no es la que el imperio y la meritocracia petrolera saboteó en 2002, es la PDVSA que se levantó de las peores condiciones operacionales y fue capaz de llevar su producción a más de 3.300.000 mil barriles diarios con 20.000 técnicos y profesionales menos. Una PDVSA que ha mantenido la producción necesaria para construir viviendas, ferrocarriles, universidades, colegios y hospitales para traer dignidad al pueblo de Bolívar. Como lo indicara el camarada Alí Rodríguez: Este es un reto para los venezolanos, para la clase trabajadora petrolera patriota, que dentro y fuera de PDVSA clama por ser parte de la solución. Orientados por una estrategia totalizante e integradora, que vea las cuencas de Maracaibo, Marina Pura, Oriente, Costa Fuera, La Faja y que convoque a hacer lo que sabemos hacer, caracterizar nuestros yacimientos, utilizar la productividad y arquitectura de nuestros pozos, así como sostener y mejorar nuestras condiciones de producción, almacenamiento y distribución. Todo esto desde el sentir patriota y revolucionario que ha hecho de la PDVSA de Chávez, la más rentable industria nacional en más de 100 años de exportación petrolera." ¿Qué nos podes comentar respecto de esta declaración?

N.B.: No sé exactamente qué compañeros se involucran en este Frente de trabajadores socialistas, porque hay varios. Pero más allá de eso lo que describen es totalmente real, entronca con lo que yo decía hace unos minutos, que fue justamente el esfuerzo de los trabajadores lo que permitió esa recuperación.
Cuando fue el golpe petrolero, de esos 3 millones de barriles que había, se tiró prácticamente la producción a cero y la antigua meritocracia decía que sin ellos era imposible recuperarla. Y es cierto, en poco tiempo, los trabajadores con su protagonismo y cuando digo trabajadores lo digo en el sentido amplio, desde el manual hasta el que está técnicamente preparado; una cantidad de compañeros se involucraron con sentido profundamente patriótico y recuperaron esa producción en un tiempo récord y modelo, porque había el modelo que aviva todas las luchas sociales, la convicción.
No hay lucha social, no hay guerra que no se gane sin una moral alta. Ese es el primer elemento de combate. Había una profunda fe, Chávez demostró que ese era un elemento fundamental para la soberanía y para ponerla al servicio del pueblo. Y gran parte de los trabajadores tomaron eso y otros por permanecer fueron arrastrados en esa oleada.
Ahora este sentimiento tan profundo, esta convicción que en definitiva es lo que hace a la vida humana, permanece en una cantidad importante de trabajadores. Yo no podría cuantificarlos, seguramente no son la mayoría ya porque las condiciones desgastantes de vida han mellado la moral, pero muchísimos tienen claro que del otro lado está el ajuste neoliberal, está volver a la empresa pro imperialista. Aunque en algunos casos incluso podrían ganar mejores salarios.
Yo lo palpé ya en 2013/4, en empresas asociadas a PDVSA, las empresas mixtas con empresas extranjeras, sobre todo de los grandes grupos petroleros mundiales, pero que tienen operaciones en Colombia también, porque operan en todo el mundo, le ofrecían a los trabajadores venezolanos, veían quiénes estaban más capacitados, quiénes tenían mejor perfil de trabajo, etc., y les ofrecían irse a Colombia a trabajar por una cantidad de dólares que en Venezuela no ganaban. Yo escuché a trabajadores que en talleres que hicimos contaron que por más que les ofrecieran los dólares que quisieran ellos de Venezuela no se iban a ir. Y no era la convicción de ningún héroe, quizás los cruzaban los mismos sentimientos, pero era un simple trabajador que vivía también con las preocupaciones de su cotidianeidad pero no se entregaba.
Mucho de eso queda en Venezuela y eso explica la persistencia del chavismo. Pero eso tiene un límite. Las causas de esos fracasos tienen que ver con la desinversión también y la inversión petrolera es un ciclo largo, no se hace de un día para el otro, como en cualquier industria de complejidad, no es un tallercito textil, las inversiones tienen que ser planificadas a largo plazo y ejecutadas. Todo eso lleva un largo plazo.
Hoy está planteado eso, pero hay que ver la capacidad, cuánto queda de reserva y ahora con la nueva dirección, en manos de un general que no viene del mundo petrolero, Quevedo, asesorado por un hombre que conoce del negocio petrolero que es Alí Rodríguez, un histórico de la izquierda venezolana, que fue uno de los líderes de la recuperación en los tiempos críticos pero que hoy es un hombre muy mayor, que puede ejercer una autoridad como asesor pero no ejecutiva.
Hay que ver si este nuevo equipo logra ensamblar con los trabajadores, porque a veces la compatibilidad del estilo militar y los trabajadores es complicada. Es un gran desafío. También se han incorporado en todos estos años sistemas perversos entre los propios trabajadores, de corrupción. Porque la corrupción no es sólo robar, también es ir a trabajar y no hacerlo. Se han instalado grandes y pequeñas corrupciones. Ese correctivo exige un gran esfuerzo social, el interrogante histórico es, ¿será posible retomar esta vanguardia, será posible que esa vanguardia retome y pueda arrastrar a los indecisos en esta gran batalla? No lo sé. Pero es el gran desafío histórico que tiene hoy planteado, porque la recuperación de Venezuela pasa en gran parte por la recuperación de PDVSA.

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